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lunes, 2 de octubre de 2023

La reata de los doce camellos. Fundamentación

 LA REATA DE LOS DOCE CAMELLOS.  

Dibujo de Paco Suárez Díaz

FUNDAMENTACIÓN

    


Documento original aportado por el catedrático emérito de Historia Moderna de la ULPGC don Vicente Jesús Suárez Grimón a quien agradecemos su gentileza.


TRANSCRIPCIÓN LITERAL DEL DOCUMENTO

Don Joseph Cabrera Betancurt escribano público del número de esta isla por su majestad (que Dios guarde) certifico y hago fe a los señores que la presente vieren cómo de unos autos que en mi oficio penden consta había el tribunal de la Santa Cruzada en el año pasado de setecientos ocho concedido licencia al reverendo en cristo Padre Obispo de estas islas para extraer de esta isla a la de Tenerife donde residía novecientas fanegas de trigo, 200 de cebada y 150 de centeno a cuenta de las que le pertenecían en la cosecha de dicho año= Y por decreto en su Vista proveído por la Real Audiencia de estas islas se mandó que no se pusiese embarazo en la extracción de los referidos granos= Después de lo cual se presentó escrito por el administrador de las rentas de la dignidad episcopal querellándose criminalmente de los vecinos de la villa de Agüimes que resultasen reos porque habiendo pasado a dicha villa doce camellos para traer la cantidad de trigo que pudiesen cargar de 200 fanegas que tenía en sus graneros y remitirlas a dicha isla de Tenerife para el gasto de la Mesa Episcopal, estando ya encostalado, ocurrieron más de cien vecinos con tumulto armados y con muchas voces tumultuosas violentamente impidieron el cargar dicho trigo publicando en las referidas voces que ninguna de dichas 200 fanegas había de salir y para embarazarlo habían de dormir en el mismo granero donde estaba= En lo cual no solo los susodichos sino también los factores del hecho habían cometido grave y atroz delito con las malas consecuencias que eran bien conocidas y reiteración del mismo delito de tumulto por los referidos vecinos sobre que se les hizo causa y se había fenecido en dicha Real Audiencia siendo condenados unos a presidio y otros a destierro= Y concluyó pidiendo se le recibiera información, prisión de los que resultasen reos y a su tiempo la pena correspondiente= La cual querella se admitió y fue recibida información en que consta la junta y corrillos de gente para el embarazo de la extracción de dichos granos y en vista de ella se mandó presentase el querellante todos los testigos que hubiese y para la extracción de dichos granos se dio providencia por dicha Real Audiencia mandando que luego se sacase la mitad de ellos y la otra se pusiese de manifiesto por seis días para que los comprasen a los precios corrientes y pasado dicho término se extrajesen también y sobre el punto principal procediese el ordinario conforme a derecho= En cuyo estado se quedaron y están dichos autos y de pedimento del Sargento Mayor don Francisco Amoreto doy la presente en Canaria  a 21 de enero de 1719 años

En testimonio de verdad 

Joseph de Cabrera Betancurt e.p. de Canaria

 

Damos fe a los señores que la presente vieren cómo Joseph Cabrera Betancurt de quien parece va signada y firmada esta certificación es escribano público del número de esta isla como se intitula, fiel, legal y de confianza y como tal a los instrumentos, autos y certificaciones como esta que ante el susodicho han pasado y pasan siempre se les ha dado y da entera fe y crédito en juicio y fuera de él y para que conste donde convenga damos la presente en esta ciudad de Canaria a 21 de enero de 1719 años.

Salvador Pérez Verdugo y Albiturría, Pedro Alejandro de Medina y Raimundo Estañol y Román.

