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lunes, 22 de julio de 2024

Prólogo al libro "La guayarmina olvidada" de Maruja Delgado





PRÓLOGO A LA GUAYARMINA OLVIDADA

 

Me complace mucho hacer la presentación de este ensayo de la escritora Maruja Salgado que versa sobre la vida de Juana Hernández, mejor conocida por su nombre vernáculo de Abenchara Chambeneder, a quien se señala en documentos de la época como reina  de Canaria.

En mi obra Tres dramas de la historia de Canarias con nombre de mujer, publicada recientemente, dediqué el drama segundo a esta mujer indígena cuya memoria ha sido neblinada por su propia condición de mujer en la sociedad patriarcal resultante de la guerra de conquista. Mostramos a continuación el cuadro sobre los hitos de la vida de Juana Hernández que confeccioné a modo de anexo documental para dicha obra escénica en la que, como licencia literaria, su hija Catalina Hernández, próxima a morir, se despide de ella a través de una carta, rememorando los avatares de sus vidas respectivas.

 

ABENCHARA CHAMBENEDER, bautizada JUANA HERNÁNDEZ. 

 

1462

Con 0 años

Nacimiento de la hija del faycán de Gáldar Chambeneder

 

1480

Con 18 años

Casamiento a la usanza indígena con Guayedra, nuevo guadarteme de Gáldar

1482

Con 20 años

Capturada en Guayedra por las tropas gomeras es enviada a la península donde nace su hija Catalina.

1483

Con 21 años 

Regresa con su marido Fernando Guadarteme y su hija a Gran Canaria

1484

Con 22 años

Tras repudiar a su marido rehace su vida con el noble indígena canario Juan González de las Casas

1485

Con 23 años

 

Nacimiento de su hijo Juan de las Casas el mozo

 

1486

Con 24 años

Apresada por Pedro de Vera por ocultar a su nuevo marido que ha desertado de una expedición a Tenerife

1487

Con 25 años

Esclava de un comerciante de Jerez de la Frontera

 

1491

Con 29 años

Liberada  por orden de los reyes y retorno a Gáldar

 

1495

Con 33 años

Acompaña a su marido en la expedición de conquista de Tenerife

1497

Con 35 años 

Data a Juan de las Casas, su marido, y a Cristóbal Mondura de tierras en Tejina

1498

Con 36 años

Data a Juan de las Casas, su marido, y a Fernando de Gran Canaria, su hermano, de tierras en Taganana

1500

Con 38 años

Data a Juan de las Casas, su marido, y a Juan de la Torre, su sobrino, de tierras y cueva en Tejina

1502

Con 40 años

Fecha aproximada del nacimiento de hijo Francisco González

1503

Con 41 años 

Data a Juana Hernández y su marido Juan González de las Casas de tierras en La Orotava. Data en este mismo año de tierras a su hijo Juanico.

1518

Con 56 años

Fallecimiento de su marido Juan González de las Casas

 

1523

Con 61 años

Casamiento con el indígena canario Juan Pascual

 

1526

Con 64 años

Fallece en Agüimes su hija Catalina Hernández

 

1540

Con 78 años

Dicta su testamento en Tenerife como esposa de Juan Pascual

1542

Con 80 años

Segundo testamento de su marido Juan Pascual quien la cita como esposa. Juan Pascual vivirá al menos hasta 1559.

1544

Con 82 años

Fecha aproximada de su fallecimiento en Tenerife. Ya es difunta en 1545 cuando testa su hijo Juan de las Casas 2.

 

Como muestra de la pulcritud del estudio realizado por Maruja Salgado les diré que, consultando el testamento de su hijo Juan de las Casas, nos ha señalado la fecha aproximada de la muerte en El Realejo de Tenerife de Juana Hernández, fecha que nosotros no habíamos advertido por lo que hemos procedido a la corrección  de este punto en la última fila del cuadro.

 

El título de la obra La Guayarmina olvidada no puede ser más apropiado pues recoge en tres palabras la denuncia que hace la autora del olvido a que fue sometida y la reivindicación de su figura como última reina de la isla de Canaria. Coincidimos plenamente con Maruja Salgado en ambas cosas. No se entiende bien la diferencia de trato que ha dado la historia a Fernando Guadarteme y a Juana Hernández. Se valora al rey consorte por su política pactista, aun a pesar de haber traicionado a su pueblo, y se ningunea a su esposa que era la verdadera reina en quien descansaba la soberanía de la nación canaria, reina que, quizá por tal motivo, repudió a su esposo restándole la poca legitimidad que le quedaba tras su deserción y entrega pactada. 

