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domingo, 1 de mayo de 2022

Romance de las guayarminas

ROMANCE DE LAS GUAYARMINAS 

(Zaifía, Tenesso, Abenchara, Genoia y Arminda)

 

 

LA VENUS DE LOS RISCOS
OBRA DE ALBERTO LACAVE

EXORDIO DE CATALINA DE GUZMÁN

 

Desgranando sus recuerdos

del tiempo de la conquista

por el Sagrado Museo          

noble señora nos guía,

desvelándonos la historia

de que fue protagonista

muy segura hasta que evoca

infantiles pesadillas.

Sobre  el círculo de piedra

se alonga, curiosa, Arminda

para escuchar la tragedia

que el Faycán les vaticina.

Sin captar bien lo que dice

por los gestos adivina

que se cierne algo terrible       

sobre el cielo de la isla.

Hasta detrás de los muros

salta entonces la noticia

de barcos de guerra surtos

al nordeste, en la bahía.

Brama un bucio desde el roque

convocando a las milicias

y al instante cien azores

levantan el vuelo en Tirma.

Cuando recobra la calma,

nos conduce Catalina

hasta la Cueva Pintada,

a la roja y blanca cripta,

donde advierte al visitante

que fue reina,  mas no abdica

de su orgullo por la sangre

y la tradición nativas.

I.                MALOS PRESAGIOS 

Egonayga Guayasén

es el padre de la niña

que estaba llamada a ser

la última reina indígena.

La noche en que Arminda nace

la luna llena se eclipsa 

cuando Zayfía, su madre,

de un mal parto, fallecía.

Desde antes del ocaso,

atorrado en las sabinas,

un alcairón con su canto

agoraba la desdicha.

A pesar de esos presagios

vino a la luz Arminda

agraciada por los rasgos

de las Altas Guayarminas.

Alba piel como la luna,

luceros de aguamarina,

y solar melena rubia

que a Andamana glorifican.

Pero los astros no yerran,

pues al poco de nacida

redobles de guerra suenan

entrando en la regia villa.

Son señoriales mesnadas

que vienen a la conquista

del alto Reino de Gáldar

a las órdenes de Silva,

caballero portugués

desposado con la hija

de Diego de Herrera, el Rey

por entonces de las Islas.

 

II.             EL GUADARTEME BUENO

Han llegado al mismo Agáldar

en adelantada huída

por los fuegos que a su espalda

les condenan la salida.

Rodeados en la plaza

por indígenas milicias

a la muerte plantan cara

cuando escuchan voz amiga.

Hablándoles en cristiano

una dama los conmina

a rendir al rey canario

obligada  pleitesía.

“Si no deponen sus armas,

-son palabras de Tasirga-,

perderán toda esperanza

de salir de aquí con vida”.

 

Tras varios días de encierro,

el ejército de Silva, 

admitiendo el desbarato,

ante el canario claudica.

El Guadarteme de Gáldar,

perdonando su osadía,

les impone retirada

de sus ansias de conquista,

y ofreciéndoles su brazo

los conduce hasta la orilla

donde un barco lleva dando

campanadas noche y día.

Los Señores de Canarias

que su gesta nunca olvidan,

desde entonces a Egonayga

como “el bueno” lo apellidan.


III.           EL RAPTO DE TENESOYA 

En cruciforme palacio,

junto a la regia capilla, 

Arminda crece al cuidado

de su fiel aya Tasirga.

Los juegos que más aprecia 

son los besos de su prima,

de la donosa doncella

que es Tenesoya Vidina.

Mas un día del invierno

se torna en llanto la risa

cuando acontece el secuestro

de su adorada madrina.

Ojos verdes de lujuria

tras de unos matos vigilan

a la regia diosa rubia

que desciende a la marina.

 

Al salir del bañadero,

desnuda como una ninfa,

viles faunos al acecho 

le dan caza en plena orilla.

A Lanzarote la llevan

junto a su aya, Tasirga,

que a pesar de ser ya vieja

con dientes y uñas la cuida.

Será  Guadarteme “el Bueno”

quien tome la iniciativa 

de un canje de prisioneros

por su joven guayarmina.

¡Ciento a una es la propuesta!

¡Tanto quiere a su sobrina

que, por las ansias de verla,

echa el resto en la partida!

 

IV.          LA DIANA LIBERTADORA

Desde Teguise retorna

áurea diosa rediviva,

mas la dulce Tenesoya,

a la vuelta no es la misma.

La Diana libertadora

ya no despierta con risas

sino con quedas congojas

que desconciertan a Arminda.

Hasta que una noche negra,

sin que “el Viejo” lo aperciba,

huye de la alcoba regia

enfrentándose a las brisas

hasta llegar a una playa

en recóndita bahía

en la que vara una lancha

al rayar la amanecida.

 

De allí zarpa con su amor,

apuesto perdonavidas

de apellido Betancor, 

llamado en la santa pila

como su abuelo Maciot,

el que vino a la conquista

con su tío el Gran Señor

de la Casa de Gran Villa.

Con él se casa en Teguise,

a la vez que la bautizan,

en ceremonia sublime

que el sortilegio invalida

cuando, inmersa en agua santa,

se convierte en doña Luisa,

en loor de un Rey de Francia

que es onceno en larga lista.

