J JUAN DE QUINTANA, EL CABALLERO DE SORIA | ||
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PREÁMBULO
LA CUNA DEL CONQUISTADOR
(Buberos, Soria)
Emplazada en un repecho
sobre el llano numantino
fue la Villa de Buberos
el comienzo del camino
hacia atlánticos destinos
de un hidalgo aventurero.
Es hoy un triste paraje,
tan desolado y amargo,
que por sus vetustas calles
sumidas en el letargo
la Muerte pasa de largo
más asustada que nadie.
Gentes venidas a menos
lo habitan, sin vislumbrar
que el incesante saqueo
de su acervo medieval
los sepulta sin piedad
en un pueblo cementerio.
Solo queda en pie una Iglesia,
al Bautista consagrada.
Su románica silueta
y una hermosa cruz de plata
son las únicas estampas
de otros tiempos de grandeza.
Y aquella antigua casona
que fuera mansión ilustre
hoy es campo de amapolas
pues dinteles y techumbres
hace tiempo que se hunden
al embate de la Historia.
Del expolio cometido
se custodia en Almenar,
en el cercano castillo,
el escudo del portal
de una casa señorial
cuyos techos han cedido.
No es este el blasón guerrero
que hemos venido a buscar,
el del ya mentado ancestro
que partió de este lugar
quinientos años atrás
en busca de un mundo nuevo.
Una emotiva inscripción
del fracaso nos consuela
pues reza que allí nació
de Machado la que fuera
breve esposa y musa eterna:
su querida Leonor.