viernes, 7 de febrero de 2025

Reseña biográfica de los personajes en el proceso a María Afonso

RESEÑA BIOGRAFICA DE LOS PERSONAJES DEL PROCESO A MARÍA AFONSO

VILLA REAL DE LAS PALMAS AÑO 1496

 





SOBRE GONZALO DÍAZ Y SU ESPOSA, PROTAGONISTAS DEL DRAMA

 

GONZALO DÍAZ                Maestre de azúcar

Acerca de la biografía de este personaje remitimos a los lectores al capítulo titulado El retorno de Gonzalo Díaz que forma parte de nuestro libro “El retorno del hidalgo y otras pesquisas genealógicas” donde queda acreditada la proveniencia madeirense del canario liberto y maestro carpintero Gonzalo Díaz antes de su arribada de retorno a Canarias a mediados de la década de los noventa. Destacamos de dicho capítulo en relación con su descendencia que el maestre y más tarde mercader Gonzalo Díaz fue vecino de Gran Canaria con sucesión habida en 1501 con doña Luisa de Betancor  y con Leonor de Ponte en 1512 (Libro 1 de bautismos de El Sagrario).

 

MARÍA ALFONSO             Esposa de Gonzalo Díaz, rea y culpable de adulterio 

Una mujer de tal nombre, María Afonso, casada con Juan Martín llevó al bautizo en 1505 a un hijo suyo y de su marido llamado Domingo en la iglesia de El Sagrario de Las Palmas.  Este dato, de confirmarse, nos llevaría a pensar que María sobrevivió a la condena y que su matrimonio fue anulado por la iglesia de modo que ella pudo volver a casarse en legítimo matrimonio con el dicho Juan Martín.  

 

SOBRE LAS AUTORIDADES CIVILES Y RELIGIOSAS 

 

FUENTES UTILIZADAS: 

-Ensayo para un diccionario de conquistadores de José Antonio Cebrián Latasa 

-Precisiones cronológicas sobre los primeros gobernadores de G.C.  de Mariano Gambín

-Primeros pobladores de Las Palmas de Manuel Lobo Cabrera y Benedicta Rivero Suarez

-Extractos de las Actas del Cabildo Catedral de Canarias  de Viera y Clavijo

 

AUTORIDADES CIVILES

(Por orden de jerarquía)

 

ALFONSO FAJARDO                                           Gobernador y capitán general

Caballero murciano que fue trinchante y contino de la casa real. Capitán en las guerras de Granada, asumió el cargo de corregidor en Loja y Alhama antes de ser destinado a Gran Canaria. Nombrado por los reyes en enero de 1495 “para la gobernación, capitanía general y juzgado, con jurisdicción civil y criminal, de dicha isla, con poder para poder disponer de los oficios de alcaidías y alguacilazgo y para expulsar de la isla a las personas que considere necesario” Tomó posesión del cargo en agosto de 1495 en reunión del cabildo, habiendo fallecido en el ejercicio de dicho cargo en diciembre de 1497.

 

RODRIGO LÓPEZ                                                 Alcalde mayor de la isla

El bachiller Rodrigo López, que firma a veces como Roderico, fue nombrado alcalde mayor de la isla por el nuevo gobernador Alonso Fajardo a la llegada de este en 1495. Es probable que haya venido con él como hombre de su confianza. Desconocemos otras circunstancias biográficas o genealógicas de este personaje. 

 

FRANCISCO DE ALCAUDETE                          Alguacil mayor de la isla

Conquistador de Tenerife, natural de Alcaudete. Caballerizo de Lugo, recibió tierras en repartimiento y vecindad, como a vecino e conquistador, si bien, esta última condición no está testada nos dice Latasa, en Taoro, Tacoronte, y un solar en la villa de San Cristóbal, donde levantará su casa. Nosotros estimamos que al igual que Diego Fernández Amarillo fue en realidad conquistador de Gran Canaria en la hueste de Alonso Fernández de Lugo destinada a la Torre de Agaete. Tras la conquista de Tenerife en 1496 se establecerá en dicha isla.

 

DIEGO FERNÁNDEZ AMARILLO                    Teniente de alguacil y carcelero

(Fue uno de los doce testigos de la Información realizada en la tarde del mismo día de los hechos por lo que su reseña biográfica se sitúa en el epígrafe correspondiente)

 

DIEGO DE SAN CLEMENTE                              Escribano público

Conquistador de la isla. Uno de los cinco primeros escribanos públicos de Gran Canaria, con confirmación regia en 1504. Se conserva una parte menor de sus protocolos. Vecino y morador en el Real de Las Palmas. Como conquistador, en repartimiento, recibió tierras y aguas en el término del Real de Las Palmas en el año 1485. Tío de Alonso de San Clemente, escribano público de Gáldar, y de Francisca de San Juan, hijos de un *Juan de San Juan. Vivía en 1532. Entre sus hijos con mujer cuyo nombre no conocemos se encuentran: El escribano público Cristóbal de San Clemente, C con Leonor Núñez, hija de Gutierre de Ocaña y de Margarita Dumpiérrez. Y el secretario de la Audiencia y notario del Santo Oficio Alonso de San Juan, C con Ana de Ortega.

 

JUAN VERDE                                                         Pregonero

 (Fue uno de los doce testigos de la Información realizada en la tarde del mismo día de los hechos por lo que su reseña biográfica se sitúa en el epígrafe correspondiente)

 

OTROS

Aunque hay referencias a la presencia en la plaza durante el ajusticiamiento de un personero, de un secretario y también de un verdugo, desconocemos sus nombres y circunstancias.

 

AUTORIDADES RELIGIOSAS

(Por orden de jerarquía)

 

OBISPADO VACANTE

Como puede verse en el documento adjunto el obispo don Diego  de Muros no toma posesión de su cargo hasta junio de 1497. Es decir, que desde la muerte de su antecesor el obispo Miguel López de la Serna hubo un periodo de ocho años de sede vacante (1488-1496) 

Registro del Sello 424. 1497 Enero 6. Burgos (f. 286). 

“Carta a los gobernadores, consejos y justicias de Gran Canaria, Tenerife, La Palma, La Gomera, Fuerteventura, El Hierro y Lanzarote, para que reciban como obispo de dichas islas a don Diego de Muros, nombrado por Alejandro VI en sustitución del obispo don Fray Miguel, y para que acudan a él con los diezmos y otros derechos que les corresponden”. El Rey y la Reina. Almazán.

 

DEANATO VACANTE

Hasta 1495 ocupaba dicho cargo Juan Bermúdez, capellán real, quien parece ser absentista sempiterno de dicho deanato por los desempeños que tuvo en los ochenta en la guerra de Granada y en los noventa en distintos lugares de la Península por incitativas reales. Aunque el Papa le otorga el deanato de la diócesis de Málaga en 1485,  Bermúdez no tomará posesión del mismo hasta agosto de 1495. Juan Bermúdez fallece en 1507 en Andalucía. De todo esto concluimos que en 1496 cuando tienen lugar los hechos narrados tanto el obispado como el deanato estaban vacantes.

 

FERNANDO DE ARGUMEDO                Chantre, canónigo y provisor

Por los antedichos motivos el provisor y chantre de dicho obispado Fernando de Argumedo es quien actúa como deán en funciones recibiendo a la comitiva del alcalde mayor que viene a exigir la entrega de la reo María Afonso la cual había sido conducida esa misma mañana al interior de la iglesia. Del tal Fernando de Argumedo nada se sabe con posterioridad a los hechos por lo que estimamos que su negativa a dar licencia para la entrega de la reo le costó el puesto de manera fulminante. 

Aventuramos por tanto que se marchó en la isla aunque dejando posible descendencia habida con esclava. En los libro uno y dos de bautismos de El Sagrario aparece una persona con el apellido Argumedo. Es el ganadero Juan de Argumedo,  casado o enlazado primero con Isabel Martín con la que bautiza a una hija suya llamada María en 1525 y más tarde con María Alonso, con la que bautiza a su hijo Juan en 1531. 

 

JORGE DE VERA                                      Canónigo maestreescuela

 

Jorge fue el sexto hijo del gobernador de Gran Canaria (1480-1491) Pedro de Vera y de su primera esposa Beatriz de Hinojosa. La información adjunta nos permite saber que el susodicho maestreescuela de la Catedral de Canaria, tras los hechos sucedidos en 3 de septiembre de 1496 se mantuvo en su puesto hasta su fallecimiento en 1499.

Registro del Sello 480. 1500 Enero 18. Sevilla. 

Presentación del licenciado Pedro Ramos, inquisidor del arzobispado de Sevilla y obispado de Cádiz, para maestreescuela y canónigo de la Iglesia de Canaria, por fallecimiento de Jorge de Vera, que desempeñaba dichos cargos ordenando que el obispo de Canaria le dé posesión y haga que le sean entregados las rentas y derechos que le corresponden. El Rey y la Reina. Almazán.

 

FERNÁN ALVAREZ                                 Canónigo

Fernán estuvo presente en el encuentro entre don Juan de Frías y don Fernando de Guadarteme en Sevilla en 1482 en donde se señala que este había sido bautizado en Córdoba. Después de la conquista desarrollará en la Catedral de Canarias una larga carrera eclesiástica como cura primero y como canónigo después ocupando el puesto de tesorero del Cabildo tras la muerte de Diego de Cazorla en 1507. Todavía en 1528 Fernán Álvarez seguía oficiando el bautismo de niños en la iglesia de El Sagrario. 

