IRMA MORA DESCIFRA LAS INSCRIPCIONES DE LOS ABORÍGENES CANARIOS
Yuri Millares noviembre 3, 2021
(Fragmento de dicha entrevista publicada en la revista Pellagofio)
–¿Cuál era la función de esas inscripciones en Canarias?
–Eso es lo que tenemos que averiguar. A través de los datos que tenemos, sabemos que tenían conocimiento de la escritura y que las inscripciones estaban ahí para ser leídas. Ahora, el significado…
–Ah, todavía no sabemos lo que dicen.
–Sabemos leerlas, pero no lo que significan del todo. A través de este estudio, hemos identificado preposiciones, adverbios, morfemas verbo-nominales, etc. Es decir, todos los elementos lingüísticos con significado gramatical. También, el análisis gramatical nos ha permitido localizar antropónimos y etnónimos que guardan relación con el mundo libio-bereber. Así, por ejemplo, el adverbio de negación WR a comienzo de palabra, que observamos en varias inscripciones herreñas, revela un rasgo característico de la antroponimia libio-bereber. Muchos nombres propios se construyen a través de la negación como, por ejemplo, el antropónimo tuareg Wer-tenezzu ‘Ella no se vende’ (un nombre que nos puede parecer extraño, pero que los tuaregs usan para diferenciar a las mujeres libres de las esclavas).
Tenesor Semidán obra de Borges Linares
DISQUISICIÓN AL RESPECTO DEL ANTROPÓNIMO WER-TENNEZZU
Tras leer esta magnífica entrevista de Yuri Millares a la epigrafista Irma Mora me quedé dándole vueltas a la única traducción que la doctora Mora da por probada a lo largo de la entrevista por el parelismo que existe entre determinadas inscripciones de Túnez (de las cuales consta traducción) y otras de la isla de El Hierro. Si, como dice Mora, “Wer-tennessu” significa con certeza “Ella no se vende” en atención a que se trata de una mujer libre, si elidimos el prefijo negativo Wer- tendríamos que Tennessu significa “el vendido o el que se vende”.
Y de aquí podría deducirse que Tenessor Semidán viene a significar el Semidán que se vendió al rey de Castilla y que Tenesso (lo de Tenesoia es un error de lectura de una crónica antigua) viene a significar “La que se vende o la vendida” en alusión a la deserción de la princesa indígena después de la liberación de 113 rehenes cristianos y de su retorno a Lanzarote.
Todo esto parece muy arriesgado pero creemos que hay una forma de poner a prueba esta hipótesis y es comprobando si dicho apelativos aparentemente despectivos, que no nombres, pudieron haber sido empleados tardíamente y no se corresponden con el nombre original de dichos personajes.
En la “crónica madre” de Marín de Cubas, permítaseme que así la llame, no aparece el nombre de Tenesor para referirse a Fernando Guadarteme por ningún lado. Y sin embargo en repetidas ocasiones el guadarteme es llamado por el nombre de Guayedra que creemos que es el correcto.
En cuanto a Tenesso no hay en la obra de 1687 ninguna referencia a este nombre. En la edición impresa de 1694, sin embargo, aparece un breve párrafo acerca de este personaje femenino con inclusión de algunos errores garrafales que demuestran que ha introducido un texto que no estaba en la crónica madre que Marín de Cubas tiene delante de sus ojos en su biblioteca.
El texto dice así:
“Luego que llegaron de España imbio a Canaria doña Ignes a ver si por algún espia se supiesse lo que alla pasaba: volvió la carabela con tres cautivas, una mosa, las dos ancianas que en el charco del bañadero en la costa del Ayraga se estaban bañando, las ancianas cuidaban de la mosa que era Señora sobrina del Guadartheme; cautivaronlas quatro hombres por tierra a vista de la lancha que luego los recogia acudiendo a la defensa quince o mas canarios a nado, mataron a dos a estocadas y a otros retiraron heridos que siegamente se metían a hazer presa. Desmaiada la Mosa le rociaron con agua salada y vuelta en sí se arrojo a el agua y fue detenida y atada luego : dixo en Lanzarote que por solo su rescate daria su tio en Canaria 130 cautibos, su nombre Tenesoia del Barranco de Asuage y ningún rescate por ella se efectuo, fue christiana, llamose Luisa casose con un primo pariente del Rey fue de Lanzarote, Andres de Betencourt, despues vivieron en Canaria con sucesión en Galdar”.
El nombre de Tenesso no aparece pues en la crónica madre sino que Marín lo introduce en un añadido posterior. La deformación del término (Tenesoia por Tenesso) ya sabemos que se debe a un error de lectura de textos originales y que donde se decía “…Tenesso y era sobrina…” alguien leyó “…Tenesoia Vidina…” (Canarias: Crónicas de su conquista, Morales Padrón Francisco, Lacunense, p. 197)
Otra prueba de que se trata de un añadido erróneo es que nos indica Marín de Cubas que Tenesoia (sic) era natural del barranco de Asuaje. Hoy sabemos que ese no es un término indígena sino la castellanización del apellido Soaggi, correspondiente a un colono italianao poseedor en el siglo XVI de plantaciones en el barranco al que da nombre.
Veamos lo que dice al respecto de estos términos, Tenesor y Tenesso, el Diccionario ínsuloamaziq (DHEAI) tras el cual se sitúa un ingente trabajo, muy completo y meritorio, de recopilación de fuentes:
Fecha edición Variante usada
THENEZORT
Castillo 1737:51r Tenezor Semidán
Castillo 1737 72v 73 r Thenezort
Berthelot 1842 I:194 Tenesor
TENESOYA
“Canarias: crónicas de su conquista” de Francisco Morales Padrón
Ovetense (1478-1512) 1993:122 Tenesoyas
Cedeño (circa 1490) 1993:353 Thenesoia
Lacunense (circa 1621) 1993:197 Tenesso
López de Ulloa (1646) 1993:273 Tenesoyas
Castillo 1 737 45v-46r Tenezoya Vidina
Después de este repaso a las fuentes podemos concluir que el término Tenesor en cualquier de sus variantes lo introduce por primera vez Castillo en el siglo XVIII y que el término Tenesso en cualquiera de sus variantes está integrado en las crónicas de la conquista de las islas que transcribe Morales Padrón aunque aparece incorrectamente escrito (Tenesoia por Tenesso) excepto en Crónica Lacunense, que es la más tardía. Debemos aclarar que ninguna de estas crónicas se escribió al tiempo de los hechos sino que fueron escritas con evidenciada posterioridad a los mismos pues la crónica madre de la que beben está desaparecida. Ya hemos señalado que nosotros tenemos la convicción que dicha crónica madre subyace en la obra de Marín de Cubas, siendo el corpus de 1687 mucho más fiel al presunto original que la edición de 1694 en la que Marín introduce multitud de errores de todo tipo pero especialmente cronológicos.
CONCLUSIÓN
Después de esto, creemos que es posible mantener la conjetura de que el significado de ambos apelativos, que no nombres, a la luz de la aportación de Irma Mora podría explicarse por la deserción y traición de ambos personajes de la familia real de la isla de Canaria en perjuicio de sus congéneres motivo por el cual habrían sido denostados con esta denominación.