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viernes, 19 de noviembre de 2021

Acerca del nombre primigenio del Roque Nublo

 

El Roque Nublo al amanecer. Foto de Alfredo Ramírez

En el Libro de repartimientos de Gran Canaria de Manuela Ronquillo y Eduardo Aznar Vallejo hay un documento en el que nosotros estimamos, y no somos los primeros en hacerlo, que se identifica el nombre primigenio del  monolito. En la página 55 de dicho libro, en el registro nº 6 que se corresponde con la petición de tierras de un tal Bartolomé Barba, se dice:

“En la Noble Ciudad real de las Palmas que es en esta isla de Gran Canaria en viernes 26 de mayo de 1536 estando ayuntados en cabildo en las casas de dicho cabildo según han de uso e costumbre el muy magnífico señor Bernardino de Ledesma gobernador e justicia mayor de esta dicha isla por sus majestades e los señores regidores que en el dicho cabildo se hallaron en presencia de mi Juan de Ariniz escribano se presentó una petición de Bartolomé Barba su tenor de la cual es este que se sigue:

“Magnífico Señor: Bartolomé Barba, alguacil de campo y vecino de esta isla, beso las manos de vuestra señoría y les suplico me hagan merced de me mandar dar unas tierras que están en el barranco de Tejeda que lindan con tierras de Benito Santana y llegan hasta los riscos de Angro y vuelven a la degollada de Tam(ara)gadra en el barranquillo abajo que sale de la degollada hasta donde entra en el barranco de Tejeda e en ello se me hará merced e el muy magnifico ayuntamiento de vuestra señoría dios nuestro señor acreciente por largos tiempos. Bartolomé Barba”

“E por los dichos señores visto mandaron que se apregone no siendo monte e si tiene monte que no se puedan dar y (roto) deberá pregonar tres dias en esta ciudad  en que intervenga uno de fiesta…”

“E por los dichos señores visto, dijeron que se den veinte fanegadas de la tierra con tanto que el monte en ella se hubiere para ingenios cuando lo desmontare lo usare algún señor de ingenio e se concierte con él. E que esto so pena de diez mil mrs para los propios e más mandan las asentare en este libro de repartimientos e que se le dé titulo de ella”.

 

 

PROPUESTA INICIAL DE FANEQUE HERNÁNDEZ 

Del mismo modo que diversos autores, entre los que me incluyo, sostenemos que Tirma es el nombre del Teide para los indígenas canarios, otros tenemos la convicción de que Angro o Magro es el nombre antiguo del monolito al que veneraban los antiguos canarios y que hoy conocemos como Roque Nublo o Roque Nugro.  Como planteé en mi novela histórica Abenchara, “Atis  Tirma” y “Atis Magro” serían invocaciones rituales de los antiguos canarios que podrían transcribirse al castellano como “Padre Teide” y “Padre Nublo” respectivamente. 

 

Veamos la respetable opinión de Maximiano Trapero al respecto de mi propuesta en su obra “Diccionario de toponimia canaria: los guanchismos”:

 

“Una última interpretación de este Roque Nublo leemos en un texto de nuestro amigo Faneque Hernández. Desde una cita contenida en un documento de 1536 en el libro de repartimientos de Gran Canaria en el que se reparten tierras que están en el barranco de Tejeda que … llegan hasta los risco de Angro y vuelven a la degollada de Tama(ara)grada (Ronquillo y Aznar 1998 doc nº 6) cree Faneque que esta Angro es el mismo topónimo que otras crónicas antiguas se cita como Magro o Amagro. Y de ello deduce que las dos eminencias que servían a los aborígenes grancanarios como lugares sagrados eran la montaña de Tirma y el Roque Nublo. Dos inconvenientes lingüísticos serios se oponen a esta interpretación: primero que no se puede deducir por el documento del libro de Repartimientos que esos riscos de Angro se refieran de manera inequívoca al Roque Nublo; y segundo que el Roque Nublo y la montaña de Magro o Amagro son dos lugares perfectamente diferenciados en la geografía muy distanciados entre sí por más que ese Amagro esté perfectamente identificado en la toponimia actual como la gran elevación que está al suroeste de Gáldar. Pero nos quedan sin identificar esos dos topónimos Angro y Tam(ara)grada citados en el documentos de los Repartimientos de Gran Canaria”

 

 

Al respecto del inconveniente primero hemos de decir que, si bien Maximiano Trapero considera que no hay en el texto una descripción fisiográfica que permita concluir sin ambages que Angro es el actual Roque Nublo, o el Roque Nugro del que nos habla la memoria oral, disintiendo en este punto, creemos conveniente exponer una opinión divergente a la suya, la de Francisco Javier Gil Rodríguez quien sostiene en su blog desde 2013 de forma categórica lo mismo que nosotros planteamos cuando identificamos el Angro del repartimiento nº 6 con el Nugro de la tradición oral.

 

Dice este autor en su artículo “Sobre el topónimo Roque Nugro”: 

La situación exacta de Riscos de Angro está asegurada, coincide con los riscos de Timagada y más concreto con Roque de La Nariz, Andén de Cho Perdomo, Roque de las Fogueras, Marco del Mediodía, situados debajo del Roque Nugro, así como la Degollada de Timagada y el “barranquillo que sale de la degollada hasta donde entra el barranco de Tejeda” actualmente denominado Barranquillo Hoya del Escobonal.