 

LOPE DE VILLERA                                  Canónigo

Lope de Villera fue fulminantemente despojado de su canonjía como se desprende de la siguiente información que con respecto a su biografía nos aporta Cebrián Latasa:

Un tal Pedro López de Villera fue vecino de Gran Canaria y, luego, de Tenerife. No consta como conquistador. Sobrino del canónigo sevillano homónimo, en 1490 aparece condenado a deshacer la venta de una esclava gomera. Era entonces, mayordomo del obispo canariense. En 1500 es vecino de Tenerife y se le dan como tal tierras en repartimiento en Taoro, villa de San Cristóbal, Icode de los Trigos y Tegueste. Morador en Tegueste. Alguacil mayor de la isla de Tenerife desde el 18 de agosto de 1500 hasta marzo de 1501. Casado con Ana Gutiérrez, hija mayor de Guillén Castellano y de Marina Perdomo, nacida en Lanzarote o en Fuerteventura, no tuvieron sucesión.

 

PEDRO LÓPEZ DE ORO                         Canónigo

No hay constancia ninguna en el libro primero de bautismos de la continuidad de sus actividades como canónigo. Es probable por tanto que haya sido uno más de los represaliados por la Justicia Real por su papel protagonista en la liberación de María Afonso. En 1503 su canonjía es cubierta por Diego de Troya por resignación, según se dice, de Pedro Lope.

Documentos canarios en el registro del Sello

569. 1503 Abril 3. Alcalá de Henares. 

Presentación de Diego de Troya, racionero de la iglesia catedral de Gran Canaria, para canónigo de la misma, por resignación que de dicho cargo hizo Pedro Lope… 

 

FRANCISCO GONZÁLEZ                                   Racionero

No hay noticia alguna del racionero Francisco González posterior a los hechos narrados  ni en las actas del Cabildo de la Catedral ni en el libro sacramental de bautismos de El Sagrario. Estimamos en consecuencia que le fueron retiradas sus credenciales.  Hijos presuntos de este prebendado habidos con mujer que desconocemos, probablemente una esclava de su propiedad, fueron, entre otros posibles, Francisco González quien es el tronco de los Martel de Gran Canaria y Hernando Martel quien ejerció primero de capellán real en la iglesia catedral de Canarias para llegar con el tiempo a lo largo de una muy larga carrera a ostentar una canonjía en dicha seo. 

 

ALONSO DE ESQUIVEL                         Racionero

Después de los hechos Alonso de Esquivel mantiene sus actividades como prebendado tal y como se puede comprobar en el libro primero de bautismos de El Sagrario. En 1504 en la primera de sus presencias en dicho libro ejerce como padrino consta ya como canónigo. En la última de sus apariciones apadrina en 1507 a una hija del comendador Juan Manuel y de su esposa Blasina de Castro haciéndose constar que Esquivel era por entonces el deán de la catedral de Canaria en un momento en que la sede está vacante. Un tal Pedro de Esquivel que fue veinticuatro de Sevilla podría ser pariente de Alonso. 

 

DIEGO DE TROYA                                   Racionero

Asimismo, Diego de Troya mantiene después de los hechos sus actividades como prebendado tal y como se comprueba en el libro primero de bautismos. La última de sus apariciones en dicho libro se sitúa en octubre de 1515 haciéndose constar que era por entonces canónigo. Coetáneo de este, aunque de menor edad, es el canónigo Juan de Troya con el que podría estar emparentado.

 

ÁLVARO HERNÁNDEZ ROMERO       Clérigo

Consta en las actas del cabildo catedral que a 24 de diciembre de 1518 los señores del cabildo por ciertas causas que no explican mandaron despedir al cura Romero y que quedase el cura Francés para que administre los sacramentos. A la vista de esta noticia podríamos concluir, de ser la misma persona, que el padre Romero no fue represaliado por su participación en el rescate de María Afonso. 

 

ALONSO MORA                                        Sacristán

Una persona homónima esposo de Mariana Domínguez, vecinos de la villa de San Juan del Puerto en el condado de Niebla consta como padre del vecino de Teror Pedro Alonso quien en 1569 dicta su testamento ante Lorenzo de Palenzuela  pidiendo ser enterrado en la iglesia de Nuestra Señora del Pino. 

Otro Alonso de Mora, natural de Portugal, que era herrero de profesión embarcó en La Victoria en la expedición de primera circunvalación del planeta

 

JUAN DE CARMONA                               Fraile guardián de san Francisco

Confesor de la reo María Afonso por dos veces. En la segunda ocasión viene acompañado de otro fraile franciscano cuyo nombre no se relaciona

 

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SOBRE LOS TESTIGOS PRESENTES EL DÍA 3 DE SEPTIEMBRE DE MAÑANA

“Gonzalo Muñoz, Juan Verde, pregonero, Diego Fernández Amarillo, Alfonso de Sandoval?, Pedro de Trujillo, Diego Sardina, Antón de Valladolid, Alfonso Lebrón, zapatero, y otras muchas que presentes estaban a la razón que pasó la dicha fuerza”.

Descartamos en la reseña biográfica de este apartado a aquellos que aparecen como testigos jurados de la Información que se realiza esa misma tarde, que son todos los citados menos el zapatero Alfonso Lebrón, Pedro de Trujillo y Alfonso de Sandoval. De este último nada sabemos.

 

ALONSO LEBRÓN

 

En 1480 aparece en relación de acreedores, del receptor Fernando de Cabrera, por sus servicios en la conquista. Se le cita en el oficio de zapatero. Alonso Lebrón consta en El Sagrario de Las Palmas llevando al bautizo a dos hijos suyos y de su mujer. Estos fueron Lázaro en 1500 y Francisca en 1503. Como madrina aparece una hija suya llamada Catalina.

 

PEDRO DE TRUJILLO,

 

Como conquistador de Gran Canaria recibió en repartimiento tierras y aguas en el término de Gáldar en 1485. Se avecindó en Gáldar. Ejerció como alcalde ordinario durante el gobierno de Pedro Vera y fue residenciado con el gobernador en 1491-1492. Pedro ya estaba muerto en octubre de 1508. Casado con Ana Fernández, Hijos:  Isabel Sánchez, C con el bachiller Pedro de Valdés.

 

SOBRE CIERTOS TESTIGOS RELEVANTES PRESENTES EL DÍA 3 DE SEPTIEMBRE A MEDIODÍA EN EL REQUERIMIENTO AL PROVISOR

 

Testigos Diego de Zorita, regidor, y Diego de San Martín y Cristóbal de Ponte, genovés, y Antón de Valladolid y otros muchos.

Descartamos en la reseña en este apartado aquel que aparece como testigo jurado de la Información que se realiza esa misma tarde. Esto es, Antón de Valladolid.

 

DIEGO DE ZORITA

Conquistador de Gran Canaria, sería uno de los doce primeros regidores de la Isla. Cfr. Abreu, Natural de Sevilla era hermano de Andrés de Zorita, vecino de Sevilla. Recibió en 1485 tierras en repartimiento en el término de Agaete. Elegido regidor en las elecciones de 1491 , aún aparece como tal en las de 1511; el 7 de junio de 1511 es confirmada su elección como regidor para el mandato 1511-1513. Tenía como ama a la palmesa Francisca Gazmira, la cual, siendo Diego regidor, fue enviada a La Palma, en 1492, para ver si era posible conquistarla por la vía de la negociación. Ya había muerto en 1513. Casó con Inés Díaz con sucesión. Hijos: Sancha Díaz de Zurita  C con Antonio Cerezo; María de Funes C con Pedro Ruiz de Caravantes: y Francisca de Celada C con Diego Narváez

 

DIEGO DE SAN MARTÍN

No consta que fuera conquistador de Gran Canaria. No lo fue de La Palma ni de Tenerife. Vecino de Gran Canaria y, luego, repoblador tardío de Tenerife, en Taoro, donde se instaló como hacendado azucarero. Nacido hacia 1473 en Valdeiglesias, León. En 1496 era mayordomo del Concejo insular. En las elecciones para formar el Concejo grancanario, en diciembre de 1501 (mandato 1502- 1503), sería electo alcalde ordinario. Vecino posteriormente de Tenerife, recibió tierras, solares y aguas en repartimiento en Taoro, Tacoronte, Tegueste, San Lázaro, Heneto y Barranco Hondo. Casó con Águeda Cabrera, hija de Gonzalo de la Coruña y de María de Cabrera, hija, a su vez de Juan Pérez de Munguía el Mozo, y de Elvira Cabrera; es decir, de familias de las denominadas de las Islas, vecinos de Gran Canaria. Hijos: Luis de San Martín, C con Catalina de Estopiñán; y María de Cabrera, C con Alonso de Llerena, escribano público de Tenerife. El 5 de julio de 1516 otorgó testamento en Taoro. Muere después de testar.

 

CRISTÓBAL DA PONTE

No fue conquistador, sino repoblador a raíz de la conquista de Tenerife, en la Caleta de San Pedro-Dabte: vecino e poblador. Primero había sido morador en Gran Canaria. Casó en 1503 con Ana de Vergara, hija de García de Vergara y María Hernández con sucesión de su esposa y de la guanche Juana Gutiérrez. Murió en 1532.

 

SOBRE LOS TESTIGOS DE LA INFORMACIÓN REALIZADA LA MISMA TARDE DEL DÍA 3

(Por orden de testificación)

 

TESTIGOS     

(Con especificación de datos en cuanto a vecindad u ocupación si vienen señalados en el texto original).

 

T1       GONZALO MUÑOZ                                  Vecino de Rosiana 

Un personaje con el mismo nombre y apellido es vecino de Tenerife a principios de siglo con tierras obtenidas por compra en Tacoronte (50 fanegadas) y el Sauzal. En 1511 en un documento que adjuntamos consta como teniente de gobernador de Tenerife. Parece estar relacionado con Diego Fernández Amarillo, el carcelero, que también pasó a Tenerife para ocupar ese mismo cargo.

