Mostrando entradas con la etiqueta Barrabás y otros dichetes de Agüimes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Barrabás y otros dichetes de Agüimes. Mostrar todas las entradas

viernes, 2 de febrero de 2024

Sobre los Barrabás y otros dichetes de Agüimes

ENTREVISTA A RAFAEL BORDÓN SANTANA

 




SOBRE LOS BARRABÁS Y OTROS  DICHETES DE AGÜIMES

 

RAFAEL 

Antes que nada buenos días, Faneque,  bienvenido a mi casa.  Es un orgullo y un honor que te hayas sentado en mi cocina porque eres de las fuerzas vivas del pueblo.

FANEQUE

Gracias por la acogida, tuya y de Teresita Ruano, tu mujer. Como ya sabes, vengo a recoger tus recuerdos sobre los dichetes de Agüimes con especial atención a los Barrabás porque estoy escribiendo una obra de teatro sobre el motín de 1708 donde uno de los protagonistas recibe ese apodo de Barrabás.

RAFAEL

Las noticias que tengo yo de los Barrabás me las dio un tal Damián, hijo de un tal Juanito Ángel Suárez que fue a Cuba e hizo fortuna que viene a ser el abuelo de Cati, la concejala de nuestro ayuntamiento. Entonces, ese hombre estaba en Cuba e hizo fortuna. Se dedicaba a vender leche y forraje en la ciudad. Y tenía gente trabajando con él. Los de Agüimes iban a su propiedad en Santa Clara porque Juan Ángel los acogía hasta que encontraban algo. Los Barrabás eran Artiles de apellido. Este Barrabás que digo  es abuelo de Domingo Artiles el que trabaja en el ayuntamiento.  Se llamaba José Artiles y estaba en la casa cubana de Juan Ángel, el paisano de Agüimes, pero había otro de Ingenio que se llamaba igual, José Artiles, por lo que había jaleo a la hora de llamarlos y eran más o menos de una edad. Este José Artiles de Agüimes que era un hombre alto, fuerte, de trabajo, dijo entonces para hacer más fácil la cosa: “Mira, a mí me dicen Barrabás”. Esto me lo contó, como te dije, Damián el hijo de Juan Ángel Suárez.

Yo conocí bien a José Artiles al que llamaban Pepito Barrabás. Era un hombre alto, fuerte. Tenía una labranza por ahí, cerca del pedregal camino del cementerio, por la plaza, un poco más arriba. Era un hombre bien amañado y capaba cochinos y burros también. Cuando los burros eran muy ariscos, el caparlos los amansaba. Lo  cochinos se capaban a los ocho días de parida la cochina porque el cochino cuando llega a los seis o siete meses da olor la carne. Si no se capan, la carne da olor a macho. Había unos cuantos bien amañados que capaban cochinos: Luisito Caballero, Bartolo Suárez  y Pepito  Barrabás. Así lo llamábamos. Pepito era un hombre muy popular en Agüimes. Se casó en Cuba y vino con una mujer que era descendiente de Miguel Ángel de Agüimes, por eso los hijos son Artiles Caballero. 

Vivía cerca de lo que hoy, vamos a ver, sitúate en el hotel de los camellos, la otra casa tirando para bajo que hay una tienda, no, sino  la otra casa que pega por debajo que tiene un granero donde hay una entrá que da a los Mauricio.  Allí vivió Pepito Barrabás toda su vida. Creo que esa casa se quedó con ella su hija Maruca Artiles que se murió no hace mucho. De sus hijos varones, el más viejo era Domingo, el padre de Domingo el del ayuntamiento, después venía Antonio y después Fernando. Antonio es un poco más viejo que yo y Domingo de mi edad. Todos tres han muerto.

 

Me acuerdo también de una hermana de Pepito Barrabás que se llamaba Chanita que vivía en el Ejido aquí donde está el supermercado Álvarez. Era una mujer muy alta que rezaba mucho. Chanita tenía tres o cuatro hijos en la península durante la guerra. Entonces no estaban las casas baratas y se veía la cruz de la montaña de Agüimes y ella todos los días por la mañana desde que se levantaba, toda vestida de negro, se ponía rezando para la cruz para que no les pasara nada a sus hijos y volvieran sanos a casa.  Esta Chanita,  hermana de Pepito Barrabás viene siendo familia de Fernando el de los Sombreritos. Es la abuela de Manolo Carretero casado con una hermana de Alejandro el de los Sombreritos.