 

NUESTRA GLOSA DEL DOCUMENTO 

 

 

Tanto la certificación del escribano José de Betancurt Cabrera como la acreditación de la firma de este, realizada por tres escribanos ilustres de la ciudad de Canaria, están datadas el mismo día: el 21 de enero de 1719. El peticionario, don Francisco de Amoreto, urge un procedimiento para defender sus intereses en el conflicto por las tierras de Sardina y el Polvo que ha sido trasladado a la Corte. Han pasado tan solo dos semanas desde la liberación de los presos tras el juicio sumario que había condenado a cárcel y destierro a numeroso vecinos de la villa episcopal después de los graves sucesos del motín de Agüimes-Las Palmas ocurridos entre diciembre de 1718 y enero de 1719.  Puesto que el conflicto por la posesión de las tierras ha pasado al Consejo Real, Amoreto desea hacer saber a los magistrados de dicho Consejo que los vecinos de Agüimes,  quienes aspiran a quedarse con dichas tierras por derecho de tanteo, no son gentes de fiar en tanto que tienen antecedentes de levantamientos en contra de la autoridad. Y para ello exige al escribano don José de Cabrera Betancurt que certifique lo que pende en sus archivos acerca de un incidente protagonizado por dichos vecinos ocurrido diez años antes, en 1708. El documento para su mayor fuerza y vigor aparece avalado por tres ilustres escribanos de número de la ciudad de Canaria: Salvador Pérez Verdugo y Albiturría, Pedro Alejandro de Medina y Raimundo Estañol y Román.

En el resumen realizado con rigurosa y sintética pulcritud por parte del joven escribano a partir de los datos que obran en los archivos de su oficio, se describe un levantamiento del vecindario de la villa episcopal en el año 1708 para impedir el traslado del trigo almacenado en la cilla comunal. La orden de requisa de las doscientas fanegas que allí se guardaban procede del nuevo obispo de las islas don Juan Ruiz Simón, el cual había visitado su señorío el año anterior de 1707, al poco de su toma de posesión. El traslado de ese trigo y de otras partidas de cereales desde la isla de Gran Canaria a la isla de Tenerife contaba con la autorización de la Santa Cruzada y estaba avalado por la Audiencia, con la justificación para dicho traslado de la necesidad de subvenir a los gastos de la mesa episcopal en tanto que el obispo había instalado su residencia en Tenerife.  

En dicha descripción de los hechos del motín de 1708 se habla de juntas y corrillos de gente que culminan en un tumulto armado de más de cien vecinos.  No se habla de armas de fuego por lo que entendemos que las armas que portaban podían ser útiles de labranza y pastoreo, como lanzas de pastor, fierros, sachos, horquetas, rozaderas y en todo caso alguna arma blanca de uso común en las tareas del campo.  Alzando esas armas y sus voces los vecinos van a impedir de forma terminante la carga del trigo que ya estaba encostalado en los doce camellos traídos al efecto. Nosotros estimamos que esa reata, aunque fletada por el obispo, era en realidad propiedad del señor de La Vega Grande, don Francisco de Amoreto, socio del obispo en el negocio en ciernes de traslado de Gran Canaria a Tenerife de hasta 1200 fanegas de cereal. Esto explicaría el sobrado conocimiento que tiene Amoreto del incidente en tanto que fue un afectado directo.

La fecha aproximada del motín puede ser inferida del texto del documento pues se señala que la extracción del grano se hacía a cuenta de las cantidades que le pertenecían al obispo de la cosecha de dicho año de 1708. Se reconoce en la certificación con estos términos, de una parte, que el trigo no estaba en la cilla o granero del obispo sino en la cilla o granero comunal, dependiente del Pósito. Es decir que el cereal almacenado era propiedad colectiva de los vecinos del Señorío y no del señor obispo.  Y de la otra, puesto que sabemos que la siega del trigo se realiza a principios del verano y que por San Juan los vecinos han de pagar el diezmo de lo cosechado al Señor, se infiere que el incidente debió tener lugar a lo largo de la primavera y que el trigo almacenado se correspondía con una reserva de grano de  la cosecha anterior de 1707 custodiada por el fiel del pósito. El obispo, impelido por la oportunidad junto a sus socios de hacer un buen negocio en Tenerife con la venta de ese trigo inmovilizado, ordena su requisa y traslado a cuenta de lo que tiene derecho a percibir unos meses más tarde como diezmo de la cosecha de dicho año en curso de 1708. Como Señor de Agüimes considera que tiene plenos poderes para cobrar por adelantado, lo que no es admitido por el vecindario que exige que las reservas del Pósito sirvan para sus fines, es decir, para hacer frente a una posible mala cosecha por plagas de langosta o de alhorra o a la escasez o carestía del grano para las sementeras de la siguiente cosecha. 

