ROMANCE DE LAS GUAYARMINAS
(Zaifía, Tenesso, Abenchara, Genoia y Arminda)
LA VENUS DE LOS RISCOS OBRA DE ALBERTO LACAVE |
EXORDIO DE CATALINA DE GUZMÁN
Desgranando sus recuerdos
del tiempo de la conquista
por el Sagrado Museo
noble señora nos guía,
desvelándonos la historia
de que fue protagonista
muy segura hasta que evoca
infantiles pesadillas.
Sobre el círculo de piedra
se alonga, curiosa, Arminda
para escuchar la tragedia
que el Faycán les vaticina.
Sin captar bien lo que dice
por los gestos adivina
que se cierne algo terrible
sobre el cielo de la isla.
Hasta detrás de los muros
salta entonces la noticia
de barcos de guerra surtos
al nordeste, en la bahía.
Brama un bucio desde el roque
convocando a las milicias
y al instante cien azores
levantan el vuelo en Tirma.
Cuando recobra la calma,
nos conduce Catalina
hasta la Cueva Pintada,
a la roja y blanca cripta,
donde advierte al visitante
que fue reina, mas no abdica
de su orgullo por la sangre
y la tradición nativas.
I. MALOS PRESAGIOS
Egonayga Guayasén
es el padre de la niña
que estaba llamada a ser
la última reina indígena.
La noche en que Arminda nace
la luna llena se eclipsa
cuando Zayfía, su madre,
de un mal parto, fallecía.
Desde antes del ocaso,
atorrado en las sabinas,
un alcairón con su canto
agoraba la desdicha.
A pesar de esos presagios
vino a la luz Arminda
agraciada por los rasgos
de las Altas Guayarminas.
Alba piel como la luna,
luceros de aguamarina,
y solar melena rubia
que a Andamana glorifican.
Pero los astros no yerran,
pues al poco de nacida
redobles de guerra suenan
entrando en la regia villa.
Son señoriales mesnadas
que vienen a la conquista
del alto Reino de Gáldar
a las órdenes de Silva,
caballero portugués
desposado con la hija
de Diego de Herrera, el Rey
por entonces de las Islas.
II. EL GUADARTEME BUENO
Han llegado al mismo Agáldar
en adelantada huída
por los fuegos que a su espalda
les condenan la salida.
Rodeados en la plaza
por indígenas milicias
a la muerte plantan cara
cuando escuchan voz amiga.
Hablándoles en cristiano
una dama los conmina
a rendir al rey canario
obligada pleitesía.
“Si no deponen sus armas,
-son palabras de Tasirga-,
perderán toda esperanza
de salir de aquí con vida”.
Tras varios días de encierro,
el ejército de Silva,
admitiendo el desbarato,
ante el canario claudica.
El Guadarteme de Gáldar,
perdonando su osadía,
les impone retirada
de sus ansias de conquista,
y ofreciéndoles su brazo
los conduce hasta la orilla
donde un barco lleva dando
campanadas noche y día.
Los Señores de Canarias
que su gesta nunca olvidan,
desde entonces a Egonayga
como “el bueno” lo apellidan.
III. EL RAPTO DE TENESOYA
En cruciforme palacio,
junto a la regia capilla,
Arminda crece al cuidado
de su fiel aya Tasirga.
Los juegos que más aprecia
son los besos de su prima,
de la donosa doncella
que es Tenesoya Vidina.
Mas un día del invierno
se torna en llanto la risa
cuando acontece el secuestro
de su adorada madrina.
Ojos verdes de lujuria
tras de unos matos vigilan
a la regia diosa rubia
que desciende a la marina.
Al salir del bañadero,
desnuda como una ninfa,
viles faunos al acecho
le dan caza en plena orilla.
A Lanzarote la llevan
junto a su aya, Tasirga,
que a pesar de ser ya vieja
con dientes y uñas la cuida.
Será Guadarteme “el Bueno”
quien tome la iniciativa
de un canje de prisioneros
por su joven guayarmina.
¡Ciento a una es la propuesta!
¡Tanto quiere a su sobrina
que, por las ansias de verla,
echa el resto en la partida!
IV. LA DIANA LIBERTADORA
Desde Teguise retorna
áurea diosa rediviva,
mas la dulce Tenesoya,
a la vuelta no es la misma.
La Diana libertadora
ya no despierta con risas
sino con quedas congojas
que desconciertan a Arminda.
Hasta que una noche negra,
sin que “el Viejo” lo aperciba,
huye de la alcoba regia
enfrentándose a las brisas
hasta llegar a una playa
en recóndita bahía
en la que vara una lancha
al rayar la amanecida.
De allí zarpa con su amor,
apuesto perdonavidas
de apellido Betancor,
llamado en la santa pila
como su abuelo Maciot,
el que vino a la conquista
con su tío el Gran Señor
de la Casa de Gran Villa.
Con él se casa en Teguise,
a la vez que la bautizan,
en ceremonia sublime
que el sortilegio invalida
cuando, inmersa en agua santa,
se convierte en doña Luisa,
en loor de un Rey de Francia
que es onceno en larga lista.
