DISECCIÓN
GENEALÓGICA DEL TESTAMENTO DE SEBASTIANA MAYOR
Faneque
Hernández Bautista y Juan Ramón García Torres
El
documento fue localizado en los fondos del AHPLP en torno al año 2015 por parte
de Juan Ramón García Torres. Cuando nos informó del hallazgo y nos pasó un
extracto del mismo, atisbamos enseguida que podía tratarse de una joya
documental.
La
transcripción del documento, que ha sido publicada recientemente en el Blog “Historia
Familiar de Canarias”, es obra de Manuel Lobo Cabrera, catedrático de Historia
Moderna de la ULPGC, a quien solicitamos su colaboración pidiéndole que nos
hiciera los honores de su transcripción íntegra, por importantes razones, entre
muchas otras, por su maestría paleográfica y por haber sido él quien exhumara
hace algún tiempo (“Nuevos datos sobre la descendencia de don Fernando
Guanarteme”) el testamento de Catalina Hernández, bisabuela de la testadora,
que tanta luz nos ha dado a los genealogistas acerca del devenir de la familia
real canaria en la transición entre la antigua sociedad indígena y la nueva
sociedad colonial.
Extracto del testamento de Sebastiana Mayor " ...vieren como yo Sebastiana Mayor muger lexitima de García Hernandes..." |
I |
JUANA
HERNÁNDEZ
(Gáldar circa 1565-Tenerife
1640) |
II |
CATALINA
HERNÁNDEZ (Córdoba
1582-Agüimes 1526) |
III |
BASTIANA
MAYOR. (Gáldar circa 1500- Gáldar circa1550) |
IV |
MARÍA
MAYOR (Gáldar
circa 1525- Gáldar) |
V |
SEBASTIANA
MAYOR (Agaete
circa 1550-Agaete 1596) |
El
nombre de Sebastiana Mayor nos condujo desde la lectura inicial hacia un
personaje homónimo bien conocido: Bastiana Mayor, hija mayor y albacea de doña
Catalina Hernández Guadarteme, hija esta a su vez de doña Juana Hernández
(Abenchara Chambeneder) y don Fernando Guadarteme (Tenesor Semidán), reyes que
fueron de la isla de Canaria.
En
el cuadro adjunto no incluimos a los cónyuges masculinos de las ascendientes de
Sebastiana por línea materna por tener algunas dudas al respecto de su identidad,
considerando la original idiosincrasia conyugal de la nobleza indígena canaria con
casamientos, descasamientos y recasamientos diversos.
Si
bien sabemos que Francisco Godoy, hijo de Francisco Godoy y Constanza de
Orduña, fue esposo de María Mayor, con descendencia de dicho matrimonio, nos
asalta la duda de si Sebastiana puede ser, o no, la hija de un cónyuge anterior de su
madre, María Mayor, pues, si bien esta cita en su testamento que Rodrigo
Hernández es su tío, no señala igualmente que son sus tías las convecinas Juana
Godoy e Inés Godoy, hermanas de su presunto padre, Francisco Godoy.
En
cuanto a Bastiana Mayor sí tenemos certezas documentales de su matrimonio con
Hernán Domínguez y de la descendencia que tuvo con dicho cónyuge: Antón
Domínguez, que presuntamente pasa a Tenerife casando allí con Francisca Delgado
de Frías; Hernán Domínguez, casado con Lucana de Orduña; Rodrigo Hernández, que
casó primero con Leonor de Medina y más
tarde con Constanza de Troya; Isabel Mayor, casada con Francisco López; y María
Mayor, la madre de Sebastiana, que estuvo casada con Francisco Godoy.
En
cuanto a Catalina desconocemos quién es el padre natural de su hija Bastiana,
la primogénita, pudiendo ser este algún anónimo visitante de la corte
itinerante peninsular donde residió la infanta canaria hasta aproximadamente el
año 1500, cuando regresa a su isla para casar
con Pedro de Vega, el Rey. Más tarde, y repudiado este, su primer
marido, Catalina recasará con Adán de Acedo, el mozo, y ya al final de su vida, cuando fallece en Agüimes
a los 44 años de edad, constaba como casada por entonces con el mestizo
Blas Rodríguez.
