sábado, 31 de octubre de 2020

DISECCIÓN GENEALÓGICA DEL TESTAMENTO DE SEBASTIANA MAYOR

 

DISECCIÓN GENEALÓGICA DEL TESTAMENTO DE SEBASTIANA MAYOR

Faneque Hernández Bautista y Juan Ramón García Torres

El documento fue localizado en los fondos del AHPLP en torno al año 2015 por parte de Juan Ramón García Torres. Cuando nos informó del hallazgo y nos pasó un extracto del mismo, atisbamos enseguida que podía tratarse de una joya documental.

La transcripción del documento, que ha sido publicada recientemente en el Blog “Historia Familiar de Canarias”, es obra de Manuel Lobo Cabrera, catedrático de Historia Moderna de la ULPGC, a quien solicitamos su colaboración pidiéndole que nos hiciera los honores de su transcripción íntegra, por importantes razones, entre muchas otras, por su maestría paleográfica y por haber sido él quien exhumara hace algún tiempo (“Nuevos datos sobre la descendencia de don Fernando Guanarteme”) el testamento de Catalina Hernández, bisabuela de la testadora, que tanta luz nos ha dado a los genealogistas acerca del devenir de la familia real canaria en la transición entre la antigua sociedad indígena y la nueva sociedad colonial.

Extracto del testamento de Sebastiana Mayor
" ...vieren como yo Sebastiana Mayor
 muger lexitima de García Hernandes..."


EL LINAJE MATERNO DE SEBASTIANA MAYOR

I

JUANA HERNÁNDEZ     (Gáldar circa 1565-Tenerife 1640)

II

CATALINA HERNÁNDEZ  (Córdoba 1582-Agüimes 1526)

III

BASTIANA MAYOR.    (Gáldar circa 1500- Gáldar circa1550)

IV

MARÍA MAYOR            (Gáldar circa 1525- Gáldar)

V

SEBASTIANA MAYOR  (Agaete circa 1550-Agaete 1596)



El nombre de Sebastiana Mayor nos condujo desde la lectura inicial hacia un personaje homónimo bien conocido: Bastiana Mayor, hija mayor y albacea de doña Catalina Hernández Guadarteme, hija esta a su vez de doña Juana Hernández (Abenchara Chambeneder) y don Fernando Guadarteme (Tenesor Semidán), reyes que fueron de la isla de Canaria.

En el cuadro adjunto no incluimos a los cónyuges masculinos de las ascendientes de Sebastiana por línea materna por tener algunas dudas al respecto de su identidad, considerando la original idiosincrasia conyugal de la nobleza indígena canaria con casamientos, descasamientos y recasamientos diversos.

Si bien sabemos que Francisco Godoy, hijo de Francisco Godoy y Constanza de Orduña, fue esposo de María Mayor, con descendencia de dicho matrimonio, nos asalta la duda de si Sebastiana puede ser,  o no, la hija de un cónyuge anterior de su madre, María Mayor, pues, si bien esta cita en su testamento que Rodrigo Hernández es su tío, no señala igualmente que son sus tías las convecinas Juana Godoy e Inés Godoy, hermanas de su presunto padre, Francisco Godoy.

En cuanto a Bastiana Mayor sí tenemos certezas documentales de su matrimonio con Hernán Domínguez y de la descendencia que tuvo con dicho cónyuge: Antón Domínguez, que presuntamente pasa a Tenerife casando allí con Francisca Delgado de Frías; Hernán Domínguez, casado con Lucana de Orduña; Rodrigo Hernández, que casó  primero con Leonor de Medina y más tarde con Constanza de Troya; Isabel Mayor, casada con Francisco López; y María Mayor, la madre de Sebastiana, que estuvo casada con Francisco Godoy.

En cuanto a Catalina desconocemos quién es el padre natural de su hija Bastiana, la primogénita, pudiendo ser este algún anónimo visitante de la corte itinerante peninsular donde residió la infanta canaria hasta aproximadamente el año 1500, cuando regresa a su isla para casar  con Pedro de Vega, el Rey. Más tarde, y repudiado este, su primer marido, Catalina recasará con Adán de Acedo, el mozo,  y ya al final de su vida, cuando fallece  en Agüimes  a los 44 años de edad, constaba como casada por entonces con el mestizo Blas Rodríguez.