V. EL DESEMBARCO DE LAS ISLETAS
Egonayga, trastornado
por las tornas de la vida,
maldiciendo a los normandos,
postrado en cama, agoniza.
Pronto el Sábor se reúne,
cuando el astro rey indica,
llegado su viaje al culmen,
que un nuevo ciclo se inicia.
Y es en esa misma fecha
que a Las Isletas arriban
seis grandiosas carabelas
de los Reyes de Castilla.
“La manadas de centauros
que salen de sus barrigas
-relaciona consternado
el guayre que los vigila-
calzan herrados cascos
que en los callaos rechinan
y dejan profundo rastro
en las dunas amarillas.
Concluido el desembarco
ante una cruz se arrodillan;
avanzando luego cautos
hacia el sol del mediodía.
Junto al río Guiniguada,
sobre una escueta colina,
talando un bosque de palmas
sus reales fortifican.
Allí adentro nos esperan
provistos de armas malignas
que atruenan, relampaguean,
y dan muerte a quien las mira”.
VI. REGENCIA DE TENESOR
Cuando fallece Egonayga,
al ser tan pequeña Arminda,
Abenchara es proclamada
como nueva guayarmina.
Sube con ella al trono
un varón de nombradía:
Guayedra, su amado esposo
y buen padre de familia.
Asumiendo que es regente
hasta que Alcorac decida,
entabla paces con Telde
y encabeza una ofensiva
que se estrella ante las astas
y aplastantes correrías
de cien centauros que cargan
contra las filas nativas.
Su alianza con Portugal
también resulta fallida
cuando su Armada Real
en el istmo es repelida.
A pesar de los reveses,
las defensas reorganiza
renunciando al frente a frente
por la guerra de guerrillas;
mas el avance extranjero
las alianzas debilita
alejando los anhelos
de una gran nación unida.
El cúmulo de desgracias
parece que no termina:
con la muerte de Doramas
se le viene el mundo encima.
VII. EL PACTO DE CALATAYUD
Llegan nuevas sorprendentes
del oriente de la isla:
el guadarteme de Telde
embarca en nao enemiga
y con su esposa y seis guayres
cruza la estepa infinita
al concierto de las paces
con los Reyes de Castilla.
Denunciando la violencia
de las razias de conquista
libertades y franquezas
de los suyos garantiza.
Fue Aymediacoán, el padre
de Tenesoya Vidina,
quien pacta con sus iguales
tan meritoria salida.
La Corte bilbilitana
a los canarios cautiva;
lo cierto es que esa embajada
nunca regresa a las islas.
Brindaremos por quien halle
la respuesta de ese enigma
en las cédulas reales
de Aragón o de Castilla;
pues creemos que en el pacto
que en Calatayud se firma
honrosos fueros canarios
dos monarcas ratifican.
Mas antes de su proclama,
y al poco de su partida,
la legación grancanaria
se hunde en el mar de la insidia.
VIII. LA TORRE DE AGAETE
Erigiendo en Agaete
casa fuerte de vigía
abre De Vera otro frente
a su guerra de conquista.
Por Gáldar ya merodean
las implacables cuadrillas,
cuando la entrada a la Cueva
entullan a toda prisa,
en procura de que el antro
de la sagrada capilla
no se viera nunca hollado
por cristianas tropelías.
Los soldados de Peraza,
en una de esas partidas,
persiguen a unas maguadas
por los riscales de Tirma.
En pos de la buena pieza
que escapa ladera arriba
un gomero a la carrera
de un mazazo la derriba.
Hasta la torre siniestra
ya la llevan malherida
junto al resto de las presas
de su innoble cacería.
Cuando advierten que Abenchara
es reinante guayarmina,
de inmediato es que la embarcan
rumbo al puerto de Sevilla.
En el fondo de una cueva,
aterrada llora Arminda
por temor de que a las puertas
batan alas las arpías.
IX. EL PACTO DE CÓRDOBA
El Guadarteme de Gáldar,
también la Corte visita
angustiado por la falta
de su esposa que está encinta.
Acude a Córdoba el rey
por amor a su familia,
y por arrimo al poder
que su esposa legitima.
Un guadarteme sin reino
raudo regresa a las islas,
en la armada de refuerzo
de don Miguel de Mujica
con la mente y alma puestas
en velar por dos cautivas
bautizadas a la fuerza
como Juana y Catalina.
Manteniendo de rehenes
a su esposa y a su hija
la extorsión al guanarteme
da sus frutos enseguida.
De consuno, los galdenses
obedecen sus consignas;
mas por los predios de Telde
se recrudece la lidia.
El indómito Tasarte,
rompiendo la disciplina,
hacia las sierras escapa
llevando consigo a Arminda.
Allí ejerce de adalid
de la resistencia unida
tras casar a Bentejuí
con la nueva guayarmina.
