JUAN RAMÓN GARCÍA TORRES
“Índices y extractos de protocolos de Hernán González y de Luis Fernández Rasco, escribanos de Las Palmas 1550-1552” de Manuel Lobo Cabrera
Doc. 286. 1552 - agosto 23. 253 r f
Otorgado en la cárcel pública de Las Palmas.
Testamento de Catalina Guerra, mujer que fue de Juan Martín Garrote, sana del cuerpo y por quererse hacer justicia de ella por delito que cometió otorga lo siguiente: fórmulas de fe. Manda su alma a Dios y el cuerpo a la tierra, el cual pide al magnífico señor gobernador, a su lugarteniente o a otro cualquier juez que de la causa pueda conocer que lo entierren en la iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia, en su casa que es en la Veracruz; que los hermanos de la Misericordia el día de su entierro u otro siguiente, cuando les pareciere, le digan la misa de cuerpo presente ofrendada de pan, vino y cera; cabo de nueve días y cabo de año, pagándosele lo acostumbrado; que los hermanos de la Misericordia le digan las 9 misas de la Luz, se pague lo acostumbrado.
Deudas que le deben a ella y a su marido: Cristóbal de Mireles 9 1/2 doblas; María Hidalga 1 dobla y 1 hanega de cebada. Manda a la redención de cautivos, cruzada y a las demás mandas acostumbradas a cada una 5 mrs.
Inventario de bienes que tenía en su casa al tiempo que la prendieron: 2 cahíces de cebada; 9 1/2 libras de cera; 1 fanega de lentejas y todo lo demás, según consta en el inventario que de ello se hizo ante el presente escribano, más lo que pareciere ser suyo.
Nombra albaceas a Alonso Ortiz y al padre fray Lucas Castillo, y herederos a Juan Martín y a Andrés García, sus hijos. Testigos: El licenciado Cabrera, Pedro Hernández, Juan Batista Moreto, Francisco de Montesdeoca y Diego Sánchez de los Palacios, alcalde de la cárcel.
Añade: declara que los padres del monasterio de San Francisco y del de Santo Domingo “la han acompañado e consolado”, quiere que se le dé al síndico de cada uno de ellos 2 doblas para sus alimentos. Manda que se le tome la bula de la Santa Cruzada para gozar de las indulgencias de ella y se pague lo acostumbrado; se tome otra bula para su hijo y otra para Juan González y se pague lo acostumbrado. Declara que 16 pollos de los que tenía en su casa el tiempo que la prendieron eran de... (en blanco) ..., yeguarizo de Juan de Ávila, que se le paguen de sus bienes. Por no saber: el licenciado Cabrera.
Doc. 287. 1552 - agosto 23. 254 y f.
Otorgado en la cárcel pública.
Testamento de García de León, hijo de Juan Martín Garrote y de Catalina Guerra, estando sano del cuerpo y por quererse hacer justicia de él por cierto delito que cometió otorga lo siguiente: fórmulas de fe. Manda: que le entierren en la iglesia de la Misericordia de la Veracruz, y encarga a los hermanos de ella que entierren su cuerpo y hagan bien con él, que Dios depare quien al tanto haga por los suyos; que el día de su entierro, si fuere a horas y si no otro día siguiente, le digan la misa de cuerpo presente, cabo de nueve días y cabo de año, todo ofrendado de pan, vino y cera, y se pague lo acostumbrado; que en la dicha iglesia le digan un treintanario de misas abierto por el ánima de su padre; a la Cruzada, redención de cautivos y a las demás mandas forzosas acostumbradas a cada una 5 mrs. Nombra albaceas a Alonso Ortiz y al reverendo padre Fray Lucas Castillo de la orden de predicadores de Santo Domingo, y por herederos a Juan Martín y Andrés Martín, sus hermanos. Testigos: Pedro Fernández, el licenciado Cabrera y Juan Baptista Moreto, Álvaro de Palacio, alguacil, y Pedro Pérez, vecinos. Por no saber: Pedro Fernández.
DISECCIÓN DE LOS DOCUMENTOS TRANSCRITOS POR MANUEL LOBO
Catalina Guerra y su hijo mayor García de León expresan sus últimas voluntades antes de morir ajusticiados en la cárcel pública de Las Palmas a fines de agosto de 1552. Ninguno de los dos documentos que pretendemos “diseccionar” expresan el delito cometido ni el lugar de residencia. Tenemos, sin embargo, la entera convicción de que se trata de un parricidio (el asesinato del esposo y padre de los ajusticiados) y de que los hechos tuvieron lugar en la comarca sureña de la isla, bien en Agüimes, bien en Tirajana. Iremos desgranando los documentos paso a paso con los oportunos comentarios históricos y genealógicos.