En
cuanto a Juana Hernández (Abenchara) sabemos que tuvo por esposo real a
Tenesor con quien procrea en 1482 a
Catalina Hernández, bisabuela de la
testadora, y creemos, con algunas reservas, que Juana puede ser la misma persona
que posteriormente iba a casar con los canarios Juan González de las Casas y Juan de Pascual, todo un ejemplo de diversidad conyugal dentro de la
original idiosincrasia nativa. En tal caso, por una cuestión cronológica de
fertilidad femenina, Margarita Fernández y Catalina Hernández serían medias
hermanas y no hermanas completas. Queremos decir con esto que si Juana Hernández
tiene a su último hijo a principios de XVI en Tenerife su fecha de nacimiento
hay que retrotraerla cuarenta años atrás hasta aproximadamente 1565, habiendo
dado a luz a Catalina en 1482. No puede ser por tanto Juana Hernández la madre
de Margarita Fernández (Guayarmina), quien tuvo a María, su primera hija, en Castilla
en torno a 1490, sino otra esposa anterior de Tenesor Semidán.
ACERCA
DE SU PRIMER MARIDO LUIS DE VALENCIA
Nos
dice Manuel Lobo que el apellido Valencia puede provenir de un indígena así
nombrado o bien de algún poblador ibérico con origen en la ciudad levantina de
Valencia, o en la villa extremeña de Valencia de Alcántara o en la villa
portuguesa de Valencia do Miño. Aunque rebuscamos durante días en las fuentes
del siglo XVI acerca de la identidad de los Valencia de Gran Canaria no encontramos
ninguna pista que nos permitiera avanzar por alguna de dichas direcciones.
Una
misiva de Juan Ramón nos puso sin embargo sobre aviso:
“Encontré ante el
escribano Melchor Gumiel Narvaez, año 1668, el testamento de tu antepasada
Lucía Sánchez de Valencia, viuda de Manuel de Acosta. Vivía en la ciudad al
lado del puente de palo, tenía una huerta al lado de la ermita de San Roque y
se llamaba la huerta de Valencia.
Tenía por hijos a
Luis de Acosta, tu antepasado, que se casó con Francisca Hernández, natural de
Teror, siguiendo la línea allí. Antonio de Acosta, difunto, vecino que fue de Tenerife, que deja dos hijas
y Antonia Mayor casada con Alejos de la Cruz.
Lo más interesante
es que la huerta que tiene fue de heredada de su padre Luis de Valencia y que este
la heredó a su vez de su padre, Luis Gerónimo de Valencia, quien había casado
con María Mayor (sic).
Creemos después de esto que Juan Ramón García Torres estaba cargado de
razón cuando nos propueso relacionar el apellido toponímico Valencia con la
localidad de residencia al final de su vida del genovés Francisco Palomares. La
anteposición del apellido Gerónimo al nombre de Luis, propio de la onomástiva genovesa, parece
respaldar esta conjetura. Quizá Luis de Valencia sea un descendiente de este Francisco
Palmaro o Palomares, propietario del ingenio de Agaete tras su compra al
adelantado quien abandona la isla, perseguido por la justicia por
enriquecimiento ilícito para un extranjero y evasión de capitales,
estableciéndose en Valencia.
Recapitulando sobre esta posibilidad, en el artículo “Francisco
Riberol en Canarias” de Leopoldo de la Rosa Olivera, hemos encontrado lo siguiente:
“Otro Cerezo, de
nombre Jerónimo cuyo parentesco con los anteriores no podemos precisar, figuró
en la vida pública de Gran Canaria a mediados del XVI. En representación de la
isla solicitó al rey que los oficios municipales fuesen cubiertos por elección
de los vecinos el 1 de enero de cada año...Estuvo casado con María Cairasco, la
que otorgó testamento en Las Palmas el 11 de abril de 1578 y dispuso se la
sepultura en la iglesia el convento franciscano en la capilla de los genoveses,
"donde se enterró el dicho Gerónimo Cerezo mi marido".
En relación con el nizardo Constantín Cairasco, el primero de su
nombre en Canarias Leopoldo de la Rosa, en el mismo artículo, nos dice lo
siguiente:
“Fallece sobre
1522-1523. No había casado, o al menos a su fallecimiento no dejaba esposa ni
hijos legítimos, razón por la cual le heredó un sobrino suyo: Mateo Cairasco. Pero
posiblemente tanto una Catalina como un Juan Cairasco fueron hijos naturales de
Constantín. La primera casó con Tomás de Capua, otro genovés, y Juan tuvo dos
hijas: María, casada con Jerónimo Cerezo, y Violante esposa del
francés Jean Chouet o Chovet”.