El administrador de las rentas del obispo, cuyo identidad desconocemos, aunque es probable que se trate de un hombre de confianza de su séquito, emparentado con él,  como era costumbre en la época, plantea entonces una querella criminal contra todo el vecindario presentando una información de lo sucedido en la escribanía que admite e instruye el caso. Hemos buscado infructuosamente dicha información para conocer mejor las fechas y pormenores del incidente y los nombres de los principales organizadores del tumulto a quien el escribano llama factores. Tal Información en enero de 1719, diez años después del incidente, constaba todavía como archivada en el oficio de José de Cabrera Betancourt lo cual permitió a este escribano certificar lo ocurrido a través de este documento que estamos glosando.

Posteriores pesquisas de nuestro colaborador Juan Ramón García Torres nos han permitido saber que José de Cabrera Betancourt compró los derechos de su escribanía en 1711 a Francisco de Quiroga y a su mujer. Tras revisar los legajos del oficio de Francisco de Quiroga de dicho año de 1708 en busca de la mentada Información pudimos comprobar que había desaparecido la documentación que va de enero a junio de dicho año, periodo en que, como ya hemos dicho, debió ocurrir el motín contra el señor obispo, motín que nosotros situamos en los meses de abril o mayo, debiendo haber sido presentada dicha Información a fines de mayo o principios de junio de 1708.

Como dato curioso, que puede ser relevante, diremos que el escribano firmante, José de Cabrera Betancourt, era natural de Agüimes, habiendo nacido en la villa en 27 de julio de 1687 como hijo de Lucas Betancurt Cabrera y doña Ángela Perdomo Castellano. Su padre había sido el escribano de la Villa durante diez años, desde 1682 hasta 1692, para luego establecer su despacho en la ciudad. Por esta sorprendente coincidencia nosotros estimamos que la compra por parte de José de Betancurt Cabrera de la escribanía de Francisco Quiroga pudo no haber sido fortuita, estimando que pueda ponerse en relación con el devenir del caso del motín de 1708 pendiente de resolución en dicho oficio.

Dicho proceso estaba aún abierto (pendía) en dichos archivos en enero de 1719, a falta aún de la presentación de testigos a la que se había instado al querellante para proseguir las diligencias diez años atrás. Nada se dice en el certificado de ulteriores diligencias procesales durante ese decenio por lo que hemos de pensar que el querellante, el administrador de las rentas del Obispo, no realizó la propuesta de testigos de cargo solicitada por el escribano con lo que el expediente iba a quedar interrumpido sine díe. 

Ante esto, debemos conjeturar que o bien el administrador de las rentas del obispo no encontró personas dispuestas a testificar contra el vecindario alzado en armas, o bien el obispo decidió paralizar el procedimiento para no perjudicar a sus siervos de la Villa previo acuerdo entre las partes al respecto del destino del trigo almacenado en la cilla comunal. Nosotros, en este dilema, nos decantamos por la primera de las opciones planteadas, en atención a la unanimidad de criterio mostrada por los vecinos de Agüimes y al respaldo obtenido por las fuerzas vivas del Señorío, entre las cuales hemos de destacar  el incuestionable posicionamiento en favor de los vecinos alzados del alcalde ordinario don Antonio Benítez de Rojas y Guzmán quien, dos años después de los hechos, en 1710, fecha de renovación del cargo, sería destituido fulminantemente por el obispo a pesar de la demanda de gran parte del vecindario por que continuara en su puesto, incidente que pudiera catalogarse como otra tentativa de motín.