 

Conocí bien a otro hermano de Pepito Barrabás que le decían Media Carrera, Antonio Media Carrera. No estaba bien de la cabeza, era solterón y vivía con otra hermana soltera precisamente en la casa que está pegada, por arriba, a la casa de los camellos, la que está medio abandonada. Eran los dos solteros y tenían la labranza pegada a la de su hermanos. Imagino que eran tierras de los padres que se dividieron. Media Carrera estaba medio abandonado. Los chiquillos le teníamos miedo pero luego no hacía nada. Yo recuerdo que con palmas hacía hilo y se cosía la ropa y por lo visto tenía vacas pero lo tenía todo abandonado.

Conocí como ves a varios hermanos  y al único que llamaban Barrabás era a Pepito,  no porque fuera el dichete de la familia sino porque él se puso ese nombre para que lo distinguieran del otro José Artiles. Los Barrabás de hoy son los descendientes de Pepito, cuyos hermanos no eran Barrabás pues como ya te dije él mismo se puso el dichete para que no lo confundieran con otro que se llamaba igual. De ahí para acá sí vienen los Barrabás que son los hijos y los nietos de Pepito. 

En cuanto a otros dichetes célebres de Agüimes te diré que en mi caso nos dicen los Purriones. Por lo visto mi bisabuelo era medio gago y no pronunciaba bien el porrón sino que decía el purrión y en la siega decía “Trae el purrión” cuando tenía sed y así se quedó.

En cuanto a los Pasúos que son García de apellido no conozco el motivo de ese dichete.

FANEQUE

Ahí te puedo dar mi opinión pues encontré un dichete similar en la parte de Gáldar siglos atrás y allí con lo de Pasudos querían decir que tenían el pelo como pasas, es decir muy negro y muy rizado, queriendo reflejar que eran descendientes de negros. Imagino que aquí podría significar lo mismo.

RAFAEL

Yo recuerdo a un tal Agustín García “el Pasudo” que era hijo de Juanito Abrante. Juanito era el recadero del ayuntamiento pero no sabía leer ni escribir. Juanito era un hombre chiquito. Cuando le decían vete a tal sitio y dile tal cosa a fulano entonces él se iba repitiendo lo que tenía que decir para no olvidarse del recado. 

Sobre el dichete Diez Mil te diré que Juan Diez Mil, que era González de apellido,  emigró y estando en Cuba se ganó una lotería de diez mil duros. Eran una familia muy humilde que no tenían ni donde vivir y ese hombre viene con diez mil duros a Agüimes. Imagínate, con ese dinero se podía comprar medio Agüimes. Compró terrenos de labranza y se convirtió en un labrador fuerte. Se casó con una hija de otros labrador. El presumía de aquel dinero y pegaba a pagar copas y empezó a relacionarse con otra gente y la gente empezó a decirle Juan Diez Mil Duros. De ahí viene el apodo al que luego le quitaron los Duros.

De los Pursianos no sé decirte. 

FANEQUE HERNÁNDEZ: 

Yo oí decir a uno de ellos, hermano de Chani, la mujer de Domingo Caballero, que lo de Pursianos venía de principios del siglo XX con la I Guerra mundial, también llamada la guerra del catorce. Parece ser que un ascendiente de ellos era partidario del bando que lideraba Prusia y de ahí vino lo de Prusianos o Pursianos.

RAFAEL

De los Parteros te puedo decir que son los Méndez del Ejido, famosos luchadores que también les decían los gatos. Hay muchos parteros en Agüimes. Precisamente, la mujer de Domingo Caballero, Chani, es Pursiana por parte de padre y Partera por parte de madre. Eso viene porque había una señora en Agüimes que era partera. Era la bisabuela de Chani y los hijos se quedaron con ese dichete.

Los Gatos eran tres hermanos Melchor, Vicente y Pedro. Los gatos y los parteros eran lo mismo. Sin embargo, una hermana de estos se fue al Carrizal pero allí les decían solo los Gatos.

FANEQUE

Por lo que cuentas, Rafael, los dichetes se aplicaban solo a las familias humildes. ¿Cierto?

RAFAEL

La mayoría de los apodos eran de las familias pobres. Yo no recuerdo dichetes de la gente rica, pero déjame seguir con los dichetes de los que me acuerdo.