Nota sobre el apellido Capua en la Nómina de genoveses en Canarias que
Leopoldo de la Rosa incluye al final del artículo citado:
“Juanoto, Tomás y
Vicencio, hermanos, vecinos de Gran Canaria y Tenerife a comienzos del siglo
XVI, procedían de Valencia.
En relación con Francisco Palmaro y los Celesia se dice lo siguiente:
Francisco Palmaro
cuando vino a las islas procedía de Valencia de donde era vecino y se dedicaba
a la industria y comercio azucarero entre otras actividades. La estancia en
Valencia de Francisco Palmaro la podemos documentar a partir de 1484…”
"Francisco Palomar vecino de la ciudad de Valencia" |
Parece que esta es una buena pista para enlazar a Luis Jerónimo de
Valencia aunque resulta extraño que, con el poderío económico de los
Palomares-Cerezo, Luis lleve a su matrimonio con Sebastiana Mayor tan solo una
yunta de bueyes y un potro, si bien ahora sabemos, gracias al testamento de su
nieta, Lucía Sánchez de Valencia, que era poseedor de tierras y aguas en
Las Palmas que pasan a sus descendientes.
Para clarificar todo esto convendría repasar el testamento de María
Cairasco de 1578 por si nombrase algún entenado (hijo de su marido) así
como localizar el testamento de Luis Gerónimo de Valencia en los años 80 pues
Sebastiana declara que su marido había expresado sus voluntades antes de
morir.
En cuanto a si Luis de Valencia casó con Sebastiana o con María Mayor
no debemos tener dudas pues el testamento de Sebastiana, fuente genealógica
primaria, lo acredita como su esposo. Sus descendientes debieron confundir a
Sebastiana con la madre de esta, María Mayor, por el hecho de que María es
el nombre que se repite en la sucesión femenina de esta familia a lo largo de
varias generaciones.
ACERCA
DE SU SEGUNDO MARIDO GARCÍA HERNÁNDEZ
Manuel
Lobo opina que podría ser pariente de la testadora. Hemos localizado a un
personaje homónimo, García Hernández, que podría ser abuelo del susodicho en “el
censo de Gáldar de 1526”. Aparece curiosamente en dicha lista, otorgando poder
para impedir la secesión de Guía, justo detrás de Fernán Domínguez, esposo de
Bastiana Mayor y abuelo de Sebastiana Mayor, la testadora. ¿Simple casualidad?
ACERCA
DE LA DESCENDENCIA DE SEBASTIANA MAYOR
Con
su primer marido tiene, como nos describe Manuel Lobo, siete hijos, señalados como
era costumbre por orden de edad dentro de cada sexo anteponiendo a los varones:
Luis de Valencia, ya casado en 1596 cuando su madre testa, Andrés, Pedro, Juan,
María, Juana y Ana.
Del
primero, Luis de Valencia, sabemos que estuvo casado con Catalina Suarez, hija
de Hernando de Góngora y María Suárez, con sucesión. Hijos de esta pareja que constan en nuestro
árbol son: María Mayor, casada con Diego García y con Juan Pérez de Espinosa en
Tirajana; y Lucía Sánchez, casada en las Palmas con Manuel de Acosta, cuyo
testamento ha resultado ser clave para dilucidar el origen de los Valencia de
Gran Canaria. Al respecto del nombre de esta nieta de Sebastiana, Lucía Sánchez
de Valencia, hemos de recordar que en su testamento de 1596 esta cita tierras
de su propiedad en Artazo que antes fueron llamadas “la hoya de Lucía Sánchez”.
Así, con ese mismo nombre y apellido se llamó, tiempo atrás, en torno al 1500,
la esposa del conquistador Juan de León, la cual según Cebrián Latasa era hija
de Alonso Sánchez de Morales, el viejo.
De
Andrés ¿Valencia? y María ¿Mayor? se dice en el testamento que fallecieron con
posterioridad a la muerte de su padre, no sabemos si con sucesión o no,
probablemente no puesto que eran menores solteros en 1596.
De
Pedro Valencia sabemos que se traslada a las tierras altas de Acusa con sucesión
de sus dos matrimonios celebrados en Gáldar: con María Canino casó en 1603 y
con Isabel Alonso en 1618.