ACERCA DE JUAN MARTÍN GARROTE, LA PRESUNTA VÍCTIMA
Poco sabemos de Juan Martín Garrote, marido y padre de los dos infortunados que han sido condenados a la pena de muerte. El curioso apelativo que lleva puede ser un mote para diferenciarlo de otros repobladores de igual nombre y apellido avecindados en la isla en aquellos tiempos en torno a mediados del siglo XVI como Juan Martín de Manzanares, Juan Martín del Castañal, Juan Martín Castellano, Juan Martín Portugués, Juan Martín Mangas Verdes, etc., todos ellos relacionados documentalmente con la comarca sureña.
Como tal repoblador solicita y se le conceden en 1549 tierras en Tirajana. Así está registrada su petición en el Libro de Repartimientos de Gran Canaria.
“Muy Magníficos Señores: Juan Martín Garrote, vecino de esta isla…suplico me hagan merced de un pedazo de tierra montuosa para un parral, el cual está situado en el barranco de Tirajana y que ha por linderos, por la cabezada, la casa de María Rodríguez y por abajo, tierras de Esteban Hernández, en el cual podrá haber 20 fanegas de sembradura...”
Recientemente hemos tenido acceso directo a cierta información documental que nos permite hacer nuevas conjeturas sobre la ascendencia de Juan Martín Garrote. Nos referimos al testamento de Perucho de Fuenterrabía (Pedro de Urúspuru) dictado en 1525 ante Cristóbal de San Clemente cuyo extracto en lectura del original realizada por parte de Juan Ramón García Torres es el siguiente:
Testamento de Perucho de Fuenterrabía, el 13 de enero de 1525, ante Cristóbal de San Clemente, Legajo 737, años 1525-1526.
Vecino de esta isla en Gran Canaria en el lugar de Agüimes, declara que casó con Ana Hernández.
Debe a Mari Sánchez, hija de la dicha Ana Hernández, su mujer, y de Cristóbal Sánchez, su primer marido, 50 doblas de oro.
Manda a María Fernández, huérfana, hija de Juan Fernández y de Sebastiana Núñez, naturales de Gran Canaria, difuntos, 40 doblas de oro para ayuda en su casamiento.
Manda a Pedro Hernández, su hermano, 100 doblas de oro.
Deja por herederos a Juan, Catalina y a Juana, sus hijos y de la dicha Ana Hernández, su mujer.
Deja por albaceas al señor Alonso Vivas, prior y canónigo, a su mujer, Ana Hernández, y a Alonso de Ávila.
Manda se le dé a su hijo Juan, un molino de pan moler con sus aparejos que posee en la villa de Agüimes y un colmenar de los que tiene.
Comentarios:
Los hijos citados en el testamento Juan, Catalina y Juana eran en 1525 menores de edad como se comprueba en el siguiente poder:
Poder de Ana Hernández, ante Cristóbal de San Clemente, Legajo 739, año 1528.
Ana Hernández, viuda de Perucho de Fuenterrabía, como tutora y administradora de sus hijos e hija y del dicho su marido, da poder a Pedro Hernández Vizcaíno, su cuñado, hermano del dicho Pedro de Fuenterrabía.
De la identidad de los hijos citados en el testamento solo conocemos las circunstancias vitales de la segunda hija, Catalina Garro de Urúspuru, quien casó con Martín de Mireles, alcalde que fue de Agüimes. Del primogénito Juan, a quien su padre lega el molino de su propiedad, nada se sabe hasta ahora pudiendo haber fallecido tempranamente o bien haber emigrado a América. En nuestras cábalas conjeturábamos inicialmente que Juan, el hijo mayor, podría ser identificado con Juan Martín Garrote. El apelativo podía ser una derivación jocosa del apellido Garro de su abuela paterna si bien no encontrábamos explicación al apellido Martín que porta la víctima del presunto parricidio.
En estas coordenadas genealógicas entendíamos como razonable que Pedro Hernández Vizcaíno, presunto tío del fallecido, hubiera ejercido como testigo en el testamento de la ajusticiada, Catalina Guerra, si bien no comprendíamos la razón por la que se había otorgado la tutoría de los hijos menores de Juan Martín Garrote y Catalina Guerra a Juan de Ávila, hijo mayor de Alonso de Ávila, el albacea de Perucho de Fuenterrabía.
