martes, 21 de junio de 2022

"El caballero de Soria" Juan de Quintana

J                                             JUAN DE QUINTANA, EL CABALLERO DE SORIA 

 

Ilustración de Pepe Socorro


PREÁMBULO 

LA CUNA DEL CONQUISTADOR

(Buberos, Soria)

 

Emplazada en un repecho

sobre el llano numantino

fue la Villa de Buberos 

el comienzo del camino

hacia atlánticos destinos

de un hidalgo aventurero.

Es hoy un triste paraje,

tan desolado y amargo,

que por sus vetustas calles

sumidas en el letargo

la Muerte pasa de largo

más asustada que nadie.

 

Gentes venidas a menos

lo habitan, sin vislumbrar

que el incesante saqueo

de su acervo medieval

los sepulta sin piedad

en un pueblo cementerio.

Solo queda en pie una Iglesia,

al Bautista consagrada.

Su románica silueta

y una hermosa cruz de plata

son las únicas estampas

de otros tiempos de grandeza.

Y aquella antigua casona 

que fuera mansión ilustre

hoy es campo de amapolas

pues dinteles y techumbres

hace tiempo que se hunden

al embate de la Historia.

 


Del expolio cometido

se custodia en Almenar,

en el cercano castillo,

el escudo del portal

de una casa señorial

cuyos techos han cedido.

No es este el blasón guerrero

que hemos venido a buscar,

el del ya mentado ancestro

que partió de este lugar

quinientos años atrás

en busca de un mundo nuevo.

Una emotiva inscripción

del fracaso nos consuela

pues reza que allí nació

de Machado la que fuera

breve esposa y musa eterna:

su querida Leonor.





ROMANCE DEL CABALLERO DE SORIA


 CABALLEROS NAVEGANTES


En la Villa de Buberos,

perdida en los altos llanos,

tuvo lugar el comienzo 

de este histórico relato.

Sucedió en el siglo quince,

en los difíciles años 

de las guerras inciviles

entre  moros y cristianos.

Los González de Quintana

son familia de hijosdalgos

cuya herencia está asignada

al mayor de los hermanos.

En las islas del Atlante,

por mor de cruel mayorazgo,

la vida van a buscarse

los varones relegados.

 

Se va Pedro, que es tercero, 

y con él va Juan, el cuarto, 

con sus armas y escuderos,

a enfrentarse a los paganos.

Portando lanza y adarga

cabalgan los dos muchachos

por la estepa castellana

hacia puertos gaditanos,

enrolándose en armada

como imberbes mercenarios

rumbo a unas islas lejanas

que en diez días avistaron.

Juan Rejón es quien comanda

a la legión de soldados

que desembarca en la playa

de los arenales blancos.

 

II LA MATANZA DEL  GUINIGUADA


Saben sus estrategas

que al comienzo del verano

no pueden hacer la guerra

los indómitos canarios.

Abatiendo las palmeras

junto al cauce de un regato,

hacen tapias y trincheras…

¡cuando comienza el asalto!

Falconetes y espingardas

atruenan sobre los campos;

las ballestas y alabardas

completan lista de estragos.

Contratacan valle arriba

los lanceros de a caballo

que al nativo aterrorizan

con su porte de centauros.

 

Han caído en la contienda

centenares de canarios.

Son testigos de la gesta

dos pardillos castellanos,

que en mitad de la batalla

no sufrieron ningún daño

tras la lluvia de pedradas

que en sus yelmos resonaron.

El Real de las Tres Palmas,

las que solo en pie quedaron,

fue el lugar de la matanza

que celebran por el santo.

Partirán  de aquí las razias

del ejército cristiano

que asolaron Telde y Gáldar

en un quinquenio macabro.

 

 

III  TIERRA QUEMADA   

  

El gobernador de Vera           

con fama de sanguinario,

abre la etapa más cruenta

de los hechos que contamos.          

Pedro Quintana resguarda      

con su escuadra de a caballo

las cacerías de esclavas 

y los robos de ganado.

Con su penco, Juan protege 

al piquete de lacayos

que tala Tamaraceite

a la busca de guarapo.

Los cogollos de palmera

con sus néctar dan abasto

a las mil bocas hambrientas

del baluarte castellano.

 

Cuando llegan los refuerzos

se internan en los poblados,

saqueando los graneros

y corrales de ganado.

Como un castigo del cielo

queman también los sembrados

y le sajan el pescuezo

a quienes salen al paso.

Las mujeres y los niños, 

conducidos a los barcos,

en las lonjas son vendidos

como míseros esclavos. 

