J JUAN DE QUINTANA, EL CABALLERO DE SORIA | ||
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PREÁMBULO
LA CUNA DEL CONQUISTADOR
(Buberos, Soria)
Emplazada en un repecho
sobre el llano numantino
fue la Villa de Buberos
el comienzo del camino
hacia atlánticos destinos
de un hidalgo aventurero.
Es hoy un triste paraje,
tan desolado y amargo,
que por sus vetustas calles
sumidas en el letargo
la Muerte pasa de largo
más asustada que nadie.
Gentes venidas a menos
lo habitan, sin vislumbrar
que el incesante saqueo
de su acervo medieval
los sepulta sin piedad
en un pueblo cementerio.
Solo queda en pie una Iglesia,
al Bautista consagrada.
Su románica silueta
y una hermosa cruz de plata
son las únicas estampas
de otros tiempos de grandeza.
Y aquella antigua casona
que fuera mansión ilustre
hoy es campo de amapolas
pues dinteles y techumbres
hace tiempo que se hunden
al embate de la Historia.
Del expolio cometido
se custodia en Almenar,
en el cercano castillo,
el escudo del portal
de una casa señorial
cuyos techos han cedido.
No es este el blasón guerrero
que hemos venido a buscar,
el del ya mentado ancestro
que partió de este lugar
quinientos años atrás
en busca de un mundo nuevo.
Una emotiva inscripción
del fracaso nos consuela
pues reza que allí nació
de Machado la que fuera
breve esposa y musa eterna:
su querida Leonor.
ROMANCE DEL CABALLERO DE SORIA
I CABALLEROS NAVEGANTES
En la Villa de Buberos,
perdida en los altos llanos,
tuvo lugar el comienzo
de este histórico relato.
Sucedió en el siglo quince,
en los difíciles años
de las guerras inciviles
entre moros y cristianos.
Los González de Quintana
son familia de hijosdalgos
cuya herencia está asignada
al mayor de los hermanos.
En las islas del Atlante,
por mor de cruel mayorazgo,
la vida van a buscarse
los varones relegados.
Se va Pedro, que es tercero,
y con él va Juan, el cuarto,
con sus armas y escuderos,
a enfrentarse a los paganos.
Portando lanza y adarga
cabalgan los dos muchachos
por la estepa castellana
hacia puertos gaditanos,
enrolándose en armada
como imberbes mercenarios
rumbo a unas islas lejanas
que en diez días avistaron.
Juan Rejón es quien comanda
a la legión de soldados
que desembarca en la playa
de los arenales blancos.
II LA MATANZA DEL GUINIGUADA
Saben sus estrategas
que al comienzo del verano
no pueden hacer la guerra
los indómitos canarios.
Abatiendo las palmeras
junto al cauce de un regato,
hacen tapias y trincheras…
¡cuando comienza el asalto!
Falconetes y espingardas
atruenan sobre los campos;
las ballestas y alabardas
completan lista de estragos.
Contratacan valle arriba
los lanceros de a caballo
que al nativo aterrorizan
con su porte de centauros.
Han caído en la contienda
centenares de canarios.
Son testigos de la gesta
dos pardillos castellanos,
que en mitad de la batalla
no sufrieron ningún daño
tras la lluvia de pedradas
que en sus yelmos resonaron.
El Real de las Tres Palmas,
las que solo en pie quedaron,
fue el lugar de la matanza
que celebran por el santo.
Partirán de aquí las razias
del ejército cristiano
que asolaron Telde y Gáldar
en un quinquenio macabro.
III TIERRA QUEMADA
El gobernador de Vera
con fama de sanguinario,
abre la etapa más cruenta
de los hechos que contamos.
Pedro Quintana resguarda
con su escuadra de a caballo
las cacerías de esclavas
y los robos de ganado.
Con su penco, Juan protege
al piquete de lacayos
que tala Tamaraceite
a la busca de guarapo.
Los cogollos de palmera
con sus néctar dan abasto
a las mil bocas hambrientas
del baluarte castellano.
Cuando llegan los refuerzos
se internan en los poblados,
saqueando los graneros
y corrales de ganado.
Como un castigo del cielo
queman también los sembrados
y le sajan el pescuezo
a quienes salen al paso.
Las mujeres y los niños,
conducidos a los barcos,
en las lonjas son vendidos
como míseros esclavos.
El Obispo de Canaria,
Juan de Frías, consternado,
en la Corte castellana
denuncia los atentados.
