viernes, 15 de abril de 2022

Palabras para Juana

PALABRAS PARA JUANA





Catalina Hernández, escultura situada en la plaza de San Antón de Agüimes, obra de Beatriz González de la Vega
              

En la villa de Agüimes, lunes 26 de febrero del año del Señor de 1526.

Con la ayuda de Dios, Nuestro Señor,  y de todos los santos del cielo espero que esta carta que le dicto a mi marido llegue pronto hasta ti, madre, para que alguno de tus hijos,  Juan o Francisco, te la pueda leer a la luz y al calor de tu hogar. No quiero irme de esta vida sin despedirme de ti. La enfermedad que arrastro, que llaman peste negra, lleva años matándome por dentro poco a poco. Respiro mal, tengo calenturas, escupo sangre cuando hablo y a veces me pongo a delirar. Cuídate mucho, madre, para que no caigas enferma tú también; aunque me han dicho, no sé si será verdad, que a Tenerife todavía no ha llegado esta maldición de Dios. 

Llevo demasiados años sin verte, casi cuarenta. Son tantos que ya no me acuerdo de cómo es tu rostro ni de cómo es tu voz, aunque la verdad es que si ahora me hablases en la lengua canaria ni siquiera podría entenderte. Cuando mi padre, don Fernando Guadarteme, me dejó en la Corte como menina al servicio de la infanta María apenas tenía seis años.  Me prohibieron desde entonces que hablara la lengua de mis padres y olvidé muy pronto todo lo que sabía de mi tierra, excepto los sones del arrorró que siempre están en mi cabeza cuando estoy triste. 

Me contaron algunos parientes, de los que vienen y van a Tenerife cruzando el canal de mar que nos separa, que después de haber repudiado a mi padre por haberte dejado atrás, como rehén, encerrada en el Alcázar Nuevo de Córdoba, donde me diste a luz, tuviste varios hijos con el noble guayre Juan de las Casas, tu nuevo marido, y que ahora, después de haber enviudado, estás casada con Juan Pascual, ambos parientes nuestros de la familia de los Semidanes.

Sé, porque se habla mucho por aquí de las terribles tribulaciones que pasaste, que a tu vuelta de Córdoba el infame gobernador Pedro de Vera volvió a ordenar tu apresamiento con la excusa de que tu nuevo marido, Juan de Las Casas, estaba huido en el monte por no querer ir de cabalgada a la caza y captura de  guanches en la isla de enfrente, temiendo que eso fuera una estratagema para poder deportarlo; y que por las noches tú lo recibías a escondidas en tu casa de Gáldar. Se dice que, entonces, Pedro de Vera, iracundo, te llenó de cadenas y te vendió como esclava a un mercader de Jerez de la Frontera y que allí sufriste mil humillaciones, tantas como días pasaste encerrada bajo doble llave en una casona lúgubre.

Fue gracias a tus hermanos, y sobre todo a tu sobrino Juan de Frías, que movieron cielos y tierra ante la Corte reclamando tu liberación, que pudiste, por fin, como mujer libre, restituido tu honor, volver a tu isla de Canaria; aunque esto sería por poco tiempo ya que tu marido fue obligado, y esta vez no pudo negarse, a formar parte del ejército real de Alonso Fernández de Lugo, el  que fue a la conquista de La Palma y luego de Tenerife; y tú, me dijeron que no te lo pensaste dos veces y te embarcaste con él. ¡Qué fuerte y decidida eres, madre!

Nuestras vidas han estado siempre cruzadas.  Digo esto no solo porque nuestros derroteros nunca confluyeron, ni en la Península ni en las islas a pesar de haber estado, sin saberlo, muy cerca la una de la otra. Lo digo sobre todo por las vejaciones que hemos sufrido por el hecho de ser mujer: por los cruzamientos de cara,  por las marcas de la violencia en el alma. Aun siendo como somos de sangre real, las dos hemos conocido bien de cerca lo que es la humillación de la esclavitud aunque en mi caso, para mayor escarnio, la esclavitud fue conyugal. Si esto nos pasa a nosotras, no quiero ni pensar lo que habrán sufrido las mujeres plebeyas de nuestra raza.

Déjame que te cuente mis cuitas.

