jueves, 23 de junio de 2022

Ascendencia esclava negra en el norte de Gran Canaria

 APELLIDOS HERNÁNDEZ Y GUERRA EN FIRGAS Y TENOYA

(ASCENDENCIA PORTUGUESA Y ESCLAVA AFRICANA)



Portada del libro con ilustración de Dácil León Lacave




I

¿ANTONIA GUERRA?

N circa 1495 

Esclava negra de los Guerra

II

GONZALO HERNÁNDEZ

N OPORTO PORTUGAL

Circa 1535 

Enlace no conyugal

ANA GUERRA 

N  1520 TENOYA

III

DOMINGO HERNÁNDEZ

 COÍMBRA PORTUGAL

Circa 1550

FRANCISCA GUERRA

N CIRCA 1535

D 1578 TENOYA

IV

GONZALO HERNÁNDEZ, el cuervo

N 1552 TENOYA

En 1573 según su propia declaración

FELIPA GONZÁLEZ

N FIRGAS

V

ALEJO HERNÁNDEZ

N 1576 FIRGAS

1606 

LAS PALMAS

JUANA RODRÍGUEZ

 

VI

JUAN HERNÁNDEZ

N circa 1610 TENOYA

D antes de 1678

1650 

LAS PALMAS 

MARÍA RODRÍGUEZ

N TENOYA

VII

SALVADOR HERNÁNDEZ

N TENOYA

1678 

LAS PALMAS

CATALINA DE ACOSTA

N TAMARACEITE

VIII

ÁNGEL DE ARMAS

N TENOYA

D 1763 SAN LORENZO

1701 

SAN LORENZO

ISABEL FRANCISCA

N TAMARACEITE

IX

BLAS DE ALEMÁN

N 1700 GÁLDAR

TESTAMENTO 1750

1727 

SAN LORENZO

MARÍA MONTESDEOCA

X

BARTOLOMÉ DE MIRANDA

N 1733 GÁLDAR

1757 GÁLDAR

TOMASA ALEMÁN

XI

JUAN DE MIRANDA ALEMÁN

N 1780 GÁLDAR

1803 GUÍA

ANA DÍAZ DE QUINTANA

N 1787 GUÍA

XII

GREGORIO MIRANDA DÍAZ

N 1807 GUÍA

1827 GUÍA

JOSEFA GUERRA GODOY

XIII

FRANCISCO BAUTISTA QUINTANA

N 1820 GUÍA

D 1868 GUÍA

1847 GUÍA

ANDREA MIRANDA GUERRA

N 1832 GUÍA

D 1908 GÁLDAR

XIV

FRANCISCO BAUTISTA MIRANDA

N 1859 GUÍA

D 1915 GÁLDAR

1878 GUÍA

SINFORIANA DOMÍNGUEZ DÍAZ

N 1861 GÁLDAR

D 1902 GÁLDAR

XV

MODESTO BAUTISTA DOMÍNGUEZ

N 1894 GUÍA

D 1956 LAS PALMAS

1924 

LAS PALMAS

AMÉRICA GONZÁLEZ DGUEZ

N 1906 CUBA

D 1994 LAS PALMAS

XVI

LORENZO HERNÁNDEZ VEGA

N 1927 SAN LORENZO

1952 

LAS PALMAS

PURA BAUTISTA GONZÁLEZ

N 1932 GÁLDAR

2008 MASPALOMAS

XVII

FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA

N 1955 LAS PALMAS

 

 

 

 

 









INTRODUCCIÓN

Dentro de la sociedad de frontera que constituyen las Islas Canarias a comienzos de la Edad Moderna, es una evidencia que el grupo humano más desarraigado lo constituyó  la población esclava negra. Los genes no les permitieron pasar desapercibidos, al menos durante algunas generaciones, como sí ocurrió con la población plebeya indígena y con los esclavos moriscos cuyos rasgos no debían de ser muy diferentes a los de los castellanos del sur de la Península después de siete siglos de berberización durante la dominación árabe. Los esclavos negros serán objeto durante siglos de una cruel explotación pero aquí están, formando parte de nosotros, para recordarnos la barbarie de la compraventa de seres humanos, tráfico que ha pervivido hasta tiempos relativamente recientes. 