Más tarde comprobamos para nuestra sorpresa que Juan de Ávila puso por nombre a una de sus hijas Catalina Martín probablemente por el hecho de que María Aristegui, su segunda mujer y madre de la susodicha, era hija a su vez de Martín Vániz de Aristegui y de Juana de Liria. Podría por tanto darse, y es la conjetura que ahora mantenemos, que Juan de Ávila y Juan Martín Garrote pudieran ser deudos cercanos entre sí como marido el primero y como hijo el segundo de las hermanas María de Aristegui y Catalina Martín, hijas a su vez de los dichos Martín Vániz y Juana de Liria.
Catalina Martín en este supuesto sería la esposa de Pedro Hernández Vizcaíno, hermano de Perucho de Fuenterrabía, a quien le da al menos cuatro hijos en la primera década del siglo XVI bautizados en el Sagrario Catedral: Francisco en 1500, Juana en 1503, María en 1505 y Sancho en 1508.
¿Podría ser Juan Martín Garrote un hijo de Pedro Hernández Vizcaíno y Catalina Martín nacido poco antes del 1500 en Las Palmas?
EN CUANTO A LA IDENTIDAD DEL PRIMER ALBACEA: ALONSO ORTIZ
Hemos localizado en los protocolos de Alonso Hernández (Las Palmas) y de Fernández de Chávez (Telde) a un vecino de Telde llamado Alonso Ortiz que era ya fallecido, según el testamento de su suegra, Francisca Ramos, en el año 1570; y que según el documento adjunto evidencia tener relaciones de parentesco con los Guerra.
1558 Pr 787 F 74 Ante Alonso Hernández Las Palmas
“Reconocimiento de deuda que Alonso Rubio, vecino de Telde, hace a Alonso Ortiz de la misma vecindad, tutor y curador de Isabel de Ortega, menor de edad, hija y heredera de Juan Muñoz Guerra, difunto, de 100 cabrillas de año arriba que son por razón de 50 cabrillas que Ortiz le entregó en arrendamiento en nombre de la dicha menor para que gozase de ellas y sus partos y postpartos durante los cinco años siguientes. Alonso Rubio ya ha disfrutado dos años pero le restan tres que se cumplirán en 1560. Las 50 cabras las recibió el otorgante de manos de Alonso Hernández de Ortega, representante de Ortiz, y se compromete a devolverlas en número de 100 en la ciudad de Telde a vista de criadores y dentro del plazo estipulado. Para seguridad de la deuda hipoteca un hato de cabras y 50 hanegas de tierra que posee en La Atalaya junto a la vega de la ciudad. Ts: Lázaro Gómez, Bastián Catela y Francisco Bayardo. Alonso Rubio".
Indagamos ahora en los lazos familiares que puedan servir de nexo entre Alonso Ortiz y la familia Guerra que expliquen la confianza de la tutoría otorgada.
Del fallecido Juan Muñoz Guerra sabemos que estuvo casado con Leonor de Ortega (hija de Pedro Hernández de Rociana y Francisca Gutiérrez) y ambos tuvieron en común como hijos a esta Isabel Ortega nacida en Telde en 1537 y a otra niña, Francisca Ortega, nacida en 1543, que debió fallecer prematuramente.
Tenemos dudas acerca de la ascendencia de este último personaje pues es contemporáneo de otra persona con la misma denominación, Juan Muñoz Guerra, que es hijo de Juan Guerra de Sanlúcar y de Catalina Pérez y nieto de Juan de Sanlúcar e Isabel Guerra. Este último Juan casa en 1553 con Juana Bolaños con la que tiene por hijos a Ginebra de Palenzuela, casada con Diego Álvarez, y a Pedro Guerra. ¿Puede tratarse de la misma persona y de dos enlaces sucesivos?
Alonso Ortiz, el albacea de Catalina Guerra y el tutor de Isabel Ortega, estuvo casado con Luisa de Troya. Esta señora testa en Telde en 1568 ante Fernández de Chávez declarando que es hija de Pedro Hernández de Rociana y dando por hijos legítimos de su matrimonio a Juan, Catalina, Pedro y Leonor Ortiz (sic) y a Francisca de Ortega. El albacea de dicho testamento es su hermano, el presbítero Andrés de Ortega.