En cuanto a Juana Hernández (Abenchara) sabemos que tuvo por esposo real a Tenesor  con quien procrea en 1482 a Catalina Hernández, bisabuela  de la testadora, y creemos, con algunas reservas, que Juana puede ser la misma persona que posteriormente iba a casar con los canarios Juan González de las Casas y Juan de Pascual, todo un ejemplo de diversidad conyugal dentro de la original idiosincrasia nativa. En tal caso, por una cuestión cronológica de fertilidad femenina, Margarita Fernández y Catalina Hernández serían medias hermanas y no hermanas completas. Queremos decir con esto que si Juana Hernández tiene a su último hijo a principios de XVI en Tenerife su fecha de nacimiento hay que retrotraerla cuarenta años atrás hasta aproximadamente 1565, habiendo dado a luz a Catalina en 1482. No puede ser por tanto Juana Hernández la madre de Margarita Fernández (Guayarmina), quien tuvo a María, su primera hija, en Castilla en torno a 1490, sino otra esposa anterior de Tenesor Semidán.

ACERCA DE SU PRIMER MARIDO LUIS DE VALENCIA

Nos dice Manuel Lobo que el apellido Valencia puede provenir de un indígena así nombrado o bien de algún poblador ibérico con origen en la ciudad levantina de Valencia, o en la villa extremeña de Valencia de Alcántara o en la villa portuguesa de Valencia do Miño. Aunque rebuscamos durante días en las fuentes del siglo XVI acerca de la identidad de los Valencia de Gran Canaria no encontramos ninguna pista que nos permitiera avanzar por alguna de dichas direcciones.


Una misiva de Juan Ramón nos puso sin embargo sobre aviso:

“Encontré ante el escribano Melchor Gumiel Narvaez, año 1668, el testamento de tu antepasada Lucía Sánchez de Valencia, viuda de Manuel de Acosta. Vivía en la ciudad al lado del puente de palo, tenía una huerta al lado de la ermita de San Roque y se llamaba la huerta de Valencia. 

Tenía por hijos a Luis de Acosta, tu antepasado, que se casó con Francisca Hernández, natural de Teror, siguiendo la línea allí. Antonio de Acosta, difunto, vecino que fue de Tenerife, que deja dos hijas y Antonia Mayor casada con Alejos de la Cruz. 

Lo más interesante es que la huerta que tiene fue de heredada de su padre Luis de Valencia y que este la heredó a su vez de su padre, Luis Gerónimo de Valencia, quien había casado con María Mayor (sic).

 

Creemos después de esto que Juan Ramón García Torres estaba cargado de razón cuando nos propueso relacionar el apellido toponímico Valencia con la localidad de residencia al final de su vida del genovés Francisco Palomares. La anteposición del apellido Gerónimo al nombre de Luis,  propio de la onomástiva genovesa, parece respaldar esta conjetura. Quizá Luis de Valencia sea un descendiente de este Francisco Palmaro o Palomares, propietario del ingenio de Agaete tras su compra al adelantado quien abandona la isla, perseguido por la justicia por enriquecimiento ilícito para un extranjero y evasión de capitales, estableciéndose en Valencia.


Recapitulando sobre esta posibilidad,  en el artículo “Francisco Riberol en Canarias” de Leopoldo de la Rosa Olivera, hemos encontrado lo siguiente:

“Otro Cerezo, de nombre Jerónimo cuyo parentesco con los anteriores no podemos precisar, figuró en la vida pública de Gran Canaria a mediados del XVI. En representación de la isla solicitó al rey que los oficios municipales fuesen cubiertos por elección de los vecinos el 1 de enero de cada año...Estuvo casado con María Cairasco, la que otorgó testamento en Las Palmas el 11 de abril de 1578 y dispuso se la sepultura en la iglesia el convento franciscano en la capilla de los genoveses, "donde se enterró el dicho Gerónimo Cerezo mi marido".

 

En relación con el nizardo Constantín Cairasco, el primero de su nombre en Canarias Leopoldo de la Rosa, en el mismo artículo, nos dice lo siguiente:

“Fallece sobre 1522-1523. No había casado, o al menos a su fallecimiento no dejaba esposa ni hijos legítimos, razón por la cual le heredó un sobrino suyo: Mateo Cairasco. Pero posiblemente tanto una Catalina como un Juan Cairasco fueron hijos naturales de Constantín. La primera casó con Tomás de Capua, otro genovés, y Juan tuvo dos hijas: María, casada con Jerónimo Cerezo, y Violante esposa del francés Jean Chouet o Chovet”.