Acerca de la residencia del obispo en Tenerife, hecho que está corroborado en la certificación, nosotros presuponemos que al igual que el prelado anterior al final de su vida, don Bernardo Suazo y Vicuña, don Juan Ruiz Simón debió residir en el palacio de la viuda doña Catalina de Valcárcel, esposa que fue del general de los tercios de Flandes don Hernando del Castillo y Cabeza de Vaca. El obispo Suazo falleció efectivamente en 1705 en esta casona de La Orotava que hoy es conocida como la Casa de los Machado. El obispo Ruiz Simón falleció muy cerca de allí en el Puerto de la Cruz algunos años más tarde, en 1712, cuando estaba de visita pastoral, se dice, si bien sabemos, gracias a Viera  y Clavijo, que en realidad lo llevaron hasta allí moribundo en busca de un clima más sano para procurar su sanación. Estimamos pues que Juan Ruiz obispos, a lo largo de su mandato, fue huésped ilustre de la anfitriona de ese palacio, doña Catalina de Valcárcel, quien, como su apellido refleja, es indudable pariente de la que fue primera esposa de don Francisco Amoreto, Isabel Rosa de Mesa y Valcárcel, señora con la que había contraído matrimonio en 1700, habiendo ella fallecido seis años más tarde, en 1707, cuando contaba con 30 años de edad tal y como se acredita en la fundamentación genealógica de este estudio.

 

FUNDAMENTACIÓN GENEALÓGICA Y BIOGRÁFICA DE LOS PERSONAJES PRINCIPALES DE “LA REATA DE LOS DOCE CAMELLOS”.

 

Acerca de la biografía del obispo Juan Ruiz Simón, principal protagonista de la obra, hemos obtenido datos de interés en un artículo que firma Jaime Lapeña Mayor que aparece citado en la bibliografía. Resumidamente, este autor nos viene a decir que Juan nació en la aldea soriana de Añavieja, aproximadamente sobre 1645, y que fue hijo de Domingo Ruiz y Catalina Simón, vecinos de dicha aldea. Se aporta asimismo el dato de que su mentor (y probable primer fiador en nuestra opinión) fue su tío materno el cura del pueblo de Castilruiz, Francisco Simón. El breve repaso que Lapeña hace de su trayectoria vital nos informa de que había estudiado en la Complutense para doctorarse en Filosofía y Teología, y que trabajó en diversos puestos en el arzobispado de Toledo, entre otros como cura de Valdegrudas en Guadalajara y San Miguel de Madrid, desde donde salta al obispado de Canarias en 1706 previo pago de 2800 escudos por lo que hubo de endeudarse pues era de familia humilde. De su desempeño como obispo de las islas sabemos gracias a la Historia de Canarias de Viera y Clavijo lo ya subrayado por el prologuista de esta obra, Maximiano Trapero, cuando se dice de él que fue “prelado pacífico, de natural sencillo, aunque sin delicadeza en sus ideas ni en sus frases”. Acerca de su fallecimiento se señala en la obra magna de Viera que, después de haber celebrado órdenes generales en La Orotava y sintiéndose muy enfermo “le bajaron al benigno clima del Puerto de la Cruz, casi moribundo, donde falleció el 6 de junio de 1712”.

Sobre la genealogía de otros personajes masculinos relevantes de esta obra, Antonio de Rojas, el alcalde ordinario de la Villa y capitán de su compañía de milicias, y Francisco Amoreto, Sargento Mayor del Regimiento de Telde y Señor de la Vega Grande, remitimos a los lectores a nuestro trabajo titulado “Héroes del motín de Agüimes de 1718” que forma parte de la obra “Genealogía Sureñas de Gran Canaria” editada por Cam-Pds en 2019.

Este es el cuadro con el que, en dicha publicación, se mostraba la genealogía del capitán y alcalde ordinario de Agüimes don Antonio Benítez de Rojas y Guzmán:


Juan Btez e Isabel de Guzmán

(Gáldar)