Protocolos de Hernán Guerra

467. 1510, octubre, 14: fol. 446 r.

Gonzalo Muñoz y Hernán Guerra, vs., reconoce deber a Diego Fernández Amarillo, V0., 10 doblas de oro que éste dio a Francisco Baldaya a cuenta de 17.000 mrs. que le prometió por casamiento con su hija Leonor Fernández. Se obligan a pagar estas 10 doblas de oro si no se hiciera el dicho casamiento con Francisco Baldaya, por defecto de no desatar el casamiento de la dicha Leonor Fernández con Juan de Melo. Ts.: Fernán Esteban y Juan Galán.Gonzalo Muñoz y Hernán Guerra.

 

1.223. 1511, agosto, 4: fol. 450 r.

Ante Gonzalo Muñoz, teniente de gobernador, y en presencia de Hernán Guerra, e. p.. y ts. Alonso Manuel, p. de c. y padre de los huérfanos, dice que unos cuatro o cinco años atrás María Rodríguez, mujer que fue de Bartolomé Gutiérrez de Porcuna, presente, tuvo a Bartolomé y a Ana, hijos legítimos de María Rodríguez y Bartolomé Gutiérrez de Porcuna, que son menores de 25 años y mayores de 12 años; como Bartolomé y Ana están en poder de su padre después del fallecimiento de su madre, les conviene que se les nombre un tutor para administrar sus personas y bienes; por tanto, pide que sea nombrado tutor Bartolomé, su padre, y le sea concedida la tutela y administración de sus bienes. Se acepta tal petición a favor de Bartolomé Gutiérrez, marido de María Rodríguez, y padre de los herederos de esta, y nombra como fiador a Diego Fernández Amarillo quien aceptó.

 

T2       JUAN MARTÍNEZ                                    Portugués

Una persona homónima de la que se dice que era portugués está registrada en el libro primero de bautismo de El Sagrario llevando al bautismo en compañía de su mujer a un hijo llamado Pedro en 1502 y a otro llamado Francisco en 1514.  En los protocolos de Hernán Guerra se comprueba que pasó a Tenerife. En el documento adjunto se reseña  que Juan Martínez era maestre de azúcar. Parece ser que regresa posteriormente a Gran Canaria pues, como ya se ha dicho, bautiza un hijo en El Sagrario en 1514.

 

164. 1510, junio, 27: fol. 79 r.

Cristóbal Ruiz, mercader, otorga poder general a Juan Martínez, maestro de azúcar. 

 

 

T3       ALFONSO GONZÁLEZ DORADOR      Vº de Jerez de la Frontera

Podría ser un pariente o servidor de este personaje un tal Diego Dorador que junto a su esposa Leonor Díaz bautiza a una hija llamada Teresa en El Sagrario de Las Palmas en 1504. Diego Dorador es hijo a su vez del conquistador Pedro Dorador quien aparece señalado como natural de Jerez en la relación de conquistadores que hace Manuel Lobo en su libro La Conquista de Gran Canaria. De ambos personajes que parecen ser parientes del testigo hacemos un extracto con las aportaciones del ensayo de Cebrián Latasa.

DIEGO DORADOR

Nacido en Andalucía hacia 1476 ejerció el oficio de procurador de causas en Tenerife. Fue buen pendolista. Era hijo de los conversos Pedro Dorador, conquistador de Gran Canaria, y Teresa Bernal. Vecino de Gran Canaria desde 1485, hacia 1502 vino a Tenerife y se estableció en la villa de San Cristóbal. Fue un traslado en grupo junto con sus padres y suegros, todos ellos conversos.

Recibió tierras en repartimiento, por vez primera, como vecino el año 1503. Luego otras por idéntica condición. Así tendrá tierras en Tacoronte, Heneto e Icode y solares en la villa para levantar su casa. lo hará como Diego Riquel, a raíz de ser confirmado en su oficio por merced regia. Estaba casado con Leonor Díaz, hija del converso y procurador de causas Manuel de Gibraleón y de Leonor Sánchez. Con sucesión.

 

Protocolos de  Juan Márquez

2.187. 1521-septiembre-21: Fol. 601r.- Leg. 600

Pero Martín, cantero, vº., debe a Juan de Jerez, mercader, vº., presente, 15 doblas de oro por 2 bueyes moriscos que le compró, que fueron de Alonso González y de Diego Hernández, dorador, a pagar a fines de mayo. Hipoteca los bueyes y todo el trigo y cebada que cogiere esta sementera venidera en la Isla.- Ts. Alonso Hemández y Cristóbal Moreno, vs.- Por no saber, Cristóbal Moren

 

Protocolos de Hernán Guerra

238. 1510, agosto, 16: fol. 336 r.

Diego Dorador dice que se obliga a estar un año en la cárcel con Diego Amarillo, a partir del 17 de agosto. Diego Amarillo tiene que darle la mitad del salario que el Concejo le da y los carcelajes quedarán para Dorador. Si abandonara la cárcel, perderá todo lo servido. Ts.: Francisco Durán y Lope de Carvallar.-Lope de Carvallar.

 

DORADOR, PEDRO

Conquistador de Gran Canaria. Judío converso reconciliado, natural de Jerez de la Frontera. Sastre con tienda. Alguacil del arzobispo de Sevilla. Aparece el 30 de agosto de 1484, entre las gentes relacionadas en las cuentas de Antonio de Arévalo, con soldada pendiente de cobrar por sus servicios en la conquista de Gran Canaria. Abandonó la Isla a raíz de la conquista, pero retornó a ella en 1485, recibiendo en repartimiento tierras en el término del Real de Las Palmas. Lo hizo acompañado de Teresa Bernal, su mujer, y de su hijo Diego, que entonces tenía nueve años. 

 

T4       JUAN VERDE                                             Pregonero

Originario de Carmona y vecino de Lanzarote. Hijo de Sebastián Rodríguez de Sanabria y Bárbola Verde. Pasó a la conquista de la Gran Canaria siendo designado pregonero del Real de Las Palmas, donde se había avecindado. Había sido criado de Pedro de Vera. Después de su estancia en Gran Canaria volvió a vivir en Lanzarote. En el Sagrario de Las Palmas consta el bautismo de un hijo suyo en 1499 llamado Juan. Casó con María de Betancor, hija de Juan Pérez de Munguía y Margarita Perdomo. Hijos: Marcos Verde C María de Bilbao, Melchor Verde C Margarita Ruiz Perdomo, Enrique Verde C María Luzardo  y Leonor Verde de Betancor C Gonzalo de Aguilar.

 

T5       DIEGO FERNÁNDEZ AMARILLO        Carcelero

Conquistador de Gran Canaria y Tenerife. Judío converso, natural de Trigueros, fue morador y vecino en el Real de Las Palmas y en la villa de San Cristóbal donde obtuvo tierras en repartimiento. Ejerció en Gran Canaria como teniente de alguacil mayor y alguacil de la cárcel. Abandonó las Islas hacia el año 1516 y pasó a Indias, donde murió antes de 1519. Casado con Catalina González con sucesión: 1) Pedro Hernández 2) Juan Fernández Amarillo. 3) Rodrigo Fernández Amarillo. 4). Luis Fernández Amarillo, c. con Juana de Morales, nieta de Francisco Guillama y de Inés Martín. 5. Leonor Fernández, c. con Juan de Melo. 6). Catalina González, c. con Sebastián Rodríguez Blanco. 7) Inés Alonso, c. con Juan Vaca, con sucesión. El matrimonio fue procesado en 1503 por el tribunal de la Inquisición de Canarias. Entre sus alegaciones dicen que habían casado a su hijo e hija con cristianos viejos. 

 

T6       FRANCISCO DE ESPINOSA

Conquistador de Gran Canaria. Consta en la Reformación de 1506, RC de 25 de noviembre de 1506, por la que se viene a saber que se le habían dado tierras en Repartimiento, pero las perdió por carecer de la vecindad al no estar casado. Relacionado en las cuentas de Antonio de Arévalo, en enero de 1484, como conquistador de a caballo al que se le debe su salario por el tiempo de cuatro años que estuvo en la conquista de Gran Canaria AS. RS. Fue uno de los doce regidores que, por designación de Pedro de Vera, formó el primer Concejo de la Isla. Aparece entre los que, en 1490-91, han de devolver importe de la venta de un esclavo gomero.AS. RS. Conquistador de Tenerife y La Palma. Fue denunciado por la palmesa Francisca Gazmira que siendo escudero de Lugo, en 1493, cautivó a 100 palmeses de bando de paces. AS. RS. Era natural y vecino de Sevilla, ciudad en la que vivía en 1502 y donde ejerció como jurado. Luego pasó a Tenerife, donde se avecindó. AHPSC. Volvió a Sevilla, donde murió. AHPLP.

 

T7       BENITO GINOVÉS                                                Boticario

Personaje desconocido por entero. No hemos encontrado ninguna referencia de su estancia o vecindad en las islas. 

Un homónimo Benito Ginovés, marinero de la Victoria, pasó después a la Trinidad en la expedición de Magallanes-Elcano. Falleció por enfermedad en septiembre de 1522.

 

T8       ALFONSO DE ARÉVALO                                    Vecino de esta villa 

Conquistador de Gran Canaria. Consta como tal en la información guadartémica de 1526, en la que se dice: “lo cual sabe porque este testigo fue uno de los conquistadores primeros que vinieron pos Sus Altezas a la conquista de esta isla y lo vido”. Fue vecino de la villa del Real de Las Palmas, de donde fue alcalde ordinario en las elecciones de 1507. Casado con Catalina o Inés de Zorita con hijos bautizados en el Sagrario de la Villa Real de Las Palmas: Teresa en 1499, Leonor en 1504, Elvira en 1505, Francisco en 1507, Pedro en 1512 e Inés en 1516.