 

V.            EL DESEMBARCO DE LAS ISLETAS

Egonayga, trastornado

por las tornas de la vida,

maldiciendo a los normandos,

postrado en cama, agoniza.

Pronto el Sábor se reúne,

cuando el astro rey indica,

llegado su viaje al culmen,

que un nuevo ciclo se inicia.

Y es en esa misma fecha

que a Las Isletas arriban

seis grandiosas carabelas

de los Reyes de Castilla.

“La manadas de centauros

que salen de sus barrigas

-relaciona consternado

el guayre que los vigila-

calzan herrados cascos

que en los callaos rechinan

y dejan profundo rastro

en las dunas amarillas.

Concluido el desembarco

ante una cruz se arrodillan;

avanzando luego cautos

hacia el sol del mediodía.

Junto al río Guiniguada,

sobre una escueta colina, 

talando un bosque de palmas

sus reales fortifican.

Allí adentro nos esperan

provistos de armas malignas

que atruenan, relampaguean,

y dan muerte a quien las mira”.

 

VI.           REGENCIA DE TENESOR

Cuando fallece  Egonayga,

al ser tan pequeña Arminda,

Abenchara es proclamada

como nueva guayarmina.

Sube con ella al trono

un varón de nombradía:

Guayedra, su amado esposo

y buen padre de familia.

Asumiendo que es regente

hasta que Alcorac decida,

entabla paces con Telde

y encabeza una ofensiva

que se estrella ante las astas

y aplastantes correrías

de cien centauros que cargan

contra las filas nativas.


Su alianza con Portugal

también resulta fallida

cuando su Armada Real

en el istmo es repelida.

A pesar de los reveses, 

las defensas reorganiza

renunciando al frente a frente

por la guerra de guerrillas;

mas el avance extranjero

las alianzas debilita                 

alejando los anhelos   

de una gran nación unida.      

El cúmulo de desgracias

parece que no termina:

con la muerte de Doramas

se le viene el mundo encima. 

 

VII.        EL PACTO DE CALATAYUD

Llegan nuevas sorprendentes

del oriente de la isla:

el guadarteme de Telde

embarca en nao enemiga

y con su esposa y seis guayres

cruza la estepa infinita

al concierto de  las paces

con los Reyes de Castilla.

Denunciando la violencia

de las razias de conquista 

libertades y franquezas

de los suyos garantiza.

Fue Aymediacoán, el padre

de Tenesoya Vidina,

quien pacta con sus iguales

tan meritoria salida.


La Corte bilbilitana

a los canarios cautiva;

lo cierto es que esa embajada

nunca regresa a las islas.

Brindaremos por quien halle

la respuesta de ese enigma

en las cédulas reales

de Aragón o de Castilla;

pues creemos que en el pacto

que en Calatayud se firma 

honrosos fueros canarios

dos monarcas ratifican.

Mas antes de su proclama,

y al poco de su partida,

la legación grancanaria

se hunde en el mar de la insidia.

 

VIII.      LA TORRE DE AGAETE

Erigiendo en Agaete

casa fuerte de vigía

abre De Vera otro frente

a su guerra de conquista.

Por Gáldar ya merodean

las implacables cuadrillas,

cuando la entrada a la Cueva 

entullan a toda prisa,

en procura de que el antro

de la sagrada capilla

no se viera nunca hollado

por cristianas tropelías.

Los soldados de Peraza,

en una de esas partidas,

persiguen a unas maguadas

por los riscales de Tirma.

 

En pos de la buena pieza

que escapa ladera arriba

un gomero a la carrera

de un mazazo la derriba.

Hasta la torre siniestra

ya la llevan malherida

junto al resto de las presas

de su innoble cacería.

Cuando advierten que Abenchara

es reinante guayarmina,

de inmediato es que la embarcan

rumbo al puerto de Sevilla.

En el fondo de una cueva, 

aterrada llora Arminda

por temor de que a las puertas

batan alas las arpías.

 

IX.          EL PACTO DE CÓRDOBA

El Guadarteme de Gáldar,

también la Corte visita

angustiado por la falta

de su esposa que está encinta.

Acude a Córdoba el rey

por amor a su familia,

y por arrimo al poder

que su esposa legitima.

Un guadarteme sin reino

raudo regresa a las islas,

en la armada de refuerzo

de don Miguel de Mujica

con la mente y alma puestas

en velar por dos cautivas

bautizadas a la fuerza

como Juana y Catalina.

 

Manteniendo de rehenes

a su esposa y a su hija

la extorsión al guanarteme

da sus frutos enseguida.

De consuno, los galdenses

obedecen sus consignas;

mas por los predios de Telde

se recrudece la lidia.

El indómito Tasarte, 

rompiendo la disciplina,

hacia las sierras escapa

llevando consigo a Arminda.

Allí ejerce de adalid

de la resistencia unida

tras casar a Bentejuí

con la nueva guayarmina.

 

X.            LA VICTORIA DE AJÓDAR

Los cristianos los persiguen

cruzando la serranía

detrás de una niña virgen

que a su patria simboliza.