 

Nota sobre el apellido Capua en la Nómina de genoveses en Canarias que Leopoldo de la Rosa incluye al final del artículo citado:

 

“Juanoto, Tomás y Vicencio, hermanos, vecinos de Gran Canaria y Tenerife a comienzos del siglo XVI, procedían de Valencia.

 

En relación con Francisco Palmaro y los Celesia se dice lo siguiente:

Francisco Palmaro cuando vino a las islas procedía de Valencia de donde era vecino y se dedicaba a la industria y comercio azucarero entre otras actividades. La estancia en Valencia de Francisco Palmaro la podemos documentar a partir de 1484…”



"Francisco Palomar vecino de la ciudad de Valencia"

 

Parece que esta es una buena pista para enlazar a Luis Jerónimo de Valencia aunque resulta extraño que, con el poderío económico de los Palomares-Cerezo, Luis lleve a su matrimonio con Sebastiana Mayor tan solo una yunta de bueyes y un potro, si bien ahora sabemos, gracias al testamento de su nieta, Lucía Sánchez de Valencia, que era poseedor de tierras y aguas en Las Palmas que pasan a sus descendientes.

Para clarificar todo esto convendría repasar el testamento de María Cairasco de 1578 por si nombrase algún entenado (hijo de su marido) así como localizar el testamento de Luis Gerónimo de Valencia en los años 80 pues Sebastiana declara que su marido  había expresado sus voluntades antes de morir.

En cuanto a si Luis de Valencia casó con Sebastiana o con María Mayor no debemos tener dudas pues el testamento de Sebastiana, fuente genealógica primaria, lo acredita como su esposo. Sus descendientes debieron confundir a Sebastiana con la madre de esta, María Mayor, por el hecho de que María es el nombre que se repite en la sucesión femenina de esta familia a lo largo de varias generaciones.

 

ACERCA DE SU SEGUNDO MARIDO GARCÍA HERNÁNDEZ

Manuel Lobo opina que podría ser pariente de la testadora. Hemos localizado a un personaje homónimo, García Hernández, que podría ser abuelo del susodicho en “el censo de Gáldar de 1526”. Aparece curiosamente en dicha lista, otorgando poder para impedir la secesión de Guía, justo detrás de Fernán Domínguez, esposo de Bastiana Mayor y abuelo de Sebastiana Mayor, la testadora. ¿Simple casualidad?

 

ACERCA DE LA DESCENDENCIA DE SEBASTIANA MAYOR

Con su primer marido tiene, como nos describe Manuel Lobo, siete hijos, señalados como era costumbre por orden de edad dentro de cada sexo anteponiendo a los varones: Luis de Valencia, ya casado en 1596 cuando su madre testa, Andrés, Pedro, Juan, María, Juana y Ana.

Del primero, Luis de Valencia, sabemos que estuvo casado con Catalina Suarez, hija de Hernando de Góngora y María Suárez, con sucesión.  Hijos de esta pareja que constan en nuestro árbol son: María Mayor, casada con Diego García y con Juan Pérez de Espinosa en Tirajana; y Lucía Sánchez, casada en las Palmas con Manuel de Acosta, cuyo testamento ha resultado ser clave para dilucidar el origen de los Valencia de Gran Canaria. Al respecto del nombre de esta nieta de Sebastiana, Lucía Sánchez de Valencia, hemos de recordar que en su testamento de 1596 esta cita tierras de su propiedad en Artazo que antes fueron llamadas “la hoya de Lucía Sánchez”. Así, con ese mismo nombre y apellido se llamó, tiempo atrás, en torno al 1500, la esposa del conquistador Juan de León, la cual según Cebrián Latasa era hija de Alonso Sánchez de Morales, el viejo.

De Andrés ¿Valencia? y María ¿Mayor? se dice en el testamento que fallecieron con posterioridad a la muerte de su padre, no sabemos si con sucesión o no, probablemente no puesto que eran menores solteros en 1596.

De Pedro Valencia sabemos que se traslada a las tierras altas de Acusa con sucesión de sus dos matrimonios celebrados en Gáldar: con María Canino casó en 1603 y con Isabel Alonso en 1618.