 

T9       VICENTE TABORDO

Vicente Tabordo fue vecino de Telde en cuya iglesia se registra su presencia en un bautismo del año 1503 en el que junto a su mujer llamada Juana ejercen de padrinos de Leonor, hija de Diego Sardina. Hijos probables en Telde: Águeda Alonso quien al ejercer de madrina consta como hija de Vicente Tabordo sin sucesión conocida, Álvaro Tabordo C Leonor Pérez con sucesión y Lorenzo Tabordo C Isabel Hernández y con Marina Perdomo con sucesión.

De un tal Gregorio Tabordo, que puede ser su hermano, se dice en Cebrián Latasa  que pudo ser conquistador de Gran Canaria, pero no consta en el listado de Manuel Lobo. Este era de los llamados de las Islas. Vecino de Lanzarote, de donde fue captado, mediante el reparto de tierras, como repoblador, en unión de su familia, por Alonso Fernández de Lugo. Será uno de los fundadores del lugar de Taganana en 1501.  Murió antes de 1521 y está enterrado en La Concepción de San Cristóbal de La Laguna. Casado con Juana del Barco con sucesión.

 

T10     FRANCISCO CALDERÓN

 

Un homónimo es citado como peón de la compañía de Esquivel en el Poema de Viana. Canto XI.

En los protocolos de Hernán Guerra de Tenerife aparece en repetidas ocasiones un tal Francisco Calderón quien en compañía de su hermano Hernando Calderón ejerce como comerciante de aceite, jabón y ropa en asociación con el monasterio sevillano de Santa María de la Luz.

 

1.159. 1511, julio, 9: fol. 322 v.

Pedro de Espino, V0 ., reconoce deber a Francisco Calderón 1.520 mrs. por 2 jarras de aceite y una de jabón; los pagará en dineros de contado por el día de Santa María de agosto. Ts.: Gonzalo de Córdoba y Alonso de Almonte.-Sin firma.

 

1.434. 1511, septiembre, 22: fol. 511 r.

Diego Flores, vº de Santa Cruz, reconoce deber a Francisco Calderón o al monasterio de Santa María de la Luz, en la diócesis de Sevilla, 7.220 mrs. por 4 jarras de jabón y 4 de aceite que compró; le pagará en dineros de contado, en doblas o en reales, a fines del mes de febrero de 1512. Hipoteca las casas de Santa Cruz. Ts.: Miguel Breceño y Fernando Esteban, Vº y est.-Diego Flores.

 

1.462. 1511, septiembre, 30: fol. 530 r.

Diego Fernández Amarillo, vº, reconoce deber a Francisco Calderón o al monasterio de Santa María de la Luz, en la diócesis de Sevilla, 900 mrs. por una jarra de aceite que le compró. Se obliga a pagarle en dineros de contado en el mes de marzo del año de 1512. Ts.: Esteban Fernández y Juan Zapatero, vº. Sin firma.

 

1.463. 1511, septiembre, 30: fol. 530 v.

Juan de Arcos reconoce deber a Francisco Calderón o al monasterio de Santa María de la Luz 900 mrs. por una jarra de aceite que le compró, a pagar el primer día del mes de marzo de 1512. Ts.: Esteban Fernández y Juan Zapatero, Vº y est.-Sin firma.

 

Protocolos de Los Realejos 101. 1529, julio, 29 Fol. 92 r.

Gaspar Rodríguez, trabajador, vº del lugar, se obliga a pagar a Hernando y a Francisco Calderón 3.370 mrs. de la moneda usual en Castilla o en las islas por ropa. Hará efectiva la deuda el día de San Juan de junio de 1530.-Ts. Juan de Cuenca, Pedro, su criado, Nuño, hijo de Nuño Hernández, y Gaspar Afonso, vs. y ests.-Nuño Fernández.-Señal del otorgante.-Johan Gutiérrez, e. p.

 

T11     DIEGO SARDINA

Canario liberto en Madeira que retorna a Canarias a mediados de los 90 cuya biografía ha sido estudiada por nosotros en el libro Genealogías canarias: Víctimas y verdugos del Santo Oficio. Vecino de Telde donde en 1503 bautiza a su hija Leonor. Pocos años después, en 1507,  pasa a Tenerife donde se hace con tierras en Taganana. Casado con María Sánchez hija de Juan de Quadros, con sucesión. Hijos: La ya dicha Leonor Sánchez C Melchor Fernández, Catalina Sánchez C Lorenzo Fernández, Isabel Sánchez C con Diego Álvarez y Luis Sánchez C Catalina Rguez de Ribera. Diego fallece en 1522 afectado de la peste. Ese mismo año fallecen por este orden su hija Isabel, su esposa María, su hija Catalina Sánchez y por último su hijo Luis.

 

T12     ANTÓN DE VALLADOLID

Personaje desconocido por entero. No hemos encontrado ninguna referencia de su estancia en las islas. Puesto que acompaña al alcalde mayor Rodrigo López en su visita al provisor pensamos que podría tratarse de un funcionario a su servicio. Tras la muerte del gobernador es probable que Rodrigo López y Antón de Valladolid hayan retornado a la Península de ahí su invisibilidad en años posteriores a los hechos informados.

 

martes, 28 de enero de 2025

Transcripción de un documento de 1496 por parte de Manuel Lobo Cabrera sobre el proceso seguido en la Villa Real de Las Palmas por adulterio a María Afonso

TRANSCRIPCIÓN DEL DOCUMENTO ORIGINAL REALIZADA POR MANUEL LOBO CABRERA

(Adaptada al castellano actual por Faneque Hernández con autorización del profesor) 

 

Ilustración de Pepe Socorro

1496-9-2 Información de testigos en proceso de Gonzalo Díaz, maestro de azúcar, contra su mujer María Alfonsa, por adulterio con el portugués Juan Alfonso.

AGS, Cámara de Castilla (pueblos), Canarias. 5, 97, 19 fols.

 

En la villa del Real de Las Palmas que es en la isla de la Gran Canaria viernes, dos días del mes de setiembre año del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo del mil cuatrocientos noventa y seis  años, en presencia de mí, Diego de San Clemente, escribano público de esta dicha isla y de los testigos de suso escritos, dentro de la cárcel pública de esta villa, estando presa por adulterio María Alfonso, mujer de Gonzalo Díaz, maestro de azúcar, que estando el dicho Gonzalo Díaz, su marido, el honrado y discreto varón el bachiller Rodrigo López, alcalde mayor de esta isla, por el magnífico caballero Alfonso Fajardo, gobernador y capitán general de esta dicha isla, por el rey y la reina nuestros señores, dijo y pronunció una sentencia definitiva, su tenor de la cual es esta que sigue:

Visto y con licencia examinado el presente proceso, autos y motivo de que ante sí pende sobre causa criminal de adulterio contra sus consortes, de la una parte Gonzalo Díaz, maestro de azúcar, autor y demandante, y de la otra María Alfonso, su mujer, acusada, reo, y defendiendo con autoridad en presencia de esta autoridad y discernidas por las presentes causas y visto como el dicho Gonzalo Díaz acusó a la dicha María Alfonso, su mujer, criminalmente diciendo que le hubo cometido adulterio con Juan Alfonso, portugués, y visto lo respondido por la dicha María Alfonso, una de las dichas partes, dijo y alegó hasta que el pleito fue concluso y por mí  recibido a la primera y visto la probanza que hizo el dicho Gonzalo Díaz con algún número de testigos y al finamiento que la dicha María Alfonso hizo, y vistas las confesiones de la dicha María Alfonso  sobre dicho delito de que está acusada, y vista la probanza que la dicha María Alfonso hizo en su defensa, y visto que los dichos testigos y probanzas fueron publicadas así, y vistas las tachas y autos que fueron puestos contra la dicha por los dichos testigos, y vista la probanza que acerca de ello se hizo, y visto como a mayor abundamiento por mí fue pronunciada sentencia  para ser sentenciada la dicha María Alfonso a cuestión de tormento, y vista la confesión espontáneamente hecha por la dicha María Alfonso y vistas estas causas //

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y calidades que por su proceso parecen, procurando a Dios nuestro señor ante mis ojos, fallo la intención del dicho Gonzalo Díaz bien probadas y la dicha María Alfonso no probar cosa alguna que aprovechable pueda para defensa suya, por la cual la debo pronunciar y pronuncio haber sido rea y culpada en el dicho delito de adulterio de que fue acusada y que la debo condenar y condeno a que sea entregada en la plaza de esta villa, la dicha María Alfonso y todos sus bienes, al dicho Gonzalo Díaz, su marido, las manos atadas para que pueda hacer de ella y de ellos todo lo que quisiere y por bien tuviere, y más la condeno en las costas de este proceso y así lo pronuncio por esta mi sentencia definitiva juzgando estos respetos e por ellas mando a Francisco de Alcaudete, alguacil de esta isla a que cumpla mi sentencia, … Diego de San Clemente, escribano público.

Y luego el dicho Gonzalo Díaz dijo que recibía sentencia.

Y luego la dicha María Alfonso, presa, dijo en su descargo  que apelaba de la dicha sentencia por ante el rey y la reina, nuestros señores, y lo pidió y dio testimonio; testigos que fueron presentes: Francisco Calderón y Diego Fernández Amarillo, carcelero, vecinos de esta isla.