X. LA VICTORIA DE AJÓDAR
Los cristianos los persiguen
cruzando la serranía
detrás de una niña virgen
que a su patria simboliza.
Atorradas en un roque
que está a espaldas de la isla
al martirio se disponen
las rotas fuerzas nativas.
Impacientes por la espera,
Pedro de Vera y Mujica
por ambos flancos acuerdan
el asalto a su guarida.
Sube primero la cuesta
poderosa compañía
de espingardas y ballestas
que no alcanza a ver la cima.
Un alud de pétreas ruedas,
que hace temblar la colina,
los serpenteos revienta
de la hilera vizcaína.
Suenan luego en las alturas
ajijides de alegría
cuando una intrépida jurria,
a palo y pedrada limpia,
arremete con bravura
y estruendosa gritería
contra las tropas en fuga
del gran reino de Castilla.
Pedro de Vera, trémulo,
al ver la guerra perdida,
que lo salven del infierno
a sus aliados suplica.
XI. LAS TENTACIONES DE TENESOR
Se interpone en la ladera
parando la acometida
aquel que llaman Guayedra,
a quien aman todavía.
El converso guadarteme
al buen Tasarte conmina
a que la contienda cese
y les perdone la vida.
“Bien amado Tenesor
-el fiero guayre se inclina-
aquí tienes la ocasión
de ganar la honra perdida.
Si aceptas ponerte al frente
de estas valientes partidas
serás de nuevo el regente
de una gran Canaria unida.
Celebraremos tu enlace
con la amada reina niña
tan pronto demos remate
a la caterva enemiga”.
“Juré ante el Dios cristiano
-el guadarteme replica-
que sería un buen vasallo
de los reyes de Castilla”
“Si otra vez sales al paso
-le espeta el guayre con ira-
tendrás que asir el magado
para frenar mi embestida”
En los altos roquedales
la esperanza sigue viva
cuando invictos altahayes
llevan a hombros a Arminda.
XII. EL ASEDIO DEL BENTAYGA
En cumbrero pleno invierno
la madrugada es tan fría
que se entumecen los dedos
y todo el cuerpo tirita.
Esta vez los sitiadores,
rehuyendo la subida,
se atrincheran bajo el roque
por ver que el hambre los rinda.
Muchos niños desfallecen
por falta de agua y comida;
sus despojos inocentes
se lanzan desde la cima
contra unas tropas de asalto
que corren despavoridas
al ver de cerca el estrago
de su cerco genocida.
Ya no hay higos ni cebada
en las despensas vacías,
y del rebaño de jairas
ni una sola queda viva.
La noche de luna nueva,
prendiendo una enorme pira,
los sitiados cantan medas
junto al fuego que crepita.
Cuando amanece en Tejeda,
los boquiabiertos vigías
solo a unos viejos contemplan
con la voz enronquecida.
Todo un pueblo en ardua marcha,
tras de su heroica evasiva,
cruza las cumbres heladas
y hacia Tunte se encamina.
XIII. EL VUELO DEL ÚLTIMO AZOR
En los roques del Ansite,
testigos de su osadía,
los rebeldes aún resisten
con firmeza numantina.
Rodeados nuevamente
y esperando acometida
se adelanta Guadarteme
a implorarles que desistan.
El que fuera Rey de Gáldar
a los suyos recrimina
el morir por noble causa
que hace tiempo está perdida.
En la pétrea fortaleza
se desala Guayarmina
cuando su esposo le asesta
el beso de despedida.
Junto a un anciano faycán,
invocando el “Atis Tirma”,
se echa el azor a volar
sin temor a la caída.
Solo entonces es consciente
la que fue reina en la cima
de las tinieblas que envuelven
los destinos de su vida.
Tuvo que ver en la trama
que termina por rendirla
el recuerdo de Abenchara,
su madre que está cautiva
en una jaula dorada
de morisca Andalucía,
donde pena de añoranza
por su tierra y su familia.
XIV. LA RENDICIÓN DE GRAN CANARIA
Un veintinueve de abril,
cuando a Pedro martirizan,
acaba el suplicio al fin
de las cruces invertidas.
Se consuma la tortura
cuando, de dolor transida,
desciende de las alturas
la teldense guayarmina.
Aturdida por las salvas
y atabales de Castilla
el río de Tirajana
discurre por sus mejillas.
A los pies del Roque Grande
con respeto es recibida
por cristianos capitanes
y el obispo Juan de Frías.
Jáimez de Sotomayor,
alférez de la conquista,
tremolando real pendón
con la imagen del Bautista,
clama entonces por tres veces:
“ Gran Canaria, al fin vencida,
¡por los poderosos Reyes
de Aragón y de Castilla!”
El faycán culmina el acto
invocando a Magro y Tirma
y alzando al cielo un gánigo
de leche con miel servida.
¡La palabra ya está dada!
Desde aquel infausto día
una etnia milenaria
en las brumas se disipa.
XV. LA BAJADA DE LA VIRGEN
Desde las cumbres centrales,
recogidas las espigas,
al paso del tajaraste
desciende una comitiva.