La mayoría de los canarios, entre los que me incluyo, tenemos genes subsaharianos. En mi caso estos alcanzan según el estudio autosómico realizado por la empresa norteamericana 23andme  un 1,2% del total de mi genoma. Muchas personas de origen ancestral canario, cuyos estudios genéticos conozco por el hecho de compartir información en la red antedicha, muestran porcentajes similares de negritud en sus respectivos estudios autosómicos, normalmente entre el 1% y el 3 % si bien en algunos casos este índice se aproxima al 5%.

Los aportes de población esclava negra a la población canaria se corresponden básicamente con el siglo XVI y con el auge de la caña de azúcar sobre todo después de la mortandad de indígenas de los años 20 derivada de la epidemia de peste. Las vías de entrada de dicha población, como bien señala Manuel Lobo en su tesis doctoral, fueron los intercambios comerciales con mercaderes portugueses a través de expediciones irregulares de compra de esclavos que se dirigieron a los enclaves portugueses de Cabo Verde, Senegal y Guinea y asimismo los “resgates” o rescates en las costas africanas próximas en los que se intercambiaba cada esclavo berberisco capturado en las cabalgadas que asolaban  esos territorios por dos o más negros dependiendo de la jerarquía social del norteafricano.

Si bien la adquisición de esclavos blancos (moriscos) perduró poco en el tiempo, la de esclavos negros se mantuvo durante los siglos XVII y XVIII (en Fuerteventura tenemos constancia de que perdura hasta el siglo XIX) si bien, por lo general, no son consecuencia de nuevas compras o capturas de mercancía humana, que empezaron a escasear, sino por explotación de las ya existentes en el ámbito familiar aprovechando la descendencia de sus propias esclavas, lo que habría de favorecer los ahorramientos, como asimismo por su explotación en verdaderas granjas colectivas donde las esclavas más prolíficas recibirían premios de productividad. 

Se ha calculado que se requieren al menos cuatro generaciones para blanquear la descendencia de una persona negra. En el ejemplo que hoy estudiamos han pasado dieciséis generaciones, cuatro veces dicha cantidad, desde la esclava negra que encabeza el cuadro, Ana Guerra, hasta llegar a  sus descendientes del siglo XXI entre los que me encuentro, de ahí que personalmente no conserve rasgos fenotípicos de dichos ancestros (eso creo). 

Este mestizaje no está muy bien visto por buena parte de los genealogistas que se empeñan en ocultar sus raíces subsaharianas y prefieren interesarse por su ascendencia nobiliaria aun a sabiendas de los frecuentes falseamientos de las informaciones de hidalguía. Algunos aceptan haber tenido sangre subsahariana pero precisando que sus ascendientes no fueron esclavos sino indígenas canarios de tez más oscura (negroides). Ciertamente conozco a algunos aficionados a la genealogía que  cuando recibieron un informe genético en el que se les señalaba un linaje materno L3 que identifica, entre otros, su ascendencia materna subsahariana relativizaron incomprensiblemente el asunto señalando que ese haplotipo estaba presente en la población prehispánica sin admitir que con mayor grado de probabilidad son descendientes de una esclava negra que lo portaba en los albores de la edad moderna. Nosotros estimamos que buena parte de los genes africanos de la población grancanaria actual procedan de población esclava (blanca y negra) y no de la población indígena.