De Juan, el menor de los varones, conocemos su apellido, aun siendo todavía mozo, porque su madre lo identifica en una de las cláusulas finales del testamento como a Juan Hernández al darle una capa y un sayo de “baeta” para que a su muerte pueda llevarle el luto. Un Juan Hernández, que podría ser el mismo, casa en Guía en septiembre de 1606 con Isabel Medina siendo testigos de la ceremonia Cristóbal de Orihuela, Alonso de Medina (el firmante del testamento) y Juan de Quintana. Este matrimonio bautiza en Guía a una niña llamada Catalina en 1609 y a otra niña llamada María en 1611. En esta última partida encontramos el dato de que el padre de la criatura es nombrado curiosamente con el apelativo de Centeno, lo que nosotros consideramos que puede ser una deformación jocosa del apellido Cerezo.

Acerca de Juana sabemos gracias al testamento de Lucía Sánchez de Valencia  dictado en 1669 que el nombre completo de su tía, con quien comparte tierras en San Roque, era Juana Mayor y que estuvo casada con un tal Manuel Antúnez.

Por último, conjeturamos que la menor de la saga, Ana, pudiera ser identificada con Ana Hernández, casada con Antonio López, quienes bautizan en Gáldar a una hija llamada Mariana en 1597 y a otra llamada Catalina en 1604 . De probarse este enlace, tendríamos a una descendiente de Catalina Hernández Guadarteme que enlaza con un homónimo descendiente directo del prócer indígena Antón López Guadarteme, probable hijo del Egonayga, el guadarteme bueno, cuyos herederos aparecen citados en el testamento que estamos analizando por haber tenido en Montaña Gorda tierras colindantes a otras que son propiedad de la testadora.

 

ACERCA DE OTROS PERSONAJES CITADOS EN EL TESTAMENTO QUE SON VECINOS DE LA COMARCA.

-       ANTÓN BERMÚDEZ Y MARÍA MATEOS

En relación con Antón Bermúdez estimamos sin datos de entronque que es un descendiente directo del Sancho Bermúdez que aparece un siglo antes en el siguiente documento del Registro del Sello cuando en 1500 sale en defensa de los intereses de los canarios asentados en Agaete:

1500 Agosto 20. Granada.

Incitativa al gobernador o alcalde de las islas de Gran Canaria, para que determinen en la demanda presentada por Sancho Bermúdez, en nombre propio y en el de otros canarios de dicha isla, contra ciertas personas que les quitan, desde hace cinco años, el agua de sus heredades de Agaete y les causan otros daños.

 

El Antón Bermúdez que aparece citado en el testamento puede ser, esto es solo una conjetura, el padre o hermano de Constanza Bermúdez casada sobre 1600 con Pedro Mateo con sucesión en Agaete que llega hasta nosotros. Tenemos constancia por otra parte en el libro de matrimonios de Gáldar de que otro Antón Bermúdez, hijo de Pedro Mateo y Constanza Bermúdez, casa con María de los Reyes allá por  1668.

Como bien señala Lobo, el tal Antón Bermúdez pudiera ser, por el hecho de tener tierras colindantes, sembradas en compañía, un pariente de la testadora lo que podría explicar  que esta nombre a María Mateos como a su sobrina.

La relación entre los Bermúdez y Mayor de Agaete parece confirmarse cuando, algún tiempo después,  en 1623 tenemos constancia en un extracto del archivo diocesano acerca del matrimonio entre Antón Bermúdez y Ana Mayor, hija de Francisco López y ¿María Mayor? (debería ser Isabel Mayor).

En relación con los Mateos tenemos que el primero de tal apellido, Hernán Mateos,  estante en la isla, era criador de puercos y realiza un contrato con Arriete de Betancor en diciembre de 1509. Asimismo, en la misma fecha, Arriete le da a partido al dicho  Fernán Mateos unas tierras en El Palmital viejo de Guía que lindan con otras que fueron de Juan de León (esposo de Lucía Sánchez) y ahora lo son de Alonso Gutiérrez, el marido de Luisa de Guzmán, la hija de Arminda.