Atorradas en un roque

que está a espaldas de la isla

al martirio se disponen

las rotas fuerzas nativas.

Impacientes por la espera,      

Pedro de Vera y Mujica                     

por ambos flancos acuerdan               

el asalto a su guarida.             

Sube primero la cuesta

poderosa compañía

de espingardas y ballestas

que no alcanza a ver la cima.

 

Un alud de pétreas ruedas,

que hace temblar la colina,

los serpenteos revienta

de la hilera vizcaína.

Suenan luego en las alturas

ajijides de alegría

cuando una intrépida jurria, 

a palo y pedrada limpia,

arremete con bravura

y estruendosa gritería

contra las tropas en fuga

del gran reino de Castilla.

Pedro de Vera, trémulo,

al ver la guerra perdida,

que lo salven del infierno

a sus aliados suplica.


XI.          LAS TENTACIONES DE TENESOR

Se interpone en la ladera

parando la acometida

aquel que llaman Guayedra,

a quien aman todavía. 

El converso guadarteme

al buen Tasarte conmina

a que la contienda cese

y les perdone la vida.

“Bien amado Tenesor

-el fiero guayre se inclina-

aquí tienes la ocasión

de ganar la honra perdida.

Si aceptas ponerte al frente

de estas valientes partidas

serás de nuevo el regente

de una gran Canaria unida.

 

Celebraremos tu enlace

con la amada reina niña

tan pronto demos remate

a la caterva enemiga”.

“Juré ante el Dios cristiano

-el guadarteme replica-

que sería un buen vasallo

de los reyes de Castilla”

“Si otra vez sales al paso

-le espeta el guayre con ira-

tendrás que asir el magado

para frenar mi embestida”

En los altos roquedales

la esperanza sigue viva

cuando invictos altahayes

llevan a hombros a Arminda.

 

XII.        EL ASEDIO DEL BENTAYGA

En cumbrero pleno invierno 

la madrugada es tan fría

que se entumecen los dedos

y todo el cuerpo tirita.

Esta vez los sitiadores,

rehuyendo la subida,

se atrincheran bajo el roque

por ver que el hambre los rinda.

Muchos niños desfallecen

por falta de agua y comida;

sus despojos inocentes

se lanzan desde la cima

contra unas tropas de asalto

que corren despavoridas 

al ver de cerca el estrago

de su cerco genocida.

 

Ya no hay higos ni cebada

en las despensas vacías,

y del rebaño de jairas

ni una sola queda viva.

La noche de luna nueva,

prendiendo una enorme pira,

los sitiados cantan  medas

junto al fuego que crepita.

Cuando amanece en Tejeda,

los boquiabiertos vigías

solo a unos viejos contemplan

con la voz enronquecida.

Todo un pueblo en ardua marcha, 

tras de su heroica evasiva,

cruza las cumbres heladas

y hacia Tunte se encamina.

 

XIII.      EL VUELO DEL ÚLTIMO AZOR

En los roques del Ansite,

testigos de su osadía,

los rebeldes aún resisten

con firmeza numantina.

Rodeados nuevamente

y esperando acometida

se adelanta Guadarteme

a implorarles que desistan.

El que fuera Rey de Gáldar

a los suyos recrimina

el morir por noble causa

que hace tiempo está perdida.

En la pétrea fortaleza

se desala Guayarmina

cuando su esposo le asesta

el beso de despedida.

 

Junto a un anciano faycán, 

invocando el “Atis Tirma”,

se echa el azor a volar  

sin temor a la caída.

Solo entonces es consciente

la que fue reina en la cima

de las tinieblas que envuelven

los destinos de su vida.

Tuvo que ver en la trama

que termina por rendirla

el recuerdo de Abenchara,

su madre que está cautiva

en una jaula dorada

de morisca Andalucía,

donde pena de añoranza

por su tierra y su familia.

 

XIV.       LA  RENDICIÓN DE GRAN CANARIA

Un veintinueve de abril, 

cuando a Pedro martirizan,

acaba el suplicio al fin

de las cruces invertidas.

Se consuma la tortura

cuando, de dolor transida,

desciende de las alturas

la teldense guayarmina. 

Aturdida por las salvas

y atabales de Castilla

el río de Tirajana

discurre por sus mejillas.

A los pies del Roque Grande

con respeto es recibida

por cristianos capitanes

y el obispo Juan de Frías. 

 

Jáimez de Sotomayor,

alférez de la conquista,

tremolando real pendón

con la imagen del Bautista,

clama entonces por tres veces:

“ Gran Canaria, al fin vencida,

¡por los poderosos Reyes

de Aragón y de Castilla!”

El faycán culmina el acto

invocando a Magro y Tirma

y alzando al cielo un gánigo

de leche con miel servida.

¡La palabra ya está dada!

Desde aquel infausto día        

una etnia milenaria     

en las brumas se disipa.

 

 

XV.        LA BAJADA DE LA VIRGEN

Desde las cumbres centrales,

recogidas las espigas,

al paso del tajaraste

desciende una comitiva. 

Sin sentir la caminada, 

porteadores y guías

con sus tamarcos de gala,

en andas llevan a Arminda.