Sin sentir la caminada,
porteadores y guías
con sus tamarcos de gala,
en andas llevan a Arminda.
Y en cada raya disputan
con emoción contenida
los turnos de la remuda
de la hermosa reina niña.
En el Real de las Palmas
se festejan las albricias
pues se oye en la distancia
la campana de la ermita.
Ataviada con diademas,
la virgen rubia y gordita
con dignidad representa
la isleña soberanía.
Con gamuzas y tocados,
sobrefalda colorida,
y unos majos pespuntados,
la mozuela va vestida.
Los “faycanes de la tierra”
con pose grave y altiva
el regio solio flanquean
dos pasos detrás de la silla
por respeto a la beldad
que veneran cual reliquia
del linaje matriarcal
de las altas guayarminas.
XVI. BAUTISMO EN EL REAL
Con las sombras del ocaso
concluye la travesía,
cuando Alcorac, desolado,
tras el Teide se retira.
Sumida en mar de lágrimas
la princesa real Arminda,
a las puertas de Las Palmas,
baja del trono… y camina.
En la humilde Santa Ana,
la ungirán con óleo y crisma,
derramando el agua santa
el obispo Juan de Frías.
Arminda es “Almendrabella”
en la lengua de Castilla,
mas ahora que es conversa,
la renombran: ¡Catalina!
Fue Francisco de Mayorga,
el alcalde de la villa,
el que asume la custodia,
con su esposa, de la niña,
decisión que a los canarios,
pese a todo, tranquiliza,
pues saben que el castellano
debe a su padre la vida.
Quien fuera un noble cautivo
en la corte real nativa
por un tiempo es el padrino
de una infanta compungida,
hasta que una gran señora,
de Lanzarote venida,
¡su añorada Tenesoya!,
la libera de sus cuitas.
XVII. CAPITULACIONES REGIAS
En casaderas edades
no se separa de Luisa,
la que ejerciera de madre
y ahora de hermana y amiga.
Vivirá en la regia Gáldar,
en las casas palatinas
donde su padre, Egonayga,
desolado fallecía.
La casan con un Guzmán,
capitán de infantería,
afamado militar
de las guerras granadinas.
En el Castillo de Batres,
do Garcilaso escribía,
se asienta el rancio linaje
de este Grande de Castilla.
Funda con él una saga
perlada por su hija Luisa,
que en la casa real canaria
ensueños personifica.
Su señera descendencia
nobles uniones concita
al socaire de la estela
de su egregia dinastía.
Son los altivos Guzmanes
portadores del estigma
de que corre impura sangre
por sus venas azulinas.
Es sin embargo una honra
del común de esta gran isla
que discurra savia roja
por su drago de familia.
ULTÍLOGOS
DOÑA JUANA HERNÁNDEZ
A su vuelta de Córdoba,
después de un año cautiva,
como digna gran señora
Abenchara es recibida.
Con un guayre doña Juana
funda una nueva familia
mas su sino, la desgracia,
la persigue de por vida.
Su noble esposo reniega
de ir a guanches correrías
por temor a que las levas
tramas fueran de esclavistas.
Oculto en espesos montes
donde el sol ni se adivina
se presenta por las noches
para quererla a escondidas.
Advertido el gobernador
por sus sabuesos espías
de que el guayre desertor
su casa de Gáldar visita,
manda que prendan a Juana,
por secuaz de rebeldía,
y la vendan como esclava
en la lonja de Sevilla.
Todo un lustro va a durar
su destierro a Andalucía
hasta que una Orden Real
las cadenas le retira.
Las costas paga el De Vera
por la prisión indebida
pero nada ya compensa
por la libertad perdida.
2. DOÑA MARGARITA HERNÁNDEZ
¿Qué fue de la reina viuda,
tras sepultar en la cista,
en su mirlada envoltura,
al último rey de la isla?
Enlutada como un mirlo
en un charco será ungida,
la mujer de Tasartico
que llamaran Margarita.
Otro esposo tendrá pronto,
natural de Granadilla,
extremeño litigioso
que le va a amargar la vida.
El de Trejo y Carvajal,
avispado buscavidas,
del oprobio colonial
es probado paradigma.
Fallecido Guadarteme
y su hija Catalina,
para sus arcas pretende
el legado en exclusiva.
En la presencia del juez,
y en su nombre, testifica
que es tan solo su mujer
la única heredera viva,
relegando a su cuñada,
la difunta Catalina,
que fue germen de tres sagas
que los vientos diseminan.
Las dehesas de Guayedra
los perjuros se adjudican,
aunque pronto se revendan
al postor que más envida.
3. DOÑA LUISA DE BETANCOR
De la gratitud y afecto
que Arminda tiene a su prima,
en legajos polvorientos
nos queda constancia escrita.
En casa de Tenesoya,
la que ahora es doña Luisa,
irrumpen en mala hora
regidores de la Villa.
Vienen a cobrar impuestos,
y con vil descortesía
un pañuelo, manto negro
y escopeta le requisan.