Así pues Alonso de Ortiz y Juan Muñoz Guerra son concuños, están casados con dos hermanas, Leonor de Ortega y Luisa de Troya, hijas ambas de Pedro Hernández de Rociana y de Francisca Gutiérrez.
EN CUANTO AL SEGUNDO ALBACEA: FRAY LUCAS DEL CASTILLO
Veamos lo que nos dice Cebrián Latasa en su Diccionario de Conquistadores a propósito del padre del citado fraile:
“Gonzalo del Castillo, conquistador de a caballo de Tenerife, capitán de una compañía de jinetes según Viana, natural de Valladolid. Conquistador también en la guerra de Granada con repartimientos en Isnálloz que solicita sean sustituidos por otros en Tenerife. En su primer matrimonio o relación con “una castellana” (Isabel del Castillo parece ser que se llama este personaje que figura en algún documento como guanche y vecina de Tenerife) tuvo a Francisco del Castillo que fue dominico con el nombre de fray Lucas del Castillo y a Ana del Castillo, casada con el viudo Rodrigo Cañizares, aserrador portugués. Casó luego hacia 1505 en la Laguna con Francisca Tacoronte, guanche, con descendencia”.
Obviamente hay que deducir que fray Lucas, el hijo del conquistador citado, es uno de los hermanos del convento dominico de la Ciudad Real de Las Palmas (hoy iglesia y plaza de Santo Domingo) a los que la reo muestra su agradecimiento, así como a los monjes del cercano convento de San Francisco, por la compañía y consuelo recibidos. El entierro será oficiado por la congregación de los Hermanos de la Misericordia como era costumbre en la época.
La primitiva ermita de la Vera Cruz fue construida en 1524 por mandato del concejo de la isla o cabildo como promesa de acción de gracias por el cese de la epidemia de peste que había asolado la isla en esos años. Estaba situada donde hoy lo está la Iglesia de San Agustín también en Vegueta. Anteriormente existía en el lugar una mancebía de cuyas rentas disfrutaba el Cabildo.
ACERCA DE LOS DEUDORES: CRISTÓBAL DE MIRELES Y MARÍA HIDALGA
Esta indagación nos puede conducir a una mejor localización de la residencia del matrimonio formado por Juan Martín Garrote y Catalina Guerra y por ende al lugar de los autos.
-Cristóbal de Mireles, nacido en Telde en 1522 (tiene 30 años cuando se ajusticia a Catalina), es hijo del vizcaíno Gonzalo Pérez Mireles y de su esposa Teresa Alonso Morales. Es pues hermano de Martín de Mireles que fue alcalde de Agüimes y cuñado de su esposa Catalina Garro, la hija de Ana Hernández Guadarteme y de Perucho de Fuenterrabía (Pedro de Urúspuru).
Miguel Rodríguez Díaz de Quintana en su documentado estudio sobre Ana Hernández Guadarteme que se custodia en el Museo Canario nos dice acerca de este personaje:
“Cristóbal de Mireles, alguacil de la ciudad de Telde en donde fue bautizado el 19 de junio de 1522, fue agraciado por el cabildo de esta isla con dos importantes datas de tierra: por la primera, solicitada por él en 28 de mayo de 1563 (?) recibió la merced de 150 fanegadas en Agüimes lindando con las de su hermano mayor que eran a la salida del pueblo en el camino del Roque Aguayro; y en la segunda, se le asignaron 50 fanegadas de las 100 pedidas en el término de Telde en el camino que va a dar al puerto de la madera (sic). Había celebrado nupcias matrimoniales con doña Catalina García Guerra viuda de Juan Rodríguez con la que procreó familia numerosa”.
La información señalada por último constituye un motivo de sorpresa. Catalina García, la esposa de Cristóbal de Mireles, por su nombre y circunstancias de edad, puede ser otra hija de Catalina Guerra, la ajusticiada. Pensamos que al estar casada desde 1547 (tuvo a su primera hija en junio de 1548) no fue reconocida en el testamento por estar bajo la tutela de su marido.
-María Hidalgo, la otra persona que aparece como deudora en el testamento, es la esposa de Juan Luis e hija de Lucía Hernández, de los naturales de la isla. Hermana por tanto de los vecinos de Agüimes: Melchor Hernández, casado con Leonor de la Peña, Francisco Hernández, Sancho Bermúdez y Guiomar de los Santos, la esposa de Luis Martín.