IV EL DESAFÍO DE TENOYA
Por los predios de Doramas
dos centenas de soldados
se dirigen hacia Gáldar
con cincuenta de a caballo.
Presentada la batalla,
arenga el héroe canario
a sus tropas emboscadas
a vencer al adversario.
Mas por evitar matanzas
en el seno de ambos bandos,
a Pedro de Vera emplaza
a un combate mano a mano.
Tal desafío no acepta
el capitán castellano
quien le hace la encomienda
a un gigante jerezano,
Pedro de Hoces, quien se lanza,
azuzando a su caballo,
contra el rebelde Doramas,
¡por Castilla y por Santiago!
Cuando el jinete se acerca
el guayre le arroja un dardo
que adarga y cota atraviesa
dándole muerte en el acto.
Ante el fatal desenlace
incumple De Vera el trato
ordenando a sus secuaces
que embistan por todos lados.
Tres jinetes en vanguardia
acometen al canario,
y uno de ellos por la espalda
hunde un hierro en su costado.
V LA MUERTE DE DORAMAS
Al que a traición lo lancea,
de un revés con su magado,
le despedaza la pierna,
cayendo descalabrado.
Sube entonces el De Vera
a darle el postrer puyazo
no sin que antes recibiera
una tralla en diestro brazo.
Con tres heridas abiertas
Doramas yace tumbado
vomitando su fiereza
a los pies de los caballos.
Y aunque se le va la vida
vocifera con desgarro,
por la afrenta recibida
del innoble castellano.
Pide entonces agua fresca
porque quiere ser cristiano;
eso es lo que algunos piensan
cuando le llenan un casco,
mas el impío Doramas
se lo bebe de un buen trago
manando el agua muy clara
por sus abiertos costados.
Cortan después su cabeza
y la ensartan en un dardo
mostrando así la grandeza
de Isabel y de Fernando.
Un funeral con honores
se celebra en El Sagrario
por los altivos peones
que en mala andanza finaron.
VII EL ASEDIO DE ANSITE
Don Juan de Quintana Soria,
reemplazando al hermano
que ha fallecido en Tenoya,
es ya alférez de a caballo;
y en la umbrosa Tirajana,
fue testigo en el asalto
que de la guerra canaria
fuera el último escenario.
Por doble anillo de plata
el gran roque es circundado,
esperando en retaguardia
cien caballeros cruzados.
En la cima del escarpe
los famélicos sitiados
se aprestan para el combate
con teniques y magados.
Afilados los aceros,
tras el rezo del rosario,
se da la orden de degüello
desde el real castellano.
Finalmente..., no hay batalla
pues Bentejuí se ha tirado
desde la roca más alta
con el faycán de la mano.
Al bramido de “Atis Tirma”
los caudillos se inmolaron
al ver que su guayarmina
triste desciende del alto.
A los pies del Roque Grande
sitiadores y sitiados,
sellan por siempre las paces
alzando al cielo un gánigo.
VII CAPITULACIONES MATRIMONIALES
Fue Fernando Guanarteme,
el otrora rey canario,
quien revela a los rebeldes
el poder de los cristianos.
Y el que, en julio, tras la entrega
del presente soberano
que una niña representa,
urde un insólito pacto.
Por él, hidalgos de España
de los que fuera un aliado
se unirán a nobles damas
del linaje real canario.
Al capitán de Quintana
corresponde en el reparto
matrimonio con muchacha,
sobrina de don Fernando,
aun estando prometido
con mujer del pueblo llano
que le dio su primer hijo
siendo tan solo un soldado.
Fue una hija de Maninidra
la consorte del soriano.
Desde entonces fue María
su impuesto nombre cristiano,
y González su apellido,
en honor de un hijodalgo
que en los llanos numantinos
roturó su solar patrio,
cultivando ibera estirpe,
uno de cuyos vástagos
vino a echar hondas raíces
en vergel afortunado.
VIII REPARTIMIENTOS EN GÁLDAR
En razón de que Doramas
fue abatido por su hermano,
el joven Juan de Quintana
ve doblar sus honorarios.
Sus galones también cuentan,
alcanzando en el reparto
feraces e inmensas tierras
en el norte grancanario:
Valle de Tamaragáldar
con sus ubérrimos campos,
verdes tierras donde labran
los diez hijos que medraron,
y descansan los que mueren
entre vómitos y espasmos
por la plaga de la peste
que la isla ha desolado.