Y después de esto, sábado tres días del mes de setiembre de dicho año, en presencia de mí el dicho escribano, el dicho alcalde mandó dar un su mandamiento que decía de esta guisa: Yo, Rodrigo López, alcalde mayor de esta isla, mando a vos los alguaciles de esta isla a cada uno de vos que … y hagáis apartar e llevéis a debido efecto cierta sentencia criminal que por mí fue dada contra María Alfonso, mujer de Gonzalo Díaz, maestro de azúcar, en cumplimiento de lo cual vos mando que la saquéis de la cárcel con una cadena en el pie, las manos atadas y en la plaza pública de esta villa junto de la picota la deis y entreguéis al dicho Gonzalo Díaz, su marido, para que haga de ella lo que quisiere y por bien tuviere aunque le diera dar mucho? corporal para lo cual le dada todo favor e ayuda e no vos …  cumplir la dicha sentencia y no consintáis a ningún que le perturbe la dicha condena, fecha //

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a tres de setiembre de noventa y seis años y Rodericus, bachiller, y Diego de San Clemente, escribano público, diga el pregón de la sentencia que la justicia manda hacer 

por el rey y la reina, nuestros señores, a esta manera porque cometió adulterio a su marido mandársela entregar para que haga de ella lo que quisiere.

Y luego incontinenti este dicho día Diego Fernández y Francisco de Alcaudete, alguaciles, por virtud del dicho mandamiento contenido de la dicha sentencia sacaron de la cárcel pública de esta villa a la dicha María Alfonso atadas las manos y con unas esposas en ellas y con una cadena al pie la cual llevaba el verdugo Juan Verde, pregonando públicamente este pregón la llevaron de la cárcel hasta la picota donde el verdugo la amarró con la cadena dándole dos vueltas y le sacaron la llave con un candado que al cabo de la dicha cadena tenía y así amarrada presente Gonzalo Díaz al cual los dichos alguaciles dijeron que se la entregaban para que hiciese de ella lo que quisiese y lo pidieron por testimonio por ante muchas personas que allí estaban.

Y luego incontinenti vinieron en don Jorge de Vera, maestrescuela y canónigo de esta iglesia de Canaria y Fernán Álvarez y Pedro López de Oro, canónigos, y Francisco González y Antonio de Esquivel y Diego de Troya, racioneros, y Álvaro Fernández, clérigo, y rogaron mucho por la pasión de nuestro señor y con el crucifijo al dicho Gonzalo Díaz que perdonase a la dicha su mujer, el cual no lo quiso hacer.

Y luego incontinenti vinieron dos frailes y el uno de ellos que dicen fray Juan de Carmona, guardián de San Francisco con pena de la dicha María Alfonso, y el dicho Pedro López de Oro, canónigo, vino luego con el corpus cristi con la custodia así como cuando va a comulgar y con los cirios trayendo una campanilla y se humilló a todos los presentes estaban con el dicho Pedro López con el corpus cristo se humilló al dicho Gonzalo Díaz, rogándole por la pasión de nuestro señor  había//

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recibido por sus pecados salvar y perdonar a la dicha su mujer y dijo el oficio a Dios y le solicitó que no quisiese matar a la dicha su mujer el cual dicho Gonzalo Díaz no quiso perdonarla diciendo que le hacían fuerza y que la tomaran ellos si quisiesen que él no la quería perdonar y así el dicho Pedro López de Oro con el corpus cristi se juntó con la dicha María Alfonso y el dicho Gonzalo Díaz se fue y desvió de allí a los dichos clérigos con el dicho Pedro López de Oro y pidió al dicho Fernán Álvarez que tomara a la dicha María Alfonso y la llevaron y entraron en la iglesia y los dichos alguaciles pidieron por testimonio como se les hacía la dicha fuerza y asimismo lo pidió por testimonio el dicho Gonzalo Díaz, testigos que fueron presentes Gonzalo Muñoz, Juan Verde, pregonero, Diego Fernández Amarillo, Alfonso de Sandoval, Pedro de Trujillo, Diego Sardina, Antón de Valladolid, Alfonso Lebrón, zapatero, y otras muchas que presentes estaban a la sazón que pasó la dicha fuerza.

Y después de esto, este dicho día, en la iglesia de señora Santa Ana, el dicho Rodrigo López, alcalde mayor susodicho, requirió a don Fernando de Argumedo, chantre e canónigo de la dicha iglesia, provisor de este obispado de Canaria por los señores deán y cabildo de Canaria, que cese de lo dar posada en la iglesia a María Alfonso, mujer de Gonzalo Díaz, que sus clérigos habían tomado en presencia de sus alguaciles, y donde no lo hicieran que vivan sus altezas.  Y el dicho provisor dijo que no puede dar la tal licencia. Testigos: Diego de Zorita, regidor, y Diego de San Martín y Cristóbal de Ponte, genovés, y Antón de Valladolid y otros muchos.

Otrosí le requirió que en todo … en que haciendo pesquisa le sea dado licencia para tomar juramento acerca de los dichos clérigos por lo que le pide y requiere le dé licencia señal para que de todos pueda recibir juramento y saber la verdad  y el dicho provisor dijo que le placía dar la tal licencia.

Testigos los susodichos.

Y luego incontinenti Lope de Villera, canónigo de la dicha iglesia, dijo que si el provisor le daba licencia apelaba de ella y que en cosa de … aunque el rey don Fernando se lo mandase que no juraría. Y el dicho alcalde le dijo que callase que si el rey don Fernando se la mandase que lo haría y lo pidió por testimonio. Testigos, los dichos.

Y luego el dicho alcalde dijo que porque quería conocer lo susodicho requería haber información de testigos para saber de qué manera pasó la dicha violencia que fue hecha a los dichos alguaciles y quién la hizo, para que, sabiéndose quién, hacerlo saber e informar a … de todo ello por lo que pedía e pidió a mí el dicho escribano que asentase y pasase los dichos y disposiciones de los testigos que a sí tomase y así asignados los saque en limpio y firmados de mi nombre y se guarden con mi signo e lo dé para lo recibir como dicho es.

Y luego recibido juramento de las personas de suso que tomadas en forma de derecho siéndoles preguntado de qué manera había sido lo susodicho a cada uno se trató apartadamente luego recibió juramento de Gonzalo Muñozvecino de Rociana, quien so cargo del juramento que hizo dijo que vio esta mañana sacar de la cárcel a la dicha María Alfonso para la justiciar por adúltera según decía el pregón y con ella dos alguaciles y un secretario y un personero y un verdugo que la traía por la cadena al pie y venía las manos atadas con una cuerda y con unas esposas y venía junto de ella Diego Fernández, carcelero, que la traía por el brazo y le traía un crucifijo delante y vio este testigo que el pregonero la iba pregonando y llegaron con ella a la picota a donde la amarraron con la dicha cadena y la entregaron al dicho Gonzalo Díaz diciéndole “Gonzalo Díaz está ahí vuestra mujer, haced lo que quisieres de ella” y lo pidieron por testimonio y así estando amarrada junto de ella el dicho Gonzalo Díaz le puso las manos y le hizo 

 

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hincar las rodillas y este testigo y otras muchas personas que allí estaban le rogaban por la pasión de nuestro señor la quisiese perdonar y el dicho Gonzalo Díaz no quiso y en esto llegaron allí a rogarle muchas personas con don Jorge de Vera y Fernán Álvarez y Pedro López de Oro, canónigo, y Francisco González, racionero, y le requirieron mucho la quisiese perdonar y después de esto a poco llegaron allí Alonso de Esquivel y Diego de Troya, racioneros, y todos juntos le rogaron y no lo quiso hacer y estando en esto llegaron dos frailes, el uno el guardián de San Francisco Fray Juan de Carmona y la oyó de penitencia por cuanto espacio y la absolvió poniéndole esfuerzo que miraba como fiel cristiana por lo que había hecho conociendo a Dios Nuestro señor; en esto, el dicho Pedro López de Oro, canónigo, vino con el Corpus Cristi y con la salvillas y con las campanillas y se vino delante del dicho Gonzalo Díaz rogándole que  por la pasión de Nuestro Señor Jesucristo la quisiese perdonar y otras muchas palabras de manera que el dicho Gonzalo Díaz tratar no quiso y dijo que si queríais hacer tomarla que yo no la tengo que perdonar y el dicho Fernán Álvarez respondió no quisiera hacer salvo que ruego que la daréis por amor de Dios y en esto el dicho Pedro López de Oro y algunos allí y le dijo fija anunciar con Dios y con el ... Y entonces el dicho Gonzalo Díaz dijo “Tomaisme mi mujer e defendeisla” y el dicho Pedro López dijo que la tomaba y la defiende y en esto el dicho Gonzalo Díaz se desvió y este testigo dijo llamarlo y dele su mujer que no que la terna ninguno y en estas palabras que dijo estaba diciendo oyó la cadena como la estaban amarrando y vio a Francisco González,  racionero, estaba bajando y así la arrebataron el dicho Pedro López de Oro con el corpus y el dicho Francisco González y así todos los otros alrededor de ella y así la metieron en la iglesia y los alguaciles dando voces diciéndoles las fuerzas que le hacía y pidiéndole al escribano y al dicho Francisco de Alcaudete //

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de con la espada sacada por…    dicha fuerza hasta la puerta de la Iglesia y vio este testigo como el dicho maestrescuela decía contra el dicho Gonzalo Díaz que era mal hombre porque no quería perdonar por Jesucristo que estaba delante que si tuviera un puñal que se lo metería por el cuerpo,  preguntado si los dichos frailes ayudaron a hacer la dicha fuerza dijo que no, salió y se fueron a su monasterio, preguntado quienes fueron las que hicieron las fuerzas dijo que los que dicho tiene salvo Fernán Álvarez que no hizo con su persona ni menos vio hacer mucho a Diego de Troya y que así la metieron en la iglesia y dijo como dicho tiene y que esta es la verdad de lo que susodicho vio so cargo del juramento que hizo.-Rodrigo López, bachiller, Gonzalo Muñoz. Diego de San Clemente, escribano público. 