 

Milagrosa Salgado Ramos, Maruja Salgado para los amigos, natural y vecina de Gáldar, es maestra de Educación Infantil, habiendo ejercido  como tal durante 35 años, la mayoría de ellos en escuelas rurales desde las que luchó por su mantenimiento. Maruja es además de maestra una activista que se mueve en grupos feministas, culturales y sociales. Pertenece a los colectivos Mujeres y Club de lectura y a la asociación de escritoras y escritores Palabra y Verso y cultiva, además de la literatura, la pintura al óleo habiendo presentado obras en diversas exposiciones colectivas. En el ámbito literario, cultiva la poesía y la narrativa, habiendo publicado hasta el momento las siguientes obras: la novela Haz algo por mí (CCPC 2019), dos libros de relatos titulados Cuentos en magenta (CCPC 2019) y Tiempo de Piedras y lirios (2020), un libro digital de minificción Un paseo por lo mínimo (Editora BGR, 2022) y recientemente  Al pie de Tindaya. (EDIGECA, 2023), su segunda novela. Varias antologías cuentan asimismo con poemas y relatos de su autoría. 

 

Hoy, Maruja Salgado, nos presenta su nueva obra, La guayarmina olvidada, un ensayo sobre la vida de Abenchara Chambeneder cuyo proyecto, tal y como ella misma nos dice, se inicia después de la lectura de mi novela Abenchara y de la Fundamentación histórica que adjunté a modo de QR a la segunda edición de dicha novela la cual fue publicada en 2014 por Cam-Pds editores.

 

El trabajo de Maruja es muy meritorio pues indaga acertadamente en las escasas fuentes existentes para acometer la biografía de este personaje olvidado cuyo nombre castellano pasó a ser Juana Hernández después de su bautizo forzado en Andalucía adonde, embarazada de pocos meses, fue llevada, como dice la crónica, doliente a la muerte, es decir, agonizante, tras su violenta captura en las inmediaciones del poblado de Guayedra cuando debía de estar sobre los veinte años de edad. De su nombre nativo nada sabemos por cuanto Abenchara es en realidad un título que viene a significar algo así como princesa heredera del trono. En relación con su apellido indígena sí tenemos, sin embargo, algunas  certezas por cuanto resulta ser la hija del Fayzag de Gáldar durante el reinado de Egonayga conocido por Chambeneder y es por tanto, según se colige de las fuentes primarias consultadas, hermana de los nobles indígenas Juan Vizcaíno y Fernán de Canaria, y tía de Juan de la Torre y de Juan de Guzmán, habiendo sido este último quien consiguió, pleiteando en la Corte, la liberación de Juana la canaria en 1491 tras su segundo apresamiento. Todos los citados eran canarios encuadrados en la compañía de Maninidra que tomó parte en la conquista de La Palma y de Tenerife. Será en esta última isla donde todos ellos se asienten, si bien su hermano Fernán de Canaria será el único que retorne junto con sus hijas a su isla natal de Gran Canaria.  Será en la casa de Agüimes de una de sus hijas, Ana Hernández, viuda por entonces de Perucho de Fuenterrabía, donde en febrero de 1526 fallezca su prima Catalina Hernández enferma de la peste.

 

De los diversos avatares de su vida, que han sido bien estudiados por Maruja Salgado en este ensayo biográfico, queremos hacer una breve recapitulación sobre el asunto del repudio como prerrogativa de las princesas canarias, prerrogativa indígena que ha sido avalada por el historiador Manuel Lobo Cabrera en el prólogo a nuestra Tres dramas con nombre de mujer. Determinados genealogistas cuestionan, por desconocimiento de este derecho y de sus consecuencias legales, que Juana Hernández Vizcaíno haya sido la primera esposa de Fernando de Guadarteme y que Catalina Hernández, la hija de ambos, haya sido la esposa de Pedro de Vega el rey.