Y en cada raya disputan

con emoción contenida

los turnos de la remuda

de la hermosa reina niña.

En el Real de las Palmas

se festejan las albricias                                                                             

pues se oye en la distancia

la campana de la ermita.

 

Ataviada con diademas,

la virgen rubia y gordita

con dignidad representa

la isleña soberanía.

Con gamuzas y tocados,

sobrefalda colorida,

y unos majos pespuntados,

la mozuela va vestida.

Los “faycanes de la tierra”

con pose grave y altiva 

el regio solio flanquean

dos pasos detrás de la silla

por respeto a la beldad

que veneran cual reliquia

del linaje matriarcal

de las altas guayarminas.

 

 

XVI.      BAUTISMO EN EL REAL 

Con las sombras del ocaso

concluye la travesía,

cuando Alcorac, desolado,

tras el Teide se retira. 

Sumida en mar de lágrimas 

la princesa real Arminda,

a las puertas de Las Palmas,

baja del trono… y camina. 

En la humilde Santa Ana,

la ungirán con óleo y crisma,

derramando el agua santa

el obispo Juan de Frías.

Arminda  es “Almendrabella” 

en la lengua de Castilla,

mas ahora que es conversa,

la renombran: ¡Catalina!

 

Fue Francisco de Mayorga,

el alcalde de la villa,

el que asume la custodia,

con su esposa, de la niña,

decisión que a los canarios,

pese a todo, tranquiliza,

pues saben que el castellano

debe a su padre la vida.

Quien fuera un noble cautivo

en la corte real nativa

por un tiempo es el padrino

de una infanta compungida,

hasta que una gran señora,

de Lanzarote venida,

¡su añorada Tenesoya!,

la libera de sus cuitas.

 

XVII.    CAPITULACIONES REGIAS

En casaderas edades

no se separa de Luisa,

la que ejerciera de madre

y ahora de hermana y amiga.

Vivirá en la regia Gáldar,

en las casas palatinas

donde su padre, Egonayga,

desolado fallecía.

La casan con un Guzmán,

capitán de infantería,

afamado militar

de las guerras granadinas.

En el Castillo de Batres,

do Garcilaso escribía,

se asienta el rancio linaje

de este Grande de Castilla.

 

Funda con él una saga

perlada por su hija Luisa,

que en la casa real canaria

ensueños personifica.

Su señera descendencia

nobles uniones concita

al socaire de la estela

de su egregia dinastía.

Son los altivos Guzmanes 

portadores del estigma

de que corre impura sangre

por sus venas azulinas.

Es sin embargo una honra

del común de esta gran isla

que discurra savia roja

por su drago de familia.

 

ULTÍLOGOS


DOÑA JUANA HERNÁNDEZ 

 

A su vuelta de Córdoba,

después de un año cautiva,

como digna gran señora

Abenchara es recibida.

Con un guayre doña Juana

funda una nueva familia

mas su sino, la desgracia,

la persigue de por vida.

Su noble esposo reniega

de ir a guanches correrías

por temor a que las levas

tramas fueran de esclavistas.

Oculto en espesos montes

donde el sol ni se adivina

se presenta por las noches

para quererla a escondidas.

 

Advertido el gobernador

por sus sabuesos espías

de que el guayre desertor

su casa de Gáldar visita,

manda que prendan a Juana,

por secuaz de rebeldía,

y la vendan como esclava

en la lonja de Sevilla.

Todo un lustro va a durar

su destierro a Andalucía

hasta que una Orden Real

las cadenas le retira.

Las costas paga el De Vera

por la prisión indebida

pero nada ya compensa

por la libertad perdida.

 

2.   DOÑA MARGARITA HERNÁNDEZ 

 

¿Qué fue de la reina viuda,

tras sepultar en la cista, 

en su mirlada envoltura,

al último rey de la isla? 

Enlutada como un mirlo

en un charco será ungida,

la  mujer de Tasartico

que llamaran Margarita.

Otro esposo tendrá pronto,

natural de Granadilla,

extremeño litigioso

que le va a amargar la vida.

El de Trejo y Carvajal, 

avispado buscavidas,

del oprobio colonial

es probado paradigma.

Fallecido Guadarteme

y su hija Catalina,

para sus arcas pretende

el legado en exclusiva.

En la presencia del juez, 

y en su nombre, testifica

que es tan solo su mujer 

la única heredera viva,

relegando a su cuñada,

la difunta Catalina,

que fue germen de tres sagas

que los vientos diseminan.

Las dehesas de Guayedra

los perjuros se adjudican,

aunque pronto se revendan

al postor que más envida.

 

 

3.   DOÑA LUISA DE BETANCOR

De la gratitud y afecto

que Arminda tiene a su prima,

en legajos polvorientos 

nos queda constancia escrita.

En casa de Tenesoya, 

la que ahora es doña Luisa,

irrumpen en mala hora

regidores de la Villa.

Vienen a cobrar impuestos,

y con vil descortesía

un pañuelo, manto negro

y escopeta le requisan.

Buscando satisfacción

por la afrenta recibida

doña Luisa Betancor

se presenta a la Justicia.