El Obispo de Canaria,

Juan de Frías, consternado,

en la Corte castellana

denuncia los atentados.

 

 

IV EL DESAFÍO DE TENOYA


Por los predios de Doramas

dos centenas de soldados

se dirigen hacia Gáldar

con cincuenta de a caballo.

Presentada la batalla,

arenga el héroe canario

a sus tropas emboscadas

a vencer al adversario.

Mas por evitar matanzas

en el seno de ambos bandos,

a Pedro de Vera emplaza

a un combate mano a mano.

Tal desafío no acepta

el capitán castellano

quien le hace la encomienda

a un gigante jerezano,

Pedro de Hoces, quien se lanza,

azuzando a su caballo,

contra el rebelde Doramas,

¡por Castilla y por Santiago!

Cuando el jinete se acerca

el guayre le arroja un dardo

que adarga y cota atraviesa

dándole muerte en el acto.

Ante el fatal desenlace

incumple De Vera el trato

ordenando a sus secuaces

que embistan por todos lados.

Tres jinetes en vanguardia

acometen al canario,

y uno de ellos por la espalda

hunde un hierro en su costado.

 

 

V LA MUERTE DE DORAMAS


Al que a traición lo lancea,

de un revés con su magado,

le despedaza la pierna,

cayendo descalabrado.

Sube entonces el De Vera

a darle el postrer puyazo

no sin que antes recibiera

una tralla en diestro brazo.

Con tres heridas abiertas

Doramas yace tumbado 

vomitando su fiereza

a los pies de los caballos.

Y aunque se le va la vida

vocifera con desgarro, 

por la afrenta recibida

del innoble castellano.

 

Pide entonces agua fresca

porque quiere ser cristiano;

eso es lo que algunos piensan 

cuando le llenan un casco,

mas el impío Doramas

se lo bebe de un buen trago

manando el agua muy clara

por sus abiertos costados.

Cortan después su cabeza

y la ensartan en un dardo

mostrando así la grandeza

de Isabel y de Fernando.

Un funeral con honores

se celebra en El Sagrario

por los altivos peones

que en mala andanza finaron.

 

 

VII  EL ASEDIO DE ANSITE


Don Juan de Quintana Soria,

reemplazando al hermano

que ha fallecido en Tenoya,

es ya alférez de a caballo;

y en la umbrosa Tirajana,

fue testigo en el asalto 

que de la guerra canaria

fuera el último escenario.

Por doble anillo de plata

el gran roque es circundado,

esperando en retaguardia 

cien caballeros cruzados.

En la cima del escarpe

los famélicos sitiados

se aprestan para el combate

con teniques y magados.

 

Afilados los aceros,

tras el rezo del rosario,

se da la orden de degüello

desde el real castellano.

Finalmente..., no hay batalla

pues Bentejuí se ha tirado  

desde la roca más alta

con el faycán de la mano.

Al bramido de “Atis Tirma”

los caudillos se inmolaron

al ver que su guayarmina

triste desciende del alto. 

A los pies del Roque Grande

sitiadores y sitiados,   

sellan por siempre las paces   

alzando al cielo un gánigo.

 

VII CAPITULACIONES  MATRIMONIALES


Fue Fernando Guanarteme,

el otrora rey canario,

quien revela a los rebeldes                 

el poder de los cristianos.                   

Y el que, en julio, tras la entrega 

del presente soberano

que una niña representa,

urde un insólito pacto.

Por él, hidalgos de España

de los que fuera un aliado

se unirán a nobles damas

del linaje real canario.

Al capitán de Quintana

corresponde en el reparto

matrimonio con muchacha,

sobrina de don Fernando,

aun estando prometido

con mujer del pueblo llano

que le dio su primer hijo

siendo tan solo un soldado.

Fue una hija de Maninidra

la consorte del soriano.

Desde entonces fue María 

su impuesto nombre cristiano,

y González su apellido,

en honor de un hijodalgo

que en los llanos numantinos

roturó su solar patrio,

cultivando ibera estirpe,

uno de cuyos vástagos 

vino a echar hondas raíces

en vergel afortunado.

 

VIII REPARTIMIENTOS EN GÁLDAR


En razón de que Doramas

fue abatido por su hermano,

el joven Juan de Quintana

ve doblar sus honorarios.

Sus galones también cuentan,

alcanzando en el reparto

feraces e inmensas tierras

en el norte grancanario:

Valle de Tamaragáldar

con sus ubérrimos campos,

verdes tierras donde labran 

los diez hijos que medraron,

y descansan los que mueren

entre vómitos y espasmos 

por la plaga de la peste 

que la isla ha desolado.