El hecho de que en su testamento de 1540, Juana Hernández no señale a su primer marido don Fernando Guadarteme, ni a Catalina, la hija con él habida, viene a decirnos sencillamente que, una vez ejercido el derecho de repudio, su matrimonio con Fernando de Guadarteme había quedado invalidado a todos los efectos. Lo mismo ocurre con la hija de ambos, Catalina Hernández, quien en su testamento de 1526 no cita como exmarido suyo a Pedro de Vega, quien fallecería tres años más tarde que ella, en 1529, ni tampoco a Luis de Vega y Juan de Vega, los hijos con él habidos, y sin embargo sí cita aunque solo por su nombre, ya que eran infantes por entonces, a los hijos habidos con Adán de Acedo, de quien había enviudado antes de casar con Blas Rodríguez, y cita también, esta vez con nombre y apellido, a Sebastiana Mayor, su hija primogénita, habida probablemente de una relación no conyugal anterior a su casamiento con Pedro de Vega, a quien otorga el albaceazgo para el cumplimiento de sus últimas voluntades. Como prueba sólida de que Luis de Vega y Sebastiana Mayor son medios hermanos tenemos el dato cierto de que a la muerte de Sebastiana en los años 40, los hijos habidos con su marido Hernán Domínguez (Antón, Hernando, Rodrigo, María Mayor e Isabel) pasarán a ser tutorizados por Luis de Vega Guadarteme, tío de los menores. Reiteramos en todo caso que el repudio como prerrogativa de las princesas nativas equivale a la completa anulación del matrimonio, de ahí las omisiones referidas.

 

Otro asunto sobre el que queremos también hacer una breve recapitulación es el de la antroponimia utilizada en la historiografía general sobre el mundo indígena. Muchos nombres indígenas han sido falseados sin escrúpulos en las fuentes secundarias. Y así seguimos hablando de Tenesor como si este fuera el nombre nativo de don Fernando Guadarteme aun a sabiendas de que tal nombre empezó a ser utilizado en el siglo XVIII y a pesar de que en la crónica madre subyacente a la obra de Marín de Cubas se cita con reiteración su verdadero nombre: Guayedra. 

En esta misma obra, en su primera edición de 1687, encontramos asimismo el nombre original de la madre de Arminda y primera esposa de Egonayga que no es otro que el de Zayfía; y también el nombre vernáculo de la hija mayor de don Fernando habida con una esposa anterior a Abenchara, a quien se llamó indebidamente con el título, que no nombre, de Guayarmina por haber sido coronada como reina de Telde en el corto periodo en que estuvo casada con Bentejuí. Su nombre nativo era en realidad Tenoia, la misma persona que una vez cristianada pasó a llamarse Margarita Fernández. 

En relación con Tenesso, hoy sabemos que lo de Tenesoya Vidina es una mala lectura de una pseudocrónica y donde se decía “Tenesso y era sobrina…” alguien leyó erróneamente “Tenesoya Vidina”. Tanto Tenesso como Tenesor, en nuestra opinión, son en todo caso términos despectivos dirigidos por sus congéneres hacia dos personas que se entregaron voluntariamente a los enemigos de su pueblo. Según la doctora Irma Mora, experta en inscripciones bereberes, el término Wer-tenessu, frecuente en las inscripciones lapidarias norteafricanas, significa “la que no se vende” de modo que quitando el prefijo negativo Wer tenemos que Tenessu significa “la vendida”, apelativo peyorativo cuyo uso venía a denostar la deserción de ambos personajes.

 

En agradecimiento por la invitación que me ha hecho Maruja de prologar este bien documentado y bien escrito ensayo sobre doña Juana Hernández, le voy a hacer un presente que sé de seguro que la va a colmar de satisfacción. En el siguiente cuadro genealógico se muestra una línea mixta de descendencia de la reina de Canaria que conduce paso a paso, empezando por su hija Catalina, la niña nacida en Córdoba en 1482, en quince generaciones y sin salir nunca de Gáldar, hasta la autora de este libro. Abenchara Chambeneder es efectivamente la décimo-cuarta abuela de Maruja Salgado. 

Hemos de admitir sin embargo que la confección del cuadro no resultó ser costosa en cuanto a tiempo por el hecho de que en el peldaño XII del mismo se registra a un tal Martín de Vega Saavedra, que es tatarabuelo de Maruja, quien resulta ser, al mismo tiempo, quinto abuelo de mi esposa. Martín de Vega había casado en 1852 con Leonor Tomasa Hernández Rodríguez  de cuyo matrimonio procede Maruja, si bien  treinta años antes, en 1822, Martín de Vega había casado con Antonia Alemán Méndez, de cuyo matrimonio procede mi esposa. Esta es la razón de que dispusiéramos en nuestros archivos digitales de toda la documentación necesaria para completar el estudio genealógico de Maruja Salgado desde el dicho Martín de Vega que vivió en Gáldar en la primera mitad del siglo XIX hasta Abenchara,  nacida en el último tercio del siglo XV en Agáldar y fallecida en El Realejo de Tenerife sobre 1542.  