Juan y María González
tantos hijos procrearon
que pronto repueblan los valles
sus nietos de pago en pago.
María y Juan de Quintana
vivirán por muchos años
en su casona de Gáldar,
hasta que son enterrados
a mitad de la centuria
en la Iglesia de Santiago,
memorable sepultura
de insignes antepasados.
Con ellos se inicia la saga
de un linaje acrisolado
de la Historia de Canarias
y del orbe americano.
ULTÍLOGOS
1. RECAPITULACIÓN SOBRE JUAN DE SORIA
Quien estos versos escribe es el nieto
en décimo-sexta generación
de aquel que paras las presas fue cuervo
y para las lides, incierto león.
Y llevando por mis venas su sangre
que fluye con savia guanche mezclada
reconozco que fue el mestizaje
lo que mantuvo con vida a mi raza.
Capitán don Juan de Quintana Soria:
que tu memoria sea denostada
como presunto adalid de las hordas
que nos uncieron al yugo de España.
2. EL ARADO DE LOS SUEÑOS
La conquista sobrevino
a golpe de sangre y fuego.
Como moros y judíos,
los canarios fueron muertos
o expulsados de su suelo
por el bárbaro aguerrido.
Fueron cientos los isleños
que a su patria regresaron
y como cristianos nuevos
sobreviven apenados
al ver su tierra en las manos
de colonos extranjeros.
Tras sus nuevos casamientos,
las mujeres de las islas
guardan no obstante el acervo,
imbuyendo a su familia
la nobleza y bonhomía
que encarnaban sus ancestros.
Transcurridos cinco siglos
de este erial de sentimientos,
roturemos los baldíos
con rojo arado de sueños
que nos surca con su hierro
verdes campos de cultivo.
3. PROVERBIAL MESTIZAJE
Por doquiera que transites
encontrarás bajo el drago
juncos, eneas y mimbres
dignamente entrelazados:
campesinos portugueses,
caballeros castellanos,
comerciantes genoveses,
y hasta esclavos saharianos.
Todos cruzaron su sangre,
hace de esto algunos años,
con honorables linajes
aborígenes canarios.
No da marcha atrás la historia.
Aceptemos el pasado
de esta tierra promisoria
que a tanto colono atrajo.
Las distintas procedencias
enaltecen el legado
que nos dejan en herencia
los indígenas canarios,
y refuerzan los anhelos
de este pueblo mestizado
que se siente a un mismo tiempo
afro y euro-americano.
Nace así un archipiélago,
en medio del Atlántico,
que se abre al Universo,
hacia un norte libertario
que abomina de conceptos
como rango nobiliario
y origen o paradero
peninsular o canario.
UNA DE LAS LÍNEAS DE DESCENDENCIA DE JUAN DE QUINTANA Y MARÍA GONZÁLEZ MANINIDRA
I | JUAN GLEZ DE QUINTANA N 1458 BUBEROS, SORIA D 1535 GÁLDAR | MATRIMONIOS | MARÍA GONZÁLEZ MANINIDRA N 1485 GÁLDAR D 1543 GÁLDAR |
II | GONZALO DE QUINTANA N 1507 GÁLDAR | TELDE 1541 | CATALINA DE CABRERA N 1522 TELDE |
III | BLAS DE QUINTANA CABRERA | TEROR 1582 | ISABEL PÉREZ VILLANUEVA |
IV | DIEGO HERNÁNDEZ CANTERO | TEROR 1600 | CATALINA CABRERA |
V | DIEGO GARCÍA | TEROR 1626 | MARÍA DE QUINTANA N 1608 TEROR |
VI | BARTOLOMÉ Gª QUINTANA N 1629 TEROR | ARUCAS 1658 | MARÍA MATEO MONTESDEOCA |
VII | GREGORIO HDEZ DÍAZ N 1655 MOYA | MOYA 1676 | AGUSTINA DE QUINTANA D 1707 MOYA |
VIII | FRANCISCO MATEO | MOYA 1729 | AGUSTINA HDEZ DE QUINTANA N 1707 MOYA |
IX | JOSÉ GUERRA BOLAÑOS N 1719 GUÍA D 1775 GUÍA | GUÍA 1771 | AGUSTINA MATEO QUINTANA N 1738 MOYA D 1785 GUÍA |
X | FRANCISCO GUERRA MATEO N 1773 GUÍA D 1844 GUÍA | GUÍA 1796 | RITA GODOY RODRÍGUEZ N 1774 GUÍA D 1868 GUÍA |
XI | GREGORIO DE MIRANDA DÍAZ N 1807 GUÍA | GUÍA 1827 | JOSEFA GUERRA GODOY |