Buscando satisfacción
por la afrenta recibida
doña Luisa Betancor
se presenta a la Justicia.
Ante escribano declara,
en favor de su hidalguía,
la otrora reina canaria
conocida como Arminda:
“La hija de Aymediacoán,
de Ventagao, la sobrina,
de la estirpe Semidán,
es mi prima más querida:
la “señora de la tierra”
que me arrulló cuando niña,
la que siempre me infundiera
la razón de ser nativa”.
De los pechos y alcabalas
doña Luisa fue eximida
a partir de estas palabras
pronunciadas por Arminda.
4. DOÑA CATALINA DE GUZMÁN
Reciba nuestro homenaje
la postrera guayarmina
dando fin a este romance
con emotiva elegía.
En la Iglesia de Santiago,
sintiendo el fin de sus días,
dispone ante el escribano
que la entierren junto a Luisa.
Llegada su última hora,
al caer la anochecida,
los recuerdos se le agolpan
de cuando era aquella niña
que alongada sobre el muro
para ver lo que ocurría,
oye a Aitami, el viejo brujo,
anunciar la profecía:
“Que las águilas del norte
al noble azor exterminan
destruyendo roque a roque
los nidales con sus crías”.
“El augur de aquellos males
-ahora en su lecho medita-
no avizora que casares
de ambas aves ahijarían”.
Arminda muere al calor
de acrisolada familia,
en compartido dolor
de criollos y de indígenas.
Por cada rincón de Gáldar
su aura se funde en las brisas
avivando sacra llama
que estará siempre encendida.
En la memoria olvidada
de los siglos de ignominia
la cueva quedó sellada
bajo custodia de Arminda,
compartiendo su secreto,
que a la tumba llevarían,
los descendientes directos
de los faycanes artistas.
Hasta hoy en que gozamos
de la belleza escondida
en los frisos rojiblancos
de esta Capilla Sixtina
de arte rupestre del Atlas;
de esta Cueva de Altamira
en los confines de África,
que las Luces nos descifran
como un astral calendario
de sol y luna, que firman
la paz entre sí, cada año,
cuando una luna crecida
honra al sol tras el solsticio.
Son las jornadas festivas
de comienzos del estío
en las que, por ley divina,
no caben tribales pugnas
ni pastoriles rencillas,
solo bregar en la lucha
con nobleza deportiva
y extendiendo las esteras,
compartir las alegrías,
a la luz de las estrellas,
de los dones de la vida.
UNA DE LAS INNUMERABLES LÍNEAS DE DESCENDENCIA DE ARMINDA MASEQUERA
I | EGONAYGA GUAYASÉN SEMIDÁN N GÁLDAR D GÁLDAR | MATRIMONIOS | ZAYFÍA GUAYARMINA |
II | HERNANDO DE GUZMÁN N 1459 TOLEDO D 1518 GÁLDAR | ARMINDA MASEQUERA CATALINA GUADARTEME DE GUZMÁN N circa 1470 GÁLDAR D GÁLDAR | |
III | ALONSO GUTIÉRREZ DE ROJAS N 1476 SEVILLA | 1518 GÁLDAR | LUISA DE GUZMÁN Y GUANARTEME N 1498 GÁLDAR |
IV | DIEGO RAMIRO DE GUZMÁN Y ROJAS N 1521 GÁLDAR | 1550 GÁLDAR | MARÍA DE CABREJAS SAN CLEMENTE GUANARTEME |
V | JUAN DE GUZMÁN Y CABREJAS N 1555 GÁLDAR | 1590 GÁLDAR | BERNARDINA JÁIMEZ DE SOTOMAYOR Y ZAMBRANA |
VI | JUAN BENÍTEZ DE QUINTANA Y ROJAS N 1592 GÁLDAR D 1644 GÁLDAR | 1620 GÁLDAR | ISABEL DE GUZMÁN JÁIMEZ DE SOTOMAYOR N 1590 GÁLDAR D 1675 GÁLDAR |
VII | PEDRO DE GUZMÁN BENÍTEZ DE ROJAS N 1628 GÁLDAR | 1648 GÁLDAR | LEONOR VILLAR DE HERRERA D 1700 GÁLDAR |
VIII | GASPAR DE QUINTANA DE GUZMÁN D 1694 GÁLDAR | 1688 GÁLDAR | Mª JOSEFA DOMÍNGUEZ DE LOS REYES N 1662 GÁLDAR |
IX | NICOLÁS RUIZ DE GUZMÁN N 1693 GÁLDAR | 1711 GÁLDAR | INÉS SAAVEDRA DE QUINTANA N 1692 GÁLDAR |