No obstante diremos, quitando algo de trascendencia al asunto, que esto no es nada verdaderamente excepcional pues la generalidad de los grancanarios con raíces somos orgullosos descendientes de doña Catalina Hernández Guadarteme, la hija de los últimos reyes de Canaria, y de alguno de sus tres o cuatro maridos. En este caso la proyección hasta nuestros días se traza a partir del matrimonio de Catalina Hernández con el conquistador de Gran Canaria de origen leonés Pedro de Vega a quien en Gáldar llamaban jocosamente “Pedro el rey” por su casamiento fallido con la princesa real doña Catalina Hernández Guadarteme. 

 

EL LINAJE REAL CANARIO DE MILAGROSA SALGADO RAMOS

 

I

Fernando Guadarteme

Guayedra Semidán

N circa 1427 Guayedra 

D circa 1496 Tenerife

 

Juana Hernández

Abenchara Chambeneder

N circa 1465 Gáldar

D 1544 El Realejo, Tenerife

II

Pedro de Vega, ‘el rey’

N circa 1450 León

D 1529 Gáldar

 

Catalina Hdez Guadarteme

N 1482 Córdoba

D 1526 Agüimes

III

Luis de Vega Guadarteme

N Gáldar

D Gáldar antes de 1547

 

Leonor de Quintana

(H d Juan de Quintana Soria y María González)

IV

Pedro de Vega Quintana

N Gáldar

D 1574 Gáldar

1549

Gáldar

Dote

Catalina Morales Mateo

(H d Francisco Castrillo y Juana Morales Mateo)

V

Baltasar de Vega Quintana

N circa 1565 Gáldar

 

 

María Peraza de Ayala

VI

Nicolás de Vega Quintana

N 1592 Gáldar

 

1634

Gáldar

Francisca Fdez de Córdoba 

(H d Alonso Fdez de Córdoba y María de Aguilar Calderón)

VII

Nicolás de Vega de Córdoba

N 1640 Gáldar

1664

Gáldar

Mª Nieves Jorge López

(H d Alonso Jorge y María López)

VIII

Gregorio Saavedra Miranda

(H d Juan de Figueredo Saavedra y Leonor de Miranda)

1697 Gáldar

Inés de Vega Jorge

N 1676 Gáldar

D 1727 Gáldar

IX

Nicolás Saavedra de Vega

N 1706 Gáldar

1737 Gáldar

Mª José de Guzmán Hdez

(H d Nicolás Ruiz de Guzmán Domínguez e Inés Saavedra Hdez de Quintana)

X

Gregorio de Vega Guzmán

N 1740 Gáldar

1765 Gáldar

Josefa Moreno Castrillo

(H d Matías Moreno y Mª Teresa Castrillo, vs de Guía)

XI

Pedro de Vega Moreno

N 1771 Gáldar

 

1795

Gáldar

Mª Antonia Mendoza Rguez

(H d Juan de Mendoza e Isabel Rguez Moreno)

XII

Martín de Vega Saavedra

N 1801 Gáldar

1852

Gáldar

Leonor T. Hernández Rguez

(H d Antonio Abad Hernández y Mª José Rodríguez)

XIII

Antonio Castillo Cabral

(H d Isidro Castillo Perdomo y Sebastiana Cabral Guerra)

1874

Gáldar

Martina Saavedra Hernández

XIV

Francisco Ramos Falcón

(H d Fco Ramos Guerra y Mª Eugenia Falcón Vega)

1906 Gáldar

Lucía Castillo Saavedra

XV

Leonardo Salgado Piñeiro

(H d Leonardo Salgado Glez y Rosa Piñeiro Dorribo)

1945

Galdar

Leonor Ramos Castillo

 

XVI

 

 

Milagrosa Salgado Ramos

 

 

Nota: En negrita la línea de sangre. H d =hijo/a de 

 

Reiteramos para terminar estas líneas, la valentía cultural de Maruja Salgado por tratar un tema tan espinoso como es el del ninguneo de las mujeres en los estudios de historia. De otro modo no se explica que hasta el día de hoy, hasta la publicación de esta obra, ningún escritor, con la salvedad de algunos artículos publicados por los hermanos Roberto y Faneque Hernández Bautista, haya acometido la empresa de elaborar una biografía acerca de la extraordinaria figura histórica de Juana Hernández Vizcaíno, la última Reina de Canaria.

 

En Agüimes, a 18 de mayo de 2024

Faneque Hernández Bautista, escritor e historiador