 

Ante escribano declara,

en favor de su hidalguía,

la otrora reina canaria

conocida como Arminda:

“La hija de Aymediacoán,

de Ventagao, la sobrina,

de la estirpe Semidán,

es mi prima más querida:

la “señora de la tierra”

que me arrulló cuando niña,

la que siempre me infundiera 

la razón de ser nativa”.

De los pechos y alcabalas

doña Luisa fue eximida

a partir de estas palabras

pronunciadas por Arminda.

 

4.   DOÑA CATALINA DE GUZMÁN  

Reciba nuestro homenaje

la postrera guayarmina

dando fin a este romance

con emotiva elegía.

En la Iglesia de Santiago,

sintiendo el fin de sus días,

dispone ante el escribano

que la entierren junto a Luisa.

Llegada su última hora,

al caer la anochecida,

los recuerdos se le agolpan

de cuando era aquella niña

que alongada sobre el muro

para ver lo que ocurría,

oye a Aitami, el viejo brujo,

anunciar la profecía:

 

“Que las águilas del norte

al noble azor exterminan

destruyendo roque a roque

los nidales con sus crías”.

“El augur de aquellos males

-ahora en su lecho medita-     

no avizora que casares

de ambas aves ahijarían”.

Arminda muere al calor

de acrisolada familia,

en compartido dolor

de criollos y de indígenas.

Por cada rincón de Gáldar

su aura se funde en las brisas

avivando sacra llama

que estará siempre encendida.

 

 EPÍLOGO EN  LA CUEVA PINTADA DE GÁLDAR 

 

En la memoria olvidada

de los siglos de ignominia

la cueva quedó sellada

bajo custodia de Arminda,

compartiendo su secreto,

que a la tumba llevarían,

los descendientes directos

de los faycanes artistas.

Hasta hoy en que gozamos

de la belleza escondida

en los frisos rojiblancos

de esta Capilla Sixtina

de arte rupestre del Atlas; 

de esta Cueva de Altamira

en los confines de África,

que las Luces nos descifran 

como un astral calendario

de sol y luna, que firman

la paz entre sí, cada año,

cuando una luna crecida

honra al sol tras el solsticio.

Son las jornadas festivas 

de comienzos del estío

en las que, por ley divina, 

no caben tribales pugnas

ni pastoriles rencillas,

solo bregar en la lucha

con nobleza deportiva

y extendiendo las esteras,

compartir las alegrías,

a la luz de las estrellas,

de los dones de la vida.

 

 

 

 

UNA DE LAS INNUMERABLES LÍNEAS DE DESCENDENCIA DE ARMINDA MASEQUERA

 

I

EGONAYGA GUAYASÉN SEMIDÁN

N GÁLDAR

D GÁLDAR

 

MATRIMONIOS

 

ZAYFÍA GUAYARMINA

 

II

HERNANDO DE GUZMÁN

 

N  1459 TOLEDO

D  1518 GÁLDAR

 

ARMINDA MASEQUERA 

CATALINA GUADARTEME DE GUZMÁN

N circa 1470 GÁLDAR

D GÁLDAR

III

ALONSO GUTIÉRREZ DE ROJAS

N 1476 SEVILLA 

1518 GÁLDAR

 

LUISA DE GUZMÁN Y GUANARTEME

N 1498 GÁLDAR

 

IV

DIEGO RAMIRO DE GUZMÁN Y ROJAS

 N 1521 GÁLDAR

1550 GÁLDAR

MARÍA DE CABREJAS SAN CLEMENTE GUANARTEME

 

V

JUAN DE GUZMÁN Y CABREJAS

N 1555 GÁLDAR

 

1590 GÁLDAR

BERNARDINA JÁIMEZ DE SOTOMAYOR Y ZAMBRANA

 

VI

JUAN BENÍTEZ DE QUINTANA Y ROJAS

N 1592 GÁLDAR

D 1644 GÁLDAR

1620 GÁLDAR

ISABEL DE GUZMÁN  JÁIMEZ DE SOTOMAYOR

N 1590 GÁLDAR

D 1675 GÁLDAR

VII

PEDRO DE GUZMÁN BENÍTEZ DE ROJAS

N 1628 GÁLDAR

1648 GÁLDAR

LEONOR VILLAR DE HERRERA

 

D 1700 GÁLDAR

VIII

GASPAR DE QUINTANA DE GUZMÁN

 

D 1694 GÁLDAR

1688 GÁLDAR

Mª JOSEFA DOMÍNGUEZ DE LOS REYES

N 1662 GÁLDAR

IX

NICOLÁS RUIZ DE GUZMÁN

N 1693 GÁLDAR

1711 GÁLDAR

INÉS SAAVEDRA DE QUINTANA 

N 1692 GÁLDAR

 

