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martes, 13 de diciembre de 2022

El Pacto de Arinaga

Con afecto fraternal a Alberto Lacave 

 




FRAGMENTO DEL PRÓLOGO DEL ESCRIBIDOR FANEQUE HERNÁNDEZ

EN SU OBRA POÉTICA "CANTOS DE MESTIZAJE" PUBLICADA EN 2011

 

Este proyecto poético está dedicado a una amistad desde la cuna, la que une al ilustrador del libro, Alberto Lacave, con el autor de los versos, Faneque Hernández, primos hermanos por más señas. Todo empezó en los años cincuenta en las arenas de Las Alcaravaneras, el barrio donde nacimos; prosiguió en los sesenta en La Culata, un caserío de Tejeda, a la sombra del Nublo donde pasábamos nuestras vacaciones y culminó en los setenta del siglo pasado en el Campus Universitario de La Laguna. Entre esos tres lugares se cultivó una camaradería entre ambos que no han podido quebrar las distancias posteriores, ni en el tiempo ni en el espacio. Así que, en tono de humor, puedo decir que lo único que se ha quebrado entre nosotros es el pie del verso de las coplas con las que ensalzo dicha amistad y doy fe del pacto de honor de Arinaga por el que ambos adquirimos el compromiso de sacar adelante esta obra en común:

 

HERMANDAD

 

El loco de la Hoya del Gato

y el monstruo de Los Galgales,

de consuno,

atacan de nuevo ufanos

por aquestos andurriales

bajo el Nublo.

El que descuella en Pintura

y el que hace letras varias,

a su estilo,

emprenden una aventura

pictórico-literaria,

sin padrinos.

Inspirando sus afanes

en la buscada ruptura

del esquema

que supone el mestizaje

de Poesía y Pintura

por sistema,

se dedica el poetastro

a escribir las desventuras

de un pincel

y a pintar el tiznacuadros

los desvelos de la pluma

y el papel.

 

El ogro es hijo de Pura,

el ido lo es de María,

dos hermanas

del linaje que se funda,

uniendo Gáldar con Guía,

cuando casan

a Sinforiana Domínguez

con Don Francisco Bautista,

en Santiago,

prolongando así una estirpe

de escritores y de artistas

visionarios

que cumpliendo con su acuerdo

de publicar en el año

dos mil once

sus locuras en concierto

con poemas y retratos

de los dones

y pesares de esta tierra,

revalidan una alianza

que mantienen

desde el día en que nacieran

en la misma casa y cama

y hasta siempre.

 

Como un ejemplo de muchos de ese compromiso artístico adquirido y cumplido adjuntamos un cuadro de Alberto que representa al Garoé, el árbol santo de El Hierro, y un soneto paralelo de Faneque donde refleja sus tristes sensaciones al pararse por primera vez ante esta obra.




EL OCASO DEL GAROÉ

 

Rugosas raíces, desnudas, al aire,

bajo el tronco sentido de un árbol

cuya copa es sin embargo un canto,

aún estridente, de verde follaje.

 

La noche rodea al árbol que yace

en la vaguada  de los desengaños 

dejando las ramas en desamparo

sin otra cercana a quien abrazarse.

 

Si la noche no levanta la veda,  

si te secan la charca a tus pies,

¿qué va a ser de tu verde cabellera?

 

¿Qué va a ser de ti si caes a tierra?

¡Se harán astillas de ti, Garoé, 

pues no hay árbol donde no hay arboleda!