Como dama de compañía de la princesa María, fui criada bajo la presión de una estricta educación religiosa que nos preparaba exclusivamente para ser esposas sumisas. Cuando a los 18 años los Reyes Católicos casaron a María con el rey de Portugal, yo me quedé sin amiga y protectora, y para colmo de males embarazada de pocos meses de un hombre que no quiero ni nombrar porque se aprovechó de mi inocencia. Después de esto fui obligada a casarme con el leonés Pedro de Vega, un vecino de Gáldar que había sido conquistador de la isla y que aspiraba con este casamiento, aunque la novia ya estaba desflorada, a sumar otra flor a los blasones de su escudo señorial. 

Recién parida regresé a la isla pasando a vivir en la casa grande canaria que heredé de mi padre junto a la iglesia y a la torre de Gáldar. Lo de “vivir” es una forma de hablar. Pedro de Vega, no aceptó nunca a Bastiana como entenada, y aunque tuve dos hijos con él me hizo muy infeliz maltratándonos de continuo y manteniéndome encerrada entre las doce paredes de la casa porque quería tener la certeza de que los hijos que nacían eran suyos y no de otro. Por todo eso, no tuve más remedio que abandonar el hogar familiar, llevándome conmigo a la pequeña Bastiana Mayor.

 

En aquel momento hice uso del derecho vernáculo que nos asiste a las mujeres de la familia real para romper el matrimonio si se falta a nuestra dignidad como mujeres. Siempre hemos sido nosotras las que hemos determinado, de madre a hija, el orden de sucesión en el trono, de ahí el privilegio real que ostentábamos. De la misma forma que tu repudiaste a mi padre, si bien tu matrimonio con él, todo hay que decirlo, no fue cristiano, yo pude renunciar al matrimonio con Pedro de Vega, que fue anulado por el obispo, aunque, el muy cretino, después de eso, me refiero a Pedro no al obispo, siguió haciéndose llamar Pedro de Vega, “el rey”.

Mi segundo marido, Adán de Acedo el mozo, de navarra procedencia, me dio la libertad y la tranquilidad que tanto necesitaba después de años de malcasada, y a cambio le di cuatro hijos sanos y hermosos. Nos quisimos y respetamos mucho hasta su temprana muerte que ocurrió en el año 20 justo aquel en el que empezó la peste.

Hoy me asiste al pie de la cama donde yazgo, cansada y dolorida, mi tercer marido, Blas Rodríguez, que aunque de sangre misturada,  como hijo que es de Juan de Vargas, el que fue alcalde de Gáldar, y de una de sus esclavas guanches, no puede ser mejor persona. A Blas le di un hijo, el último que por mi edad pude tener, pero este se me murió en los brazos hace unos pocos años con los mismos síntomas, fiebres y bubas, que yo ahora estoy padeciendo. 

Le he pedido a Blas Rodríguez que en mi nombre, como procurador testamentario, dicte mis últimas voluntades al escribano de Gáldar, porque la verdad es que ya no me quedan fuerzas para dictarlo y porque en Gáldar ya no tengo ni casa a donde ir pues me vi obligada a venderla. Tantas son las penurias pasadas que hasta hemos tenido que usar para nuestro propio sustento los dineros que recogimos como limosna por los pueblos de la isla destinados a sufragar la construcción de las iglesias de Nuestra Señora de Guía y de Nuestra Señora de Guadalupe.

 

Cuando llegué hasta Agüimes ya no pude continuar el recorrido por la isla por la extrema debilidad en que me encontraba. Y aquí estoy, doliente a la muerte, recogida en casa de mi prima Ana Hernández, la hija de tu difunto hermano Fernando Canario y de su esposa Catalina. Sí, madre, Ana, la que casó primero con Cristóbal Sánchez y más tarde con Perucho de Fuenterrabía. Ana enviudó de Perucho el año pasado y se quedó, la pobre, con tres hijos menores a cargo. Me da miedo que sus niños, Juana, Juan y Catalinita Garro, contraigan la enfermedad por mi culpa y es por eso que no los dejo que se acerquen a este cuarto trasero en que estoy confinada. Desde el ventanuco de la estancia puedo ver la espadaña de la iglesia de San Sebastián bajo cuyas losas quisiera ser enterrada.