X

FRANCISCO TOMÁS DE GUZMÁN SAAVEDRA

N 1718 GÁLDAR

D 1807 GÁLDAR

1743 GÁLDAR

  CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ  DE MIRANDA

N 1721 GÁLDAR

XI

MARCOS JOSÉ DE BETANCURT BETANCOR

N 1749 GUÍA

D 1823 GÁLDAR

1775 GÁLDAR

ÁNGELA INÉS DE GUZMÁN RODRÍGUEZ

N 1752 GÁLDAR

XII

JUAN DOMÍNGUEZ SAAVEDRA

N 1773 GÁLDAR

D 1846 GÁLDAR

1779 GÁLDAR

Mª CONCEPCIÓN BETANCURT DE GUZMÁN

N 1776 GÁLDAR

XIII

JUAN DOMÍNGUEZ BETANCURT

N 1814 GUÍA

D 1885 GÁLDAR

1847 

CUBA

FERMINA DÍAZ GARCÍA

N 1823 GUÍA

D 1882 GÁLDAR

XIV

FCO. GREGORIO BAUTISTA MIRANDA

N 1859 GUÍA

D 1915 GÁLDAR

1878 

GUÍA-GALDAR

Mª SINFORIANA DOMÍNGUEZ DÍAZ

N 1861 GÁLDAR

D 1902 GÁLDAR

XV

MODESTO BAUTISTA DOMÍNGUEZ

N 1894 GUÍA

D 1954 LAS PALMAS

1924 

LAS PALMAS 

AMÉRICA GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ

N 1906 CUBA

D 1994 LAS PALMAS

XVI

LORENZO HERNÁNDEZ VEGA

N 1927 SAN LORENZO

1953 

LAS PALMAS

PURA BAUTISTA GONZÁLEZ

N 1932 GÁLDAR

D 2008 MASPALOMAS

XVII

FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA

N 1955 LAS PALMAS 

 

 

 

 

                        (N: nacimiento  D: defunción)                                                           (En rojo la línea de sangre)

 

 

UNA DE LAS  MÚLTIPLES LÍNEAS DE DESCENDENCIA DE GENOIA SEMIDÁN

 

I

TENESOR SEMIDÁN

FERNANDO GUADARTEME

N GÁLDAR

D LA LAGUNA

 

MATRIMONIOS

 

GUAYARMINA ABENCHARA CHAMBENEGUER

JUANA FERNÁNDEZ VIZCAÍNO

 

II

MIGUEL DE TREJO Y CARVAJAL

 

N  PLASENCIA (CÁCERES)

D  1537 GÁLDAR

 

GUAYARMINA GENOIA

MARGARITA  FERNÁNDEZ  GUANARTEME

N GÁLDAR

D GÁLDAR

III

ALONSO GONZÁLEZ CARVAJAL

 N GÁLDAR

 

 

EMERENCIANA JÁIMEZ DE SOTOMAYOR

N 1514 GÁLDAR

 

IV

GASPAR GONZÁLEZ DE QUINTANA

 N GÁLDAR

 

MARÍA JÁIMEZ DE CARVAJAL

N GÁLDAR

 

V

AGUSTÍN DOMÍNGUEZ 

N 1606 TEROR

D 1693 GÁLDAR

1637  GÁLDAR

MARÍA DE QUINTANA JÁIMEZ

N 1600 GÁLDAR

 

VI

GASPAR DOMÍNGUEZ  DE QUINTANA

N 1639 GÁLDAR

1669  GÁLDAR

JUANA SÁNCHEZ

N  GÁLDAR

 

VII

ANTONIO DE FRÍAS BENCOMO

N TENERIFE

1705  GÁLDAR

MARÍA DE QUINTANA

N GÁLDAR

 

VIII

FRANCISCO DE MIRANDA

N 1701 GÁLDAR

 

1723  GÁLDAR

ANNA DE QUINTANA

N 1705 GÁLDAR

IX

BARTOLOMÉ DE  MIRANDA

N 1733 GÁLDAR

1757 GÁLDAR

TOMASA  ALEMÁN MONTESDEOCA

 

 

X

JUAN  DE  MIRANDA ALEMÁN

1803 GUÍA

ANA DÍAZ DE QUINTANA

N 1787 GUÍA

 

XI

GREGORIO DE MIRANDA DÍAZ

N 1807 GUÍA

1827 GUÍA

JOSEFA GUERRA GODOY

N  GUÍA

 

XII

FRANCISCO BAUTISTA DE QUINTANA

N 1820 GUÍA

D 1868 GUÍA

1847 GUÍA

ANDREA MIRANDA GUERRA

N 1832 GUÍA

D 1908 GÁLDAR

XIII

FRANCISCO BAUTISTA MIRANDA

N 1859 GUÍA

D 1915 GÁLDAR

1878 

GUÍA-GALDAR

Mª SINFORIANA DOMÍNGUEZ DÍAZ

N 1861 GÁLDAR

D 1902 GÁLDAR

 

XIV

MODESTO BAUTISTA DOMÍNGUEZ

N 1894 GUÍA

D 1954 LAS PALMAS

1924 

LAS PALMAS 

AMÉRICA GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ

N 1906 CUBA

D 1994 LAS PALMAS

 

XV

PASCUAL LACAVE VIGALONDO

N  1914 MIRANDA  DE EBRO (BURGOS)

D   1981 LAS PALMAS

1947

LAS PALMAS

MARÍA  BAUTISTA GONZÁLEZ

N  1926 LAS PALMAS

D  1997  LAS PALMAS

XVI

ALBERTO LACAVE  BAUTISTA

N 1954  LAS PALMAS 

 

 

 

 

 

                        (N: nacimiento  D: defunción)                                                           (En rojo la línea de sangre)

 

 

GALERÍA DE PERSONAJES

(por orden de aparición en el romance)

 

Arminda Masequera: princesa real canaria hija de la Guayarmina Zayfía y de Egonayga  Semidán,  a quien llamaron Guanarteme “el Bueno”. Bautizada en el Real de Las Palmas recibe el nombre cristiano de Catalina Guadarteme, asumiendo más tarde, cuando se casa, el apellido  Guzmán por su matrimonio con el toledano Hernando de Guzmán. También llamada en el romance: la reina niña.