FANEQUE HERNÁNDEZ BAUTISTA

HAPLOTIPO PATERNO

HAPLOTIPO MATERNO

R1b1b2a1a2

J2a2d

ORIGEN EUROPEO

 94,5%

 -SUREUROPEO (

 -NOREUROPEO

 -SIN ASIGNAR

 85,2%

   5,4%

   3,9%

ORIGEN AFRICANO

   4,6%

-SUBSAHARIANO   

-NORTEAFRICANO

   1,2%

   3,4%

ORIGEN AMERICANO 

   0,1%

SIN ASIGNACIÓN

   0,8%

TOTAL

100%


 

En el gráfico adjunto puede comprobarse que aunque mi haplotipo paterno es caracterizadamente europeo y el materno una variante propia de mujeres indígenas venidas de África del Norte, el estudio autosómico indica un marcado predominio de los genes europeos, sobre todo ibéricos, en comparación con los africanos que quedan circunscritos al 5% del total. Estos índices de africanidad son algo inferiores a los promediados para los canarios de esta isla que según los datos con los que contamos oscilan entre el 5 y el 10 %.

 

martes, 21 de junio de 2022

"El caballero de Soria" Juan de Quintana

J                                             JUAN DE QUINTANA, EL CABALLERO DE SORIA 

 

Ilustración de Pepe Socorro


PREÁMBULO 

LA CUNA DEL CONQUISTADOR

(Buberos, Soria)

 

Emplazada en un repecho

sobre el llano numantino

fue la Villa de Buberos 

el comienzo del camino

hacia atlánticos destinos

de un hidalgo aventurero.

Es hoy un triste paraje,

tan desolado y amargo,

que por sus vetustas calles

sumidas en el letargo

la Muerte pasa de largo

más asustada que nadie.

 

Gentes venidas a menos

lo habitan, sin vislumbrar

que el incesante saqueo

de su acervo medieval

los sepulta sin piedad

en un pueblo cementerio.

Solo queda en pie una Iglesia,

al Bautista consagrada.

Su románica silueta

y una hermosa cruz de plata

son las únicas estampas

de otros tiempos de grandeza.

Y aquella antigua casona 

que fuera mansión ilustre

hoy es campo de amapolas

pues dinteles y techumbres

hace tiempo que se hunden

al embate de la Historia.

 


Del expolio cometido

se custodia en Almenar,

en el cercano castillo,

el escudo del portal

de una casa señorial

cuyos techos han cedido.

No es este el blasón guerrero

que hemos venido a buscar,

el del ya mentado ancestro

que partió de este lugar

quinientos años atrás

en busca de un mundo nuevo.

Una emotiva inscripción

del fracaso nos consuela

pues reza que allí nació

de Machado la que fuera

breve esposa y musa eterna:

su querida Leonor.




martes, 14 de junio de 2022

Guayedra, el legado de Guayedra

 

GUAYEDRA, EL LEGADO DE “GUAYEDRA”

Faneque Hernández Bautista y Juan Ramón García Torres

 


De este modo, “Guayedra”, llamaban coloquialmente sus congéneres al personaje que hoy conocemos como Tenesor Semidán tal y como se atestigua en la crónica madre que copia Marín de Cubas.  Él aceptaba gustosamente tal sobrenombre porque de allí procedía. Allí,  junto a ese “río verde”, (esto justamente significa Guayedra en nuestra modesta y diletante opinión) estaban, según sus propias palabras, los espíritus de sus antepasados y esa fue una de las razones de que escogiese el lugar como feudo cuando los reyes católicos lo nombran caballero en la ceremonia que tuvo lugar en Córdoba a finales del verano del 82. 

Pero Guayedra no solo tenía valor sentimental para Tenesor.  Para las formas de vida agropecuarias de su pueblo, el valle constituía un lugar privilegiado por cuanto tenía agua y prados para albergar en régimen extensivo en medianía y cumbre una gran población de ganado caprino y porcino, así como disponía de extensos higuerales. Por otra parte, la madera, como materia prima artesana, era muy abundante en los altos de Tamadaba. Y en los acantilados costeros crecía abundante la planta tintórea llamada orchilla, tan apreciada en los intercambios que mantenían los nativos con los castellanos del Señorío de las Islas de Canaria. 

Aunque la fuente de riqueza más importante iba a ser muy pronto, al poco de la capitulación, el cultivo de la caña de azúcar en las tierras calmas, como se decía por entonces, esto no era en absoluto predecible en 1482 cuando tuvo lugar en el alcázar de Córdoba el bautizo de Tenesor Semidán y su posterior nombramiento como caballero con derecho a un territorio bajo su jurisdicción y a unas rentas.