 

-       MARCOS VERDE DE AGUILAR

Con tal nombra y apellidos consta en nuestro árbol un Marcos Verde de Aguilar casado con Catalina de Orihuela (hija de Cristóbal de Orihuela y María Perdomo) el cual resulta ser hijo de Bartolomé Verde de Aguilar (hijo a su vez de Gonzalo de Aguilar y Leonor Verde de Betancor) y de María Carvajal Guanarteme, también llamada María la castellana  por haber nacido en Castilla en torno a 1490 (hija que fue de Miguel de Trejo y Margarita Fernández Guanarteme).

Sebastiana Mayor es pues pariente cercana del dicho Marcos Verde de Aguilar, concretamente serían primos terceros con desfase de una generación, es decir, Marcos es bisnieto y Sebastiana, tataranieta de don Fernando Guadarteme.

-       MIGUEL DE TREJO QUINTANA Y SU MADRE MARÍA CALVO

Consta en el libro primero de bautizos de Gáldar la presencia de una persona de tal nombre casado con María de Quintana con amplia sucesión: un niño en 1590, Leonor en 1596, Marcos 1600, María en 1605.

El tal Miguel de Trejo es hijo de Alonso Carvajal Guanarteme  (hijo de Bernardino de Carvajal y Melchora de San Juan) y María Calvo de Quintana (hija de Gonzalo de Quintana y Catalina de Cabrera y Zurita). Miguel es por tanto por su línea materna bisnieto de Margarita Fernández Guadarteme y tataranieto de Abenchara.

Sebastiana Mayor, en conclusión, es pariente cercana del dicho Miguel de Trejo concretamente serían primos cuartos, es decir, ambos son tataranietos de don Fernando Guadarteme.

-       JOSEPHE GONZÁLEZ Y DOMINGO RAMOS

Consta en nuestro árbol familiar que José González Cansines  (hijo de Simón González Cansines y Leonor Martín de Agaete) casó con María Suárez de la Fuente, hija de Pedro Suárez Carreño y Águeda Sánchez de la Fuente, siendo la tal Águeda hija de Benito Sánchez Calderón y de Ana Rodríguez y nieta materna de los indígenas canarios Sebastián Rodríguez y María Ramos.

Hermano de Águeda resulta ser otro de los personajes citados en el testamento, Domingo Ramos  Cansines, casado con María de Vera, hija de Alonso Camacho y Luis  de Vera, nieta paterna de Juan Alonso y Elvira Camacho y nieta materna de Sebastián de Vera y Francisca Hernández, todos ellos de noble estirpe indígena de la isla de Canaria.

-       GASPAR DE QUINTANA

Estimamos que se trata del hijo de tal nombre y apellido de los ya citados Gonzalo de Quintana y Catalina de Cabrera quien casó con María Jáimez de Carvajal.

Esta María Jáimez era hija a su vez de Alonso de Carvajal y Emerenciana Jáimez de Sotomayor, nieta de Bernardino de Carvajal y Melchora de San Juan, bisnieto  de Margarita Fernández y tataranieto de don Fernando Guadarteme. Sería pues Gaspar de Quintana primo cuarto de Sebastiana Mayor, reiterándose con este enlace las estrechas relaciones que se dan entre las descendencias de las hermanas Margarita Fernández y Catalina Hernández, hijas ambas de Tenesor Semidán.

-       MARÍA RAMÍREZ Y MELCHOR RAMÍREZ

Melchor Ramírez es uno de los testigos que está presente cuando se dicta el testamento en cuya cueva, nos dice la testadora, guarda tres fanegas de trigo y tres de cebada de su propiedad. María Ramírez, que es probablemente hija del tal Melchor, aparece citada con ocasión de la compra de tierras en Montaña Gorda por valor de 8 doblas, cinco de las cuales las saldó con el traspaso de una cueva en Artebirgo y tres queda a deber. Esta María Ramírez, que puede ser familiar de Sebastiana, parece ser la misma persona homónima que estuvo casada con Tadeo o Pedro Hernández con sucesión en Guía: Gaspar Ramírez, Isabel Ramírez, Luisa Ramírez, Melchora Ramírez y María de los Ángeles, bautizada en Guía en 1580, por quien sigue una línea que llega hasta Faneque Hernández, la cual estuvo casada con Jerónimo Alonso Trujillo. Tenemos el dato de que María Ramírez es sobrina de Esteban Betancor de ahí que algunos de sus descendientes lleven este apellido.