De
Juan, el menor de los varones, conocemos su apellido, aun siendo todavía mozo,
porque su madre lo identifica en una de las cláusulas finales del testamento como
a Juan Hernández al darle una capa y un sayo de “baeta” para que a su muerte
pueda llevarle el luto. Un Juan Hernández, que podría ser el mismo, casa en
Guía en septiembre de 1606 con Isabel Medina siendo testigos de la ceremonia Cristóbal
de Orihuela, Alonso de Medina (el firmante del testamento) y Juan de Quintana.
Este matrimonio bautiza en Guía a una niña llamada Catalina en 1609 y a otra
niña llamada María en 1611. En esta última partida encontramos el dato de que el
padre de la criatura es nombrado curiosamente con el apelativo de Centeno, lo
que nosotros consideramos que puede ser una deformación jocosa del apellido
Cerezo.
Acerca
de Juana sabemos gracias al testamento de Lucía Sánchez de Valencia dictado en 1669 que el nombre completo de su
tía, con quien comparte tierras en San Roque, era Juana Mayor y que estuvo
casada con un tal Manuel Antúnez.
Por
último, conjeturamos que la menor de la saga, Ana, pudiera ser identificada con
Ana Hernández, casada con Antonio López, quienes bautizan en Gáldar a una hija
llamada Mariana en 1597 y a otra llamada Catalina en 1604 . De probarse este
enlace, tendríamos a una descendiente de Catalina Hernández Guadarteme que
enlaza con un homónimo descendiente directo del prócer indígena Antón López
Guadarteme, probable hijo del Egonayga, el guadarteme bueno, cuyos herederos
aparecen citados en el testamento que estamos analizando por haber tenido en
Montaña Gorda tierras colindantes a otras que son propiedad de la testadora.
ACERCA
DE OTROS PERSONAJES CITADOS EN EL TESTAMENTO QUE SON VECINOS DE LA COMARCA.
-
ANTÓN BERMÚDEZ Y MARÍA MATEOS
En
relación con Antón Bermúdez estimamos sin datos de entronque que es un
descendiente directo del Sancho Bermúdez que aparece un siglo antes en el
siguiente documento del Registro del Sello cuando en 1500 sale en defensa de
los intereses de los canarios asentados en Agaete:
1500 Agosto 20.
Granada.
Incitativa al
gobernador o alcalde de las islas de Gran Canaria, para que determinen en la
demanda presentada por Sancho Bermúdez, en nombre propio y en el de otros
canarios de dicha isla, contra ciertas personas que les quitan, desde hace
cinco años, el agua de sus heredades de Agaete y les causan otros daños.
El Antón Bermúdez que
aparece citado en el testamento puede ser, esto es solo una conjetura, el padre
o hermano de Constanza Bermúdez casada sobre 1600 con Pedro Mateo con sucesión
en Agaete que llega hasta nosotros. Tenemos constancia por otra parte en el
libro de matrimonios de Gáldar de que otro Antón Bermúdez, hijo de Pedro Mateo
y Constanza Bermúdez, casa con María de los Reyes allá por 1668.
Como bien señala
Lobo, el tal Antón Bermúdez pudiera ser, por el hecho de tener tierras colindantes,
sembradas en compañía, un pariente de la testadora lo que podría explicar que esta nombre a María Mateos como a su
sobrina.
La relación entre los
Bermúdez y Mayor de Agaete parece confirmarse cuando, algún tiempo después, en 1623 tenemos constancia en un extracto del
archivo diocesano acerca del matrimonio entre Antón Bermúdez y Ana Mayor, hija
de Francisco López y ¿María Mayor? (debería ser Isabel Mayor).
En relación con
los Mateos tenemos que el primero de tal apellido, Hernán Mateos, estante en la isla, era criador de puercos y
realiza un contrato con Arriete de Betancor en diciembre de 1509. Asimismo, en
la misma fecha, Arriete le da a partido al dicho Fernán Mateos unas tierras en El Palmital
viejo de Guía que lindan con otras que fueron de Juan de León (esposo de Lucía
Sánchez) y ahora lo son de Alonso Gutiérrez, el marido de Luisa de Guzmán, la
hija de Arminda.
-
MARCOS VERDE DE AGUILAR
Con
tal nombra y apellidos consta en nuestro árbol un Marcos Verde de Aguilar
casado con Catalina de Orihuela (hija de Cristóbal de Orihuela y María Perdomo)
el cual resulta ser hijo de Bartolomé Verde de Aguilar (hijo a su vez de
Gonzalo de Aguilar y Leonor Verde de Betancor) y de María Carvajal Guanarteme,
también llamada María la castellana por
haber nacido en Castilla en torno a 1490 (hija que fue de Miguel de Trejo y
Margarita Fernández Guanarteme).