Como bien señala Normando Moreno, en su obra “La Conquista de Tamarant”,  Guayedra es  un término redondo bajo la autoridad del señor,  un territorio que no queda sujeto al gobierno del concejo insular o cabildo.  Por tales razones, estimamos que Guayedra pudo ser asumido por los nobles congéneres de Tenesor como territorio libre indígena para pastoreo, caza y pesca, lo que dio lugar a continuos pleitos entre los nativos en general que querían mantener en el valle sus tradiciones comunitarias y los propietarios sucesivos del término.

Tras la muerte de don Fernando Guadarteme y de su hija Catalina Hernández, Margarita Hernández y su marido Miguel de Trejo maniobraron con éxito con la información guadartérmica para convertirse en plenos propietarios de Guayedra anulando las costumbres vernáculas que solo permitían la parcelación y reparto de las huertas para cultivo de cereal, dejando bosques y pastos como terreno de propiedad colectiva y uso comunal.

La compra a Margarita Hernández del valle de Guayedra por parte del alcalde Hernán Sánchez de Bentidagua no apaciguó la situación y los conflictos continuaron, como se puso de manifiesto en la demanda planteada por Adargoma,  o incluso se recrudecen cuando en nombre de sus esposas otros propietarios como Antón Cerezo, Antón de Castro o Lázaro de Reina, etc., gestionan la propiedad como una finca o coto privado, tratando incluso de impedir el paso hacia Tirma de los naturales. 

 

Estas líneas tienen como centro de interés la evolución de la propiedad del feudo de Guayedra a partir de la información que aportan los testamentos siguientes: 

- El de Beatriz Sánchez de Santa Paula, hija de Juana Sánchez de Bentidagua y Juan Cabello el viejo en 1569 que incluimos como anexo I al final de este trabajo

- Los de Rodrigo Hernández, hijo de Bastiana Mayor y Hernán Domínguez, el primero en 1590 y el segundo en 1596 el primero de los cuales con transcripción de Manuel Lobo Cabrera ha sido publicado en este blog en la sección “Aportaciones de genealogistas e historiadores amigos”.

 - El de Antón de Castro, hijo de Lázaro de Reina y Juana Gómez, y  marido de Jerónima María de Godoy, en 1591 que incluimos como anexo II al final de este trabajo.

 

Gracias a esta documentación, podemos pasar a completar, coincidiendo en general con lo expuesto por Normando Moreno Santana en su obra magna, el listado de los propietarios sucesivos de Guayedra a lo largo  del siglo XVI y hasta el primer tercio del siglo XVII. 

En primer lugar, después de don Fernando Guadarteme, que obtuvo el término en repartimiento, se apropió del mismo desde 1507 su hija Margarita Hernández Guadarteme junto a su esposo Miguel de Trejo y Carvajal, si bien fue muy contestada dicha apropiación hasta que la información guadartémica confirmó el derecho de Margarita a la plena posesión, como única hija viva de don Fernando Guadarteme. 

En segundo lugar, el término es adquirido mediante compra por el alcalde de Agaete el indígena Hernán Sánchez de Bentidagua y su esposa Catalina de Lugo quienes a su muerte parten en dos la propiedad beneficiando a dos diferentes sobrinas.

En tercer lugar, por herencia de su tía Catalina de Lugo, Juana Sánchez Bentidagua adquiere la mitad de la posesión, y  será el esposo de esta, Antón Cerezo el mozo, quien se haga con la otra mitad en 1539, comprándola a otra sobrina de Hernán Sánchez de Bentidagua llamada Mari Sánchez, quien a su vez la había heredado del propio Hernán.

En cuarto lugar, observamos que de nuevo se  segrega la propiedad en dos partes, pasando una a manos de Ana Cerezo, hermana y heredera de Antón Cerezo, quien casó al parecer con Gaspar de la Rosa, y la otra pasa a manos de la beata Beatriz Sánchez de Santa Paula, hija natural de Juana Sánchez de Bentidagua, esposa de Antón Cerezo el mozo, y de Juan Cabello el viejo.