X | FRANCISCO TOMÁS DE GUZMÁN SAAVEDRA N 1718 GÁLDAR D 1807 GÁLDAR | 1743 GÁLDAR | Mª CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ DE MIRANDA N 1721 GÁLDAR |
XI | MARCOS JOSÉ DE BETANCURT BETANCOR N 1749 GUÍA D 1823 GÁLDAR | 1775 GÁLDAR | ÁNGELA INÉS DE GUZMÁN RODRÍGUEZ N 1752 GÁLDAR |
XII | JUAN DOMÍNGUEZ SAAVEDRA N 1773 GÁLDAR D 1846 GÁLDAR | 1779 GÁLDAR | Mª CONCEPCIÓN BETANCURT DE GUZMÁN N 1776 GÁLDAR |
XIII | JUAN DOMÍNGUEZ BETANCURT N 1814 GUÍA D 1885 GÁLDAR | 1847 CUBA | FERMINA DÍAZ GARCÍA N 1823 GUÍA D 1882 GÁLDAR |
XIV | FCO. GREGORIO BAUTISTA MIRANDA N 1859 GUÍA D 1915 GÁLDAR | 1878 GUÍA-GALDAR | Mª SINFORIANA DOMÍNGUEZ DÍAZ N 1861 GÁLDAR D 1902 GÁLDAR |
XV | MODESTO BAUTISTA DOMÍNGUEZ N 1894 GUÍA D 1954 LAS PALMAS | 1924 LAS PALMAS | AMÉRICA GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ N 1906 CUBA D 1994 LAS PALMAS |
XVI | LORENZO HERNÁNDEZ VEGA N 1927 SAN LORENZO | 1953 LAS PALMAS | PURA BAUTISTA GONZÁLEZ N 1932 GÁLDAR D 2008 MASPALOMAS |
XVII | FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA N 1955 LAS PALMAS |
(N: nacimiento D: defunción) (En rojo la línea de sangre)
UNA DE LAS MÚLTIPLES LÍNEAS DE DESCENDENCIA DE GENOIA SEMIDÁN
I | TENESOR SEMIDÁN FERNANDO GUADARTEME N GÁLDAR D LA LAGUNA | MATRIMONIOS | GUAYARMINA ABENCHARA CHAMBENEGUER JUANA FERNÁNDEZ VIZCAÍNO |
II | MIGUEL DE TREJO Y CARVAJAL N PLASENCIA (CÁCERES) D 1537 GÁLDAR | GUAYARMINA GENOIA MARGARITA FERNÁNDEZ GUANARTEME N GÁLDAR D GÁLDAR | |
III | ALONSO GONZÁLEZ CARVAJAL N GÁLDAR | EMERENCIANA JÁIMEZ DE SOTOMAYOR N 1514 GÁLDAR | |
IV | GASPAR GONZÁLEZ DE QUINTANA N GÁLDAR | MARÍA JÁIMEZ DE CARVAJAL N GÁLDAR | |
V | AGUSTÍN DOMÍNGUEZ N 1606 TEROR D 1693 GÁLDAR | 1637 GÁLDAR | MARÍA DE QUINTANA JÁIMEZ N 1600 GÁLDAR |
VI | GASPAR DOMÍNGUEZ DE QUINTANA N 1639 GÁLDAR | 1669 GÁLDAR | JUANA SÁNCHEZ N GÁLDAR |
VII | ANTONIO DE FRÍAS BENCOMO N TENERIFE | 1705 GÁLDAR | MARÍA DE QUINTANA N GÁLDAR |
VIII | FRANCISCO DE MIRANDA N 1701 GÁLDAR | 1723 GÁLDAR | ANNA DE QUINTANA N 1705 GÁLDAR |
IX | BARTOLOMÉ DE MIRANDA N 1733 GÁLDAR | 1757 GÁLDAR | TOMASA ALEMÁN MONTESDEOCA |
X | JUAN DE MIRANDA ALEMÁN | 1803 GUÍA | ANA DÍAZ DE QUINTANA N 1787 GUÍA |
XI | GREGORIO DE MIRANDA DÍAZ N 1807 GUÍA | 1827 GUÍA | JOSEFA GUERRA GODOY N GUÍA |
XII | FRANCISCO BAUTISTA DE QUINTANA N 1820 GUÍA D 1868 GUÍA | 1847 GUÍA | ANDREA MIRANDA GUERRA N 1832 GUÍA D 1908 GÁLDAR |
XIII | FRANCISCO BAUTISTA MIRANDA N 1859 GUÍA D 1915 GÁLDAR | 1878 GUÍA-GALDAR | Mª SINFORIANA DOMÍNGUEZ DÍAZ N 1861 GÁLDAR D 1902 GÁLDAR |
XIV | MODESTO BAUTISTA DOMÍNGUEZ N 1894 GUÍA D 1954 LAS PALMAS | 1924 LAS PALMAS | AMÉRICA GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ N 1906 CUBA D 1994 LAS PALMAS |
XV | PASCUAL LACAVE VIGALONDO N 1914 MIRANDA DE EBRO (BURGOS) D 1981 LAS PALMAS | 1947 LAS PALMAS | MARÍA BAUTISTA GONZÁLEZ N 1926 LAS PALMAS D 1997 LAS PALMAS |
XVI | ALBERTO LACAVE BAUTISTA N 1954 LAS PALMAS |
(N: nacimiento D: defunción) (En rojo la línea de sangre)
GALERÍA DE PERSONAJES
(por orden de aparición en el romance)
Arminda Masequera: princesa real canaria hija de la Guayarmina Zayfía y de Egonayga Semidán, a quien llamaron Guanarteme “el Bueno”. Bautizada en el Real de Las Palmas recibe el nombre cristiano de Catalina Guadarteme, asumiendo más tarde, cuando se casa, el apellido Guzmán por su matrimonio con el toledano Hernando de Guzmán. También llamada en el romance: la reina niña.