Sebastiana
Mayor es pues pariente cercana del dicho Marcos Verde de Aguilar, concretamente
serían primos terceros con desfase de una generación, es decir, Marcos es
bisnieto y Sebastiana, tataranieta de don Fernando Guadarteme.
-
MIGUEL DE TREJO QUINTANA Y SU MADRE
MARÍA CALVO
Consta
en el libro primero de bautizos de Gáldar la presencia de una persona de tal
nombre casado con María de Quintana con amplia sucesión: un niño en 1590,
Leonor en 1596, Marcos 1600, María en 1605.
El
tal Miguel de Trejo es hijo de Alonso Carvajal Guanarteme (hijo de Bernardino de Carvajal y Melchora de
San Juan) y María Calvo de Quintana
(hija de Gonzalo de Quintana y Catalina de Cabrera y Zurita). Miguel es por
tanto por su línea materna bisnieto de Margarita Fernández Guadarteme y
tataranieto de Abenchara.
Sebastiana
Mayor, en conclusión, es pariente cercana del dicho Miguel de Trejo concretamente
serían primos cuartos, es decir, ambos son tataranietos de don Fernando Guadarteme.
-
JOSEPHE GONZÁLEZ Y DOMINGO RAMOS
Consta
en nuestro árbol familiar que José González Cansines (hijo de Simón González Cansines y Leonor
Martín de Agaete) casó con María Suárez de la Fuente, hija de Pedro Suárez
Carreño y Águeda Sánchez de la Fuente, siendo la tal Águeda hija de Benito
Sánchez Calderón y de Ana Rodríguez y nieta materna de los indígenas canarios
Sebastián Rodríguez y María Ramos.
Hermano
de Águeda resulta ser otro de los personajes citados en el testamento, Domingo
Ramos Cansines, casado con María de Vera,
hija de Alonso Camacho y Luis de Vera,
nieta paterna de Juan Alonso y Elvira Camacho y nieta materna de Sebastián de
Vera y Francisca Hernández, todos ellos de noble estirpe indígena de la isla de
Canaria.
-
GASPAR DE QUINTANA
Estimamos
que se trata del hijo de tal nombre y apellido de los ya citados Gonzalo de
Quintana y Catalina de Cabrera quien casó con María Jáimez de Carvajal.
Esta
María Jáimez era hija a su vez de Alonso de Carvajal y Emerenciana Jáimez de
Sotomayor, nieta de Bernardino de Carvajal y Melchora de San Juan,
bisnieto de Margarita Fernández y
tataranieto de don Fernando Guadarteme. Sería pues Gaspar de Quintana primo
cuarto de Sebastiana Mayor, reiterándose con este enlace las estrechas
relaciones que se dan entre las descendencias de las hermanas Margarita Fernández
y Catalina Hernández, hijas ambas de Tenesor Semidán.
-
MARÍA RAMÍREZ Y MELCHOR RAMÍREZ
Melchor
Ramírez es uno de los testigos que está presente cuando se dicta el testamento
en cuya cueva, nos dice la testadora, guarda tres fanegas de trigo y tres de
cebada de su propiedad. María Ramírez, que es probablemente hija del tal
Melchor, aparece citada con ocasión de la compra de tierras en Montaña Gorda
por valor de 8 doblas, cinco de las cuales las saldó con el traspaso de una
cueva en Artebirgo y tres queda a deber. Esta María Ramírez, que puede ser
familiar de Sebastiana, parece ser la misma persona homónima que estuvo casada
con Tadeo o Pedro Hernández con sucesión en Guía: Gaspar Ramírez, Isabel
Ramírez, Luisa Ramírez, Melchora Ramírez y María de los Ángeles, bautizada en
Guía en 1580, por quien sigue una línea que llega hasta Faneque Hernández, la
cual estuvo casada con Jerónimo Alonso Trujillo. Tenemos el dato de que María
Ramírez es sobrina de Esteban Betancor de ahí que algunos de sus descendientes
lleven este apellido.