En quinto lugar, la mitad segunda de las dos citadas será otorgada por vía de testamento por Beatriz Sánchez de Santa Paula a su ahijada (por haberla criado en su casa y por no tener herederos forzosos) Jerónima María de Godoy, hija de Francisco Godoy y María Mayor, quien casó en primer lugar con Luis Afonso y en segundo lugar con Antón de Castro, con sucesión de ambos matrimonios.

Con Jerónima María se da la paradoja de que la propiedad pasa en pocas generaciones a manos de una descendiente directa por línea materna de Catalina Hernández Guadarteme, hermanastra de Margarita, hijas ambas de don Fernando Guadarteme. Margarita, tras la muerte temprana de su hermana Catalina en 1526,  maniobró con éxito, como ya hemos dicho, para arrogarse la plena propiedad del término redondo de Guayedra que hasta entonces estaba en litigio. Medio siglo después, su bisnieta Jerónima María, por azares del destino, recupera su derecho a la mitad del término redondo que los Reyes Católicos habían concedido a don Fernando Guadarteme, padre de Catalina Hernández y de Margarita Hernández.

En sexto lugar, tras la muerte de Jerónima María y Antón de Castro, la mitad que les corresponde pasará desde 1606 por herencia a manos de su hija mayor Juana Gómez casada con Francisco de Aguilar, hijo de Bartolomé de Aguilar y María Carvajal Guanarteme con lo que la propiedad retorna a una descendiente de Margarita a través de los Carvajales. 

En séptimo lugar y tras la muerte de Juana Gómez y Francisco de Aguilar, la mitad de Guayedra que estos poseen pasará en 1619, por falta de nietos sucesores, a manos de un hermano de Juana Gómez llamado Lázaro de Reyna, casado con Marina de la Algaba, hija de Adán de Acedo y Úrsula de Betancor Figueroa, con sucesión en Agaete, con lo que Guayedra a través de los Acedo retorna a las manos de un descendiente directo de Catalina Hernández Guadarteme.

 

Y terminamos este repaso acudiendo de nuevo a la obra citada de Normando Moreno, en la que los lectores podrán conocer la evolución de la propiedad hasta nuestro días, para señalar que, en octavo lugar, al recaer por herencia, desde 1624, la propiedad de la antedicha mitad del término redondo en Cristóbal de Palacio Cachupín, familiar del Santo Oficio y contador de las cuentas de la catedral, esta volverá a quedar unificada ya que él era el propietario, por compra realizada unos años antes, de la otra parte, cuya evolución anterior desconocemos, por lo que, en puridad y buena lid, Cristóbal Cachupín puede ser llamado, tal y como él mismo se intitula, “Señor del término redondo de Guayedra”.

 

 

ANEXO I

TESTAMENTO DE BEATRIZ SÁNCHEZ DE SANTA PAULA

ESCRIBANO:  LORENZO DE PALENZUELA     LEGAJO:  828    FECHA: 1569

Transcripción de Juan Ramón García Torres

 

“En el nombre de dios nuestro señor amen sepan quantos esta carta de testamento vieren como yo Beatris Sanches de Santa Paula beata profesa en la horden de San Francisco estando enferma del cuerpo e sana de la voluntad y en mi juiçio y entendimiento …”

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“… mi finamiento acaeçiere o fuere en esta çiudad sea sepultada en el monasterio de señor San Francisco ...” “… e falleçiere en Lagaete me entierren en el monasterio de San Antonio de Galdar ...”

“Yten mando que se den de mis bienes e hago graçia y donaçion a mi sobrina Maria Perdomo hija de Catalina Sanches mi hermana vesina de la orotava en Thenerife çinquenta doblas de oro que yo tengo en un tributo que dellas me paga Damasio Andres e Diego Darmas ambos de mancomun de que me pagan tres doblas y media cada año sobre sus bienes el qual tributo le mando a la susodicha para ayuda a su casamiento e los cobre para siempre ...”