 

Juan Martínezportugués, testigo preguntado en la dicha causa, juró en forma de derecho por a Dios a santa María y a las palabras de los santos evangelios  y de las santas escrituras e de la señal de la Cruz +. Y que puso sus manos de ellas corporalmente que bien y fiel verdaderamente como buen y fiel cristiano decir la verdad de lo que supiese y le fuere preguntado y que es la verdad, dijese que Dios nuestro señor que es todopoderoso lo ayudase en este mundo e que si la verdad dijese que Dios nuestro señor que es todopoderoso lo ayudase en este mundo… de su servicio que se lo demandase mal y  le castigase  como a mal cristiano y a sabiendas y  perjuro de dicho juramento  dijo e siendo preguntado so cargo del juramento que hizo qué es lo que sabe en la dicha causa dijo que en dicho día vio amarrada en la picota a María Afonso, mujer de Gonzalo Díaz, que la justicia la entregaba a su marido para que hiciese justicia de ella por adulterio que le había hecho e la vio este testigo sacar de la cárcel amarrada y pregonándola públicamente y estando así amarrada en la picota con una cadena vio este testigo como los abades y otras muchas personas le rogaban al dicho Gonzalo Díaz que la perdonase y él dijo que no que no la perdonaba la había visto este testigo que dende a poco los dichos abades la tomaron y llevaron así como estaba amarrada con la cadena al pie y la metieron en la iglesia y oyó decir allí a los alguaciles quejándose y dando voces como les había fecho la dicha fuerza y lo pidieron por testimonio y asimismo lo pidió por testimonio el dicho Gonzalo Díaz; preguntado 

 

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qué abades eran los que hicieron la dicha fuerza dijo que el más fuerza fue Francisco González y Alonso de Esquivel y Diego de Troya y Pedro López de Oro con el Corpus Cristi y un esclavo guanche que dice Babosa que era esclavo de Pedro de Vera y un clérigo, que esta es la verdad de lo que de suso dicho sabe so cargo del juramento que hizo.-

 

Alfonso González Doradorvecino de la ciudad de Jerez de la Frontera, juró en la forma susodicha y siendo preguntado qué es lo que sabe de este hecho dijo que vio en dicho día sacar de la cárcel a María Alfonso, mujer de Gonzalo Díaz, la cual venía amarrada a las manos y con unas esposas la cual sacaron para entregar a su marido que hiciese justicia de ella por adulterio que le había hecho, la cual iba pregonando públicamente y vio este testigo como el verdugo la amarró con una cadena a la picota y le dio dos vueltas y le echó un candado y así amarrada los dichos alguaciles llamaron a su marido y se la entregaron y lo pidieron por testimonio, y estando así el dicho Gonzalo Días le puso las manos a la dicha María Alfonso y la hizo hincar  de rodillas y estando así hincada de rodillas vio como vinieron don Jorge de Vera, maestrescuela, y Fernán Álvarez, canónigo, y Fernán González, racionero, y Alonso de Esquivel y Diego de Troya, racionero, y Álvaro Romero, clérigo, y Pedro López de Oro, canónigo y le rogaron mucho al dicho Gonzalo Díaz  que la quisiese perdonar y después el dicho Pedro López de Oro vino con el Corpus Cristi y se humilló a rogar al dicho Gonzalo Díaz que la quisiese perdonar y no quiso y así se puso delante de la dicha María Alfonso junto de ella diciendo que con el cuerpo de Dios la quería defender y evitar que no había de matar y vio este testigo como el dicho don Jorge de Vera dijo al dicho Gonzalo Díaz que si tuviera un puñal que él daría con él como si fuera un enemigo y dijo a los dichos abades la tomaran y llevaran por fuerza a la iglesia y los alguaciles dando voces cómo les hacían la dicha fuerza y pidiéndolo por testimonio, preguntado qué abades fueron los que hicieron la dicha fuerza dijo que Pedro López de Oro, y Francisco González y Jorge de Vera y Diego de Troya y Alonso de Esquivel y Álvaro Romero clérigo, fue preguntado si oyó decir a Pedro López de Oro 

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qué dijo a la dicha María Alfonso que iba a defender con el cuerpo y llegaron así como pudieron, dijo que le oyó decir Nuestro señor te defiende junto conmigo y evitará que te matara  y  púsole el corpus cristi en la cabeza y que esta es la verdad de lo que de este hecho sabe so cargo del juramento que hizo.- Alfón González, Diego de San Clemente, escribano público, y Rodrigo de Fran.., bachiller.  

 

Juan Verdepregonero, juró en la manera que dicho es, y siendo preguntado qué es lo que sabe de este fecho so cargo del juramento que hizo dijo que lo sabe y pasó en verdad es que en dicho día por la mañana fue llamado este testigo para que viniese a la cárcel porque hacer justicia y venido este testigo vio como los alguaciles sacaron de la cárcel a María Alfonso, mujer de Gonzalo Díaz, la cual venía amarrada en las manos con una cadena y unas esposas y la cadena al pie y el verdugo asido de la mano con la dicha cadena y así llegaron para meter y pregonando este testigo en esa mañana y esta es la justicia que manda hacer el rey y la reina nuestros señores de esta mujer porque hizo adulterio a su marido, mandándosela traer para que haga de ella lo que quisiere y así en la mañana que fue la llevaron a la picota adonde el verdugo la amarró con la cadena y le dio dos vueltas y la cerró con un candado que estaba al cabo de la dicha cadena y así amarrada los alguaciles dijeron al dicho Gonzalo Díaz que tomase su mujer e hiciese de ella lo que quisiese y el dicho Gonzalo Díaz le puso las manos en los hombros y le dijo abajaos dueña y ella se puso de rodillas y dijo que otra cosa sabe y luego llegaron ahí Pedro López de Oro y Francisco González y Diego de Troya y dijo el dicho Pedro López de Oro que no fuese su confesor y así que vinieron luego dos frailes, Juan de Carmona e otro fraile con él, y antes que viniesen vio vinieron el maestrescuela y Fernán Álvarez y Francisco González, racionero, y Alonso de Esquivel, y fueron y rogaron mucho del dicho Gonzalo Días la quisiere perdonar el cual dijo así que no quería y vio este testigo como llegaron los frailes y el dicho Pedro López de Oro habló con ellos no sabe qué y al dicho fraile lo oyó de prima y le dijo que se encomendase a Dios y mostrase como buena cristiana y estando así vino el dio Pedro López de Oro con el corpus cristi  y se humi-

 

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lló delante al dicho Gonzalo Díaz rogándole la perdonase y no lo quiso hacer y estando así rogándole oyó decir este testigo al dicho maestrescuela que decía al dicho Gonzalo Díaz cómo era tan cruel y duro que estando el que estaba el cuerpo de Cristo delante no la quiso perdonar y que como era un potro le daría de puñaladas y dijo a los dichos abades que la tomasen por fuerza y el dicho Pedro López le respondió que no se había de defender así y el dicho Pedro López de Oro se puso encima de la dicha María Alfonso con el corpus cristi diciéndole que no hubiese marido que la poder señalar de fruslería y le dijo que se aferrase a él lo más que pudiese y en esto el dicho Gonzalo Díaz se fue y dijeron “Llámanlo acá, llámalo acá” y en esto vido este testigo cómo el dicho Francisco González desató la cadena de la picota y así la tomaron los dichos abades y la llevaron a la iglesia y un guanche, esclavo de Pedro de Vera, que se dice Juan de Babosa arremetió a ella y la asió de la cadena y la llevaba y vio cómo la asió de sus manos y la abrazó y ayudó a llegar a la iglesia y vio este testigo cómo el dicho Jorge de Vera abrazó por detrás al alguacil y Diego Fernández lo tuvo y no lo dejó moverse de un lugar hasta que iba diciéndole puntecillas y así se hizo la dicha fuerza al susodicho, preguntado quiénes eran  los abades que hicieron la dicha fuerza dijo que los que dicho tiene, preguntado quiénes eran dijo que Jorge de Vera, maestrescuela, Pedro López de Oro y Alonso de Esquivel y Francisco González y Diego de Troya y Álvaro Romero, clérigo, y que esta es la verdad de lo que de este hecho sabe so cargo del juramento que hizo, Rodrigo López, bachiller, Juan Verde, Diego de San Clemente, escribano público.

 

Diego Fernández Amarillocarcelero, testigo jurado, en la mañana que dicho es, siendo preguntado que es lo que sabe de este hecho dijo que vio este testigo como sacaron de la cárcel a la dicha María Alfonso amarradas las manos con unas esposas y con unos cordeles ceñidos adelante y así con una cadena al pie la llevaron los alguaciles pregonando públicamente hasta la picota y vio este testigo cómo le dieron dos vueltas a la picota con la cadena y la cerraron con un candado y dieron la llave al alguacil Diego Fernández y así amarrada a la picota los alguaciles la entregaron al dicho Gonzalo Díaz para que hiciese de ella lo que quisiese y el dicho Gonzalo Díaz le dijo a la dicha su mujer que se bajase y le doblase las rodillas//

 

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delante de muchas personas  y vio este testigo cómo el dicho Gonzalo Díaz le puso la una mano en el hombro y el cuchillo en la otra mano y la dicha María Alfonso le dijo a Gonzalo Díaz por amor de Dios le dejase acabar de confesar un poco que me quedó, y este testigo le rogó al dicho Gonzalo Díaz diciéndole que por amor de Dios la dejase acabar de confesar y entonces se envió afuera y fueron a llamar su confesor que era un fraile que decían fray Juan de Carmona y vino el dicho fraile y se confesó y después vido este testigo venir a Pedro López, canónigo, y vio tomar el crucifijo al dicho Pedro López de las manos de la dicha María Alfonso e hincose de rodillas ante dicho Gonzalo Díaz rogándole quisiese perdonar a la dicha su mujer y no la quiso perdonar y después vio  venir el corpus cristi cerrado así como cuando va a comulgar y con la cruz y artículo y trayendo la campanilla y lo traía el dicho Pedro López de Oro y vio este testigo cómo el dicho Pedro López de Oro con el corpus cristi, y los clérigos y todo el pueblo se pusieron de rodillas ante el dicho Gonzalo Díaz rogándole la quisiese perdonar y no quiso perdonarla haciendo gran atrevimiento al cuerpo de nuestro señor no queriéndola perdonar y oyó allí decir al dicho Gonzalo Díaz que si la querían tomar por fuerza que la llevasen que así lo quería tomar por testimonio porque él no la quería perdonar y oyó decir al dicho Pedro López de Oro, canónigo, que tomasen el corpus cristi en la mano que no le defendía su mujer y el dicho Gonzalo Díaz volvió las espaldas y se fue y el dicho Pedro López dijo a voces que lo llamase que iba a defender y dijo a la dicha María Alfonso ausentase conmigo que el se había de mandar y la defendería que hoy haría nuestro señor aunque muchos testigos en tal día como estaban ….