Las pistas pues conducen irremediablemente hacia la Villa Episcopal donde tienen tierras los Mireles y donde residen Lucía Hernández y sus hijos. Recordemos que en su testamento Catalina guerra nos refiere que en la casa donde la apresan hay unas aves que son propiedad del yeguarizo de Juan de Ávila, notorio vecino de la Villa de ascendencia guanche, que muy pronto por inciertas razones va a ser nombrado tutor de sus hijos menores tras su muerte.
EN CUANTO A LA PRESUNTA COAUTORA DEL CRIMEN: CATALINA GUERRA
El siguiente documento, una partida de bautismo del libro primero de El Sagrario, creemos que puede estar referido a un desliz juvenil de la ajusticiada:
"En 19 días del mes de enero de 1514 años bauticé yo el bachiller Juan Baptista a (…en blanco…) hija de Catalina Guerra, fueron padrinos Pedro Ortiz y Catalina Núñez."
En relación a los padrinos de este bautismo podemos decir que Pedro Ortiz es escribano de Las Palmas entre 1514 y 1518. En 1507 se le había impedido desempeñar el oficio por ser hijo de reconciliados y nieto de quemados tal y como afirman Manuel Lobo y Benedicta Rivero en su libro Primeros pobladores de Las Palmas. ¿Podría ser este Pedro Ortiz el padre de Alonso Ortiz, el albacea?
De ser esta Catalina la ajusticiada, habría que señalar que, presumiblemente, da a luz muy joven. Con posterioridad a este incidente se habría casado con diferentes maridos con amplia sucesión.
Existen varias posibilidades para resolver la ascendencia de Catalina Guerra a la que hacemos nacida sobre el 1500.
Puede ser hija de Isabel Guerra y de Juan de Sanlúcar, y hermana por tanto de Juan Guerra de Sanlúcar y de Isabel González, y de Pedro y Antón Guerra. Nosotros nos decantamos, sin pruebas, por esta primera posibilidad.
Puede ser hija de María Guerra y Alonso Suárez de Albaida y hermana por tanto de Hernán Guerra, Juan Suárez, Ana Guerra, Cristóbal Guerra. Creemos sin embargo que la hija de este matrimonio que se llamó Catalina casó con el genovés Sebastián de Fossato con sucesión en Telde.
Puede ser hija de Catalina Guerra y del gomero Juan de Ronda y hermana por tanto de María de Ronda, casada en Telde con el cañaverero Juan González, y de Francisca Guerra casada en Arucas con el portugués Íñigo López.
Con cualquiera de las tres posibilidades, que dejamos abiertas, Catalina Guerra sería la presunta nieta de Fernán Guerra, el adalid de la conquista de Gran Canaria, quien debió tener numerosa descendencia natural con mujeres nativas o esclavas. Los enlaces de sus presuntas hijas naturales (Isabel, María, Catalina, etc.) se habrían efectuado poco después de la conquista de Gran Canaria y antes de su muerte que tuvo lugar en 1486.
Como es bien sabido, la descendencia legítima de Fernán Guerra con su esposa María May no prosigue el apellido: Juan Guerra, conquistador como su padre, no tuvo descendencia legítima y testó a favor de dos de sus sobrinas: Ana Guerra, quien con un esposo cuyo nombre desconocemos, tuvo al menos a otra María May que fue la primera esposa de Arriete de Betancor, el hijo de Tenesoya; y Catalina Guerra, casada con el poderoso Juan de Ceberio otorgó a su numerosa prole los apellidos Mujica, Lazcano y Villafranca relacionados con la hidaguía y localidad de origen de su esposo.
El apellido Guerra en Gran Canaria se relaciona por tanto con la descendencia natural del adalid Fernán Guerra o de su hijo Juan Guerra y no con el tantas veces citado como supuesto conquistador (sin documentación alguna de apoyo) el enigmático caballero Pedro Guerra a quien la tradición genealógica da como padre de Isabel y de María Guerra. Todo esto parece ser una pantalla ante los inquisidores para no reconocer máculas en su ascendencia pues del tal Pedro no hay huella documental alguna.
La excepción a esta norma en la isla de Gran Canaria la tendríamos con los Guerra de Tenteniguada que descienden de Beatriz Guerra, hermana del adalid Fernán Guerra, y de su primer esposo Jacomar de Berniés, a través de la hija de ambos, también llamada Catalina Guerra, quien tuvo una prolija sucesión de su matrimonio con el también conquistador Juan de Badajoz.