 

Egonayga Guayasén Semidán: último Guanarteme legítimo de Gáldar si tenemos en cuenta que Tenesor fue nombrado regente hasta la mayoría de edad de su hija, Arminda Masequera. Dos son las esposas reales o guayarminas que se le atribuyen, Zayfía, la madre de Arminda, y Tenesso, su sobrina. Fue conocido como Guadarteme “el Bueno” tras el perdón que concede a las fuerzas de Silva después de su fracasado intento de tomar Agáldar, la capital de su reino.


Andamana: Fundadora, en unión  de su esposo Gumidafe, de la dinastía de los Semidanes que gobierna la isla de Gran Canaria durante los siglos XIV y XV.

 

Diego de Silva, caballero portugués que dirige una partida de las mesnadas del Señor de Canarias don Diego de Herrera, su suegro, en el último intento señorial de conquistar Gran Canaria en probable alianza con el Reino de Portugal.

 

Diego de Herrera, Señor de las Islas de Canaria con capital en Teguise de Lanzarote, autodenominado rey de las islas y que cederá, después de la capitulación de Silva, los derechos de conquista de Gran Canaria, La Palma y Tenerife  a la Corona Castellana.

 

Tasirga: Aya de Tenesoya que con ella fue capturada en las charcas de un bañadero.

 

Tenesso, probable guayarmina de Gáldar casada con Egonayga su tío la cual fue raptada por una partida de “hombres de las islas” (habitantes de Lanzarote y Fuerteventura descendientes de indígenas y europeos). Por error de transcripción es conocida como Tenesoya Vidina. Su canje por ciento trece cristianos y su posterior regreso voluntario a Teguise para reencontrarse con su esposo Maciot de Bethencourt es un hecho histórico cantado por Cairasco de Figueroa. Tras la conquista de Gran Canaria regresa a Gáldar con su marido e hijos, haciéndose cargo de la custodia de su prima Arminda hasta su casamiento.

 

Diana y Acteón: Mito de la Antigüedad que narra cómo la diosa Diana, al ser descubierta desnuda en su baño por el cazador Acteón, lanza una maldición por la que este se convertirá en un ciervo que va  a ser devorado por sus propios perros de caza.

 

Maciot I de Bethencourt, sobrino de Jean de Bethencourt, primer conquistador de Canarias y su sucesor en el gobierno del Señorío de las Islas, casado con la Princesa Teguise de Lanzarote, hija de los Reyes Guadarfía y Aniagua.

 

Maciot II de Bethencourt, hijo de Margarita de  Bethencourt y de Arriete Perdomo, nieto de su homónimo,  y esposo de Tenesso tras su captura en las costas de Lairaga. De este matrimonio mixto y de sus hijos (Maciot y Andrés de Bethencourt y Juan Perdomo) procede la saga de los Betancores de Canarias. 

 

Jean de Bethencourt, noble normando, Señor de la Grainville, pérfido conquistador de Canarias, que incorpora a su reino, feudatario de Castilla, las islas de Lanzarote, Fuerteventura, la Gomera y El Hierro.

 

Luis XI de Francia: Rey de Francia entre 1461 y 1483.

 

Abenchara Chambeneguer, Guayarmina de Gáldar, esposa de Guayedra Semidán, que fue capturada en la costa, cuando estaba embarazada  y llevada la Península donde se la conoce en la Corte como “Reina de Canaria”. Tiene al menos una hija con Guayedra llamada Catalina. Tras su bautizo, recibe el nombre de Juana Fernández. Casará posteriormente con los hidalgos canarios Juan de las Casas y Juan Pascual

 

Guayedra, mal llamado Tenesor Semidán, Guadarteme regente de Gáldar  por ser el esposo de Abenchara, proclamada guayarmina por minoría de edad de Arminda. Recibe el apodo de Guayedra, el valle donde mora el espíritu de sus antepasados. Tras ser bautizado en Córdoba durante su primer viaje a la Península asume el nombre de Fernando Guadnarteme

 

Doramas: Guayre de Gáldar, en el momento de su muerte, héroe de la resistencia canaria que es lanceado por la espalda en la batalla de Tenoya.

 

Reyes de Aragón y Castilla, Fernando e Isabel, monarcas que con posterioridad a los hechos de la conquista de Canarias, de la toma de Granada y de la expulsión del pueblo judío serán reconocidos como Muy Católicos Reyes por el Papa de Roma, bajo cuyo reinado se produce la anexión de Gran Canaria, La Palma y Tenerife.