Este
Pedro Hernández, al que creemos que por error se ha identificado en la
genealogía tradicional como Tadeo, un nombre imposible para la época de la que
hablamos, aparece citado en el testamento en el capítulo de los acreedores
cuando Sebastiana señala que su tío Rodrigo Hernández le debe cierta cantidad
que quedó este en pagar en nombre de Pedro Hernández, el cual debe ser un
familiar cercano.
-
CECILIA MARRERO
Cecilia
Marrero, quien aparece citada por la testadora por haber sembrado dos fanegadas
de cebada en compañía en Facarcas, por lo cual puede presumirse que tiene asimismo
algún tipo de parentesco político con ella, aparece citada en el libro primero
de matrimonios de Guía cuando a 21 de diciembre de 1571 se casa con Juan
Fernández, portugués, vecino de la isla de La Madera, previa licencia del señor
provisor por ser Juan Fernández extranjero. Ambos aparecen en el libro de
bautismos de Guía bautizando a una hija llamada Luisa en enero de 1571 doce
días tan solo después de dicho matrimonio y años después bautizando a otro hijo
llamado Juan en 1576.
-
ALONSO
DE MEDINA, TESTIGO FIRMANTE
Alonso
de Medina es, sin lugar a dudas, el personaje que casa en 1592 con Petrona
Ortiz, hija de Juan Ortiz e Inés Alonso, y en segundas nupcias en Gáldar en
1623 con María de Figueroa.
Alonso
era hijo de Juan Medina el viejo y de Elvira Ibáñez, nieto paterno de Alonso de
Medina y la indígena canaria Isabel Hernández y nieto materno de Juan de
Cardona y Catalina de Olarte. Los Medina de Agaete han sido bien estudiados por
Rafael Rodríguez de Castro en su documentado artículo “Retazos de la población
de Agaete en el S. XVI”.
-
GONZALO ROMERO
Este
deudor de ocho almudes por resto de la trilla realizada por las yeguas de
Sebastiana estuvo casado con Margarita de San Juan, hija de Guillén Castellano
y Blasina de San Juan, nieta materna de
Alonso de San Clemente y Francisca de Cabrejas, bisnieta de Francisco Cabrejas
y Catalina Hernández y tataranieta por la misma línea de Autindana.
Los
Romero de Gáldar al igual que los Medina de Agaete pudieran tener relación con
la descendencia de Francisco Romero el mozo casado con María de Medina, hija
esta de Alonso Díaz y Francisca Díaz (Hernández) y nieta de Juan Hernández y Catalina Gaspar,
todos ellos de noble estirpe indígena de la isla de Canaria, retornados de
Tenerife.
-
JUAN DE QUINTANA MIRANDA
El
deudor de tal nombre de diez reales por resto del tiempo de alquiler de la casa
canaria que Sebastiana poseía en Gáldar resulta ser hijo de Pedro de Miranda y
María de Quintana casado con Juana de Jesús hija de María Ordaz y Juan Yánez y
nieta materna de Cristóbal Gómez de Fregenal y Constanza Gutiérrez Rico, ambos
de ascendencia materna indígena.
ACOTACIÓN TOPONÍMICA: MONTAÑA GORDA
Nuestro
apreciado Humberto Pérez, q.e.p.d., en su blog
“Mi Gran Canaria. Origen y noticias de sus lugares” extrae de los Repartimientos de Gran Canaria el
siguiente texto:
Confirmación
pedida por Gonzalo de Quintana, hijo del conquistador Juan de Quintana el 7 de
diciembre de 1543: “…digo que a Juan de
Soria mi señor padre que haya gloria, ….le fue hecho merced de ciertas tierras
de sequero y unas cuevas que son en Fagagesto, término de Agáldar…la cuales
dichas tierra y cuevas habemos poseído …de 40 años a esta parte, y porque agora
después del fallecimiento de nuestro padre y madre, mis hermanos y yo hemos
buscado los títulos de ellas y no los hallamos… tierras que han por linderos de
la una parte los riscos de la Montaña Gorda y por otra parte tierras que fueron
dadas a Diego Narváez, regidor de esta isla, y por la otra parte el Barranco de
la Rehoya…”
De
esta descripción del territorio, nos dice Humberto Pérez, y de otras recogidas
en otras datas, con los linderos hacia el sur se nos dibuja el desaparecido
territorio aborigen de Facarcas que venía a tener su teórico epicentro en esta atalaya que
domina visualmente el horizonte en todas las direcciones y que los castellanos
llamaron Montaña Gorda.
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