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“Yten mando a doña Catalina de Ribera hija de Francisco Palomar dos pedaços de tierra que tengo en el termino de Agaete uno que esta entre tierras de Hernan ( .. roto .. ) e Maria Sereso en que fueron Ynagua que seran ( roto ) hanega y media de trigo y otro [pedaço] ( roto ) en la (madre de lagua)? del dicho lugar ( .. roto .. ) parral de Juan de Medina el viejo ...”

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“… las quales tierras posee e goza Anton Sereso mi Señor por los dias de su vida ...”

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“Yten mando a Juana Ruiz mi sobrina questa ( roto ) en mi casa tres casyllas mias que tengo …”

“Yten mando que se de a Grabiel de Hierro vesino de Galdar dos hanegas de tierras de pan en el termino de la vega de Acusa las quales aya con un pedaço que yo alli tengo en la dicha vega de Acusa las quales aya desde (luego)? Y las goze por todos los dias de su vida y despues de el muerto vengan las dichas tierras a mis herederos.”

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“Yten mando que se den de mis bienes a Domingo [moço]? sobrino del dicho fray Gaspar de Silva otras seys doblas por serviçios quel dicho moço e Reçibido (…) antes de mi falleçimiento e de averse dado las dos doblas que arriba e dicho se den al padre fray Gaspar de Silva e si el falleçiere mando se le den las dichas dose doblas a su sobrina Beatris de Silva questa en casa e compañía de doña Alejandra (Cairasco o Carrasco)? 

Yten mando se den de mis bienes a Malgarida [Tejera]? Muger de Villanueva ocho doblas de mis bienes por cargo en que le soy de servicio que me hizo.”

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“E declaro que Anton Sereso mi Señor me debe quatro Reales de fin de Renta de tierras de Acusa ...”

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“Yten Rengifa de Herrera muger de Marcos de Batancor me debe una fanega de trigo que le preste mando se cobre.”

“E los bienes que tengo es la mitad del termino de Guayedra que sentiende de tierras y [ganados] en compañía de Anton Sereso mi Señor que los herede de mi madre.”

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“Yten tengo las tierras de Acusa [que fue]ron de mi madre con dos cuebas …  ( roto )”

“Yten otras tierras ( ilegible ) donde dizen Maninidra ...”

“Dos o tres bestias asnales que (…) en el barranco de Acusa.

E para cumplir este testamento nombro por mis albaseas e testamentarios falleçiendo yo en esta Çiudad a los Señores Pedro de (…) y fray Juan de San Francisco e falleçiendo en Lagaete al padre fray Gaspar de Çilva guardian del convento de San Antonio de Galdar e a Rodrigo Hernandes vesino de lagaete les doy poder en forma que de derecho se requiere ynsolidum e que bendan tantos de mis bienes [quales]? basten a cumplir este mi testamento.

E cumplido este mi testamento nombro por mi legitima heredera a Geronima Maria [por que] la e criado en mi casa por amor de dios aya los dichos bienes todos como cosa suya atento que yo no tengo padre ni madre ni hijos ni herederos forsosos y sea su tutor della e tenedor de su persona e bienes Rodrigo Hernandes vesino de lagaete el qual tenga e posea los dichos bienes e persona de la susodicha hasta [que sea] de hedad para la casar o tomar estado de monja e si la susodicha quisiere ser monja o Religiosa se le den entre (roto) dichos sus bienes todos e si la susodicha se casare (…) del dicho Rodrigo Hernandes [condision]? e parti-      [ Falta el final ]

 

ANEXO II

TESTAMENTO DE ANTONIO DE CASTRO

Escribano Juan de Quintana Legajo 2333 Año 1591

Extracto realizado por Juan Ramón García Torres

 

Testamento de Antonio Castro, vecino de Agaete. Quiere ser enterrado en la iglesia de nuestra señora de la Concepción donde están enterrados Lázaro de Reina y Juana Gómez, sus padres.

(Misas)

Declara ser casado con Jerónima María, viuda de Luis Afonso, su primer marido.