Y entonces vido más este testigo a uno de los abades que dicen Francisco González desamarrando a la dicha cadena de la picota y vio como la dicha María se metió debajo los clérigos y otro asió a la iglesia y los clérigos con ella y la llevaron a la iglesia y vio este testigo a los alguaciles, el uno con una espada, estaba dando voces de traidores, traidores y el otro dando voces. Preguntado so cargo del juramento que hizo qué clérigos fueron los que hicieron la dicha fuerza dijo que Pedro López de Oro, canónigo, y Fernán Álvarez y el maestrescuela y Diego de Troya y Francisco González, racioneros, y Alonso de Esquivel, y 

 

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oyó decir al dicho maestrescuela cómo el dicho Gonzalo Díaz tenía algunas cosas que si tuviese un puñal los trataría como un enemigo y dijo a los abades tomémosla por fuerza y que esto es lo que sabe de este fecho so cargo del juramento que hizo.

 

Francisco de Espinosa, testigo jurado y preguntado en la dicha causa so cargo del juramento que hizo dijo que este testigo al tiempo que llegó a la plaza halló a la dicha María Alfonso al pie de la picota hincada de rodillas con un crucifijo en las manos rogando al dicho su marido que por la pasión de Dios la quisiese perdonar e vio este testigo como vinieron los abades a le rogar los cuales eran Pedro López de Oro, canónigo, y el maestrescuela y Francisco González, racionero, y el dicho Pedro López con el corpus cristi rogando al dicho Gonzalo Díaz la quisiese perdonar a la susodicha y el dicho Gonzalo Díaz se apartó y este testigo se fue en pos del dicho Gonzalo Díaz que iba dejando rehuyendo y así oyó dar gritos a los muchos que allí estaban y este testigo volvió la mirada para ver que sería y vio como los abades llevaban a la dicha María Alfonso de esta parte de la placilla hasta la iglesia y este testigo se volvió luego que no quiso ver más so cargo del juramento que hizo. Rodrigo López, bachiller, Francisco de Espinosa y Diego de San Clemente, escribano público.

 

Benito Ginovésboticario, juró en forma de derecho en la manera que dicho es y dijo que este testigo vio salir de la cárcel a la dicha María Alfonso, la cual venia amarrada de las manos y vio como la ataron con una cadena a la picota e después de atada vio este testigo como el alguacil la trajo a su marido y vio como vinieron los abades a le rogar, los cuales //

 

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eran Pedro López de Oro, canónigo, y el maestrescuela y otro que decían Francisco González y los otros que no sabe cómo se llaman e el dicho Pedro López de Oro con un crucifijo rogando al dicho Gonzalo Díaz que quisiese perdonar a su mujer el cual no quiso y después el dicho Pedro López vino con el corpus cristi y con la campanilla como cuando va a comulgar y se humilló al dicho Gonzalo Díaz rogándole que la perdonase, el cual dijo que no la quería perdonar y el dicho maestrescuela le dijo que pues no quería perdonarla le rogaba con el cuerpo de nuestro señor que no sería cristiano que peor haría que moro y entonces vio este testigo cómo el dicho Pedro López de Oro con el corpus cristi se arrimó a la picota y puso la custodia sobre la cabeza de la dicha María Alfonso diciendo que no la había de matar que allí estaban y no la consentiría matar, y entonces el dicho Gonzalo Díaz se desvió de allí y los dichos abades y el dicho Pedro López la tomaron y la llevaron en peso a la iglesia llevando el dicho Pedro López el cuerpo de Dios en la mano y que esta es la verdad de lo que de este hecho sabe so cargo del juramento que hizo, Rodrigo López, bachiller, y Benito Genovés y Diego de San Clemente, escribano público.

 

Alfonso Arévalovecino de esta villa, testigo jurado, y preguntado en la dicha causa so cargo del juramento que hizo siendo preguntado qué es lo que sabe de este hecho dijo que cuando este testigo estaba en la plaza alcanzó y vio que camino de la cárcel a la dicha María Alfonso la cual venía amarradas las manos y con un crucifijo y el pregonero pregonándola y vio este testigo como la llevaron hasta la picota y vio como la amarró a la picota con una cadena y le dio ciertas vueltas con la cadena a la picota y así amarrada vio este testigo como los alguaciles Diego Fernández y Francisco de Alcaudete//

 

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llamaron al dicho Gonzalo Díaz y le dijeron que le entregaban a su mujer para que hiciese de ella lo que quisiese y lo pidieron por testimonio y vio este testigo cómo el dicho Gonzalo Díaz echó la capa de un vuelto y echó mano a un puñal para la degollar y vio cómo la dicha María Alfonso estaba hincada de rodillas rogándole por la pasión de nuestro señor la quisiese perdonar y le diese lugar para acabarse de confesar y él le dijo que confesase con un sacerdote que ende estaba que dice Pedro López de Oro, canónigo, el cual dijo que llamase a nuestro señor porque él no la había de confesar y vio este testigo cómo enviaron por un fraile a san Francisco y entretanto el dicho Pedro López de Oro y Fernán Álvarez, canónigo, y don Jorge de Vera, maestrescuela, y Francisco González, racionero, y otras muchas personas le rogaron al dicho Gonzalo Díaz, y el dicho Pedro López con el crucifijo que quisiese perdonar a la dicha su mujer, el cual respondió que la perdonase Dios que él no podía y que le dejase hacer lo que había de hacer porque él no la podía perdonar y así vino un fraile de San Francisco y oyó de pena a la dicha María Alfonso y luego vino el dicho Pedro López de Oro con la sobrepelliz tocada y una estola e con la custodia con el corpus cristi en las manos con una campanilla y con sus otros ardenes como cuando se va a comulgar y los dichos abades con él llegaron a donde estaba la dicha María Alfonso y fueronse de rodillas ante el dicho Gonzalo Díaz  rogándole que mirase aquel cuerpo cristi que allí venía y se acordarse que había venido a morir rogándole que por la pasión de nuestro señor la quisiese perdonar y el dicho Gonzalo Díaz hincado de rodillas diciendo que Dios la quisiese perdonar y que le dejase fuera y no le impidiese a su mujer y así rogándole mucho se levantaron y el dicho Pedro López de Oro se llegó a la dicha María Alfonso  y le dijo “Hija álzate conmigo que yo te defendiere,   no me apartare de ti y no te degollara”.  Y el dicho Gonzalo Díaz diciéndole que le dejase su mujer y el dicho maestrescuela le dijo que era mal hombre y hereje y que no era cristiano e injuriaba a Dios que de mejor gracia lo mataría que a un moro y diciendo tomémosla a la fuerza y el dicho Gonzalo Díaz se desvió diciéndole que defendía su mujer y vio este testigo que el dicho Francisco González, racionero, y con él el sacristán desataron la cadena de la picota y los dichos abades asieron mano a la dicha María Alfonso y la levantaron y llevaron a la iglesia y vio como Francisco de Alcaudete, alguacil, echó mano a la espada y así pasó la dicha fuerza de que a este testigo le parece muy mal y poco traer de la justicia, y que esta es la verdad, Rodericus, bachiller, y Diego de Arévalo y Diego de San Clemente, escribano público.//

 

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Y luego el dicho alcalde recibió juramento en forma debida de dicho (Vicente Tabordo) en la manera que dicho es y siendo preguntado qué es lo que sabe de la dicha razón dijo que estando en la plaza con otros dos o tres hombres hablando oyó un pregonero que pregonaba y fueron a ver qué pregonaba y qué es lo que decía en él y vieron venir la mujer de Gonzalo Díaz con unas esposas en las manos y con cordel atados los brazos y una cadena en los pies y un crucifijo  en las manos y venía el verdugo con la cadena a rastras y el crucifijo traído por la dicha  mujer y un alguacil de  un lado y otro de otro y Diego de San Clemente, escribano, con ellos, desde que llegaron a la picota en la plaza los alguaciles dieron dos o tres vueltas a la cadena en la picota e desde que esto hubieron hecho dijeron los dichos alguaciles “Gonzalo Díaz tenéis aquí vuestra mujer, haced de ella lo que quisiéredes” y esto fueron dicho una o dos que no se acuerda este testigo más y que entonces dijo Gonzalo Díaz ciertas razones que no oyó que razones fueron ya que los dichos alguaciles hicieron desviar la gente y el dicho Gonzalo Díaz sin perjuicio que ninguno le hicieron llegó y la hizo abajar e hincar de rodillas y que entonces dijeron algunas personas que no se acuerda quién y cree que el fue el canónigo Pedro López de Oro después de haber mucho ruido y otros abades e otros clérigos pues decía que quería confesar y entonces el dicho Gonzalo Díaz se volvió un poco y dijo que el comisario de antes se había confesado y después vino el comisario y la confesó y la absolvió y en esto estando vino Pedro López de Oro con otros abades con el corpus cristi y un crucifijo en su mano de rodillas delante de Gonzalo Díaz para que perdonase y él respondió que no la perdonaría en ninguna manera tomadla bien podáis entonces dijo el maestrescuela que no diréis ser cristiano pues tenéis el corpus cristi delante y vos haréis tantos vivos y no hacéis nada para ello entonces dijo el dicho maestrescuela “Debéis ser moro” entonces vino el que tenía  el corpus cristi y púsose arrimado a la mujer y dijo que no estaría el día todo     o defender vos somos y que no ... que en razón de estos fueron y entonces Gonzalo Díaz se fue de allí y vinieron cuatro o cinco abades y estando el otro casi arrimado a la mujer con el corpus cristi y dis que le desataron la cadena de la picota//