EN CUANTO AL TUTOR Y CURADOR DE LOS MENORES: JUAN DE ÁVILA
Ante Luis Fernández Rasco, Escribano de Las Palmas a 6 de octubre de 1552
“Ante el Sr Ldo. Juan López de Cepeda, teniente, y el escribano, fue presente Juan de Ávila vecino de Agüimes el cual dijo que por un mandamiento de su merced el señor teniente le ha sido notificado que se encargue de la tutela y curaduría de los menores hijos de Juan Martín Garrote y de Catalina Guerra, so cierta pena, y que por ser hombre ocupado y vivir y residir fuera de esta ciudad no se podía encargar de la tutoría y curaduría por lo cual pide a su merced no le discierna el cargo. Luego, incontinente, su merced le mandó, so pena de 10.000 mrs. para la cámara y fisco de sus majestades en los cuales le había condenado si hacía lo contrario, que acepte el cargo. Ante esto Ávila aceptó el cargo y juró. Testigos: Baltasar Núñez, Francisco Rodríguez y Pedro Hernández, vecinos. El Ldo. Cepeda. Juan de Ávila.
Ante Alonso Hernández las Palmas 1559 P 788 339 r
“Poder general que Juan Dávila, vecino, como tutor y curador de Juan Garrote, hijo legítimo y universal heredero de Juan Garrote y Catalina Guerra, difuntos, otorga a Hernando de Santa Cruz, vecino, solicitador. Testigos: Francisco Martín, Gaspar López y Pedro Moreno, vecinos”. Firmado: Juan Dávila
Entre ambos documentos, aceptación de la tutoría y otorgamiento como tal tutor de un poder a determinado solicitador, transcurren 7 años por lo que hemos de deducir que Juan Martín Garrote 2, hijo homónimo del fallecido, debía tener menos de 18 años cuando fallecieron su madre y su hermano García de León, es decir, que habría nacido antes de 1534. En ese intervalo de siete años parece que ha fallecido Andrés García (o Martín), el menor de los hermanos nombrados en el testamento, por cuanto en 1559 Juan Garrote es citado como universal heredero de su padre.
Obsérvese que de nuevo aparece Pedro Hernández como testigo del testamento dictado por el joven García de León y además como firmante. Debía de ser el hermano de Perucho de Fuenterrabía un hombre por entonces de mucha edad para no habérsele adjudicado a él la tutoría del que creemos que es o bien su sobrino o bien su hijo.
Indagaremos ahora acerca de los motivos por los que pudo asignarse la tutoría de los hijos menores de Catalina Guerra y Juan Martín Garrote al dicho Juan de Ávila.
De este personaje podemos decir muchas cosas gracias al libro “Población de Agüimes en los primeros cien años del señorío” de Rafael García de Castro y Luis García Correa.
Juan nacido sobre 1494 y vecino de Agüimes es hijo de Alonso de Ávila “canario de los naturales de las islas” y de su mujer, la también indígena, María Hernández. Juan de Ávila casó dos veces. La primera hacia 1512 con Francisca de Matos, hija de Alonso de Matos el viejo y de Isabel de Talavera. La segunda hacia 1538 con María de Aristegui, hija de Martín Vániz de Aristegui y Juana de Liria.
Nuestra conjetura inicial era la de que el albaceazgo de Alonso de Ávila en el testamento de Perucho de Fuenterrabía explicaba suficientemente el hecho de que la Justicia de la isla, a la vista de la excesiva edad de su hermano Pedro Hernández Vizcaíno, hubiese nombrado como tutor de los hijos menores de Juan Martín Garrote a Juan de Ávila, hijo de uno de los albaceas.
Sin embargo ahora estimamos que Juan de Ávila es un familiar cercano de Juan Martín Garrote en tanto que su esposa María de Aristegui y la esposa de Pedro Hernández, Catalina Martín, son, al parecer hermanas, como hijas de Martín Vániz de Aristegui y Juana de Liria. En tal supuesto Juan Martín Garrote no sería, como ya hemos anticipado, el hijo mayor de Perucho de Fuenterrabía sino un hijo de su hermano Pedro Hernández Vizcaíno, el mismo que ejerció de testigo de los testamentos de Catalina Guerra y de su hijo García de León.