Simón Glez Calcines

y Catalina Valderrama

Cristóbal Mireles y Luisa Betancor

Marcos Martín Jnez y Lucana de Orduña

Luis Schez y Leonor Suárez 

Cs 1627

Honorato Espino y Sebastiana de la Peña

Cs 1607

Juan González Capilla y Catalina Martín

Cs 1618 Tunte

Francisco Pérez Caballero y Felipa Santiago

Cs 1631

Antonio de Rojas Guzmán e Isabel de Quintana

Juan de Mireles Betancor y Mª Martín Jnez

Fco. Schez Herrera y Leonor  Peña Peloz

Cs 1649

Francisco Schez Sardiña y Leonor Pérez Caballero 

Cs 1651

Juan Benítez de Rojas y Úrsula Mireles     Cs Guía 1673

Honorado Sánchez Peloz y Luisa Pérez Caballero

ANTONIO DE ROJAS (N 1674) y JUANA SÁNCHEZ ESPINO PELOZ (N 1681)

Casados en Agüimes en1700

La única hija de este matrimonio llamada Úrsula Leonor de Rojas, nacida en 1702, casó en Agüimes en 1717 con Juan Westerling Sarmiento, hijo de Juan Westerling Sarmiento y de Teodora Calderín, vecinos de Las Palmas.

 

 

Del segundo de los personajes citados, Francisco de Amoreto Manrique, aportamos sin embargo un nuevo cuadro con datos acerca de su primer matrimonio en Tenerife, del que no hubo sucesión, con Isabel Rosa de Valcárcel.  El motivo de esta revisión es que dicho matrimonio pone en relación a Amoreto con la principal protagonista femenina de la obra, la viuda doña Catalina Inés de Valcárcel. Este sería el cuadro actualizado de la genealogía de D. Francisco Amoreto y de su primera esposa:

 

Alejandro Amoreto 

y Jacinta Calderín

 

Pedro Westerling y Magdalena Fdez de Saavedra

Sebastián Betancor y Francisca Franchy

Adrián de Pineda y Mª de Figueroa

Francisco de Valcárcel y María Molina

Melchor López Prieto de Sáa y Mª del Hoyo Solórzano

Lope de Mesa y Mª de Cabrera Rojas

José de Llarena e Isabel Calderón

Francisco Amoreto y Juana Westerling

Cristóbal Betancor 

y Elvira de Pineda

Nicolás Ventura y Mª Prieto del Hoyo

Juan de Mesa y Francisca Llarena

Alejandro Amoreto y María de Betancor

Cs Guía 1672

Francisco de Valcárcel y María de Mesa 

C 1664 La Orotava

FRANCISCO AMORETO (1673-1733) e ISABEL DE VALCÁRCEL  (1669-1707)

Casados en La Orotava en 1700

Sin sucesión de este matrimonio

 

 

Adjuntamos a continuación dos partidas relevantes para la justificación de dicho cuadro:

PARTIDA DE MATRIMONIO DE FRANCISCO AMORETO MANRIQUE E ISABEL ROSA DE VALCÁRCEL

 

Libro 4 de matrimonios de la iglesia de La Concepción de La Orotava, folio 189. 

Nota marginal:

Don Francisco Amoreto Manriquez y Doña Isabel Rossa de Balcarcel, Mesa y Lugo contenidos en esta clausula de enfrente se velaron y recibieron las bendiciones de la Yglessia en veinte y seis de mayo de mil setecientos años, y lo firmé=

Buenaventura Pérez Manuel [firma]

 

“En treze días del mes de Abril de mil y setecientos años, yo el Doctor Buenaventura Pérez Manuel Beneficiado presidente de la Yglessia parroquial matriz de la Concepción de nuestra Sra. de esta Villa de la Orotava, aviendo recibido en dicha parroqial las tres amonestaciones que dispone el Santo Concilio tridentino en tres días de fiesta de guardar al tiempo del ofertorio de las missas maiores y no resultando impedimento alguno, ni de las que se publicaron en el sagrario de la Santa Yglesia Catedral de estas islas, como me constó por certificación del Licenciado Miguel Baez Marechal, cura de dicho Sagrario, casé solemnemente por palabra de presente a Don Francisco Amoreto y Manrique hijo legítimo del Maestre de Campo Dn. Alexandro Amoreto y Manrique Cavallero de la Orden de Calatrava, y de Doña María de Figueroa y Betancourt y Franquis, vecinos de la ciudad de Canaria y en virtud de su poder dado para este efecto en dicha ciudad de Canaria en quatro de marzo de este presente año de setecientos por ante Juan Perdomo Castellano escribano público a Don Francisco de Mesa y Lugo alguacil maior de esta isla de Tenerife y vexino de esta Villa que representa la persona de dicho contraiente, con Doña Isabel Rossa de Balcarcel Mesa y Lugo, hija legitima de Don Francisco Balcarcel y Lugo cavallero de dicha orden de Calatrava y de Doña María de Mesa y Lugo, naturales y Vexinos de dicha Villa de la Orotava por constarme de su mutuo consentimiento, siendo testigos el Doctor Don Jacinto de Monselva, el Licenciado Don Salvador del Castillo presbíteros Don Juan de Mesa y Ambrosio Fernández de Miranda, clerigo de menores, siendo vexinos todos de dicha villa y lo firmé=”