 

Adiós, madre. Que Dios te ampare los días que te queden hasta el del Juicio Final donde seguro que vas a ser recompensada por todo lo que has sufrido. Aunque nuestras vidas hayan estado cruzadas, quiero que sepas que me he sentido siempre muy orgullosa de ti, muy honrada de ser la hija de Abenchara, la última Reina de Canaria, de la estirpe real de Andamana, aunque ahora se te conozca con el nombre cristiano de Juana Hernández Vizcaíno. 

Y estoy también muy orgullosa del arrojo que mostraste  cuando te capturaron la primera vez, en el asalto a Guayedra, pues tu vieja aya me contó que, a pesar de estar preñada de mí, te defendiste de los gomeros que te querían prender con uñas y dientes, quedando muy malherida. Por suerte para las dos, pudiste burlar la muerte con la ayuda de los mejores físicos y cirujanos de la ciudad de Córdoba a donde te trasladaron medio moribunda y donde, una vez recuperada, me diste a luz el 30 de septiembre de 1482, día de San Jerónimo. 

Tengo por tanto 43 años cumplidos y voy para 44, y tú debes ser ya sesentona. Las dos hemos sufrido y amado mucho. No todas las mujeres pueden presumir, como nosotras, de haber casado tres veces. La tercera ha sido la vencida, al menos para mí.  Sé que Juan Pascual es un hombre honorable y solícito contigo, como es propio de su hidalguía. Y Blas Rodríguez, mi marido, no hace otra cosa que cuidar de mí, con mucho amor, en la larga enfermedad que padezco y que, para descanso de él, ya está llegando a su fin. 

 

Besos volados que cruzan el mar desde esta Villa Episcopal de Agüimes donde me encuentro hasta tu casa en El Realejo de Taoro,  de tu primera y única hija, la que te quiere mucho, con toda el alma, aunque por los infortunios de la vida ni siquiera haya alcanzado, de mayor, a poder darte un abrazo.

Con adoración filial, Catalina Hernández Guadarteme



jueves, 7 de abril de 2022

Proceso a fray Francisco Canino, nieto de morisca, por mofa del oficio divino

PROCESO A FRAY FRANCISCO CANINO

ES35001 AMC/INQ 215.008

 

Contra Francisco Canino del hábito de San Francisco por sacrilegio, al realizar irreverencias contra la fe cuando fue corista y estudiante de gramática en el convento de su orden en La Laguna. El acusado se desnudó y con la camisa se hizo un cuello de sacerdote fingiendo decir misa mientras ventoseaba.

 


De 8 de marzo de 1625 a 11 de octubre de 1626

 

(La documentación sobre el proceso está mutilada pues no aparece la genealogía y limpieza de sangre del reo a pesar de estar registrada en el índice inicial del expediente. Tampoco se incluye la declaración del confesante ni la sentencia que resulta del proceso por lo que debemos pensar que la mutilación no fue fortuita sino que se hizo exprofeso para preservar el honor de la familia)

 

En este Santo Oficio hay relación que estando ciertos religiosos en el convento del señor San Francisco de La Orotava en conversación, entre otras cosas trataron de la pravedad del padre fray Francisco Canino, definidor de esta provincia, y el padre Sebastián Calzadilla dijo: Ya que tratamos del padre  fray Francisco Canino quiero que vean un caso que hizo el dicho en presencia mía y de otros religiosos siendo coristas y estudiantes de gramática en el convento de la ciudad de La Laguna de nuestra religión: se desnuda el dicho fray Francisco Canino el hábito quedando solo en camisa y la parte inferior de ella la plegó al pecho con un alfiler y las de las espaldas con otro alfiler en lo alto del cuello diciendo que aquello era casulla que quería decir misa y que le ayudasen a ella y comenzó a santiguarse y a decir “In nómine patris et filii et espiritus sanctis. Ita” y procedió con “Introibo ad altare dei” y todo el salmo y diciendo estas palabras hacía una humillación echando todas la  nalgas para atrás y largando ventosidades por la vía natural con mucha risa de los que le estaban mirando y de la misma suerte dijo “Chiries” y “Gloria” y al tiempo que se volvía a decir “Dominus vobiscum” mostraba sus partes de la puridad rempujando todo el cuerpo para adelante y volviendo a decir “Oremus” se volvía a humillar y volvía a largar ventosidades como está dicho y de esta suerte prosiguió toda la misa haciendo estas ceremonias y desacatos hasta concluirla de lo cual se escandalizaron algunos de los que oyeron el cuento al dicho Padre Calzadilla (por lo que) convendrá que luego que vuestra merced esta reciba haga parecer ante sí al dicho fray Sebastián Calzadilla y por ante el capitán Gonzalo de Quintana notario de este santo oficio lo examine en forma de razón de lo susodicho haciendo las preguntas y repreguntas necesarias que para todo lo susodicho le damos poder y comisión en forma la que en tal caso de derecho se requiere y fecho nos lo remitirá en manera que haga fe, guarde nuestro señor a vuestra merced, Canaria y marzo de 1625. 