 

Aymediacoánhermano de Ventagao, el que fuera Guadarteme de Telde, y probable gobernante que tras la muerte de su hermano acude a la Corte en 1481como nuevo guadarteme de dicho reino para rendir vasallaje a los Reyes Católicos sellando el Pacto de Calatayud. Es el padre de Tenesso (Luisa de Betancor) y de Autindana (Juan Dana).

 

Pedro de Vera, Capitán General de la conquista de Gran Canaria en la segunda y definitiva fase que va desde 1480 a 1483, a quien se hace responsable de la política de tierra quemada y  otros cruentos métodos de conquista.

 

Hernán PerazaSeñor de la Gomera y El Hierro, hijo de Diego de Herrera, que es obligado por los Reyes Católicos, por su responsabilidad en la muerte de Juan Rejón, a incorporarse a la conquista de Gran Canaria en la casa fuerte de Agaete, junto a Alonso Fernández de Lugo. Por sus méritos en  la “captura diplomática” de Tenesor es premiado con la licencia para volver a La Gomera al encuentro de su esposa doña Beatriz de Bobadilla.

 

Catalina Hernández: Hija de Guayedra y Abenchara nacida en el Alcázar de Córdoba en 1482 al haber sido apresada su madre por los castellanos.

 

Tasarte, glorioso guayre del reino de Gáldar que alzándose contra su Rey, Tenesor Semidán, se convierte en el cabecilla de la resistencia y en el lugarteniente de Bentejuí tras su intento de restablecer la Corona Unida de Gran Canaria casando a los jóvenes Bentejuí, hijo de Ventagao, Guadarteme de Telde, y Genoia, la hija mayor de Tenesor Semidán, Guadarteme de Gáldar. Héroe de la victoria de Ajódar que meses después se inmola en Titana lanzándose  al vacío. Su muerte tiene lugar poco antes del asedio final de Ansite.

 

Bentejuí: joven guadarteme de Telde tras la muerte de su padre Ventagao y de la misteriosa desaparición en la Península de su tío Aymediacoán. Casado con la hija mayor de Guayedra y Abenchara, la llamada Genoia, se inmola en los riscos de Ansite junto a un viejo faycán al no aceptar la rendición. Apodado Tasartico en honor de su valedor el guayre Tasarte.

 

Guayarmina Genoia, la hija mayor de Guayedra, de cristiana Margarita Fernández, recibe el nombre de guayarmina que significa “reina” porque efectivamente fue Reina de Telde tras su matrimonio con el inmolado Bentejuí al que se une poco antes de la capitulación de Ansite. Casada posteriormente con Miguel de Trejo y Carvajal.

 

Miguel de Mujica, natural de Vizcaya, capitán de la compañía de ballesteros vascos que es masacrada en la batalla de Ajódar. Fallece poco después en Gáldar como resultado de las graves heridas recibidas tras el impacto de una piedra de molino rodante.

 

Juan de Frías, Obispo de Canarias que traslada la sede del Rubicón (Lanzarote) al Real de Las Palmas, capitán de la conquista y defensor de los indígenas, protector de la Reina de Canaria durante su cautiverio en la Península y oficiante del bautismo de Arminda.

 

Alonso Jáimez  de Sotomayor: Alférez Mayor de la Conquista de Gran Canaria desde sus inicios, de origen aragonés.

 

Francisco de Mayorga: Alcaide de la Torre de Gando. Una vez destruida, pasa un tiempo cautivo en la Corte real nativa de Gáldar hasta que es liberado en el canje de prisioneros por Tenesso. Tras la conquista será nombrado Alcalde Mayor de la Villa Real de las Palmas ejerciendo con su esposa como  padrino  de bautizo de Arminda.

 

Hernando de Guzmán: Noble hijo del Señor de la Casa de Batres y Alcaudete,  Grande de Castilla, que participó en las Guerras contra el Reino de Granada antes de incorporarse como capitán de infantería a la conquista de Gran Canaria. Casará con Arminda Masequera.

 

Garcilaso de la VegaPoeta renacentista que escribe sus sonetos en el Castillo de Batres, la casa de origen de Hernando de Guzmán, aunque hay que precisar que estos hechos tienen lugar con posterioridad a la conquista de Gran Canaria.

 

Luisa de Guzmán Hija primogénita de Hernando y Catalina de Guzmán (Arminda), descendiente directa por línea materna de la última Reina de Canaria.

 

Miguel de Trejo y Carvajal: hijodalgo poblador, natural de la Villa de Granadilla en Plasencia (Cáceres) que casa con Margarita Fernández (Genoia), la hija de Guayedra la que fuera  proclamada guayarmina de Telde en 1483.

 

Ventagao: Guadarteme de Telde, que muere de modorra poco antes de la conquista de la isla. Su hermano Aymediacoán le sucede probablemente en la regencia hasta la coronación de su hijo Bentejuí, el último guadarteme del reino del este. 

 

Aitami: Faycán de Gáldar en el momento de la conquista que inicialmente forma parte de la resistencia para después sumarse a la causa de don Fernando Guadarteme.