B. Pro. Buenaventura Perez Manuel [firma]

 

PARTIDA DE DEFUNCIÓN DE ISABEL ROSA DE VALCÁRCEL

Libro 7 de defunciones la iglesia de La Concepción de La Orotava, Folio 183 vto.

Archivo Diocesano de Tenerife.

Margen: enttº de Dª Ysavel Rosa de Messa= testo.

 

“En cinco de enero de mil setecientos y siete años se enterró de tarde en el convento del señor San Benito orden de predicadores de esta Villa Dª Ysavel Rosa de Messa vesina y natural de esta Villa muger de Don Fran[cis]co de Amoreto. Otorgó su testamento cerrado ante el alferes Pedro Alvares de Ledesma escrivano publico en veinte y tres de noviembre del año próximo pasado. Pidio el beneficio con capa encomienda y todos los capellanes para acompañar y quatro possas semaneros [A continuación se hace relación de capellanes].

 

Centrándonos ahora en Doña Catalina de Valcárcel, la protagonista femenina principal de la obra, diremos que fue hija de Lorenzo de Valcárcel e Inés de Franchi, y esposa de Hernando del Castillo Cabeza de Vaca, afamado militar que ordenó la construcción del palacio en La Orotava donde residía esta pareja. Hernando, natural de Telde, después de una brillante carrera militar, falleció en 1694 y su esposa mucho años más tarde en 1715. Veamos el cuadro con la genealogía de este matrimonio:

 

Bernardino García del Castillo y Magdalena Benavente

Félix Cairasco Figueroa y Leonor Salvago

 

 

Lorenzo Srez de Figueroa e Inés  de Cabrera

Andrés Fonte y Ponte y Olaya Fiesco

Miguel  Franchi Luzardo y Elvira Mejía

Lorenzo Srez de Figueroa e Inés de Cabrera

Hernando del Castillo Cabeza de Vaca y María Cairasco

Francisco López de Ulloa e Inés de Bahamonde

Francisco de Valcárcel  Suárez y Catalina de Fonte

Francisco de Franchi y Juana de Lugo y Valcárcel

Félix del Castillo y María de Ulloa

C 1642

Lorenzo de Valcárcel e Inés de Franchi

HERNANDO DEL CASTILLO Y CATALINA DE VALCÁRCEL

Casados en La Orotava

Sin sucesión de este matrimonio

 

 

Nota: Recordemos que un destacado miembro de la saga teldense de origen judaico de los García del Castillo,  llamado Hernando Bruno del Castillo,  casó con Luisa Antonia de Amoreto y que ambos, previo pago de estipendios, obtuvieron del rey de España el título de Condes de la Vega Grande de Guadalupe. Luisa Antonia fue, efectivamente, la hija única del segundo matrimonio de Francisco de Amoreto con Josefa del Castillo, hija a su vez de Hernando del Castillo y Luisa de Ayala. El tal Hernando Bruno, todo queda en familia, era a su vez hijo de Pedro Agustín del Castillo y Jerónima del Castillo Cabeza de Vaca, nieto paterno de Agustín del Castillo y Teresa Ruiz de Vergara y nieto materno de Hernando del Castillo Cabeza de Vaca y Ángela María de Palenzuela. Para cerrar el círculo diremos que este último Hernando era hijo de su homónimo Hernando del Castillo Cabeza de Vaca y de María Cairasco de Figueroa quienes resultan ser, como ya se ha señalado, los abuelos del general de los tercios de Flandes que fue esposo de doña Catalina de Valcárcel, la anfitriona de los obispos en su palacio de La Orotava.