 

Juan y María González

tantos hijos procrearon

que pronto repueblan los valles

sus nietos de pago en pago.

María y Juan de Quintana

vivirán por muchos años

en su casona de Gáldar,

hasta que son enterrados

a mitad de la centuria

en la Iglesia de Santiago,

memorable sepultura

de insignes antepasados.

Con ellos se inicia la saga 

de un linaje acrisolado

de la Historia de Canarias 

y del orbe americano.

 

 

ULTÍLOGOS

1. RECAPITULACIÓN SOBRE JUAN DE SORIA

 

Quien estos versos escribe es el nieto

en décimo-sexta generación

de aquel que paras las presas fue cuervo

y para las lides, incierto león.

Y llevando por mis venas su sangre

que fluye con savia guanche mezclada

reconozco que fue el mestizaje

lo que mantuvo con vida a mi raza.

Capitán don Juan de Quintana Soria:

que tu memoria sea denostada

como presunto adalid de las hordas 

que nos uncieron al yugo de España.

 

 

2. EL ARADO DE LOS SUEÑOS


La conquista sobrevino

a golpe de sangre y fuego.

Como moros y judíos,

los canarios fueron muertos

o expulsados de su suelo

por el bárbaro aguerrido.

Fueron cientos los isleños

que a su patria regresaron

y como cristianos nuevos

sobreviven apenados

al ver su tierra en las manos

de colonos extranjeros.

Tras sus nuevos casamientos,

las mujeres de las islas

guardan no obstante el acervo,

imbuyendo a su familia

la nobleza y bonhomía

que encarnaban sus ancestros.


Transcurridos cinco siglos

de este erial de sentimientos,

roturemos los baldíos

con rojo arado de sueños

que nos surca con su hierro

verdes campos de cultivo.



3. 
PROVERBIAL MESTIZAJE 


Por doquiera que transites

encontrarás bajo el drago

juncos, eneas y mimbres

dignamente entrelazados:

campesinos portugueses,

caballeros castellanos,

comerciantes genoveses,

y hasta esclavos saharianos.

Todos cruzaron su sangre,

hace de esto algunos años,

con honorables linajes

aborígenes canarios.

No da marcha atrás la historia.

Aceptemos el pasado 

de esta tierra promisoria

que a tanto colono atrajo.

Las distintas procedencias

enaltecen el legado

que nos dejan en herencia

los indígenas canarios,

y refuerzan los anhelos

de este pueblo mestizado

que se siente a un mismo tiempo

afro y euro-americano.

Nace así un archipiélago,

en medio del Atlántico,

que se abre al Universo,    

hacia un norte libertario

que abomina de conceptos 

como rango nobiliario

y origen o paradero 

peninsular o canario. 

 

UNA DE LAS  LÍNEAS  DE DESCENDENCIA DE JUAN DE QUINTANA  Y MARÍA GONZÁLEZ MANINIDRA


I

JUAN GLEZ DE QUINTANA 

N 1458 BUBEROS, SORIA

D 1535 GÁLDAR

MATRIMONIOS

MARÍA GONZÁLEZ MANINIDRA

N 1485 GÁLDAR

D 1543 GÁLDAR

II

GONZALO DE QUINTANA

N 1507 GÁLDAR

TELDE 1541

CATALINA DE CABRERA

N 1522 TELDE


III

BLAS DE QUINTANA CABRERA

TEROR 1582

ISABEL PÉREZ VILLANUEVA

 

IV

DIEGO HERNÁNDEZ CANTERO

TEROR 1600

CATALINA CABRERA 


V

DIEGO GARCÍA

TEROR 1626

MARÍA DE QUINTANA 

N 1608 TEROR


VI

BARTOLOMÉ Gª QUINTANA

N 1629 TEROR

ARUCAS 1658

 

MARÍA MATEO MONTESDEOCA

VII

GREGORIO HDEZ DÍAZ

N 1655 MOYA

MOYA 1676

AGUSTINA DE QUINTANA

 