Fue tutor y tenedor de los bienes de los hijos de su mujer y Luis Afonso durante un año poco más o menos y en ese tiempo los alimentó y después fue nombrado tenedor de los dichos bienes Rodrigo Hernández, vecino de este lugar de Agaete.

Declara que la dicha su mujer trajo a su poder por bienes suyos el término que dicen de Guayedra con la marca del ganado del dicho término que no se puede saber la cantidad que habrá.

Asimismo, una casa canaria donde al presente viven y otra casilla canaria que está junto a ella.

Unas tierras en el término de Acusa que será como diez fanegadas poco más o menos.

Otro pedazo de tierras en el término de Artevirgua con una cueva y las de Acusa tienen dos cuevas.

Otro pedazo de tierra en Artaso que dicen el Andén, linde con tierras de Juan de Saavedra vecino de Gáldar.

En el valle de Agaete un pedazo de tierras linde por un parte y otra con tierras de Juan de Medina el mozo y Baltasar de Quintana.

Todos estos bienes están en ser.

Declara que al tiempo que casó con la dicha su mujer trajo por bienes un parral donde dicen (roto) el cual estaba perdido y se los dio Melchor Imperial por cuenta de la legítima de Lázaro de Reina su padre.

Trajo también unas tierras en Artaso las cuales vendió a Juan González Calsines por precio de 180 doblas que se las habían dado por la legítima de sus padres por el dicho Melchor Imperial.

Después que falleció Juana Gómez su madre se hizo partición de los bienes entre cinco herederos. Y por cierta donación que su madre le hizo le dieron 110 doblas las cuales se le adjudicaron en el parral del valle… Nombra a Lázaro y Juan, sus hermanos y declara que la partición se hizo ante Luis de Loreto.

Declara que a él se le encargó la tutela de Estebanía de Troya, mujer de Salvador Barreto y de Lázaro y Juan mis hermanos y los bienes que pertenecieron a la dicha su hermana la recibió el dicho Salvador Barreto como parecerá por dicha partición. Lo mismo con los bienes de Lázaro y Juan, sus hermanos.

(Deudas)

Debe al padre Fray Manuel de Covillan 20 reales y 15 que le prestó y 6 de tres misas que dijo rezadas por la beata Beatriz Sánchez de Santa Paula que mandó por su testamento, se le digan, mando se le paguen.

Debe al guardián del convento de San Antonio de Gáldar dos doblas de una capellanía que dicen en cada un año por la dicha Beatriz Sánchez…

Debe a Juan de Medina, su tío, media fanega de centeno que le prestó y una fanega de trigo.

Debe a Juan González, herrero, 38 reales en herramientas de su tienda.

Debe a Juan de Romarate, sacristán de este lugar. Manda se le pague a Diego de Sosa en nombre de Mari Sánchez difunta dos doblas que le caben como a uno de los cinco herederos del dicho Lázaro de Reina, su padre, por razón de 10 doblas en que se concertaron por resto que el dicho su padre debía a la dicha María Sánchez.

Debe a Ana la negra que fue de sus padres 4 fanegadas y media de trigo, manda se le paguen que se los prestó en Acusa.

Manda se le den a Lázaro y Juan sus hermanos 6 doblas, tres a cada uno fuera de los bienes de sus cartillas, manda se les pague por un buey que recibió. Y además a Juan Acedo, su cuñado…

Le deben:

Salvador Barreto, su cuñado.

Manda le den a Juana Rodríguez de sus bienes 10 doblas después de que sea fallecido por los buenos servicios que le ha hecho en su casa.

Nombra por albaceas a su mujer Jerónima María y a Juan de Medina su tío.

Deja por herederos a Juana, Isabel, y Jerónima, sus hijas y de la dicha su mujer y al póstumo o póstuma que la dicha su mujer pariere.

Nombra a su mujer como tutora de sus hijas.

A 26 de enero de 1591

Testigos el padre fray Manuel Covillan, fraile de la orden de San Francisco, Juan de Romarate, sacristán, Antón Martín y Juan (roto)

Lo firmo: Antonio de Castro