Los Davines eran en el barrio donde dicen el cuartel. Allí vivían y se dedicaban a la arriería. Tenían sus mulos y sus bestias y se dedicaban a llevar cosas de un sitio para otro. El primer de los Davines parece ser que era un hombre muy popular Yo no conocí a él sino a su descendencia. Eran la única familia que tuviera de nombre de pila a un tal David y así quedaron sus descendientes como los Davines . Iban a la cumbre a traer retama para calentar los hornos o también aulagas. Yo conocí a uno de ellos que iba con el padre y daba dos viajes diarios a la cumbre a buscar retama. Llegaban al aclarar el día y ya tenían la carga de la mula cortada y preparada desde el día anterior. Cargaban la mula y venían para Agüimes. El padre le decía al hijo: “La mula se sabe el camino” y era verdad. Llegaba hasta la panadería de Agüimes y a veces iban a Ingenio. Dejaba la carga y volvía otra vez parriba pa’ la cumbre. Llegaba hasta el Pinillo, Zamora, los Guaniles más o menos las montañas que vemos desde aquí pues la retama es de sitios altos. Cuando llegaban cobraban pan en vez de dinero. La mula, decía el padre, es la comida de la casa. Estos Davines llegaron a tener barracos es decir machos para montar a las cochinas. Hasta que la cochina se cubriera ellos le llevaban el macho y de ahí quedaron también estos Davines como los Barracos.

 

Como anécdota te voy a contar que para un mismo apellido según cómo lo pronunciaras se podía diferenciar a los ricos de las pobres. Había forma de hacerlo. Los ricos eran por ejemplo don Francisco Herrera, don Cristóbal Herrera, etc. Después estaban los otros que eran pastores emparentados con los Bordones y a estos los llamaban Jerreras: Pancho Jerrera, Chanito Jerrera, el de los ciegos, y otros. Así es que el mismo apellido se pronunciaba diferente según fueran ricos o pobres. Había por cierto un Pepito Jerrera que sabía leer y cogía el periódico y silabeaba un rato hasta encontrarle sentido a un titular y cuando por fin lo entendía la repetía en voz alta para asombro de los demás.

 

Los Paleros son una familia muy grande. Hay uno que es carpintero bueno. Esta gente tenían en Pajonales de la Casa Blanca para arriba y les decían los Pajonaleros pero luego se vinieron p’al pueblo y así fue perdiendo el nombre de Pajonalero y pasó a ser Palero. Son de apellido Ortega y hay uno que le dicen Miguel o los Miguelillos. Había varios que se llamaban Miguel. Lo mismo que pasó con los Davines. Dentro de esos mismo Paleros estaban los Migueles porque uno de ellos se llamaba así y era muy simpaticón.

Otros eran los Moñigos, pastores que viven en Las Cruces. Esa gente procedía de La Pasadilla según me cuentan los hijos. Se establecieron por aquí. Eran de apellido González y conocí entre otros a Pepito el Moñigo. Tenían fama esta gente de no ser muy limpios en el sentido de la elaboración del queso. Se decía “No le compren el queso a fulano” y esto era por los utensilios que se usaban para eso. Solían vender queso en las tiendas pero nadie quería el queso de la Moñiga.

Los dichetes se pueden usar para faltarle a alguien pero cuando se usan para identificar a una familia entonces no molestan. Cuando se dicen de forma ofensiva o de guasa sí molestan. A mí me resulta normal que me digan que yo soy de los Purriones. No obstante yo me crie en una casa de familia rica de Agüimes aunque mis padres eran labradores. Mi madre vivía en casa de doña Belén en la misma casa que ahora tiene Tina Rosa. En ese casa me crie yo hasta los 20 años. Mi madre no era la sirvienta de doña Belén y de don Rafael. Por cierto, de ahí viene mi nombre. Aunque tenían hijos adoptaron a mi madre que era santanera aunque es verdad que ella no tenía los mismos derechos. Era considerada una hijastra. Ayudaba en la casa y era como una muchacha de compañía. Eran tantos los niños de la casa cuna que se llamaba a adoptarlos. Mi madre se crio en un ambiente rico. Era muy conversadora. Mi padre era labrador con unas pocas tierras en propiedad y medianero de gente rica. Se llamaba Pancho Bordón y mi madre, Germana Santana y mi abuelo por parte de mi padre Juan Bordón Caballero de quien otro día hablaremos. Yo fui a la escuela por mi madre. Mi padre decía que el hombre que no sabe coger un arado u ordeñar una vaca es un desgraciado. No sabía más que de labranza y de mirar el cielo a ver si llovía. Mi madre cuando se casó le hicieron la casa, le dejaron terreno agua en la heredad. A los viejos, les llamábamos madrina y padrino.