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jueves, 17 de febrero de 2022

Proceso al vº de Agüimes Sebastián García por confraternizar con piratas herejes (1586)

PROCESO A SEBASTIÁN GARCÍA Vº DE AGÜIMES POR CONFRATERNIZAR CON PIRATAS HEREJES AÑO 1586

 


INTRODUCCIÓN

Mostramos en el anexo I de este trabajo un extenso documento del archivo de la inquisición de Canarias del año 1586 transcrito  por Juan Ramón García Torres. Se trata del proceso seguido en ese año a Bastián García, vecino de Agüimes en el término de El Carrizal, por favorecer la herejía al confraternizar con piratas ingleses. En realidad, después de un proceso sumario el reo será conminado a abjurar de levi en el noveno auto de fe que tuvo lugar un año después del proceso, el 22 de julio de 1587, cumpliéndose al día siguiente con la pena impuesta de ser sacado a la vergüenza por las calles públicas de la ciudad. La levedad de dicha pena se explica por la pobreza e ignorancia del inculpado y sobre todo por la defensa cerrada que hacen de su persona vecinos cualificados del Señorío de Agüimes que testifican en su favor en la información realizada al efecto por el cura de Agüimes Rodrigo Álvarez siguiendo órdenes del señor inquisidor don Francisco Madaleno.

Bastián fue capturado con engaño (cuando cogía carnada en la playa para pescar a caña en una hondura frente al Risco Verde junto a las cuevas blancas de Arinaga) por los tripulantes de una lancha  o patache que se acerca a la costa en busca de agua y pan porque dicen haber sido robados por los franceses. Entre ellos venía un negro de habla portuguesa que es quien se dirige en dicha lengua a Bastián y quien lo apresa.

A continuación es llevado en la lancha  hasta un barco pirata inglés denominado Falcon que estaba mar afuera con una tripulación de unos cuarenta hombres en total. Más tarde, después de una aguada fallida por estar el pozo seco en Autigrande (sic), a donde habían ido guiados por Bastián, este es obligado con amenazas a informar a sus captores de la situación del puerto de las Isletas y de sus defensas pues hacia allí querían dirigirse para hacer rapiña. 

Con Bastián a bordo de la lancha, dieciocho ingleses asaltan de noche el barco de Francisco Cortés surto junto al palo en la bahía de las Isletas y roban cuanto pueden, sobre todo ropa y alimentos, de las cajas que almacenaba el barco en sus bodegas. Cuando con las primeras luces del día ven salir del puerto varias embarcaciones en ayuda del navío de Cortés, la lancha con los ingleses huye apresuradamente y se reúne horas más tarde con su barco nodriza el Falcon en el que les esperaba mar adentro el capitán inglés con el resto de la tripulación. 

A partir de entonces se dirigen hacia el sur a Maspalomas a hacer aguada y es allí donde Bastián, alertado por el negro que habla portugués de que iba a ser vendido como esclavo en Berbería, logra ocultarse y huir dejando atrás un ropaje y unos bacalaos y algo de pan que le había donado el capitán lo que nos hacer pensar que su liberación fue pactada. Cuando la compañía de milicias de Agüimes, al mando del capitán Juan de Mireles, se dirige con 24 soldados hacia el sur para perseguir a los ingleses, en el pocillo de Viscano (o Liscano) “que está en el camino” estos se encontraron con Bastián García que venía huyendo con un barrilete vacío en la mano y después de oír la historia que les contó a lágrima viva y de emplazarlo a presentarse  a dar parte ante la autoridad, los milicianos  prosiguen su camino hacia Arganeguín (sic) donde capturan a un joven marinero inglés de 21 años llamado Juan Reman que era miembro de la tripulación del barco pirata al que vigilaban. No se dice el motivo de que estuviese este marinero solo en Arganeguín  aunque hay que pensar que se perdió durante una escaramuza en la costa o que fue represaliado por el capitán de su barco y abandonado a su suerte. Tal y como nos cuenta Millares Torres en su obra Historia de la Inquisición de Canarias el tal Juan Reman fue también procesado por el Santo Oficio y condenado tras el noveno auto de fe a diez años de galeras (véase el anexo II de este trabajo).