D 1707 MOYA

VIII

FRANCISCO MATEO

MOYA 1729

AGUSTINA HDEZ DE QUINTANA

N 1707 MOYA


IX

JOSÉ GUERRA BOLAÑOS

N 1719 GUÍA

D 1775 GUÍA

GUÍA 1771

AGUSTINA MATEO QUINTANA

N 1738 MOYA

D 1785 GUÍA

X

FRANCISCO GUERRA MATEO

N 1773 GUÍA

D 1844 GUÍA

GUÍA 1796

RITA GODOY RODRÍGUEZ

N 1774 GUÍA

D 1868 GUÍA

XI

GREGORIO DE MIRANDA DÍAZ

N 1807 GUÍA

GUÍA 1827

JOSEFA GUERRA GODOY

XII

FRANCISCO BAUTISTA QUINTANA

N 1820 GUÍA

D 1868 GUÍA

GUÍA 1847

ANDREA MIRANDA GUERRA

N 1832 GUÍA

D 1908 GÁLDAR

XIII

FCO BAUTISTA MIRANDA

N 1859 GUÍA

D 1915 GÁLDAR

GÁLDAR 1878

 

 

SINFORIANA DOMÍNGUEZ DÍAZ

N 1861 GÁLDAR

D 1902 GÁLDAR

XIV

MODESTO BAUTISTA DGUEZ

N 1894 GUÍA

D 1956 LAS PALMAS

LAS PALMAS 1924

AMÉRICA GONZÁLEZ DGUEZ

N 1906 SANTA CLARA DE CUBA

D 1994 LAS PALMAS

XV

LORENZO HDEZ VEGA

N 1927 SAN LORENZO

LAS PALMAS 1952

PURA BAUTISTA GONZÁLEZ

N 1932 GÁLDAR

D 2008 MASPALOMAS

XVI

FANEQUE HDEZ BAUTISTA

N 1955 LAS PALMAS


 


                   (N: nacimiento  D: defunción)                                                   (En rojo, la línea de sangre)

 

 

GLOSARIO DE CANARISMOS

Ajijides: Gritos de júbilo muy agudos que emiten las mujeres en las culturas bereberes incluidas las etnias indígenas canarias.

Atis Tirma: Invocación al lugar sagrado de Tirma por parte de los indígenas. 

Alongarse: Asomarse, estirarse hacia adelante,…

Bucio: Concha de caracol marino que se usa, soplándola, como bocina o trompeta.

Desalada: Que se queda sin aliento por efecto de una impresión o de puro miedo.

Desinquietar: Perturbar el ánimo, intranquilizar.

Frazada: Manta de lana que se extiende sobre la cama.

Gánigo: Vasija semiesférica de barro cocido que en los ceremoniales se utilizaba para sellar la unión bebiendo leche y miel de su interior.

Guanarteme: Rey de los canarios, antiguos habitantes de Gran Canaria.

Guarapo: Savia de la palmera con la que se elabora la miel de palma.

Guayarmina: Reina de los canarios  (no debe confundirse con el nombre propio)

Guayres: Consejeros del Guadarteme, miembros del Sábor o Consejo Real.

Lengua: Persona que ejerce de intérprete o traductor (dicho en castellano antiguo). 

Letime: Borde de un precipicio o risco.

Magado: Arma ofensiva de madera que asemeja  un garrote.

Maguada: Mujer o señora en lengua guanche (no debe confundirse con harimaguada que puede traducirse por  “señora de la tierra”, sacerdotisa o vestal)

Margullar: Nadar por debajo del agua, bucear.

Reboso: Marea alta con mucho oleaje, efectos de la mar de fondo en las costas…

Sajar: Cortar, rajar…

Soco: Sitio resguardado de los vientos dominantes

Teniques: Piedras del hogar, ennegrecidas por el fuego, sobre las que se colocan las vasijas  para cocinar.

Tibicenas: Demonios con aspecto de perros lanudos rabiosos. 

GALERÍA DE PERSONAJES (por orden de aparición en los romances)

Abenchara Chambeneguer, guayarmina regente de Gáldar, esposa de Guayedra y protagonista del primero de los romances. Tras su bautizo en Córdoba recibe el nombre de Juana Fernández. 

Tenesor Semidán, Guanarteme regente de Gáldar  por minoría de edad de su sobrina Arminda. Tras ser bautizado en Córdoba durante su primer viaje a la Península recibe el nombre de Fernando Guadarteme. En los romances se le denomina también Príncipe de Guayedra  por provenir de este valle el linaje de los Semidanes.

Guayarmina, la hija mayor de Tenesor, de cristiana Margarita Fernández, recibe ese nombre indígena, que significa “reina”, porque efectivamente fue Reina de Telde tras su matrimonio con el inmolado Bentejuí al que se une poco antes de la capitulación de Ansite. Casada posteriormente con el conquistador Miguel de Trejo y Carvajal dejó numerosa descendencia.