jueves, 31 de marzo de 2022

Culminación del linaje materno de Faneque Hdez

FIN DE LAS PESQUISAS SOBRE EL LINAJE MATERNO DE FANEQUE HERNÁNDEZ (haplotipo J2a2d) Y SU RELACIÓN CON LA CUEVA GRANDE  DE LA FORTALEZA DE ANSITE.

Juan Ramón García Torres y Faneque Hernández Bautista

 


 

I

JORGE GONZÁLEZ

 

Circa 1499

CATALINA GONZÁLEZ 

(haplotipo J2a2d)

II

JUAN MARTÍN DE  BILBAO

 

Circa 1525

CATALINA GONZÁLEZ 

N 1506 Las Palmas

III

BARTOLOMÉ HDEZ DE MULAGUA

Circa 1544

LUISA DE CABRERA

N circa 1530 

IV

ANDRÉS BARROSO 

N Tenerife

Circa 1564

INÉS HERNÁNDEZ la menora

N 1548 Telde

V

MATEO IZQUIERDO

N Tenerife

Circa 1595

INÉS HERNÁNDEZ

N circa 1568 Tirajana

VI

LUIS JIMÉNEZ

N circa 1595 Agüimes

1622

Las Palmas

ANA DE LOS REYES HDEZ

N circa 1600 Tirajana

VII

ANDRÉS LORENZO

N Tejeda

1657

Las Palmas

MARÍA RAMOS JIMÉNEZ

N 1638 Tirajana

VIII

BARTOLOMÉ GLEZ CORUÑA

N 1658 Tirajana

1694

Tirajana

Mª BARTOLESA LORENZO RAMOS

N 1668 Tirajana

IX

JUAN ALONSO BACA

N 1683 Tirajana

1720

Tirajana

MARÍA CORUÑA GONZÁLEZ

N 1698 Tirajana

X

JUAN RIVERO SUÁREZ

N 1733 Tirajana

1759

Tirajana

ANTONIA BACA CORUÑA

N 1725 Tirajana

XI

JERÓNIMO GRREZ RGUEZ

N 1775 Las Palmas

1793

Las Palmas

MARÍA RIVERO BACA

N 1761 Tirajana

XII

DOMINGO ANTONIO MATEO

N 1798 Antigua Fuerteventura

1821

Las Palmas

TERESA GUTIÉRREZ RIVERO

1802 Las Palmas

XIII

FCO SOCORRO GARCÍA

N 1825 San Mateo

 

BONIFACIA MATEO GRREZ

N 1827 Las Palmas

XIV

AGUSTÍN DGUEZ PERDOMO

N 1856 Tuineje Fuerteventura

1879

 Las Palmas

TERESA SOCORRO MATEO

N 1861 Las Palmas

XV

MANUEL GLEZ ESTÉVEZ

N 1859 Sta. Brígida

1902

Las Palmas

AGUSTINA DGUEZ SOCORRO

N 1882 Las Palmas

XVI

MODESTO BAUTISTA DGUEZ

N 1894 Guía

1924

Las Palmas

AMÉRICA GONZÁLEZ DGUEZ

N 1906 Remedios, Cuba

XVII

LORENZO HDEZ VEGA

N 1927 San Lorenzo

1952

Las Palmas

PURA BAUTISTA GONZÁLEZ

N 1932 Gáldar

XVIII

FANEQUE HDEZ BAUTISTA

N 1955 Las Palmas