Egonayga Guayasén Semidán: último Guanarteme legítimo de Gáldar si tenemos en cuenta que Tenesor fue nombrado regente hasta la mayoría de edad de su hija, Arminda Masequera. Dos son las esposas reales o guayarminas que se le atribuyen, Zayfía, la madre de Arminda, y Tenesso, su sobrina. Fue conocido como Guadarteme “el Bueno” tras el perdón que concede a las fuerzas de Silva después de su fracasado intento de tomar Agáldar, la capital de su reino.
Andamana: Fundadora, en unión de su esposo Gumidafe, de la dinastía de los Semidanes que gobierna la isla de Gran Canaria durante los siglos XIV y XV.
Diego de Silva, caballero portugués que dirige una partida de las mesnadas del Señor de Canarias don Diego de Herrera, su suegro, en el último intento señorial de conquistar Gran Canaria en probable alianza con el Reino de Portugal.
Diego de Herrera, Señor de las Islas de Canaria con capital en Teguise de Lanzarote, autodenominado rey de las islas y que cederá, después de la capitulación de Silva, los derechos de conquista de Gran Canaria, La Palma y Tenerife a la Corona Castellana.
Tasirga: Aya de Tenesoya que con ella fue capturada en las charcas de un bañadero.
Tenesso, probable guayarmina de Gáldar casada con Egonayga su tío la cual fue raptada por una partida de “hombres de las islas” (habitantes de Lanzarote y Fuerteventura descendientes de indígenas y europeos). Por error de transcripción es conocida como Tenesoya Vidina. Su canje por ciento trece cristianos y su posterior regreso voluntario a Teguise para reencontrarse con su esposo Maciot de Bethencourt es un hecho histórico cantado por Cairasco de Figueroa. Tras la conquista de Gran Canaria regresa a Gáldar con su marido e hijos, haciéndose cargo de la custodia de su prima Arminda hasta su casamiento.
Diana y Acteón: Mito de la Antigüedad que narra cómo la diosa Diana, al ser descubierta desnuda en su baño por el cazador Acteón, lanza una maldición por la que este se convertirá en un ciervo que va a ser devorado por sus propios perros de caza.
Maciot I de Bethencourt, sobrino de Jean de Bethencourt, primer conquistador de Canarias y su sucesor en el gobierno del Señorío de las Islas, casado con la Princesa Teguise de Lanzarote, hija de los Reyes Guadarfía y Aniagua.
Maciot II de Bethencourt, hijo de Margarita de Bethencourt y de Arriete Perdomo, nieto de su homónimo, y esposo de Tenesso tras su captura en las costas de Lairaga. De este matrimonio mixto y de sus hijos (Maciot y Andrés de Bethencourt y Juan Perdomo) procede la saga de los Betancores de Canarias.
Jean de Bethencourt, noble normando, Señor de la Grainville, pérfido conquistador de Canarias, que incorpora a su reino, feudatario de Castilla, las islas de Lanzarote, Fuerteventura, la Gomera y El Hierro.
Luis XI de Francia: Rey de Francia entre 1461 y 1483.
Abenchara Chambeneguer, Guayarmina de Gáldar, esposa de Guayedra Semidán, que fue capturada en la costa, cuando estaba embarazada y llevada la Península donde se la conoce en la Corte como “Reina de Canaria”. Tiene al menos una hija con Guayedra llamada Catalina. Tras su bautizo, recibe el nombre de Juana Fernández. Casará posteriormente con los hidalgos canarios Juan de las Casas y Juan Pascual
Guayedra, mal llamado Tenesor Semidán, Guadarteme regente de Gáldar por ser el esposo de Abenchara, proclamada guayarmina por minoría de edad de Arminda. Recibe el apodo de Guayedra, el valle donde mora el espíritu de sus antepasados. Tras ser bautizado en Córdoba durante su primer viaje a la Península asume el nombre de Fernando Guadnarteme
Doramas: Guayre de Gáldar, en el momento de su muerte, héroe de la resistencia canaria que es lanceado por la espalda en la batalla de Tenoya.
Reyes de Aragón y Castilla, Fernando e Isabel, monarcas que con posterioridad a los hechos de la conquista de Canarias, de la toma de Granada y de la expulsión del pueblo judío serán reconocidos como Muy Católicos Reyes por el Papa de Roma, bajo cuyo reinado se produce la anexión de Gran Canaria, La Palma y Tenerife.