Alonso Fernández de Lugo, Alcaide de la Torre de Agaete  que con posterioridad a los hechos narrados será el capitán de la conquista de la Palma y Tenerife y Primer Adelantado de Canarias.

Juan Mayor, indígena de Lanzarote que desde su niñez vive en Gran Canaria como rehén tras la construcción del Fuerte de Gando en salvaguarda de las intenciones del Señor de Canarias. Capturado por Pedro de Vera, actúa a su servicio  como intérprete de la lengua indígena, (“lengua” en castellano antiguo) negociando la entrega de Tenesor Semidán  y siendo uno de sus acompañantes en su primer viaje a la Corte.

Pedro de Vera, Capitán General de la conquista de Gran Canaria en la segunda y definitiva fase que va desde 1480 a 1483.

Faycán Chambeneguer, famoso  luchador  de la nobleza canaria y padre de Abenchara, la esposa del guadarteme regente conocido como Tenesor  Semidán.

Catalina Hernández, hija de Abenchara y Tenesor, nacida y bautizada en Córdoba  en 1482 durante la cautividad de su madre. De pequeña fue menina de la Infanta María en la Corte castellana. De mayor, tras su  vuelta a Gran Canaria casa sucesivamente, sin enviudar de su primer marido, con  el castellano Pedro de vega, el vasco Adán de Acedo, y el mestizo  Blas Rodríguez dejando numerosa descendencia habida de los tres matrimonios. Esto nos habla de sus privilegios como princesa canaria.

Arminda Masequera, princesa real canaria hija de la guayarmina Zayfía y Egonayga Guayasén Semidán,  a quien llamaran Guadarteme el Bueno. Bautizada en Las Palmas recibe el nombre cristiano de Catalina Guadarteme y  más tarde cuando se casa asume el apellido Guzmán por su matrimonio con el toledano Hernando de Guzmán. También conocida en el romance como la Reina niña.

Andamana, fundadora junto a su esposo Gumidafe de la dinastía de los Semidanes, que unifican en el siglo XIV el poder de toda la isla. De este matrimonio proceden los guadartemes y faycanes  de los reinos de Gáldar y Telde a lo largo del siglo XV a través de la sucesión matrilineal.

Bentejuí, joven guadarteme de Telde tras la muerte de su padre Ventagoo y de la misteriosa desaparición en la península de Aymedeyacoán. Casado con la hija mayor de Tenesor, la llamada Guayarmina, se inmola en los riscos de Ansite junto a un viejo faycán al no aceptar la rendición.

Doramas, notable luchador que por sus méritos es elevado a la nobleza como guayre del Reino de Gáldar en los dominios del monte que lleva su nombre. Fue el Capitán de la resistencia nativa que fallece en Tenoya en un enfrentamiento desigual en el que es herido por la espalda.

Juan de Frías, obispo de Canarias que traslada la sede del Rubicón (Lanzarote) al Real de Las Palmas, capitán de la conquista y defensor de los indígenas, protector de la Reina de Canaria durante su cautiverio.

Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, monarcas que con posterioridad a los hechos de la conquista de las Islas Canarias y del Reino de Granada serán conocidos como Reyes Católicos por el Papa de Roma.

Pedro de Quintana, caballero conquistador, hermano mayor de Juan de Quintana, que fallece durante la conquista de Gran Canaria según se recoge en la declaración de Hernando de Quintana, uno de sus sobrinos  canarios. Hemos supuesto en el romance que pudo ser el que lancea a traición a Doramas.

Juan de Quintana Soria, hidalgo soriano que vino con 17 años a la conquista de Gran Canaria desde sus inicios por lo que fue testigo de todos los hechos relevantes desde el desembarco en 1478 hasta la capitulación final en 1483 como él mismo declara en la Información guadartémica. Lo hemos convertido por ello en protagonista del segundo romance a pesar de que no se le atribuyen hechos meritorios de guerra en ninguna de las crónicas.

Juan Rejón, capitán  de la conquistade Gran Canaria en su primera fase (1478-1480) en mando conjunto con el deán Bermúdez con el que tiene numerosas disensiones que conducen a su  defenestración.

Pedro Maninidra, famoso guayre de Telde, capitán de las milicias nativas que destruyen  la Torre de Gando, hermano de Tenesor Semidán a quien acompaña a la Península en su primer viaje. Participa posteriormente al mando de una compañía de indígenas canarios en las conquistas de La Palma y Tenerife. 

María González Maninidra, hija o nieta de Pedro Maninidra y esposa de Juan de Soria con el que tiene numerosa descendencia. 

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