XII | FRANCISCO BAUTISTA QUINTANA N 1820 GUÍA D 1868 GUÍA | GUÍA 1847 | ANDREA MIRANDA GUERRA N 1832 GUÍA D 1908 GÁLDAR |
XIII | FCO BAUTISTA MIRANDA N 1859 GUÍA D 1915 GÁLDAR | GÁLDAR 1878 | SINFORIANA DOMÍNGUEZ DÍAZ N 1861 GÁLDAR D 1902 GÁLDAR |
XIV | MODESTO BAUTISTA DGUEZ N 1894 GUÍA D 1956 LAS PALMAS | LAS PALMAS 1924 | AMÉRICA GONZÁLEZ DGUEZ N 1906 SANTA CLARA DE CUBA D 1994 LAS PALMAS |
XV | LORENZO HDEZ VEGA N 1927 SAN LORENZO | LAS PALMAS 1952 | PURA BAUTISTA GONZÁLEZ N 1932 GÁLDAR D 2008 MASPALOMAS |
XVI | FANEQUE HDEZ BAUTISTA N 1955 LAS PALMAS |
(N: nacimiento D: defunción) (En rojo, la línea de sangre)
GLOSARIO DE CANARISMOS
Ajijides: Gritos de júbilo muy agudos que emiten las mujeres en las culturas bereberes incluidas las etnias indígenas canarias.
Atis Tirma: Invocación al lugar sagrado de Tirma por parte de los indígenas.
Alongarse: Asomarse, estirarse hacia adelante,…
Bucio: Concha de caracol marino que se usa, soplándola, como bocina o trompeta.
Desalada: Que se queda sin aliento por efecto de una impresión o de puro miedo.
Desinquietar: Perturbar el ánimo, intranquilizar.
Frazada: Manta de lana que se extiende sobre la cama.
Gánigo: Vasija semiesférica de barro cocido que en los ceremoniales se utilizaba para sellar la unión bebiendo leche y miel de su interior.
Guanarteme: Rey de los canarios, antiguos habitantes de Gran Canaria.
Guarapo: Savia de la palmera con la que se elabora la miel de palma.
Guayarmina: Reina de los canarios (no debe confundirse con el nombre propio)
Guayres: Consejeros del Guadarteme, miembros del Sábor o Consejo Real.
Lengua: Persona que ejerce de intérprete o traductor (dicho en castellano antiguo).
Letime: Borde de un precipicio o risco.
Magado: Arma ofensiva de madera que asemeja un garrote.
Maguada: Mujer o señora en lengua guanche (no debe confundirse con harimaguada que puede traducirse por “señora de la tierra”, sacerdotisa o vestal)
Margullar: Nadar por debajo del agua, bucear.
Reboso: Marea alta con mucho oleaje, efectos de la mar de fondo en las costas…
Sajar: Cortar, rajar…
Soco: Sitio resguardado de los vientos dominantes
Teniques: Piedras del hogar, ennegrecidas por el fuego, sobre las que se colocan las vasijas para cocinar.
Tibicenas: Demonios con aspecto de perros lanudos rabiosos.
GALERÍA DE PERSONAJES (por orden de aparición en los romances)
Abenchara Chambeneguer, guayarmina regente de Gáldar, esposa de Guayedra y protagonista del primero de los romances. Tras su bautizo en Córdoba recibe el nombre de Juana Fernández.
Tenesor Semidán, Guanarteme regente de Gáldar por minoría de edad de su sobrina Arminda. Tras ser bautizado en Córdoba durante su primer viaje a la Península recibe el nombre de Fernando Guadarteme. En los romances se le denomina también Príncipe de Guayedra por provenir de este valle el linaje de los Semidanes.
Guayarmina, la hija mayor de Tenesor, de cristiana Margarita Fernández, recibe ese nombre indígena, que significa “reina”, porque efectivamente fue Reina de Telde tras su matrimonio con el inmolado Bentejuí al que se une poco antes de la capitulación de Ansite. Casada posteriormente con el conquistador Miguel de Trejo y Carvajal dejó numerosa descendencia.
Alonso Fernández de Lugo, Alcaide de la Torre de Agaete que con posterioridad a los hechos narrados será el capitán de la conquista de la Palma y Tenerife y Primer Adelantado de Canarias.