Aymediacoán, hermano de Ventagao, el que fuera Guadarteme de Telde, y probable gobernante que tras la muerte de su hermano acude a la Corte en 1481como nuevo guadarteme de dicho reino para rendir vasallaje a los Reyes Católicos sellando el Pacto de Calatayud. Es el padre de Tenesso (Luisa de Betancor) y de Autindana (Juan Dana).
Pedro de Vera, Capitán General de la conquista de Gran Canaria en la segunda y definitiva fase que va desde 1480 a 1483, a quien se hace responsable de la política de tierra quemada y otros cruentos métodos de conquista.
Hernán Peraza, Señor de la Gomera y El Hierro, hijo de Diego de Herrera, que es obligado por los Reyes Católicos, por su responsabilidad en la muerte de Juan Rejón, a incorporarse a la conquista de Gran Canaria en la casa fuerte de Agaete, junto a Alonso Fernández de Lugo. Por sus méritos en la “captura diplomática” de Tenesor es premiado con la licencia para volver a La Gomera al encuentro de su esposa doña Beatriz de Bobadilla.
Catalina Hernández: Hija de Guayedra y Abenchara nacida en el Alcázar de Córdoba en 1482 al haber sido apresada su madre por los castellanos.
Tasarte, glorioso guayre del reino de Gáldar que alzándose contra su Rey, Tenesor Semidán, se convierte en el cabecilla de la resistencia y en el lugarteniente de Bentejuí tras su intento de restablecer la Corona Unida de Gran Canaria casando a los jóvenes Bentejuí, hijo de Ventagao, Guadarteme de Telde, y Genoia, la hija mayor de Tenesor Semidán, Guadarteme de Gáldar. Héroe de la victoria de Ajódar que meses después se inmola en Titana lanzándose al vacío. Su muerte tiene lugar poco antes del asedio final de Ansite.
Bentejuí: joven guadarteme de Telde tras la muerte de su padre Ventagao y de la misteriosa desaparición en la Península de su tío Aymediacoán. Casado con la hija mayor de Guayedra y Abenchara, la llamada Genoia, se inmola en los riscos de Ansite junto a un viejo faycán al no aceptar la rendición. Apodado Tasartico en honor de su valedor el guayre Tasarte.
Guayarmina Genoia, la hija mayor de Guayedra, de cristiana Margarita Fernández, recibe el nombre de guayarmina que significa “reina” porque efectivamente fue Reina de Telde tras su matrimonio con el inmolado Bentejuí al que se une poco antes de la capitulación de Ansite. Casada posteriormente con Miguel de Trejo y Carvajal.
Miguel de Mujica, natural de Vizcaya, capitán de la compañía de ballesteros vascos que es masacrada en la batalla de Ajódar. Fallece poco después en Gáldar como resultado de las graves heridas recibidas tras el impacto de una piedra de molino rodante.
Juan de Frías, Obispo de Canarias que traslada la sede del Rubicón (Lanzarote) al Real de Las Palmas, capitán de la conquista y defensor de los indígenas, protector de la Reina de Canaria durante su cautiverio en la Península y oficiante del bautismo de Arminda.
Alonso Jáimez de Sotomayor: Alférez Mayor de la Conquista de Gran Canaria desde sus inicios, de origen aragonés.
Francisco de Mayorga: Alcaide de la Torre de Gando. Una vez destruida, pasa un tiempo cautivo en la Corte real nativa de Gáldar hasta que es liberado en el canje de prisioneros por Tenesso. Tras la conquista será nombrado Alcalde Mayor de la Villa Real de las Palmas ejerciendo con su esposa como padrino de bautizo de Arminda.
Hernando de Guzmán: Noble hijo del Señor de la Casa de Batres y Alcaudete, Grande de Castilla, que participó en las Guerras contra el Reino de Granada antes de incorporarse como capitán de infantería a la conquista de Gran Canaria. Casará con Arminda Masequera.
Garcilaso de la Vega: Poeta renacentista que escribe sus sonetos en el Castillo de Batres, la casa de origen de Hernando de Guzmán, aunque hay que precisar que estos hechos tienen lugar con posterioridad a la conquista de Gran Canaria.
Luisa de Guzmán Hija primogénita de Hernando y Catalina de Guzmán (Arminda), descendiente directa por línea materna de la última Reina de Canaria.
Miguel de Trejo y Carvajal: hijodalgo poblador, natural de la Villa de Granadilla en Plasencia (Cáceres) que casa con Margarita Fernández (Genoia), la hija de Guayedra la que fuera proclamada guayarmina de Telde en 1483.
Ventagao: Guadarteme de Telde, que muere de modorra poco antes de la conquista de la isla. Su hermano Aymediacoán le sucede probablemente en la regencia hasta la coronación de su hijo Bentejuí, el último guadarteme del reino del este.
Aitami: Faycán de Gáldar en el momento de la conquista que inicialmente forma parte de la resistencia para después sumarse a la causa de don Fernando Guadarteme.