SOBRE LA IDENTIDAD DEL RECEPTOR DE UNA BULA: JUAN GONZÁLEZ
No nos atrevemos dada la diversidad de personas de tal nombre y apellido que vivían en la comarca a mediados del siglo XVI a precisar la identidad del beneficiado. Nos arriesgamos sin embargo a decir que al ser destinatario de una bula se sobreentiende que está vivo por entonces y que es obviamente una persona de especial cercanía para la que va ser ajusticiada. Puesto que Catalina Guerra encarga las bulas para sí y para su hijo, próximos a ser ejecutados, cabe pensar que Juan González pueda ser otro protagonista del suceso que los conduce a la pena capital. Como ficción novelesca, pues creemos que el asunto lo demanda, Juan González podría haber sido parte del triángulo amoroso que desemboca en esta tragedia.
Podría asimismo pensarse que el hueco en blanco que se corresponde en el testamento de Catalina Guerra con el nombre del yeguarizo de Juan de Ávila, quien dispone de unos pollos en la casa de Catalina cuando van a prenderla, pueda ser el de este enigmático Juan González. Dejamos constancia de que una persona de este nombre y apellido es hijo de los vecinos del Señorío Salvador Jiménez y Ana Hernández. Este Juan González aparece citado en el testamento de su hermana Ana de 1574 la cual lo nombra tutor de los hijos varones de ella que todavía eran menores en esa fecha.
SOBRE LA IDENTIDAD DE LOS TESTIGOS DE AMBOS TESTAMENTOS
Aunque la relevancia de estos personajes es escasa puesto que tan solo ejercen de testigos procedemos a señalar las circunstancias de aquellos que hemos podido identificar comprobando que en general se trata de autoridades de la justicia como el Licenciado Cabrera, probable teniente de gobernador, el alcaide de la cárcel y el alguacil, renombrados vecinos de la ciudad como Francisco Montesdeoca y Juan Bautista Moreto, ayudantes del escribano como parece ser Pedro Pérez y personas del entorno familiar como el caso ya comentado de Pedro Hernández, hermano de Perucho de Fuenterrabía y probable tío o padre de la víctima del parricidio, Juan Martín Garrote.
-Diego Sánchez de los Palacios, el alcaide de la cárcel, es familiar directo del mercader Francisco Sánchez de los Palacios, casado con Ana Sánchez.
-Álvaro de Palacio es el alguacil de la ciudad. Su apellido al parecer no se relaciona a pesar de la similitud con el del alcaide sino con Juan de Palacio, maestre mayor de los canteros de Las Palmas en los años 30.
-Juan Bautista Moreto o Amoreto, esposo de Blanca Rapallo (hija de Alejandro Rapallo y Peregrina Zoagli) es desde 1547 un acaudalado vecino de Las Palmas de nación genovesa, hijo de los nizardos Lázaro y María Amoreto.
-Francisco Montesdeoca es asimismo un acaudalado vecino de Las Palmas (hijo de los pobladores castellanos Vicente Montesdeoca y Juana Hernández) casado con Clara Hernández Talavera (hija de Domingo Hernández e Isabel Lorenzo).
SOBRE LA BIOGRAFÍA Y DESCENDENCIA DE JUAN MARTÍN GARROTE 2
En los años 70 Juan Martín Garrote 2, ya emancipado (calculamos que ha nacido en torno a 1534) y en posesión de las tierras que heredó de su padre en Tirajana, compra en 1574 al que había sido su tutor, Juan de Ávila, unas tierras anejas a las suyas por encima de las fortalezas. La venta no será pacífica y por un tiempo llevará a la cárcel al infortunado comprador por haber sembrado en ellas después de que un acaudalado propietario vecino, Pedro de Mendoza, hijo de Juan de Aríñez y María Ortega, reclamara tales tierras como suyas. La documentación del conflicto la pueden encontrar los lectores en el libro tantas veces citado y reconocido: “Primeros pobladores de Agüimes…” (Anexo: Doc. 251).
Juan Martín Garrote 2 casará en los años 80 con Catalina Báez o Hernández (de quien sabemos gracias al testamento de Andrés Estévez de 1577 que era hermana de un tal Diego Hernández, que era sordo y vecino de Tunte) y tiene por hijos con ella a otro Juan Martín Garrote 3, que al parecer no tuvo sucesión, y a María del Álamo casada en primeras nupcias con Juan de la Fuente y en segundas con Alonso Espino, con sucesión de ambos matrimonios como a continuación reseñamos:
-María del Álamo celebró su primer enlace con Juan de la Fuente en Agüimes el dia 29 de Agosto de 1611 (Libro 1, folio 142 Vto). Él, hijo de Juan de la Fuente y de Melchora de los Reyes; y ella, hija de Juan Garrote, difunto, y de Catalina Báez (sic). Estos tuvieron por hijos a:
Francisco de la Fuente, bautizado en la Iglesia de San Bartolomé de Tirajana, en 1614 (Libro 1, folio 23 Vto). Casado en la misma parroquia con Catalina Cabrera, el día 26 de octubre de 1637, hija de José Rodríguez y María de Candelaria.