Tratando de ahondar en la relación de parentesco entre doña Catalina, la anfitriona de los obispos y doña Isabel, la primera esposa de Amoreto, hemos solicitado acceso al testamento de esta última,  Isabel Rosa de Valcárcel, otorgado a 23 de noviembre de 1706 ante el escribano de La Orotava Pedro Álvarez de Lesdesma, habiendo recibido amable respuesta a nuestra solicitud desde el Archivo Histórico Provincial de  Santa Cruz de Tenerife por la que se nos indica que hay un vacío de cinco años en los protocolos de dicho escribano entre 1704 y 1708, ambos inclusive. Parece que la mano negra de Francisco Amoreto maneja los archivos de las escribanías de Canarias a su antojo.

Al respecto de la relación de parentesco  entre ambas mujeres, pudimos establecer finalmente por otros medios que el padre de Isabel Rosa, Francisco de Valcárcel Prieto, alcalde del puerto de la Orotava, era hermano de Mª Magdalena de Valcárcel, la cual era la esposa del capitán Miguel de Franchi Alfaro y Valcárcel, familiar del Santo Oficio, quien era hermano a su vez de Inés de Franchi Alfaro, la madre de Catalina Inés. Si no desbarramos mucho en nuestras cuentas, esto supone que Isabel y Catalina son primas políticas. 

Conviene sin embargo saber que entre los Valcárcel de Tenerife fueron frecuentes durante siglos los matrimonios entre primos en una especie de endogamia interesadamente aristocrática. Sirva de comprobación de este aserto la coincidencia en los linajes de ambas mujeres de ascendientes llamados por igual Francisco Valcárcel por línea directa de sangre durante varias generaciones hasta llegar a la conexión entre ambas líneas a principios del siglo XVI, tal y como puede verse en el cuadro adjunto en el que se comprueba que Cristóbal de Valcárcel, el retatarabuelo de Isabel Rosa de Valcárcel, era asimismo el tatarabuelo de Catalina Inés de Valcárcel.

 

Garci Fernández de Valcárcel

C

Isabel Suárez de Figueroa

Cristóbal de Valcárcel

C 1517 Tenerife

Isabel de Lugo Bahamonde

 

Francisco Valcárcel y Lugo

C

Isabel de Fonte

Hermanos

Entre sí

Lorenzo Suárez de Figueroa Valcárcel

C

Inés de Cabrera Pereyra

Francisco de Valcárcel  Lugo

C

María de Molina

Primos 

hermanos

Francisco de Valcárcel Suárez

C

Catalian de Fonte

Nicolás Ventura de Valcárcel

C

María Prieto del Hoyo

Primos segundos

entre sí

Lorenzo de Valcárcel Fonte

C

Inés de Franchi

Francisco de Valcárcel Prieto

C

María de Mesa

Primos terceros

entre sí

Catalina Inés de Valcárcel

C

Hernando del Castillo Cabeza de Vaca

Isabel Rosa de Mesa y Valcárcel

C 1700

Francisco Amoreto

 

 

 

Isabel Rosa y Catalina Inés son pues parientes por consanguinidad en quinto con cuarto grado y son por afinidad primas políticas, si bien existe una marcada diferencia de edad entre ambas que debía rondar los veinte años lo cual nos ha permitido establecer como licencia literaria la conjetura de que la mayor, Catalina, pudo ser madrina o tutora de la menor, Isabel, tras la muerte temprana de la madre de esta última, doña Inés de Franchi. 

Isabel Rosa nació con certeza en La Orotava en 1 de agosto de 1669 y falleció en la misma localidad a los 30 años de edad el 5 de enero de 1707, mientras que a Catalina Inés, teniendo en cuenta que, tras un tardío matrimonio, tuvo un hijo en 1687 que murió de niño, la hacemos nacida sobre 1650, no sabemos dónde, para fallecer en La Orotava el 8 de abril de 1715 cuando contaba aproximadamente con 65 años de edad.