Juan Mayor, indígena de Lanzarote que desde su niñez vive en Gran Canaria como rehén tras la construcción del Fuerte de Gando en salvaguarda de las intenciones del Señor de Canarias. Capturado por Pedro de Vera, actúa a su servicio como intérprete de la lengua indígena, (“lengua” en castellano antiguo) negociando la entrega de Tenesor Semidán y siendo uno de sus acompañantes en su primer viaje a la Corte.
Pedro de Vera, Capitán General de la conquista de Gran Canaria en la segunda y definitiva fase que va desde 1480 a 1483.
Faycán Chambeneguer, famoso luchador de la nobleza canaria y padre de Abenchara, la esposa del guadarteme regente conocido como Tenesor Semidán.
Catalina Hernández, hija de Abenchara y Tenesor, nacida y bautizada en Córdoba en 1482 durante la cautividad de su madre. De pequeña fue menina de la Infanta María en la Corte castellana. De mayor, tras su vuelta a Gran Canaria casa sucesivamente, sin enviudar de su primer marido, con el castellano Pedro de vega, el vasco Adán de Acedo, y el mestizo Blas Rodríguez dejando numerosa descendencia habida de los tres matrimonios. Esto nos habla de sus privilegios como princesa canaria.
Arminda Masequera, princesa real canaria hija de la guayarmina Zayfía y Egonayga Guayasén Semidán, a quien llamaran Guadarteme el Bueno. Bautizada en Las Palmas recibe el nombre cristiano de Catalina Guadarteme y más tarde cuando se casa asume el apellido Guzmán por su matrimonio con el toledano Hernando de Guzmán. También conocida en el romance como la Reina niña.
Andamana, fundadora junto a su esposo Gumidafe de la dinastía de los Semidanes, que unifican en el siglo XIV el poder de toda la isla. De este matrimonio proceden los guadartemes y faycanes de los reinos de Gáldar y Telde a lo largo del siglo XV a través de la sucesión matrilineal.
Bentejuí, joven guadarteme de Telde tras la muerte de su padre Ventagoo y de la misteriosa desaparición en la península de Aymedeyacoán. Casado con la hija mayor de Tenesor, la llamada Guayarmina, se inmola en los riscos de Ansite junto a un viejo faycán al no aceptar la rendición.
Doramas, notable luchador que por sus méritos es elevado a la nobleza como guayre del Reino de Gáldar en los dominios del monte que lleva su nombre. Fue el Capitán de la resistencia nativa que fallece en Tenoya en un enfrentamiento desigual en el que es herido por la espalda.
Juan de Frías, obispo de Canarias que traslada la sede del Rubicón (Lanzarote) al Real de Las Palmas, capitán de la conquista y defensor de los indígenas, protector de la Reina de Canaria durante su cautiverio.
Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, monarcas que con posterioridad a los hechos de la conquista de las Islas Canarias y del Reino de Granada serán conocidos como Reyes Católicos por el Papa de Roma.
Pedro de Quintana, caballero conquistador, hermano mayor de Juan de Quintana, que fallece durante la conquista de Gran Canaria según se recoge en la declaración de Hernando de Quintana, uno de sus sobrinos canarios. Hemos supuesto en el romance que pudo ser el que lancea a traición a Doramas.
Juan de Quintana Soria, hidalgo soriano que vino con 17 años a la conquista de Gran Canaria desde sus inicios por lo que fue testigo de todos los hechos relevantes desde el desembarco en 1478 hasta la capitulación final en 1483 como él mismo declara en la Información guadartémica. Lo hemos convertido por ello en protagonista del segundo romance a pesar de que no se le atribuyen hechos meritorios de guerra en ninguna de las crónicas.
Juan Rejón, capitán de la conquistade Gran Canaria en su primera fase (1478-1480) en mando conjunto con el deán Bermúdez con el que tiene numerosas disensiones que conducen a su defenestración.
Pedro Maninidra, famoso guayre de Telde, capitán de las milicias nativas que destruyen la Torre de Gando, hermano de Tenesor Semidán a quien acompaña a la Península en su primer viaje. Participa posteriormente al mando de una compañía de indígenas canarios en las conquistas de La Palma y Tenerife.
María González Maninidra, hija o nieta de Pedro Maninidra y esposa de Juan de Soria con el que tiene numerosa descendencia.
Disfruto con cada publicación.
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