María del Álamo, bautizada en la Iglesia de San Sebastián de Agüimes el día 10 de julio de 1616, (padrinos Juan de Mireles y Úrsula de Tubillejas). ¿Puede ser la misma persona que con el nombre de María de San Juan, hija de Juan de la Fuente y María del Álamo, casa en la misma parroquia en 1653 con Juan Rodríguez?
-María del Álamo casó en segundas nupcias en la Iglesia de San Sebastián de Agüimes con Alonso Espino, hijo de Francisco Espino y de María Gutiérrez, el 30 de septiembre de 1618, (Libro 1 - Folio 147 Vto). En la partida de matrimonio consta que los padres de María del Álamo fueron Juan Martín Garrote y Catalina Hernández (sic). Tuvieron por hijos a:
Ana del Álamo, bautizada en Agüimes, el 13 de noviembre de 1619, (Libro 1, folio 33) que casará en Telde en 1650 con Domingo Lorenzo, hijo de Domingo Lorenzo y Mariana de Candelaria.
Juan, bautizado en Agüimes, a 16 de julio de 1623, (Libro 1, folio 41 Vto)
Pedro, bautizado en Agüimes, a 23 de julio de 1626, (libro 1, folio 50 Vto).
Con posterioridad a la redacción de este trabajo hemos tenido acceso en el Archivo Histórico Provincial a un documento en mal estado, casi ilegible, de 1601, en el que la viuda de Juan Martín Garrote 2, como tutora de sus dos hijos menores, Juan y María, arrienda a Francisco de Jaén unas cuevas y colmenas en Tirajana. Los datos obtenidos permiten concluir que Juan Martín Garrote 2 debió fallecer poco tiempo antes, sobre el año 1600.
BALANCE: LA CONEXIÓN VASCA
Los hechos descritos culminaron sin lugar a dudas con el ajusticiamiento de García de León y de su madre Catalina Guerra. La ejecución por el verdugo de la pena capital debió ser realizada, por tratarse de un parricidio, por el método de encubamiento, es decir, lanzándolos vivos al mar dentro de un saco o cuba en el que se introduce un peso para que se hunda rápidamente junto con algún animal como gallo, perro, mono o serpiente que simbolizan el horror del parricidio. Así de crueles eran las costumbres de la época.
Somos conscientes en este balance de que estos trágicos sucesos ocurridos en Agüimes o Tirajana y Las Palmas a mediados del siglo XVI no quedan completamente esclarecidos en cuanto a la ascendencia de los personajes protagonistas. Sin embargo, a medida que escribíamos sobre el particular nos ha quedado patente la existencia de una suerte de conexión vasca en origen, más concretamente vizcaína, entre las familias afectadas. De forma breve, sin más pretensiones que las de la curiosidad, remarcaremos algunas de estas conexiones para terminar el artículo.
-Isabel Guerra, hija del conquistador Fernán Guerra, quien parece ser a todas luces ascendiente directa de Catalina, la ajusticiada en 1552, es la esposa del vizcaíno Juan de Sanlúcar, conquistador de Gran Canaria.
-Perucho de Fuenterrabía, presunto ascendiente directo del infortunado Juan Martín Garrote, y su hermano Pedro Hernández, son vizcaínos y probablemente conquistadores de Gran Canaria formando parte de las mesnadas del vasco Miguel de Mujica, natural de Ceberio, Vizcaya.
-Martín de Mireles, el introductor de este apellido en la isla es vizcaíno, conquistador de Gran Canaria y poblador en Telde, uno de cuyos hijos, Martín de Mireles, será alcalde de Agüimes tras casar con Catalina Garro de Urúspuru, hija de Perucho de Fuenterrabía y Ana Hernández Guadarteme.
-Y por último, la segunda esposa de Juan de Ávila, María de Aristegui, es hija de Martín Vániz de Aristegui casado con Juana de Liria y nieta del vasco Martín Vániz de Aristegui, casado con Constanza Hernández, el cual fue en torno al 1500 el primer alcalde conocido de la Villa Episcopal de Agüimes.
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