Estimamos que también pudiera existir algún tipo de parentesco lejano de resonancias itálicas entre el propio Francisco Amoreto y doña Catalina de Valcárcel Franchi pues la madre de Francisco de Amoreto se llamó doña María de Figueroa Betancurt y Franquis pero esto sin duda sería rizar innecesariamente el rizo pues el parentesco entre las familias aristócraticas de las islas fue una constante a lo largo de toda la Edad Moderna. 

En torno a Félix de Alvarado Cabeza de Vaca, que es sin lugar a dudas el alcalde real de Agüimes en 1708, podemos decir que era ciertamente una persona pudiente y respetada de la familia de los Estupiñán. 

 

Melchor Ordóñez y Catalina Alvarado

Francisco López y Ana Márquez

Diego Gutiérrez y María de Ávila

Marcos Tubilleja y Beatriz Estupiñán

Cabeza de Vaca

 

 

Amador Espino y Lucrecia Peloz

 

Alonso Casado y Anastasia de la Cruz

Baltasar Alemán e Isabel López 

 

C 1625 LP

Diego Gutiérrez y Petronila Estupiñán Cabeza de Vaca

C 1619 

Luis Sánchez de Herrera y Leonor Suárez

C 1627

Honorado Peloz y Sebastiana de la Peña

C 1607

Juan Alemán Alvarado  y Ana Larios Estupiñán C 1657

Juan Sánchez de Herrera y Leonor de la Peña C 1649

FÉLIX ALVARADO CABEZA DE VACA Y LUCRECIA SÁNCHEZ DE LA PEÑA

Casados en 1691en Agüimes

Con sucesión en Agüimes: Francisco, nacido en 1692, Juan en 1696, Ana en 1698, Luis en 1701 e Isabel en 1707.

 

Por último, en cuanto al resto de personajes principales de la obra, el administrador de las rentas del obispado, Blas de Hurtado, y el fiel del pósito de la Villa de Agüimes, Luis Castellano, hemos de reconocer que son personajes reales con nombre ficticio. Ya hemos indicado, no obstante, que el administrador debió ser un pariente del nuevo obispo que se convierte en su hombre de confianza pues la práctica del nepotismo estaba muy extendida por entonces en el mundo eclesiástico. En cuanto al fiel del pósito no hemos llegado a descubrir quién ocupaba realmente dicho cargo en Agüimes en el año en cuestión de 1708 por lo que hemos aventurado el nombre de Luis, que se corresponde con el de un niño nacido en la Villa en 1678, hijo de padres no conocidos, que fue dejado en la puerta de la casa de Matías Castellano. De esta persona real llamada Luis nada sabemos acerca de sus circunstancias vitales. La asignación del mote o dichete, como se dice en Agüimes,  de Barrabás para este personaje y su familia es, queremos dejarlo claro, pura licencia literaria y cualquier parecido con la realidad ha de ser considerado por tanto como una simple coincidencia.

 

 

FUENTES UTILIZADAS 

-       “Historia de la Villa de Agüimes (1486-1850)” de Vicente J. Suárez Grimón y Pedro Quintana Andrés

-       “Hace trescientos años” de Vicente J. Suárez Grimón, prólogo a “La rebelión de los sureños” de Faneque Hernández

-       “Los héroes de 1718” de Faneque Hernández y Juan Ramón García Torres, artículo inserto en la publicación “Genealogías Sureñas de Gran Canaria”.

-       “Juan Ruiz Simón y su nombramiento episcopal” de Jaime Lapeña Mayor en Añavieja.es

-       “Historia de Canarias” de Viera y Clavijo

-       “Los Franchi Alfaro de Canarias” de Antonio Luque Hernández. Artículo publicado en Revista Hidalguía nº 324-6

-       “Nobiliario de Canarias (1952-1967)” de Juan Régulo Pérez. Capítulo del Volumen I referido a la Historia de la Casa Valcárcel