 

En su blog Aseysele (http://franciscojaviergilrodriguez.blogspot.com/2013/09/sobre-el-toponimo-roque-nugro-apuntes-e.htmleste investigador expone además una posible etimología para el término estudiado que no entramos a comentar por desconocimiento de las lenguas bereberes:

 

Llegados a este punto pasamos a estudiar la traducción del topónimo NUGRO. El étimo presenta una raíz clara “NGR”, desde la primera versión de ANGRO y las posteriores de ÑUGRO, NUGRO no cambian en nada la propuesta de transcripción. Primero dejar claro que en la evolución de esta voz ha perdido la vocal A pre radical, fenómeno observado en algunos dialectos bereberes. A continuación acudiremos a dos dialectos imaziren del norte africano más cercano; de un lado al Tamazight del Alto Atlas , Marruecos y al Tuareg de Argelia. 

 

“ANGÜR. Cette aceptión rèpond bien au sommet caresteristique du masif en forme d `angle ou de nez très accusé  (esta acepción responde bien a una cima característica de un macizo montañoso en forma de ángulo o de nariz muy acusada). “ANGURT, se rapporte à un lieu caractèrisè par des ANGUR, c`est – a – dire des  <<nez >>, des aspérrites montagneuses (se denomina ANGURT a un lugar formado por varios ANGUR, es decir de <<nariz>>, de asperezas montañosas). Contributiòn a un étude de la toponymie du haut Atlas, Adrar n Deren. Emile Laoust. Año 1939. Cuadernos III y IV. Paris. Librairie Orientaliste Paul Geuthner. Págs. 209 y 222.

 

“NGR…­ ĂNEĠĠIR //región comprise entre le pied des pentes et le sommet, et abriteé derriere les plateaux supérieurs et les hautes cîmes (d´une masif montagneux considérable), (región comprendida entre el pie de las pendientes y la cumbre y abrigada de las llanuras superiores y las altas cimas). //ĂNĠOUR // nez (de personne) // p. ext. “bec (angle saillant) (de montagne, falaise, colline, dune, relief de terrain qlconque), nariz de persona, por extensión en toponimia “pico, ángulo, esquina, rincón saliente de una montaña, risco, colina, duna o relieve cualquiera”. Dictionnaire Touareg – Français, Dialecte de L´Ahaggar. Argelia. Tomo II. Imprimerie Nationale de France. Año 1951. Págs. 1338 y 1339.

 

Con todo esto,  creemos que es razonable volver sobre la hipótesis de que los riscos de Angro del repartimiento nº 6 se corresponden con las laderas del  Roque Nugro de la oralidad.

 

En cuanto al segundo inconveniente estimamos, por una parte, que Maximiano Trapero relaciona erróneamente el Magro de los ceremoniales, con el topónimo Amagro, el monte así llamado en las proximidades de Gáldar que nada tiene que ver con el lugar sagrado del que hablan las crónicas.  Este montaña de Amagro por ser una eminencia muy notable que cierra el valle de Gáldar ha sido el centro de diversas localizaciones históricas. Además del lugar sagrado de Magro o Amagro que infundadamente le aplica Fray José de Sosa, algunos lugareños han querido ver en esa eminencia el lugar donde se celebró la épica batalla de Ajódar. 

 

No obstante, asumiendo que mi propuesta al respecto de que Angro es el Magro de los ceremoniales indígenas es muy incierta,  deseo retirarla partiendo de la idea de que los dos lugares rituales de la isla en época prehispánica no son, como dice Fray José de Sosa, Tirma y Amagro sino Tirma en el reino de Gáldar y Umiaga en el reino de Telde, lugares eminentes situados en las cercanías del mar que servían de resguardo a los perseguidos. 

 

La descripción que al respecto hace Marín de Cubas en la edición de 1687, en  la que para nosotros subyace la crónica madre, viene a decir, en el capítulo XVI “Naturaleza, costumbres y exercisios de los canarios” p. 327, lo siguiente:

 

“…tenían muchos lugares, sitios y casas que adoraban por sagrados y por ellos hacían un muy solemne juramento, la primera era Almogaren que es una casa sobre un alto risco de Jumiaia en término de Tirajana llamado Riscos Blancos que le cupieron a Antón de la Santidad, allí invocaban y sacrificaban quemando en tres braseros de cantos grandes sobre un altar de paredón de grandes piedras con gradas de lozas que hoy día se ven allí, una como capilla y otros caserones dentro de una gran cerca y es el risco el más descollado de todos aquellos sitios que no hay hombre que pueda menear una sola piedra…

En el término de Gáldar tienen otro risco  llamado Tirmachs lleno todo de grandes cuevas, caseríos, también regaban con leche y aquí iban las maguas en procesión llevando vasos de leche para regar y ramos en las manos y de allí iban al mar que está cerca y daban golpes en el agua y así le pedían a Dios en sus necesidades…

Tenían de sagrado estos dos riscos más de dos leguas, valíale al delincuente y a su ganados y a ellos podían acogerse por cualquier delito…”

 

Después de este repaso a la fuente primigenia, asumo que no es razonable la propuesta que hacía y que el Atis Magro del ceremonial está sin duda  referido a un lugar de Tirajana que puede ser el almogarén de Amurga o la misma fortaleza grande de Ansite en atención a que se habla de braseros situados en lo alto del sitio más descollado y con un acabado tan perfecto de sus muros “que no hay hombre que pueda mover una sola piedra”, descripción que coincide con las observaciones del doctor Chil y las mías propias. No proponemos pues tratar de localizar las propiedades que dentro de Tirajana tocaron en repartimiento a Antón de la Santidad para resolver esa disyuntiva. 

Los "braseros" de los que habló el doctor Chil (Foto de La Fortaleza)