 

16

y echaron mano de la mujer y lleváronla así cogida hasta la iglesia y luego como echaron mano de la cadena vino Diego Fernández, alguacil, y abajó por echar mano de ella y no lo dejaron, entonces la tomaron a la espalda y vino el maestrescuela y abrazola por detrás y túvola hasta que la dicha mujer fue a la iglesia y Alcaudete alguacil fue con la espada sacada para defender que no la llevasen hasta la iglesia y que esto es lo que sabe y se acuerda y se lo hicieron entonces por el juramento que hizo, Vicente Tabordo, Rodrigo …, bachiller, Diego de San Clemente, escribano público.

 

Francisco Calderón, testigo, jurado en la manera que dicho es preguntado qué es lo que sabe en la dicha razón, dijo que sabe y vio este testigo cómo sacaron de la cárcel a la dicha María Alfonso e la llevaban a justiciar y entregar a su marido la cual la entregó a su marido amarrada en la picota con una cadena y estando así amarrada vio este testigo cómo los abades vinieron entonces a le rogar al dicho su marido la quisiese perdonar e eran Jorge de Vera y Francisco González, racionero, y Pedro López de Oro, canónigo, y Alonso de Esquivel y Alonso Mora, sacristán, y después que le rogaron el dicho Pedro López de Oro vino con la custodia del cuerpo de Cristi y con los cirios encendidos con la capa como cuando van a comulgar y se puso delante de la dicha María Alfonso rogando al dicho Gonzalo Díaz y él diciendo que no la quería perdonar y así dijo el dicho Gonzalo Díaz pues que antes hicieron fuerza y se desvió y fue de allí y el dicho Francisco González desamarró la cadena de la picota y así todos los dichos abades la tomaron y llevaron en peso con la dicha cadena amarradas las manos como estaba a la iglesia y fue preguntado este testigo  qué palabras dijo el maestrescuela don Jorge de Vera  al dicho Gonzalo Díaz culpo? que no quería perdonar por su ruego dijo que lo que oyó decir que era hombre duro que no quería perdonar y si un puñal tuviera como a un enemigo lo mataría y volviéndose así a los otros abades  y dijo mejor es tomársela por fuerza y vio este testigo que al tiempo que hicieron la dicha fuerza el dicho Jorge de Vera se encaminó con Diego Fernández, alguacil, e no le dio lugar por sus voces de justicia e estaba que la dicha María Alfonso no fuese llevada a la iglesia como la llevaron, preguntado si vio otras personas ayudar a hacer la dicha fuerza dijo que el dicho Alonso Mora, sacristán, asió de la cadena y la llevó fasta la iglesia y que esto es lo que sabe so cargo del juramento que hizo. Rodrigo, bachiller, Diego de San Clemente, escribano público .

 

17

Diego Sardina, testigo jurado en la manera que dicho es, preguntado qué es lo que sabe en la dicha razón, dijo que vio este testigo como sacaron de la cárcel a María Alfonso, mujer de Gonzalo Díaz, para la entregar a su marido que hicieron justicia de ella y la acercó a la picota y la amarró con una cadena a la picota y le dieron otras vueltas y estaban las manos atadas y así la entregaron al dicho Gonzalo Díaz, y vio este testigo como vinieron ende don Jorge de Vera, maestrescuela y Pedro López de Oro, canónigo, y Fernando Álvarez y Francisco González, racionero, y rogaron al dicho Gonzalo Díaz perdonase a su mujer y no quiso, y después vino ende un fraile a oír de primicia a la dicha María Alfonso y oyó decir al dicho Pedro López de Oro hablando sobre el dicho fraile que si le ayudaba a tomar a la dicha María Alfonso y le respondió que no lo podía hacer y en esto el dicho Pedro López se volvió a la iglesia quedando el fraile confesando a la dicha María Alfonso y viole después venir con el corpus cristi en sus manos casi como cuando va a comulgar con los cirios encendidos y usando una campanilla y los abades con él y le guio a donde estaba la dicha María y se humillaron al dicho Gonzalo Díaz rogándole que por la pasión de nuestro señor que quisiese perdonar a la dicha su mujer y él distraído que no la quería perdonar que bien la podía tomar diciendo que le diese por testimonio cómo la tomaba su mujer y así se fue de allí y antes de que se fuese oyó este testigo decir al dicho Pedro López de Oro que él se ponía con el cuerpo de nuestro señor sobre ella, con el cuerpo de nuestro señor la defendería y no la dejaría matar y entonces se puso sobre ella poniéndola la custodia sobre la cabeza y oyó asimismo de haber escuchado a Jorge de Vera, maestrescuela, que decía al dicho Gonzalo Díaz que era mal hombre e mal cristiano, hereje, porque no quería perdonar a su mujer y así se conoció ser allí junto los dichos abades y se desenvolvieron la cadena de la picota y tomaron en peso a la dicha María y la llevaron y metieron en la iglesia y que esto es lo que vido so cargo del juramento que hizo.- Diego Sardina, Rodrigo López, bachiller, Diego de San Clemente, escribano público.

 

Antón de Valladolid, testigo jurado en la manera que dicho es, dijo que vio sacar de la cárcel a la dicha María Alfonso, pregonándola Juan Verde, pregonero, diciendo “Manda el rey e la reina, nuestro señores, entregue esta mujer a su marido porque le hizo adulterio” e iba del brazo Diego Fernández, carcelero, y con ella los alguaciles, la cual traía una cadena al pie y una esposas en las manos y un cordel a los brazos y la llevaron a la plaza pública y la amarraron a la picota con la dicha cadena y llamaron al dicho Gonzalo Díaz, su marido, y se la entregaron y pidiéronlo los alguaciles por testimonio, el cual dicho Gonzalo Díaz dijo a los dichos alguaciles que la echasen en el suelo y los alguaciles dijeron que la echase él y luego el dicho Gonzalo Díaz echó el cielo de la capa teniendo un puñal en la mano se llegó a la picota

 

18

y en esto estando llegó Francisco González, racionero de la iglesia de Canarias,  dijo al dicho Gonzalo Díaz que por amor de nuestro señor Dios que no la matase aún y que la dejase confesar el dicho Gonzalo Díaz y llegaron luego ende algunos otros de propio de esta villa y le rogaron por amor de nuestro señor Dios que la quisiese perdonar hasta en tanto que hubieron de venir dos frailes de señor San Francisco, el uno de ellos la oyó de primicia y estándola así confesando vino ende Pedro López de Oro, canónigo de la iglesia, con el corpus cristi en sus manos como cuando van a comulgar, el cual se humilló al dicho Gonzalo Díaz con el corpus cristi que en sus manos tenía que la quisiese perdonar diciendo que pues que nuestro señor perdonó que él quisiese perdonar y el dicho Gonzalo Días no la quiso perdonar y tornó otros vecinos y el dicho Pedro López de Oro a le rogar con el corpus cristi que la perdonase y él no quiso jamás perdonarla de manera que como que le importunaron el dicho Gonzalo Díaz a que se hubo de ir de la plaza diciendo que no la quería perdonar salvo cumplir su voluntad que vía que la podía tomar por fuerza porque él no la quería perdonar y en esto el dicho Pedro López de Oro con el corpus Cristi en las manos le dijo al dicho Gonzalo Díaz “Venid y tomad acá que no vos tomar a vuestra mujer ni vos la quiera tomar que no hay quien vos la tome ni defienda salvo el cuerpo de nuestro redentor e salvador Jesucristo que esta aquí presente que vos viene a rogar que la perdonéis” y en esto ido el dicho Gonzalo Díaz vino el dicho Francisco González, racionero, y quitó la cadena estando la dicha María algo asida con el dicho Pedro López de Oro que tomó el corpus cristi y con el dicho Pedro López de Oro hubo de quitar el dicho Francisco González, racionero, la dicha cadena a que estaba atada a la dicha picota y ella desatada se fue huyendo que la llevaban en peso mucha gente a la iglesia e iba tras ellos Alcaudete, alguacil, con una espada sacada diciendo “Dejad, dejad la dicha mujer que la lleváis por fuerza”, y esto hasta la dicha iglesia el dicho alguacil con la dicha espada sacada e a todo esto fueron presentes los dichos alguaciles e que esta es la verdad de lo que de esto sabe so cargo del juramento que fecho había.- Antón de Valladolid, Rodrigo López, bachiller, y Diego de San Clemente, escribano público.

 

19

Así el dicho Diego de San Clemente, escribano público, sobredicho que fue presente a todo lo que dicho es, en uno con el dicho alcalde, que por su mandado con pedimento la presente probanza y testimonio escribí e hice escribir en nueve fojas de papel de dos…    que va mi signo en fin de cada hoja e hice mi signo aquí.- Diego de San Clemente