Este Pedro Hernández, al que creemos que por error se ha identificado en la genealogía tradicional como Tadeo, un nombre imposible para la época de la que hablamos, aparece citado en el testamento en el capítulo de los acreedores cuando Sebastiana señala que su tío Rodrigo Hernández le debe cierta cantidad que quedó este en pagar en nombre de Pedro Hernández, el cual debe ser un familiar cercano.

-       CECILIA MARRERO

Cecilia Marrero, quien aparece citada por la testadora por haber sembrado dos fanegadas de cebada en compañía en Facarcas, por lo cual puede presumirse que tiene asimismo algún tipo de parentesco político con ella, aparece citada en el libro primero de matrimonios de Guía cuando a 21 de diciembre de 1571 se casa con Juan Fernández, portugués, vecino de la isla de La Madera, previa licencia del señor provisor por ser Juan Fernández extranjero. Ambos aparecen en el libro de bautismos de Guía bautizando a una hija llamada Luisa en enero de 1571 doce días tan solo después de dicho matrimonio y años después bautizando a otro hijo llamado Juan en 1576.

-        ALONSO DE MEDINA, TESTIGO FIRMANTE

Alonso de Medina es, sin lugar a dudas, el personaje que casa en 1592 con Petrona Ortiz, hija de Juan Ortiz e Inés Alonso, y en segundas nupcias en Gáldar en 1623 con María de Figueroa.

Alonso era hijo de Juan Medina el viejo y de Elvira Ibáñez, nieto paterno de Alonso de Medina y la indígena canaria Isabel Hernández y nieto materno de Juan de Cardona y Catalina de Olarte. Los Medina de Agaete han sido bien estudiados por Rafael Rodríguez de Castro en su documentado artículo “Retazos de la población de Agaete en el S. XVI”.

-       GONZALO ROMERO

Este deudor de ocho almudes por resto de la trilla realizada por las yeguas de Sebastiana estuvo casado con Margarita de San Juan, hija de Guillén Castellano y Blasina de San Juan,  nieta materna de Alonso de San Clemente y Francisca de Cabrejas, bisnieta de Francisco Cabrejas y Catalina Hernández y tataranieta por la misma línea de Autindana.

Los Romero de Gáldar al igual que los Medina de Agaete pudieran tener relación con la descendencia de Francisco Romero el mozo casado con María de Medina, hija esta de Alonso Díaz y Francisca Díaz (Hernández)  y nieta de Juan Hernández y Catalina Gaspar, todos ellos de noble estirpe indígena de la isla de Canaria, retornados de Tenerife.

-       JUAN DE QUINTANA MIRANDA

El deudor de tal nombre de diez reales por resto del tiempo de alquiler de la casa canaria que Sebastiana poseía en Gáldar resulta ser hijo de Pedro de Miranda y María de Quintana casado con Juana de Jesús hija de María Ordaz y Juan Yánez y nieta materna de Cristóbal Gómez de Fregenal y Constanza Gutiérrez Rico, ambos de ascendencia materna indígena.

 

ACOTACIÓN  TOPONÍMICA: MONTAÑA GORDA

Nuestro apreciado Humberto Pérez, q.e.p.d., en su blog  “Mi Gran Canaria. Origen y noticias de sus lugares” extrae de  los Repartimientos de Gran Canaria el siguiente texto:

Confirmación pedida por Gonzalo de Quintana, hijo del conquistador Juan de Quintana el 7 de diciembre de 1543: “…digo que  a Juan de Soria mi señor padre que haya gloria, ….le fue hecho merced de ciertas tierras de sequero y unas cuevas que son en Fagagesto, término de Agáldar…la cuales dichas tierra y cuevas habemos poseído …de 40 años a esta parte, y porque agora después del fallecimiento de nuestro padre y madre, mis hermanos y yo hemos buscado los títulos de ellas y no los hallamos… tierras que han por linderos de la una parte los riscos de la Montaña Gorda y por otra parte tierras que fueron dadas a Diego Narváez, regidor de esta isla, y por la otra parte el Barranco de la Rehoya…”

De esta descripción del territorio, nos dice Humberto Pérez, y de otras recogidas en otras datas, con los linderos hacia el sur se nos dibuja el desaparecido territorio aborigen de Facarcas que venía a tener  su teórico epicentro en esta atalaya que domina visualmente el horizonte en todas las direcciones y que los castellanos llamaron Montaña Gorda.


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